Capitulo I: EL ARTE DE HABLAR EN PÚBLICO
1.
CONCEPTOS
GENERALES SOBRE ORATORIA
El concepto Oratoria tiene dos sinónimos de uso frecuente, la
retórica que deriva de la palabra griega rhétor, la cual designa al arte del
bien decir, de embellecer la expresión de los conceptos, de dar lenguaje
escrito o hablado, la eficacia adecuada para deleitar, persuadir o conmover; y
la elocuencia como la facultad de hablar o escribir de modo efectivo para
encantar, inquietar y convencer a los demás mediante el manejo dialéctico de
argumentos lógicos, para que asuman la conducta que se sugiere, de tal forma
que no se sientan sometidos u obligados a hacer por la fuerza lo que se les
dice, sino que lo realicen por propia voluntad, porque realmente lo quieran
hacer, puesto que están convencidos de que así debe de hacerse. La oratoria es
persuasión, honradez y convicción. La manipulación mediante la palabra, el
engaño y la intimidación, no es oratoria, es charlatanería, es falacia, ya que
se tiene que convencer con la verdad, por consiguiente el auténtico orador hace
de la palabra un instrumento de la verdad. “Todo por la fuerza de la razón;
nada por la razón de la fuerza”1. La oratoria es el arte de hablar con
elocuencia, es decir, de expresarse eficazmente mediante la palabra dialogada,
ante cualquier auditorio y en cualquier circunstancia.2 La oratoria consiste en
lograr que la gente se convenza por la fuerza de la razón y de la verdad, y se
conmuevan por las emociones y sentimientos, ya que la palabra es un importante
medio de comunicación, pero además, es una fuerza incontenible que puede
conmover, conducir, orientar, convencer y educar.
2. Breve reseña
histórica de la oratoria
Los
Romanos eran un pueblo especialmente dotado para la palabra, pero hasta la
introducción del helenismo en Italia, en el siglo III a. C. no se dieron cuenta
de lo poderosos que podrían ser si la empleaban bien, tomando ejemplo de los
griegos y teniéndolos como maestros. Todos conocemos los nombres y las obras de
los grandes oradores griegos Demóstenes, Esquines y Lisias. Los Romanos
quisieron estudiar el estilo, la composición y las formas literarias de estos
oradores para dar brillantez a sus discursos.
Desde los comienzos del siglo II a. C. se
habían establecido en Roma muchos oradores griegos (rhetoresgraeci)que
enseñaban elocuencia en griego. A pesar de que el senado expulsó a los
filósofos y oradores griegos en el año 161 a. C., no se consiguió que dejaran
de enseñar filosofía y elocuencia.
A
imitación de los griegos muchos oradores propiamente romanos (rhetoreslatini) se
dedicaron a enseñar elocuencia, oponiéndose de esta forma a los griegos, pero
no se oponían del todo, ya que el arte que ofrecían a sus alumnos era
totalmente griego, si bien se lo enseñaban en latín. Ésta fue la manera de que
la oratoria griega se extendiera por toda Italia. De este modo se cumplió el
tópico horaciano de que Graecia capta ferumvictoremcepit
De
todos los oradores de estos siglos tenemos conocimiento por el Brutus de Cicerón, ya que los pocos fragmentos que nos quedan de ellos no nos
permiten una crítica suficientemente responsable. Sin embargo Cicerón tenía
cercanía en el tiempo y elementos de juicio suficientes para hacerlo. En esta
obra aparece una enumeración, además de una crítica, de los principales
oradores latinos de los siglos III y II a. C.
Los principales oradores también eran los
que se distinguieron en la política y en las armas: Appius Claudius Caecus, Q.
Caecilius Metellus, Q. Fabius Maximus "Cunctator", M. Portius Cato,
Ser. Sulpicius Galba, P. Cornelius Scipio Aemilianus, L. Licinius Crassus, Ti.
y C. Sempronius Graccus, etc.
A principios del siglo I a. C. aparecieron
en Roma diferentes corrientes oratorias:
1.- La corriente asiática
(rhetoresasiatici), que se distinguió por su forma florida, por su
ritmo oratorio, por su sutileza e ingenio y un estilo a veces rebuscado y
sentencioso.
2.- La corriente neo-ática, sin
artificios, con frases breves, directas y secas, tomando como modelo al orador
griego Lisias. Tuvieron poco éxito y no formaron escuela.
De estas escuelas tenemos noticias por
el Brutus de Cicerón. Parece ser que los de la escuela ática pensaban
que Cicerón era demasiado asiático.
El principal oponente de Cicerón en la
oratoria romana del siglo I a. C. fue Q. HortensiusHortalus, digno
representante de la corriente asiática. Tenía una gran
facilidad natural para la elocuencia. Hortensio fue el principal y más
famoso orador de la Roma Republicana hasta que Cicerón le venció en
el Pro Quinctio (81 a. C.). En ese momento su estrella empezó
a declinar al tiempo que refulgía más la de Cicerón. Se enfrentaron en muchas
ocasiones (Verrinas, 70 a.
C.) pero más tarde se hicieron amigos y participaron juntos en
diferentes causas en el foro. En sus discursos se advertía el uso de divisiones
metódicas y recapitulaciones que nadie había utilizado antes que
él. Cuando comenzó a fiarse de su habilidad natural y de su elocuencia
innata su reputación bajó y quedó en el olvido. No se conserva ninguno de sus
discursos.
Las obras de todos estos autores se han
perdido. Sin embargo nos queda una obra de retórica: Rhetorica ad
Herennium. Se trata de un manual de oratoria que da una idea bastante
completa de lo que enseñaban los "rhetoreslatini".
El fondo de sus ideas está sacado de los griegos, aunque los ejemplos,
frases, y textos son latinos. Demuestran una lengua todavía un tanto
imperfecta. No sólo no menciona un solo autor griego, sino que incluso los
ataca. A pesar de todo, no logra disimular su procedencia griega. Su
valor no está en el estilo, sino en la claridad en la exposición de los
conceptos. En la antigüedad se atribuyó a Cicerón: obra de juventud junto
con De inventione, ya que es muy clara en la preceptiva
oratoria. Sin embargo la teoría más extendida y más verosímil, es que la
escribió un tal Cornificius, inspirada, parece ser, en el griego Hermágoras.
3. Clasificación de
la oratoria
La oratoria, como arte del buen decir, se puede
clasificar un tanto arbitrariamente, en dos grandes grupos. Para esta
clasificación se tiene en cuenta la gran variedad de matices de los discursos,
la persona o personas que lo pronuncian y la ocasión en que se hace uso de él.
Ello indudablemente se complica más, cuando entra a considerarse el tipo de
público, el lugar donde se pronuncia, la forma como se pronuncia y los fines
que se persiguen. Por eso, teniendo en cuenta los elementos descritos
anteriormente, podemos establecer la siguiente clasificación:
1° SEGÚN EL TEMA Y EL ÁMBITO PROFESIONAL:
Este tipo de oratoria involucra exposiciones
especializadas, es decir, las utilizadas por personas que tienen en común una
misma profesión, arte u oficio y que en tal sentido desarrollan una práctica
oratoria que con el devenir del tiempo se constituye por derecho de uso, en una
práctica exclusiva del referido grupo humano. En ese sentido tenemos una
clasificación muy amplia que comprende los siguientes tipos:
a) Oratoria Social:
Llamada también oratoria sentimental, ceremonial o
augural. Es la que tiene por ámbito propio, las múltiples ceremonias en las que
le toca participar al ser humano en general; sean estas en el hogar, comunidad
o a nivel institucional, académico o laboral.
b) Oratoria Pedagógica:
Es el arte de transmitir conocimientos y cultura
general a través de la palabra hablada. Llamada también didáctica o académica.
Su objeto específico es enseñar, informar y/o transmitir conocimientos. Usada
por los profesores, catedráticos y educadores.
c) Oratoria forense:
Es la que tiene lugar en el ejercicio de la ciencia
jurídica. Se le conoce también como Oratoria Judicial y es utilizada en
exclusiva, en el ámbito de la jurisprudencia para exponer con claridad y
precisión los informes orales de jueces, fiscales y abogados.
d) Oratoria Política:
Su esencia es exponer o debatir todas las
cuestiones relacionadas con el gobierno de la actividad pública, pero partiendo
de los principios e ideas políticas que ostenta el orador. Es utilizada en
épocas electorales para persuadir y convencer a los votantes.
e) Oratoria Religiosa:
Denominada "homilía" u oratoria
"sacra”. Es el arte de elaborar y disertar sermones a partir de la palabra
de Dios, plasmada en la Biblia u otros libros religiosos. Trata sobre asuntos
de fe y religión. Usada por los predicadores, curas, pastores y misioneros.
ORATORIA SACRA O RELIGIOSA
En la foto el finado Juan Pablo II brindando un
discurso sacro u homilía al mundo católico.
f) Oratoria Militar:
Es la oratoria propia del ámbito castrense (FF.AA.
y FF.PP.) tiene por objeto instruir la defensa y el amor por la patria y
estimular las virtudes heroicas en los soldados. Los discursos en este tipo de
oratoria son casi siempre leídos, pocas veces son espontáneos.
g) Oratoria Artística:
Su objeto es producir placer estético. Involucra
crear belleza con la voz, de modo que regocije el espíritu de los oyentes. Es
usado por cantantes y artistas: teatrales, cineastas y televisivos. Asimismo lo
utilizan los animadores, maestros de ceremonia y locutores radiales.
h) Oratoria Empresarial:
Llamada "Management Speaking"; es usada
por los hombres de negocios; empresarios, gerentes, vendedores y relacionistas
públicos. Su esencia lo constituyen las relaciones humanas y la persuasión,
para lograr el cumplimiento de los fines y objetivos empresariales.
ORATORIA EMPRESARIAL
En la foto un grupo de empresarios haciendo uso de
sus dotes oratorias para persuadir a sus clientes. (Tomado del CLIPART de
Microsoft Word).
2° SEGÚN LA ACTITUD DE COMUNICACIÓN DEL ORADOR:
Cuando el orador se encuentra en actitud de
comunicación oral con sus semejantes, puede transmitir su mensaje de dos
maneras: en forma individual; cuando sólo él hace uso de la palabra para
dirigirse hacía un grupo de personas que lo escucha sin intervenir o, en forma
cooperativa; cuando un grupo de oradores de forma alternada –según el turno
establecido- se dirigen al público, buscando entre todos, a través de la
discusión, una opinión o decisión común.
En el primer caso la oratoria es individual y entre
sus formas más clásicas encontramos:
• La Conferencia
|
• Discurso conmemorativo
|
• Discurso inaugural
|
• Discurso de bienvenida
|
• Discurso de ofrecimiento
|
• Discurso de aceptación
|
• Discurso de agradecimiento
|
• Discurso de despedida
|
• Discurso de augurio
|
• El Brindis
|
• Discurso fúnebre
|
• Discurso radiado
|
• Discurso televisado
|
• Discurso de sobremesa
|
En el segundo caso se denomina deliberativa o de
grupo y entre sus formas más saltantes encontramos las siguientes:
• La Conversación
|
• La Entrevista
|
• La Asamblea
|
• La Mesa redonda
|
• El Simposio
|
• El Debate
|
• El Foro
|
• El Cónclave
|
4. Importancia y fines de la oratoria
En año el 450 a. C. el pensador ateniense Pericles
acuñó magistralmente la frase "El que sabe pensar pero no sabe expresar lo
que piensa, está en el mismo nivel del que no sabe pensar" , frase
inmortal que hoy cobra alarmante vigencia pues al verificar las estadísticas,
comprobamos que en nuestro medio, son escasas las personas que tienen la
habilidad de hablar con efectividad y firmeza, a fin de transmitir sus
pensamientos e impresiones sin que el miedo les paralice el cuerpo, cuando
están frente a un público numeroso y variado.
En nuestra condición de instructores de oratoria,
podemos asegurar que hablar en público no es algo imposible o inalcanzable, la
facultad elocutiva requiere como cualquier otra facultad del hombre, cultivo y
educación. Tengamos presente que una persona que no sepa expresarse
correctamente ante los demás, está condenada a fracasar y a ser relegada a un
plano inferior, en cambio los que si dominan el arte de la elocuencia están
destinados a sobresalir y a triunfar en todas las esferas de su vida.
Es importante recordar que el hombre es el único
ser viviente que habla y que la palabra es uno de los dones más extraordinarios
que posee, éste le permite manifestar la prodigiosa riqueza de su alma y
establecer relación con sus semejantes. Por ello, llama la atención que en los
centros escolares y de educación superior no se ponga especial atención en la
enseñanza de la expresión oral. Se nos enseña a leer y a escribir pero nunca se
nos enseña a “hablar” y mucho menos a hacerlo en público y con las técnicas
apropiadas.
El arte de la palabra oral se ha constituido
paulatinamente y a través de los siglos en un patrimonio cultural sin dueños ni
fórmulas mágicas, de tal forma que ha sido conceptualizada acertadamente como
“el arte de hablar en público” toda vez que el orador es un artista que combina
armoniosamente; ademanes, gestos, expresión verbal y corporal, encausando todo
ello a cumplir cabalmente los fines que ella conlleva, es decir; persuadir,
educar, conmover y agradar.
LOS FINES DE LA ORATORIA
Es importante precisar que la oratoria, como toda
ciencia o arte, tiene una serie de propósitos que anhela alcanzar a través de
su práctica efectiva. Estos propósitos que también podemos llamar fines, han
sido materia de debate desde los tiempos antiguos. Rememorar la diversidad de
opiniones en torno a los fines de la oratoria, sería caer en una bizantina y
fatigosa enumeración; en esencia, casi todas las teorías coinciden entre sí. La
divergencia de opinión suele tener sus orígenes en el tiempo y en el espacio
geográfico en el que le toca desarrollarse. En esencia cuatro son los fines de
la oratoria:
1. PERSUADIR
Implica convencer a otras personas de que nuestras
opiniones e ideas son las correctas y moverlas a la acción de acuerdo con
ellas. Involucra también la motivación para que otros realicen lo que en el
fondo muchas veces no quieren hacer. Es el caso del vendedor que busca por
medio de la persuasión que los clientes se sientan motivados a comprar sus
productos o servicios. La persuasión se orienta a la voluntad de los
receptores, por ello podemos decir que “es la actividad de convencer a nuestros
semejantes para que tomen una decisión o hagan una acción determinada”.
2. ENSEÑAR
Comprende la acción de transmitir, a alumnos o
discípulos, conocimientos y cultura general a través de la palabra hablada.
Esta transmisión pedagógica se realiza en sesiones académicas, debates o
incluso, en una plática común. Aquí la oratoria se orienta a la inteligencia de
los receptores, su propósito es comunicar no sólo las noticias cotidianas sino,
va más allá; transferir conocimientos de todo tipo por medio de un emisor y/o
profesor, ya sea de manera formal; en los centros de enseñanza de diferentes
niveles o, ya sea de manera informal; esto es en el hogar, la calle o la
comunidad.
3. CONMOVER
Involucra provocar por intermedio de la oratoria,
determinados sentimientos, pasiones y emociones en el espíritu de las personas
que escuchan nuestras palabras. El ser humano en la vida diaria llora, ríe, se
asusta, se encoleriza etc. Es decir, experimenta emociones. Estas emociones
también las puede crear un orador a través de sus palabras siempre y cuando
estas lleguen a la fibra interna del público oyente. Si logramos conmover a
nuestro público podemos cautivarlo y comunicarle satisfactoriamente nuestros
sentimientos.
4. AGRADAR
Agradar es crear belleza con la palabra hablada; es
decir, producir en el alma ajena un sentimiento de placer con fines
determinados. La oratoria como entretenimiento se orienta al campo del
sentimiento. Por eso, cuando leemos un libro de chistes o espectamos un
programa humorístico, sentimos que perdemos todo contacto con la realidad,
reímos y nos alegramos. Cuando escuchamos a un cantante, su voz; o nos agrada o
nos desagrada, lo mismo ocurre con un conductor radial al momento de hablarnos
románticamente con su voz impostada.
Capitulo II: LA CONFIANZA Y SEGURIDAD PERSONAL
1. La personalidad del orador
Sean cuales fueran las tareas
específicas que el orador deba realizar en una disertación y aunque muchas de
ellas puedan parecer mecánicas o rutinarias, no puede pasarse por alto la
importancia de la posición que ocupa como comunicador social y/o líder de opinión.
Por ello, en el orador no sólo se valora la aptitud para el desempeño de las
funciones como expositor sino también la idoneidad a través de una serie de
cualidades que a nuestro entender debe poseer un orador de éxito y que a
continuación presentamos.
1° CUALIDADES FÍSICAS
Estas cualidades tienen que ver con la apariencia
personal del orador, no involucra que sea hermoso o de físico impresionante.
Implica el cumplimiento de una serie de pautas sencillas que le permitan
resaltar su personalidad, de tal forma que constituya un conjunto armonioso y
estético ante los ojos de los demás.
El aseo personal:
Es la limpieza, cuidado, compostura y buena
disposición de nuestro cuerpo. Ello transmite una agradable impresión a través
del sentido visual y olfativo. El acicalamiento en nuestro peinado, maquillaje
y perfume permiten un buen acercamiento de los oyentes hacía nosotros. El no
bañarse o no cepillarse los dientes, a la larga van produciendo un hedor
insoportable o un aliento nada agradable que pondrá una barrera entre nosotros
y las personas con las que tratamos. Es recomendable el baño diario, el cambio
de ropas con la misma frecuencia, el corte de uñas y de cabello en forma
periódica.
El vestido:
Es la cubierta que nos ponemos en el cuerpo para abrigo
o adorno. Involucra el conjunto de piezas que sirven para cubrir nuestro
cuerpo, pueden ser formales o informales según la ocasión en la que tengamos
que utilizarlo. Constituye la prenda exterior completa de una persona y en el
caso de los oradores constituye su uniforme de trabajo; esta vestimenta debe
ser la adecuada para cada reunión oratoria debiendo primar los principios de
elegancia, limpieza y una correcta combinación de prendas y/o colores.
Recordemos que el vestido resalta nuestra personalidad, formalidad y pulcritud.
La actitud mental positiva:
Es la condición subjetiva de nuestra mente; ésta
nos permite tener una actitud mental positiva que nos impulsa a realizar lo
anhelado o en su defecto, una actitud mental negativa que sólo apunta a buscar
excusas para no realizar lo deseado. Estas actitudes tienen que ver,
principalmente, con nuestros pensamientos ya que nuestras acciones son el
reflejo de ellos. Por ello, todo orador debe estar imbuido de actitud mental
positiva para realizar sus exposiciones con entusiasmo y mucho optimismo; ello
se logra a través de la autosugestión y del correcto uso de las técnicas de
respiración y de relajamiento.
Gozar de buena salud física:
Un orador con dolor de muela, dolor de cabeza o
fuerte dolor de vientre, no podrá realizar con eficacia sus exposiciones, el
dolor lacerante lo pondrá de mal humor o lo indispondrá para sus tareas. Lo
recomendable es que periódicamente se acuda al médico para un chequeo general y
evitar desagradables sorpresas. La labor un tanto estresante, conlleva a
padecer de una serie de dolencias que al no ser atendidas o al ser mal curadas,
pueden convertirse en crónicas y mortales. Se debe combinar una buena dieta con
ejercicios matutinos para evitar el sedentarismo y las enfermedades psicosomáticas.
Gozar de buena salud psíquica:
La mente también se enferma y puede producir
lamentables estados de distorsión de la personalidad; paranoia, esquizofrenia y
aún, psicopatía. Lógicamente una persona con desbarajustes mentales no podrá
realizar a satisfacción su labor como orador, casi siempre tendrá problemas con
sus superiores, compañeros de trabajo y más aún, con el público oyente. Una
visita al psicólogo o psiquiatra es recomendable, pues a diferencia de las
enfermedades físicas estas no se manifiestan pasivamente, sino a través de un
accionar desequilibrado que perjudica el buen desempeño del orador.
2° CUALIDADES INTELECTUALES
Estas cualidades están relacionadas con la facultad
para conocer, comprender y razonar; implican un conjunto de características
inherentes que todo orador debe desarrollar y utilizar con eficacia. Estas
cualidades propias de la actividad mental, están al alcance de todos y sólo
requieren de decisión para aplicarlas.
Memoria
El poder recordar nombres, rostros, situaciones y
la ubicación exacta de documentos o cosas, constituye un requisito
indispensable en la labor del orador, ello le permite evocar con facilidad,
información que se necesita en lo inmediato. El llamar a las personas por su
nombre, luego de haberlos reconocido, constituye una muestra de especial
deferencia hacia el público con el que tratamos. Recordar la ubicación de
documentos y cosas, nos permite realizar las labores con mayor rapidez. La
memoria se ejercita a través de la observación minuciosa, la retención y la
evocación.
Imaginación
Consiste en la facultad de reproducir mentalmente
objetos ausentes; de crear y combinar imágenes mentales de algo no percibido
antes o inexistente. El término imaginación, incluye dos características
básicas: la renovación o "re experimentación" de lo ya vivido
(memoria), y la creación de imágenes mentales que antes no existían
(imaginación). Los psicólogos distinguen entre imaginación pasiva, que recupera
imágenes previamente percibidas por los sentidos y la imaginación activa,
constructiva o creativa, mediante la cual la mente produce imágenes de sucesos
o de objetos poco o nada relacionados.
Sensibilidad
Es la facultad de sentir física o moralmente los
sentimientos de alegría, pena, dolor, compasión y ternura. Es una cualidad
propia de los seres humanos, pero no por ello todos los tienen desarrollados en
la misma medida. Existen algunos oradores que parecieran insensibles al dolor
ajeno, dan la impresión de no interesarles para nada los sentimientos de sus
congéneres. A la larga, estas personas se hacen odiar y son públicamente
vilipendiadas. En cambio, un orador que demuestre sensibilidad en su trato y en
sus acciones se ganará el cariño y estima de las personas con las que trata.
Iniciativa
Es el ideal que nos mueve a realizar algo por
voluntad propia sin que nadie nos lo diga, ordene o motive. Involucra la acción
de adelantarse a los demás en hablar u obrar, es una cualidad personal que
inclina a las personas a realizar acciones para alcanzar una ventaja
competitiva. En la mente de todo orador debe estar presente siempre la frase:
«la iniciativa es del interesado», si anhelamos lograr un objetivo, no podemos
confiar sólo en la voluntad divina o en la buena voluntad de las personas; sino
que, como interesados, debemos intervenir directamente para su concretización.
3° CUALIDADES MORALES
La moral está relacionada a las costumbres y a las
normas de conducta de una determinada sociedad. Por extensión, podemos decir
que es el conjunto de normas de comportamiento que debe cumplir un orador, para
que exista congruencia entre lo que predica y hace, en el ejercicio de su labor
profesional.
Honradez:
Es una cualidad que involucra un proceder recto y
honesto de parte de un orador. Actuar con honestidad significa, no apartarnos
de los cánones morales establecidos por la profesión ya que muchas veces suelen
presentársenos oportunidades o propuestas nada decentes, que bien podríamos
aprovechar en beneficio nuestro. La falta de honradez significa una falta moral
hacia nuestra profesión y el desprestigio para nuestra persona. Un orador que
no sea honrado, poco tiempo durará en su trabajo, pues las exigencias de su
labor demandan de él, un proceder recto y honesto.
Puntualidad
Es la cualidad de hacer las cosas con prontitud,
diligencia y a su debido tiempo. Es ser exactos en hacer las cosas a su tiempo
y de llegar a los sitios convenidos en la hora establecida. Napoleón Bonaparte
solía decir: «la hora es la hora... cinco minutos antes de la hora, no es la
hora... cinco minutos después de la hora tampoco es la hora.» y concluía
diciendo: «puedo perder una batalla pero nunca un minuto; las batallas se
recuperan, el tiempo jamás» La puntualidad es en esencia, una cualidad que todo
orador debe practicar e interiorizar en su subconsciente.
Sinceridad
Es el modo de expresarse libre de fingimiento y
mentiras. Involucra hablar con veracidad y sin doblez. En la boca del mentiroso
todo se hace dudoso; en cambio, en los labios de una persona sincera, todo es
creíble y aceptado con confianza. Un orador debe ser sincero tanto en lo que
dice como en lo que hace; existen ocasiones en las que se ve al orador
fingiendo, descaradamente, estados de ánimos que no siente para tratar con
personas o públicos que no les agrada. Piensa que el fingimiento no se nota,
pero es evidente y causa serios problemas en la interrelación con nuestros
semejantes.
Congruencia
Es la relación que existe entre «el pensar» y «el
actuar», relación que muchas veces no es armoniosa, pues a menudo no hacemos lo
que predicamos. Un orador puede manifestar en una exposición empresarial, que
los cigarrillos son perjudiciales para la salud y que por consiguiente no
debemos fumar, pero al terminar su exposición, en el hall del auditorio, compra
una cajetilla para fumarlos delante de su sorprendido público. Todo lo que
decimos debe tener su contraparte en la acción, caso contrario corremos el
riesgo de caer en la demagogia o cháchara barata.
Lealtad
Es la cualidad de ser leal; es decir, convertirse
en una persona incapaz de traicionar la confianza depositada en uno, o ser
incapaz de engañar a quien le ha brindado su consideración. Se entiende por
leal a la persona que pese a los graves problemas que se suscitan, no abandona
jamás al compañero, jefe o institución para la que trabaja. Dícese, que la
lealtad inspira la realización de acciones nobles, altruistas y hasta de
sacrificio. Más que una cualidad, es una virtud que todo orador debe practicar
a diario como parte de su comportamiento ético y moral.
2. El miedo oratorio
El gran enemigo del orador –dice Loprete- es el
temor o miedo al público; éste paraliza la lengua, seca la boca y la garganta,
produce transpiración, engendra movimientos torpes del cuerpo (brazos y
piernas), traba la articulación, la voz y lo que es peor, obnubila la mente. El
miedo se origina en un estado físico de nerviosidad patológica; es un complejo
de inferioridad permanente o transitorio, es una sobrestimación excesiva del
propio yo, que lo torna sumamente celoso e intolerante con el mínimo fracaso.
El origen del miedo lo encontramos en la falta de
confianza y seguridad personal, en la insuficiente preparación académica o en
la natural reacción que experimenta toda persona al internarse en una situación
inhabitual. Pero, al margen de todas estas adquisiciones “psicológicas” hay
que comprender que el miedo es algo natural y parte inherente del ser humano.
El miedo se puede vencer
Los especialistas manifiestan que el miedo es un
mecanismo de defensa, que nos sirve de protección para no recibir daño; nos
mantiene alertas en situaciones de peligro para reaccionar ante las circunstancias
amenazadoras, no es un enemigo, sino un aliado leal. Lo importante es aprender
a canalizarlo y a utilizarlo constructivamente. “Sentir temor de manipular los
cables de electricidad –nos dice Orbegoso- nos ayudará a cogerlos con cuidado y
respeto... en estos casos el miedo es para protegernos”. “En cambio, sentir
miedo de pedir un aumento cuando uno cree que se lo merece, no nos ayudará de
ninguna manera... en estos casos el miedo esta perjudicándonos gravemente”.
No existe persona alguna sobre la tierra, que pueda
decir: ¡Yo no tengo miedo! Y si lo hubiera, de seguro sería un habitante del
manicomio, del cementerio o de otro planeta (extraterrestre). Todos las
personas por naturaleza experimentamos el miedo, es parte integrante de nuestro
ser. Pero, eso sí, hay muchas personas que pueden afirmar: ¡Yo puedo dominar el
miedo! ¡Yo domino mis temores!
Estas personas han aprendido a controlar sus
emociones, a dominar el miedo y temor oratorio, de tal forma que cuando salen a
hablar frente al público, lo hacen como si fueran inmunes a este fenómeno.
¿Pero cómo lo logran? Eso es lo que vamos a analizar a continuación, sólo
recordemos que, ¡Si ellos pudieron hacerlo, nosotros también podremos hacerlo!
LOS MECANISMOS DEL MIEDO.
El miedo es una respuesta natural del organismo. La
reacción que se produce en el organismo tiene como fin prepararnos para huir
del objeto o situación potencialmente agresiva o enfrentarnos a él. Cuando
experimentamos este fenómeno psíquico paralizante, ocurre el siguiente proceso:
1. Recibimos el estímulo (una imagen o sonido)
2. En el cerebro el sistema límbico (que controla
las emociones) procesa el estímulo.
3. Como respuesta, las glándulas suprarrenales
segregan la hormona adrenalina. La adrenalina estimula el sistema nervioso
simpático, aumenta la presión arterial, produce dilatación de las pupilas y
ocasiona temblor.
Cuando se siente miedo en la práctica oratoria -nos
dicen los especialistas y lo corroboramos con nuestra experiencia-, se reflejan
un conjunto de síntomas que nos impiden expresarnos con claridad y facilidad.
Uno siente que el cuerpo se paraliza, la lengua se inmoviliza, se produce una
transpiración excesiva, se seca la garganta, se traba la articulación y la voz,
los músculos del rostro se crispan, tratamos de refugiarnos sobre nosotros
mismos y se genera un vacío cerebral. Es decir, nos aborda una neurosis
pasajera, pero intensa. Uno se siente angustiado, existe una gran dificultad
para conexionar ideas y encontrar palabras; se encuentra uno invalido por una
sensación de vacío cerebral.
3. Tipos de miedo en
la oratoria.
1° MIEDO A LA PRIMERA VEZ
Cuando una persona tiene que hacer algo por primera
vez, es normal que tenga miedo, sino recordemos -nosotros los varones- la
primera vez que tuvimos que declarar nuestro amor a una dama; seguro que nos
pusimos “colorados” y las palabras meticulosamente estudiadas no salieron de
nuestros labios como habíamos esperado. Una experiencia horrible que felizmente
pudimos superarla en una segunda o tercera declaración amorosa, ya no nos fue
tan traumático. Si nos hubiéramos quedado callados, vencidos por el miedo, hoy
no tendríamos la esposa o enamorada que nos acompaña.
El miedo a la primera se vence dando el primer
paso. No importa lo bien o lo mal que hagamos nuestras acciones, lo importante
es hacerlo. Conocemos a muchas personas que pese a su avanzada edad nunca
tuvieron una enamorada, ¿porqué? porque cuando fueron jóvenes no se atrevieron
a declarar sus sentimientos, se dejaron vencer por el miedo. Lo mismo ocurre en
la oratoria, cuando exista la oportunidad de hablar en público aceptemos el
reto, la primera vez quizá no sea satisfactorio, pero las otras serán mejores;
habremos adquirido experiencia y habremos aprendido a dominar nuestras
emociones.
2° EL MIEDO A FRACASAR
¿Y si me equivoco? ¿Y si lo hago mal? ¡Mejor no lo
hago!, suelen ser las expresiones de las personas que se dejan amedrentar por
el miedo. Recordemos las palabras de OgMandino, “El fracaso no me sobrecogerá
si mi deseo por triunfar es mucho más grande”. No importa si nos equivocamos,
total, la vida es una constante práctica donde algunas veces ganamos y en otras
perdemos, lo importante es sacar lección de cada uno de ellas. Por ejemplo,
Thomas Alva Edison para inventar el foco o lámpara incandescente, hizo 3,500
experimentos; uno tras uno fue fracasando, cuando iba en el intento N° 3,498 el
foco se encendió unos segundos para luego destruirse.
Los compañeros de trabajo instaron a Thomas a
desistir, pero él, con la terquedad que lo caracterizaba, continuó adelante. En
el intento N° 3,499 el foco se encendió por casi un minuto pero luego reventó.
Thomas, al ver el resultado, se puso a reír descontroladamente, sus compañeros
preocupados exclamaron: _ “Pobrecito, ya se volvió loco con tantos fracasos”. _
¡Oye Thomas! ¿Porque ríes como loco? – le preguntaron. _ Me río porque ahora
conozco 3,499 formulas que no sirven para inventar un foco. En el intento N°
3,500 ese foco se encendió para nunca más apagarse. Thomas Alva Edison triunfó
porque fue perseverante, porque no tuvo miedo a fracasar.
3° MIEDO AL QUE DIRÁN
Este miedo se basa en un hecho curioso; muchas
personas viven pendientes de lo que dicen los demás y no de los dictados de su
razón. Viven preocupados de las críticas y comentarios de la gente, a veces lo
que hacen resulta tan ridículo, que uno se pregunta ¿cómo pueden llegar a
depender tanto de la opinión pública? La presente historia gráfica este tipo de
miedo.
“Un anciano y su nieto compran un burro en Piura y
deciden irse montado en él hasta Sechura. Ambos se suben al burro y cabalgan
hasta el distrito de La Arena, la gente al verlos, exclama: _ ‘¡Miren a ese par
de miserables! Los dos subidos en el pobre burrito. No les da pena, ¡bájense de
ahí desgraciados!’. Avergonzados deciden que sólo el niño lo montará. Cuando
llegan al distrito de La Unión, la gente al ver al niño montado y al anciano
caminando, exclaman: _ “Miren a ese niño desvergonzado, él bien subido en el
burro y el pobre viejito caminando. ¡Bájate de ahí!” –le gritaron coléricos.
El niño avergonzado le dice al abuelo: _ “Mejor
móntelo usted abuelo para que la gente deje de criticarme”. Al pasar por la
zona del Tablazo, los pobladores exclamaron: _ “Miren a ese viejo desgraciado,
él bien subido en el burro y la pobre criatura caminando. ¡Bájate de ahí viejo
sinvergüenza! El abuelo molesto le dice a su nieto: _ ¿Sabes hijo?, mejor que
nadie monte al burro, ¡Vámonos caminando! Y así, horas después llegan caminando
a Sechura. Sus paisanos al verlos exclamaron: _ ¡Miren a ese par de sonsos,
tienen burro y no se suben en él!
4. Cómo vencer el miedo de hablar en público
Para vencer el miedo de hablar en público, podemos
utilizar dos métodos infalibles; el primero es usado en los cursos de
capacitación dictados por nuestra Escuela de Oratoria y el segundo, es una
contribución del Dr. David Fischman, el cual transcribimos para su conocimiento
y aplicación.
1° LA ACTITUD MENTAL POSITIVA
Este método consiste en utilizar nuestra mente para
vencer el miedo, es una técnica 100% infalible para dominar el miedo de hablar
en público. Es infalible porque utiliza nuestro cerebro, el instrumento más
poderoso, complejo y eficiente que existe en el mundo. A través de ella nos
imbuimos de ideas positivas para encontrar la fuerza y aplomo que suele
hacernos falta cuando hablamos en público. La Biblia nos dice: _“Según sean tus
pensamientos, así serán tus acciones…” y el Dr. Christian Barnard lo
complementa diciendo: _“Todo radica en el estado mental de las personas, si
piensas que puedes, podrás...” A esto llamamos nosotros -los instructores de
oratoria- Actitud Mental Positiva o sucintamente A.M.P.
Cuando el orador tiene que salir al escenario y
ubicarse frente a sus oyentes para transmitir un discurso determinado, su
cerebro juega un papel importante en su motivación personal. Cada uno de los
pensamientos o ideas que logre interiorizar en su mente, permitirán que tenga
pensamientos y acciones positivas o en su defecto, pensamientos y acciones
negativas. Estas formas de razonar suelen “apoderarse” de su mente y
manifestarse de la siguiente manera:
1.- Negativamente
El orador miedoso y motivado negativamente, dirá: _
“Lo voy a hacer mal...” “Me voy a equivocar...” “Se van a reír de mí...” “Para
que me comprometí...” “Mejor me regreso a casa...” “Voy a fracasar…” “¡Soy un
perdedor…!” Este individuo, desde el momento en que se declara perdedor -antes
de haber iniciado la lucha- ya perdió, no podrá dominar el miedo, ni mucho menos
podrá tener una exposición satisfactoria. Dará pena verlo parado en el
escenario; nervioso, tartamudeando, luchando por pronunciar las palabras que se
resisten a salir de sus labios. ¿Qué por qué le ocurre esto? Simplemente porque
desarmó su mente, porque no lo blindó con ideas positivas que le dieran valor.
2.- Positivamente
En cambio, el orador temeroso pero imbuido de ideas
positivas, exclamará: _“Saldré adelante y pondré todo mi esfuerzo para hacerlo
bien... si me equivoco, que importa; la próxima oportunidad lo haré mucho
mejor...” “¡Voy a triunfar!”, “¡Soy un ganador!” Este señor saldrá adelante,
expondrá su tema con pasión y convicción, derrotará al miedo y brindará una
excelente exposición. ¿Por qué? Porque la actitud mental positiva asumida le
permitirá derrotar el miedo y la timidez, le permitirá encontrar la fuerza que
le hacía falta para enfrentarse a ese “monstruo de mil cabezas” llamado
público.
Dos preguntas importantes suelen surgir a raíz de
estos planteamientos teóricos en nuestros cursos:
¿Cómo se logra la Actitud Mental Positiva? ¿Cuál es
el secreto para mantenerse optimista y para adquirir la fortaleza necesaria que
nos permita enfrentar con éxito las vicisitudes de la vida? Nuestra respuesta
es sencilla: _ Se logra, única y exclusivamente, a través de la Autosugestión
Positiva; un complemento de la Actitud Mental Positiva y que consiste en “una
sugestión que nace espontáneamente en una persona, independientemente de toda
influencia extraña”. A continuación una explicación más detallada.
LA AUTOSUGESTIÓN POSITIVA
La Autosugestión Positiva es la acción de motivarse
uno mismo a través de palabras positivas y reconfortantes; ello nos proporciona
el valor y la entereza que nos permiten enfrentar los retos que la vida nos
pone a diario. Por ejemplo, ante una situación oratoria en la que el miedo o
temor nos motive a desistir, repitamos mentalmente y con fuerza: _ ¡Yo lo haré!
¡Nací para ganar! ¡Nací para triunfar! ¡Soy el número uno!, ¡A mi nada, ni
nadie me va a ganar! ¡Soy un triunfador!
Estas palabras u otras, de corte positivo, las
debemos repetir mentalmente; “con fuerza”, convicción y de forma repetida
–machacándolas en nuestra mente- a la par que pasamos inmediatamente a la
acción, es decir a la ejecución de la tarea o compromiso propuesto. Recordemos
que buenos deseos sin acciones, no valen de nada.
Armados de ideas positivas –a través de la
autosugestión-, nuestra participación como oradores será impactante y
fructífera, pues la Actitud Mental Positiva nos ayudará a adquirir valor,
confianza y seguridad personal. Tengamos presentes que “no hay nada difícil ni
imposible en este mundo, para aquel que cree poder hacerlo”. Todo es posible, todo
se puede realizar, lo único que se necesita es decisión, valor y perseverancia.
¿Y a todo esto, existe un proceso práctico para lograr una eficaz motivación
positiva? ¡Por supuesto! y a continuación pasamos a explicarlo:
1. Relájese y respire profundamente (Una
respiración lenta, profunda y pausada que bien puede durar hasta un minuto o
más). Puede hacerlo sobre su cama, acostado de cubito dorsal; sentado en un
sillón, con los brazos colgando a los costados o de pie, en un ambiente
discreto. Mantenga los ojos cerrados.
2. Repita mentalmente y con fuerza interna, la
acción que se desea realizar: ¡Hoy daré el mejor discurso de mi vida...! ¡Nada
ni nadie me detendrá! ¡Soy el mejor orador del mundo...! ¡Expondré sin miedo ni
temor…! ¡El miedo no existe…! ¡Soy un ganador! (Las palabras se repiten al
compás de la respiración).
3. A medida que se va respirando y repitiendo las
palabras de motivación, acumule toda la energía interna que le sea posible
obtener, siéntase fuerte y poderoso (su respiración debe hacerse más prolongada
y enérgica tanto al inhalar, como al exhalar el aire) mantenga su concentración
sin que nada lo interrumpa.
4. Ahora pase a la acción; abra los ojos y observe
el mundo que tiene que enfrentar y vencer. ¡Usted es el milagro más grande del
mundo! ¡Usted es un triunfador! Enfrente a su auditorio y exponga su discurso
como el más fogueado de los oradores y al final retírese orgulloso, con la
satisfacción de haber cumplido a plenitud su misión.
2° EL MÉTODO DE DAVID FISHMAN
Un importante artículo de David Fischman titulado:
“HABLANDO DEL MIEDO A HABLAR”, -Publicado en el diario “El Comercio”- nos gráfica,
objetivamente, el miedo que experimenta el común de las personas cuando se ve
frente al público para transmitir un determinado discurso y la forma de
neutralizarlo eficazmente. Acto seguido, reproducimos parte de él con fines
pedagógicos.
ANTÍDOTO PARA VENCER EL MIEDO
Piense en servir y no en pedir
Recuerde alguna vez, en que usted le haya hecho un
pedido a una persona que tenia autoridad sobre usted y que no conocía mucho.
¿Cómo se sintió? Ahora recuerde alguna oportunidad en la que usted quiso servir
con amor y de forma desinteresada a una persona en las mismas condiciones que
la anterior. ¿Cómo se sintió? Lo más probable es que en el primer caso tuviera
miedo y en el segundo no.
Cuando nos paramos al frente de un público, para
pedir aprobación, admiración y aceptación, nuestro ego tiene mucho que perder.
Nuestro ego entra en pánico al exponerse a una posible tragedia, a sentirse no querido
ni aceptado. En cambio cuando nos paramos al frente del público con una actitud
de servicio, el miedo disminuye. Si nos enfrentamos al público con una actitud
de entregarle lo mejor que podemos ofrecer, de enriquecerlo y de ayudarlo, el
miedo no tiene cabida.
Capitulo III: LA VOZ HUMANA
1. La voz humana
La voz tiene un significado especial en la
oratoria, es la base de la expresión oral. Una buena voz –natural o cultivada-
facilita la labor del orador y le da un apoyo sólido durante su exposición. Por
lo general, se descuida o no se toma en cuenta este aspecto de la expresión
oral, disminuyendo de esta manera la habilidad de comunicación eficaz.
Para hablar en público –como dice el Dr. Loprete -,
lo ideal sería tener “una voz expedita, llena, suave, flexible, sana, dulce,
amable, clara, limpia, penetrante y que dure en los oídos”. La voz humana
–según los especialistas- debe tener las siguientes características:
Tono
Es la altura musical de la voz. Según el tono, las
voces humanas se clasifican en agudas o graves. La escala de registros de
altura permite clasificar a las voces masculinas, por lo común, en tres
categorías: tenor, barítono y bajo. Existen también tipos de voces intermedias.
Desde el punto de vista oratorio, la mejor voz es la del barítono.
Timbre
Es el matiz personal de la voz. Es un fenómeno
complejo y está determinado por el tono fundamental y los armónicos o tonos
secundarios. Por el timbre se reconoce a la persona que habla, aun cuando no se
la perciba. Hay voces bien timbradas y agradables, mas las hay también blancas,
roncas y chillonas.
Cantidad
Es la duración del sonido. Según la cantidad, los
sonidos pueden ser largos o breves, con toda la gama intermedia de semilargos,
semibreves, etc. La cantidad suele depender, en general, de las características
de cada idioma, de los hábitos lingüísticos de las regiones o países, de la
psicología del habitante, etc.
Intensidad
Es la mayor o menor fuerza con que se produce la
voz. Hay voces fuertes y voces débiles. En fonética, se denomina acento al
conjunto de los anteriores elementos, cuya combinación especial en cada idioma,
en cada región de un mismo idioma y aun en cada individuo, da a ese idioma o
habla una característica distintiva.
2. La respiración.
La respiración es uno de los elementos principales que influyen en la
perfección de una hermosa voz, por lo tanto el dominio de la respiración
correcta debe ser el primer paso hacia el mejoramiento de la voz. La
respiración es la materia prima con que construimos las palabras, y el uso
adecuado de la respiración nos da tonos atractivos que agradan y se dejan
escuchar fácilmente.
La técnica recomendada para
una buena respiración es la diafragmática abdominal. Hay que ejercitar mucho el
diafragma moviendo el estómago hacia adelante al inspirar y hacia adentro al
exhalar.
- Siéntate en una silla o
ponte de pié, procura relajar cuanto puedas tu tensión.
- Coloca la palma de la mano
en la región superior del estómago.
- Aspira despacio y
profundamente, teniendo tus hombros firmes y descansados a la vez.
- Tus hombros y pecho no deben
subir ni bajar mientras estés respirando.
- Mientras aspiras cuenta:
uno, dos, tres, cuatro.....
- Imagina que tu estómago es
un gran globo de aire, el globo se expande como si lo inflaras.
- Expele el aire y el balón se
desinfla.
- Continúa practicando esto
una y otra vez hasta que te acostumbres a respirar de esta manera. Practícalo
también en tu casa o en tu automóvil como lo manifesté en mi último GOO.
- También puedes tenderte en
el suelo y te colocas algo no muy pesado, puede ser un libro grande de
enciclopedia, yo acostumbro colocar un cojín de arena pequeño, de medio kilo,
empezando, y de un kilo más adelante, en el abdomen y el participante nota
que sólo sube el saquito de arena al inhalar y baja al exhalar.
- Nota que en la postura
mencionada, estás respirando sin darte cuenta más con el vientre que con la
parte superior del pecho o tórax.
- Y recuerden: al INHALAR LO
HACEN POR LA NARIZ, nunca por la boca , y AL EXHALAR LO HACEN POR LA BOCA.
En todo momento de nuestra
cotidianidad debemos aplicar esta técnica. Hay que hacer este acto
conscientemente, al principio es difícil pero luego se hace fácil, y al lograr
la técnica nos trae inmensos beneficios, HÁGANLO A CADA MOMENTO.
Una respiración bien realizada
es muy útil para calmar el nerviosismo, relajar los nudos de la garganta e
inspirarte la confianza necesaria para hablar como un excelente orador a quien
se le ha confiado una alta misión.
Ahora bien, esto es solo para
comenzar, ya saben la técnica luego comienzan la variedad de ejercicios que en
siguientes goos les iré mencionando ya que en este tema de la respiración hay
que detenerse y detallar muchos aspectos. y quiero adelantarles sobre algo
maravilloso en el próximo goo, acerca de la técnica respiratoria del Método
BUTEYCO: LA RESPIRACIÓN REDUCIDA. Espero sus comentarios y cualquier
pregunta acerca de este tema. Muchas gracias amigos.
3. La articulación y la
fonación
Por articulación entendemos la pronunciación clara
y distinta de las palabras y tiene que ver con la posición de los órganos de la
voz para la pronunciación correcta de una vocal o consonante. Un problema
bastante frecuente, entre los que se inician en el campo de la oratoria, lo
constituye la articulación; muchos llegan con una serie de incorrecciones que
tienden a desvirtuar el mensaje pronunciado.
La mala pronunciación de consonantes o vocales, o
una pronunciación a medias, dan como resultado una pobre expresión oral. A
continuación un ejemplo de mala articulación:
_ Oe, ontá Pedro
_ ¿Pa’qué lo buscas?
_ Pa’ darle un candao que me dejó su cuñao.
_ El tá en cama, tá enfermo.
_ ¿Oe, pero ta’ bien o ta’ mal?
Aquí vemos, como muchas consonantes son omitidas y
como muchas vocales al unirse producen un sonido cacofónico que muchas veces no
son entendidas con facilidad por los oyentes. Esta expresión es pobre y
desagradable. Por ello, tengamos presente que articular bien, es pronunciar
distintamente todas las consonantes y vocales; articular bien nos permite,
entre otras cosas, hacernos comprender con claridad, incluso cuando hablamos en
voz baja.
Una buena articulación proporciona la debida
comprensión de lo que se diga, lo cual constituye la mejor manera de mantener y
desarrollar el interés de los oyentes hacía nuestro mensaje.
EJERCICIOS PRÁCTICOS DE ARTICULACIÓN
A continuación presentamos una serie de ejercicios,
cuya práctica y dominio nos permiten lograr una correcta pronunciación de las
vocales y consonantes.
• Lleve los labios hacia atrás pronunciando
mentalmente la vocal “i” y luego llévelos hacia delante pronunciando la vocal
“u”, hacerlo rápidamente durante treinta segundos, ayuda a fortalecer los
músculos de la boca para una correcta vocalización.
• Realice movimientos circulares con la lengua por
la paredes internas de la boca, como sacando chocolate alojado en las encías.
Hágalo durante 30 segundos.
• Parado delante de un espejo -para observar el
juego de los labios- comience por vocalizar primero las cinco vocales (a, e, i,
o, u) esmerándose para que suenen claras, sin levantar, ni forzar el tono de
voz. A intervalos descanse.
• Realice la siguiente gimnasia vocálica.
AA - AE - AI - AO - AU
EA - EE - EI - EO - EU
IA - IE - II - I O - IU
OA - OE - OI - OO - OU
UA - UE - UI - UO – UU
• Siempre delante del espejo, vocalice las silabas
as, es, is, os, us, hasta conseguir que la “s” suene clara, pero no silbante.
• Vocalice palabras con consonantes liquidas (l y
r) tales como: clamor, clero, clima, clon, club, práctica, precoz, privado, producto,
prusiano, etc.
• Muerda un lápiz a modo de freno para caballos,
para obstaculizar la articulación de las palabras y lea, con una sola
respiración, un texto cualquiera esforzándose por pronunciar lo mejor posible a
pesar de la traba.
• Lea libros cuya temas salgan de lo común, sin
pronunciar sonidos, pero usando los labios y la lengua para modular palabras.
• Vocalice palabras terminadas en “do” (asado,
cansado, pelado), etc. Para evitar decir: asao, cansao, pelao.
• Lea en voz alta, primero pronunciando clara y
correctamente el texto y luego dándole expresividad.
• Juegue con el sonido de las letras m, n, ñ
produciendo resonancia en su pecho, sintiendo profundidad. Ejemplo:
- Tam - bién, - Cam -bio,
- Ram - pa, - Can - ción,
- Cen - tau - ro, - Con - ven - to,
- Cum - ple - años, - Cun - dir,
- Cu - ña, - Pu - ñe - te,
- Ca - ña, - Ca - ñe – ría.
• Habitúese a cantar todos lo días para conocer su
voz y cultivarla. También es importante cantar con los labios cerrados,
haciendo uso de los resonadores (expulsando las notas musicales por las fosas
nasales)
EL SONIDO ARTICULADO
El sonido articulado se origina en los pulmones; el
aire expulsado por los órganos sale a través de los bronquios y la tráquea. Al
llegar a la laringe, se encuentra con las cuerdas vocales, dos tendones que al
paso del aire se aproximan entre sí, o bien comienzan a vibrar, dando lugar al
sonido. El sonido se modifica por último, al llegar a los órganos situados
fundamentalmente en la cavidad bucal: lengua, labios, dientes y paladar,
originando como resultado final el sonido articulado, base del lenguaje verbal
humano.
El estudio de la articulación indica el lugar
exacto donde se producen las vocales y las consonantes y los órganos que
intervienen, o sea, la producción misma de esas vocales y consonantes, solas o
combinadas; en sílabas, en palabras o en frases. Estos procesos son estudiados,
principalmente por la fonética.
Conviene, sin embargo, tener presente que deben ser
consideradas como aceptables, la articulación y pronunciación del hombre culto
medio, conforme a las modalidades idiomáticas del país. En nuestro país se ha
de tomar por modelo el habla de la gente de cultura general media, también sin
vulgarismo ni pedantismo. A propósito, estas recomendaciones nos traen de jalón
el asunto de los regionalismos, forma peculiar de hablar de una determinada
población ubicada en un espacio geográfico determinado
LOS REGIONALISMOS
En las diferentes regiones del Perú se utilizan y
se entonan en el habla popular, una serie de palabras que por ser privativas de
una determinada zona devienen en regionalismos; dándole una peculiar
característica a nuestro idioma español. Citemos algunas oraciones que utilizan
vocablos, modismos y giros propios de una región para confirmar nuestro
planteamiento.
En Tarapoto:
_ ¿Qué ya vuelta estás haciendo Fan?, mira tu cara,
esta toda posheca, parece que te hubiera dado manchari, chó.
_ ¿Que estas haciendo Juan?, mira tu cara, está
toda pálida, parece que te hubiera dado “susto”.
En Piura:
_ Wa, antes yo te he visto llevando acucho a un
churre feicisísimo.
_ Oye, yo te he visto llevando sobre tus hombros a
un niño muy feo.
En Cajamarca:
_ Llasque, si yo te he visto ashuturado comiendo tu
chane de cecinas shilpidas.
_ ¡Que va a ser!, si yo te he visto en cuclillas
comiendo tu fiambre de cecinas deshilachadas
Esta forma peculiar de expresarse y al conjunto de
palabras utilizadas en su expresión verbal –ajenas a la norma estándar del
español- es lo que podríamos llamar regionalismo.
Como utilizar los regionalismos en las
comunicaciones formales:
Qué hacer si soy selvático y tengo que dar un
discurso en Lima, ¿tendré que hablar como lo hacen los limeños? o, simplemente
hablar como hablan en mi tierra y punto. Ante esta situación hay que tener en
cuenta las siguientes recomendaciones:
• De acuerdo a las nuevas corrientes lingüísticas,
uno debe de hablar como se habla en su tierra; la lengua no es algo inmutable,
está en constante cambio de ahí que no podamos afirmar arbitrariamente cual
forma de hablar es la buena y cuál es la mala. Por consiguiente no debemos,
necesariamente, ceñirnos a una norma estándar establecida.
• Para efectos de una mejor emisión y recepción del
discurso, nosotros sugerimos que uno tiene que hablar adecuándose a las
características idiomáticas del público al que se dirige, es decir según su
nivel cultural, según su forma peculiar de hablar y con las palabras que éste
entienda. Si nos vemos precisados a utilizar nuestros regionalismos, hagámoslo
precisando sus equivalentes en la lengua general.
4. La impostación de la
voz
Toda persona que haga uso profesional de la
palabra, debe tener su voz impostada, es decir, colocada correctamente.
Impostar es fijar la voz en las cuerdas vocales para emitir el sonido en su
plenitud sin vacilación, ni temblor. Cuando no lo está, se habla con esfuerzo y
se producen trastornos que el orador debe evitar. Hablar con la voz impostada
es hablar sin esfuerzo, con naturalidad, aprovechando al máximo las condiciones
fisiológicas del aparato de fonación.
La impostación de la voz consiste en apoyarla en la
base de la caja toráxica, respirando de manera que descienda la tráquea, el
aire salga con libertad y produzca los sonidos con amplitud y en su mejor
calidad. Esto requiere una educación especial que suele estar a cargo de
médicos foniatras, profesores de canto u otros especialistas. Sólo así
conseguirá el orador colocar su voz en un tono natural para mantener la
palabra, por más tiempo sin fatigarse y matizarla con amplitud, en su grado
óptimo.
IMPOSTACION VOCAL
La impostación vocal se utiliza tanto en el canto
como en la oratoria, ella permite fijar la voz en las cuerdas vocales para
emitir el sonido en su plenitud sin vacilación ni temblor. En la foto, Los tres
tenores; Luciano Pavarotti (a la derecha), Plácido Domingo (a la izquierda) y
José Carreras (en el centro). Encarta ® 2005.
El Dr. Loprete, a quien pertenece la mayoría de
ideas vertidas en el presente capítulo, manifiesta que hay tres elementos
determinantes de la voz humana: el organismo, el ambiente y la personalidad.
La parte orgánica condiciona la voz, pues esta
depende en gran parte de la conformación del aparato vocal y del estado físico
general. El ambiente tiene también su importancia, pues muchos hábitos
elocutivos provienen de la imitación o del contagio, como por ejemplo, la
típica tonada o acento regional. Por último, la personalidad también influye,
pues revela indudablemente el temperamento, el carácter y el yo del hablante.
Impostar la voz es colocar nuestro timbre (matiz
personal de la voz) de acuerdo a los requerimientos del auditorio. Nos permite
adoptar nuestro propio timbre de voz y hablar sin fatiga durante un largo período.
Es necesario conocer la amplitud de nuestra voz en tres niveles: agudo, medio y
grave a través del siguiente método:
1. Realizar una profunda respiración abdominal.
2. Expresar el sonido de la vocal “a” de diferentes
maneras posibles, sin apretar o forzar la garganta.
3. De esas emisiones, escoger la que resulte más
fácil de expresar y la que es más vibrante.
4. Tome ese sonido como nota media y lea un
escrito, tratando de que su voz gravite alrededor de esa nota.
5. Trate de evitar las desviaciones, que, a causa
de su amplia escala, generan riesgos más extremos.
OTRAS CARACTERÍSTICAS DE LA ELOCUENCIA
LA VELOCIDAD
Se llama rapidez o tiempo, a la velocidad ordinaria
de la conversación o discurso. La rapidez del discurso varía según la
personalidad del orador, las circunstancias y principalmente, según las
emociones o ideas que se expresan. Habitualmente las personas se expresan con
distinta rapidez y lo que en unas es natural y agradable, en otras es falsa y
desagradable. En ese sentido podemos recomendar que al dirigirnos a un público
numeroso, la velocidad deberá ser menor que cuando nos dirigimos a un público
pequeño.
Asimismo, la exposición de ideas abstractas, de
estadísticas, de razonamientos difíciles o complicados, debe ser lenta;
mientras que las ideas sencillas puedan decirse con mayor rapidez. En cuanto a
las emociones; las de alegría, gozo, etc., son más rápidas que las de dolor,
pena y tristeza. Los discursos solemnes exigen también un ritmo majestuoso,
lento, mientras que las arengas militares o la polémica permiten más rapidez.
LAS PAUSAS Y SILENCIOS
En íntima relación con la rapidez y duración de un
discurso –según Loprete- están las pausas. Estas se anuncian en lo escrito por
los signos de puntuación y en el discurso oral, por la duración relativa del
silencio. En el discurso leído, las pausas se hacen normalmente en mayor número
que los signos escritos. Deben aprovecharse en todos los casos para aspirar
aire. Las pausas no deben ser largas, deben guardar relación con los signos que
normalmente se respetarían en una lectura.
Las pausas se utilizan para separar los grupos
naturales de ideas de un párrafo, para anticipar palabras, frases o ideas que
deseamos destacar y para meditar lo que se va a decir a continuación en el
último caso, el oyente no deberá notar esta estratagema. Existe por ejemplo la
formula 7 – 7 que consiste en pronunciar siete palabras y hacer una pausa,
otras siete palabras y otra pausa. Pero existen oradores que hacen pausas largas
con cada dos o tres palabras pronunciadas, convirtiendo su discurso en un
monumento a la desesperación y al aburrimiento.
RECOMENDACIONES IMPORTANTES
La voz, es un valioso aliado que debemos utilizar
con propiedad para que nuestras alocuciones resulten exitosas y satisfactorias,
en ese sentido debemos tener presente las siguientes recomendaciones:
• Evitar fumar cigarrillos y todo tipo de tabaco.
• No abusar de las bebidas alcohólicas.
• Evitar la ingesta de líquidos muy calientes.
• Evitar la ingesta de líquidos muy fríos.
• No exponerse a bajas temperaturas de frío.
• No “hablar” con la garganta y mucho menos gritar.
• Realizar ejercicios de inspiración y expiración.
• Ejercitar el diafragma con una correcta
respiración abdominal.
• Ejercitar los músculos cercanos a la boca.
• Realizar ejercicios de articulación y
vocalización.
• Y
finalmente, ejercite su voz a través del canto o de las lecturas a viva voz.
Capitulo IV. TÉCNICAS DE ACCIÓN ORATORIA
1. La acción oratoria
Por acción entendemos el uso de las expresiones
corporales que acompañan la pronunciación de un discurso. Un discurso no sólo
es voz impostada o engolada, involucra también el uso de la expresión gestual,
manual y corporal; es decir, el arte que permite que todo nuestro cuerpo
participe activamente en el proceso de la comunicación.
Los antiguos llamaban a la acción el “discurso del
cuerpo” ya que éste no es sólo el conjunto de palabras expresadas oralmente,
sino también la acción de los brazos, las manos, el cuerpo y principalmente, de
los gestos del rostro. Cicerón, famoso orador de la antigüedad solía decir:
“Todo el hablar consiste en la acción y en la elocución”.
IMPORTANCIA DE LA ACCIÓN ORATORIA
La acción acompaña a las palabras y las hace más
notables e inteligibles, por eso se ha dicho que subraya el discurso. Va
dirigida directamente a los sentidos y torna más rápida la comunicación entre
el emisor y el receptor, pues muchas veces un gesto, vale más que una palabra.
Bajo esta modalidad el público no sólo escucha el discurso, sino que lo “ve”,
lo siente.
Un orador que no emplee con acierto los ademanes, o
que los utilice fuera de contexto –dicen los especialistas-, desluce su
discurso y revela una desarmonía que el público percibe enseguida. En algunos
casos los ademanes excesivos arruinan totalmente el discurso; un orador que se
mueve como animal enjaulado en el estrado o un conferencista inmóvil como
estatua, se exponen al ridículo y al repudio del auditorio.
De manera general podemos decir entonces, que la
acción oratoria está integrada por las siguientes expresiones: gestual, manual
y corporal. El uso de todas ellas convierte al orador en un artista de la
palabra. Acto seguido una minuciosa explicación de los mismos.
2. La expresión gestual
Los
gestos son los movimientos del rostro. No tienen nada que ver con las muecas,
ni con la deformación del gesto natural que están totalmente prohibidas en la
oratoria. La expresión gestual tiene la ventaja de revelar vívidamente nuestros
pensamientos, granjearnos la atención rápida e inspirar simpatía.
Por regla general, el rostro del orador
debe acompañar cada una de sus palabras, sin gesticulaciones, ni visajes
exagerados propios de la pantomima.
LOS GESTOS
Cuando llegue la ocasión habrá que saber
mostrar un rostro de firmeza, de intransigencia, de alegría, de dolor, de
tristeza. De manera general, los gestos deben partir de las ideas mismas.
Acompañan habitualmente, a las ideas capitales del discurso. El principio en
que se fundamenta su empleo es el de la utilidad. En caso contrario, es mejor
prescindir de ellos. A continuación, algunos criterios que nos podrían servir
para determinar el grado de eficacia de los gestos en nuestras exposiciones
oratorias:
Sinceridad:
Concordancia entre lo que se siente y lo
que se revela a través del gesto o la mímica.
Sincronismo:
Cuando las palabras expresan duda será
el momento preciso en que deba aparecer el rictus dubitativo en el rostro del
emisor.
Exactitud:
Se exige puntualidad y fidelidad en la
ejecución de algo. No basta sólo la ejecución del gesto, sino, hacerlo en el
momento oportuno. Y sobre todo, no abandonarlo después de haberlo comenzado.
Diversidad:
Decían los antiguos que “las cosas dos
veces repetidas agradan”. Sin embargo, más de dos veces pueden desagradar. Pero
si hay que hacerlo, se deben usar gestos variados y espaciarlos
suficientemente, porque la repetición frecuente de un gesto acaba importunando.
Sencillez:
Preséntese uno tal cual es, sin ademanes
afectados, ni gestos preciosistas, ni mímicas demasiado estudiadas. Evítense a
toda costa las falsas sonrisas, los ojos deliberadamente entornados, los
movimientos pedantescos o las admiraciones suspiradas, que se apartan de la
naturalidad.
LA MIRADA
Los ojos son el espejo del alma, en
ellos podemos reconocer a un orador competente y valiente o a un orador
incompetente y pusilánime. La mirada debe preceder a la expresión gestual para
ayudar a mantener una relación armoniosa con el público. No debe ser vaga ni
dormida, sino, viva. Una mirada inexpresiva, en la oratoria, es anti elocuente.
La mirada, al hablar en público -dicen
los especialistas-, debe dirigirse al centro del salón, como si se mirara un
edifico a lo lejos y dominar la totalidad de la sala: no se debe mirar nunca,
ni al fondo del salón, ni a la primera fila. Mírese hacia la fila del medio.
Conviene girar la vista paulatinamente a diestra y siniestra; y evitar la
insistencia sobre una sola dirección, para que el discurso no parezca dirigido
a un solo grupo.
UNA MIRADA ENIGMÁTICA
Generalmente, en oratoria, se suele
identificar cuatro tipos de miradas:
Mirada huidiza:
El orador no mira al público, mira por
encima de sus cabezas o mueve los ojos nerviosamente de un lugar a otro, si
reparar en los presentes. Esta persona no tiene la fuerza suficiente para posar
sus ojos en las de sus oyentes y mucho menos para enseñorearse sobre ellos.
Debe practicar la mirada semifija.
Mirada Fija:
El expositor clava su mirada en una sola
persona, o en varias, incomodándolas o permitiendo que surja un duelo de
miradas. Si el orador tiene mirada fuerte podrá avasallar a sus oyentes, pero
si tiene mirada débil, los oyentes lo incomodaran con sus ojos. No es una
mirada recomendable.
Mirada Cohibida:
El disertante ignora al público, teme su
mirada. Por ello, cuando pronuncia su discurso dirige su vista al techo o al
suelo dejando de lado a su público. Esto origina que los oyentes le pierdan el
respeto y se pongan a hacer cualquier cosa, menos a escucharlo con atención y
seriedad. Tampoco es recomendable.
Mirada Semifija:
Es la mirada ideal. Debemos dirigir
nuestra mirada, por igual, a todos los sectores del auditorio y posar nuestra
vista en ellos. Mirar al lado derecho, luego al centro y finalmente a la izquierda,
que todos se sientan observados. Esta mirada debe ir acompañada, en lo posible,
por una cálida sonrisa
3. La expresión manual
Reservamos este vocablo –expresión manual- para los
movimientos de los brazos y las manos utilizados en una presentación oratoria.
Cuando el orador diserta, debe emplearlos para dar mayor énfasis a sus
palabras; no tenerlos estáticos ni guardados en los bolsillos. Cada frase
nuestra debe salir, en lo posible, acompañada de un ademán y la culminación del
movimiento debe coincidir con la finalización del pensamiento. Recordemos que
los ademanes, para que sean efectivos deben ser de preferencia, libres y espontáneos.
LA EXPRESIÓN MANUAL
En la imagen, Albert Boadella actor y director
español haciendo uso de la expresión manual en una de sus presentaciones
artísticas. Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005.
Los brazos y manos no deben apoyarse sobre las
caderas, ni tomarse del saco, ni colocarse entrecruzadas atrás o sobre el
vientre, ni mucho menos en los bolsillos. Deben caer naturalmente sobre el
cuerpo y moverse con armonía y libertad. El movimiento de un brazo no debe
contradecir el del otro. Los hombros no deben levantarse para manifestar
indiferencia ni otro estado de ánimo y sobre todo, cada movimiento de brazos y
manos deben guardar estrecha relación con lo que queremos comunicar.
Los ademanes son los movimientos del cuerpo con los
que se manifiesta un sentimiento, y se utilizan con la finalidad de subrayar la
expresión del orador. Los ademanes pueden expresar con mucha exactitud los
estados de ánimo que la palabra a veces no puede reflejar. Los movimientos del
cuerpo tienen su origen en el mundo interior y representan una respuesta a cada
expresión.
Con el propósito de adquirir mayor destreza y
habilidad en el uso de las manos y brazos vamos a enumerar algunos modelos de
ademanes que señalan un significado concreto, pero recordemos que éstos no son
los únicos ya que cada expresión manual se puede presentar de mil maneras; ya
sea mediante movimientos convencionales, descriptivos, mímicos, etc. Dentro de
los ademanes más generalizados y recomendados por los especialistas, tenemos:
Afirmación:
El orador desplaza su mano derecha hacia delante,
como quien saluda a otra persona pero recogiendo todos sus dedos a excepción
del índice que se extiende hacia adelante. El movimiento lo puede realizar
varias veces para dar énfasis a su afirmación.
Interrogación:
Puede realizarse de dos maneras: 1° Levantar un
brazo con el puño cerrado a la altura del hombro –el dedo índice sobresale
estirado- y luego dirigir la mirada hacia el dedo como interrogándolo. 2°
Colocar los codos a los costados del cuerpo y con los brazos levantados –manos
abiertas-, abrirlos en forma horizontal formando una “V” cada vez que queramos
hacer una pregunta.
Negación:
Para desaprobar una idea, cerrar el puño a la
altura del hombro, luego sacar el índice, dando la huella dactilar hacia el
público y realizar movimientos oscilatorios de izquierda a derecha.
Acusación:
Con el brazo estirado hacia delante cerrar el puño
y sacar el índice con la huella dactilar mirando hacia abajo, señalando a la
persona o personas responsables. De no estar presente la persona acusada,
nuestro brazo debe dirigirse a la parte superior del auditorio.
Partición, división:
Cuando queremos expresar la separación de hechos o
ideas en varios grupos, estiramos el brazo con los dedos estirados y lanzamos
un golpe imaginario de karate en forma vertical. Otra variante lo constituye el
tener ambas manos al frente –en posición de karate- y separarlas entre sí,
manteniéndolas paralelas.
Aumentar, Incrementar:
Esta acción se expresa con el movimiento de la mano
y el brazo, como si se estuviese levantando peso a partir de la cintura hasta
el hombro. Otra modalidad consiste en juntar las palmas de las manos (como para
aplaudir) a la altura de la cintura y desplazar la mano que esta encima en
dirección diagonal y progresiva.
Poco, pequeño:
Este ademán se logra llevando una mano hacia
delante y recogiendo los dedos hacia arriba –sin doblarlos- a medida que
“observamos”, frente al público, lo poco o pequeño que queremos mostrar.
Lucha, combate:
Levantar una mano –o las dos- a la altura de la
cabeza haciendo puño con energía. De rato en rato se realizan golpes
imaginarios en el aire. Se utiliza para hacer referencia al valor, coraje y
decisión. También se le emplea para señalar lucha, combate, pelea, etc.
Triunfo, Victoria:
Levantar el puño de cualquiera de las manos sobre
la cabeza, sin oscilarlo. Otra variante lo constituye el levantar el puño para
acto seguido estirar dedos cordial e índice para formar la “V” de la victoria.
Unidad, Unión:
Esta acción se expresa juntando las manos y
manteniéndolas unidas por un instante. También se puede lograr abrazando
imaginariamente a alguien.
Promesa, Juramento:
Levantar solemnemente el brazo a la altura del
hombro –formando una escuadra- con la mano estirada o el puño cerrado para acto
seguido hacer un juramento verbal o similar.
4. La expresión corporal
La Expresión Corporal busca el desarrollo de la
imaginación, el placer por el juego, la improvisación, la espontaneidad y la
creatividad. El resultado de lo anterior, es el enriquecimiento de las
actividades cotidianas y del crecimiento personal. Por otra parte, enseña
a encontrar formas de comunicación más profundas e íntegras, lo que repercute
en el contacto con los demás. La Expresión Corporal, permite descubrir los
mecanismos de funcionamiento de los distintos grupos humanos: equipos de
trabajo, alumnos de clase, etc.
Se sabe que durante los primeros años del niño, su
motricidad necesita desarrollarse. Por medio de la expresión corporal, se
puede educar la espontaneidad y la tendencia natural al movimiento propio de
esta edad. Además, amplía y enriquece el lenguaje corporal de los niños,
fomentando el entendimiento y la expresión de los propios sentimientos.
Elementos
fundamentales de la expresión corporal
El ser humano se ha expresado a través del
movimiento y la danza desde su aparición en la Tierra, y de esta manera ha
manifestado alegrías, tristezas, emociones, rogativas y agradecimientos.
Así, nos llegan desde tiempos inmemoriales sus artes -y de su mano- sus
costumbres, su forma de vida y hasta parte de su historia. La danza no es ajena
a este fenómeno, y es posiblemente de las primeras artes a través de la cual se
comunica, destacando que tal vez sea la más simbólica de las formas de
expresión, ya que al prescindir de la palabra, se acentúa la necesidad de una
buena transmisión gestual. La danza pues, es movimiento. Y un movimiento muy
especial, ya que requiere de cinco elementos fundamentales, sin los cuales ella
no existiría. Estos son:
-Ritmo
|
-Forma
|
-Espacio
|
-Tiempo
|
-Energía
|
|
De esta
forma, llegamos a definir la danza como el desplazamiento efectuado en el
espacio por una o todas las partes del cuerpo del bailarín, diseñando una
forma, impulsado por una energía propia, con un ritmo determinado, durante un
tiempo de mayor o menor duración.
El uso predominante de uno u otro de los elementos
del movimiento, no es siempre parejo. En algunas danzas, predomina el ritmo, en
otras el uso del espacio, etc. A su vez, es importante destacar que de acuerdo
a su carácter, se acentuará el uso de uno u otro elemento.
Cuando la
expresión corporal no se manifiesta como danza, hablamos de Adicionales
No Danzantes. Éstos son cuatro:
-Mímica
|
-Canto
|
-Gesto
simbólico
|
-Palabra
|
Capitulo V. ELABORACIÓN Y EXPOSICIÓN DE DISCURSOS
1.
El Discurso.
Un discurso es una reflexión. El
Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia nos ayuda a entender que
un discurso es la facultad de usar la mente (el razonamiento) para reflexionar
o analizar los antecedentes, principios, indicios o señales de cualquier asunto
con el fin de entenderlo. Por lo tanto, cuando reflexionas, estás discursando,
es decir, aplicando tu inteligencia, para entender un tema y hasta para ser
capaz de explicarlo inteligentemente a otras personas. Es una tarea que
realizas en el interior de tu mente, una línea de razonamiento que sigues al
deducir los asuntos.
Ahora bien, cuando expones los
resultados de esas reflexiones, ya sea ante una o varias personas para proveerles
la información o para que te ayuden a reflexionar aún más profundamente,
decimos que estás presentando un discurso público o delante de ellas, lo que
significa que los que te escuchan usan su inteligencia para entender lo que
dices. Ese es el sentido principal que le damos en Oratorianet.com para
diferenciarla claramente de la conferencia.
Por lo tanto, un discurso es una línea
de razonamiento que te ayuda a discernir o entender un asunto, así como para
explicarlo a otros. Cuando lo haces delante de otros se llama discurso público,
para lo cual le añades un comienzo que despierta el interés en lo que dirás, y
una conclusión que mueva a actuar.
Para acumular poder político, religioso
o comercial muchos han aprovechado la influencia de los discursos debido a que,
por lo general, las masas parecen dejarse impresionar fácilmente por quienes
tienen gran habilidad para interpretar sus necesidades, ya sea mediante grandes
promesas, aun las que nunca podrían cumplirse, o aparentando ser ejemplares
ante la sociedad, por ejemplo, tomando la iniciativa para enfocar y proponer la
solución a ciertos problemas apremiantes o desplegando cualidades
directivas.
Lamentablemente, aunque la historia
está tachonada de discursantes y discursos, algunos que pudieran parecer
notables desde un punto de vista meramente intelectual, hoy suele comentarse
que la sociedad en casi todas partes parece haber entrado en crisis. No falta
quien saque a relucir el asunto del liderazgo eficaz, ya sea promocionándose y
erigiéndose personalmente en un líder, o llamando atención a la necesidad de
proponer a alguien, quien a su vez nuevamente se valdrá del discurso para
captar adeptos.
No obstante, el discurso no debería ser
necesariamente una herramienta asociada con el poder. También la utilizan los
maestros para impartir instrucción, incluidos los que capacitan al personal de
las empresas. De hecho, si todos los padres de familia se valieran de los
principios que rigen el arte de preparar y presentar discursos, lo cual implica
familiarizarse con ciertos principios de motivación y relaciones humanas,
seguramente lograrían mejores resultados al comunicar sus enseñanzas a sus
hijos.
También se valen del discurso los vendedores,
las secretarias, los médicos, abogados, ingenieros, científicos, periodistas y
demás profesionales y técnicos que sirven a la comunidad de muchas otras
maneras en toda clase de puestos de responsabilidad, que no necesariamente van
tras el poder político, religioso o comercial. En otras palabras, el discurso
bien empleado es en sí mismo una herramienta eficaz de comunicación, y el que
algunos lo hayan utilizado exclusivamente con el objetivo de manipular,
acumular poder o dominar a otros denota lo peligroso que puede resultar en
manos de gente inescrupulosa, inmodesta o carente de humildad.
2. Partes del Discurso.
Se define como una
exposición oral sobre algo, de alguna extensión y con un fin determinado. Sirve
para exponer con claridad, precisión y exactitud ideas previamente estudiadas y
ordenadas.
El discurso posee tres partes fundamentales:
INTRODUCCIÓN
|
DESARROLLO
|
CONCLUSIÓN
|
APERTURA
|
CUERPO
|
CIERRE.
|
Cuando se prepara un discurso se comienza siempre por el desarrollo o parte
central, escriba todo lo que tenga en mente y haya investigado, después
seleccione lo más importante, ordénelo, sintetícelo, temporalícelo, (mida la
duración y en qué tiempo verbal va a exponer su discurso).luego haga las
conclusiones y al final la introducción. Lea varias veces lo escrito, tome el
tiempo, dramatice la situación, obsérvese y trate de hacerlo con el mayor apoyo
escrito.
Cómo iniciar un discurso.
Es su tarjeta de presentación, con un comienzo adecuado e interesante, el
expositor logra de inmediato que las miradas y las mentes se concentren en él.
Pueden utilizar los siguientes recursos:
Mostrando un objeto
Formulando una pregunta
Mencionando una cita
En forma casual.
Cómo finalizar un discurso
El final debe ser vigoroso, persuasivo, convincente y entusiasta. Puede
utilizar las siguientes alternativas:
Exhortando al auditorio a actuar.
Produciendo un clímax, haciendo gradación de ideas y llegar a un punto
culminante.
Mencionando una cita.
Terminando con las mismas palabras con las que empezó.
Resumiendo las ideas más importantes, cuando se trata de un discurso informativo.
Con una pregunta, adecuado para los discursos científicos, políticos o
religiosos.
Cómo no finalizar un discurso.
Avisando que ya terminó.
No termine bruscamente, el efecto es desagradable.
No se baje de la tribuna apresuradamente, espere los aplausos.
DISCURSOS LEÍDOS.
Son específicos para reuniones de
tipo profesional y ante un público homogéneo, dispuesto a prestar atención
sostenida y profunda a un tema concreto. Caso típico de las conferencias o las
ponencias de congresos científicos, o personas con cargos destacados en la vida
pública.
Aunque el texto sea leído, el expositor debe prepararlo y ensayarlo, emplear la
voz activa, inflexiones justas, musicalidad y entonación.
Debe iniciar la exposición como si lo supiera de memoria, cuidar la puntuación
y las frases exclamativas, entre comillas y paréntesis.
No sobrepasar los 50 minutos, evite perder el renglón de la lectura, utilice un
texto con letra grande, a doble espacio y las páginas debidamente numeradas.
Utilice papel grueso, cuya rigidez evite que se doble. Cuando no hay un atril,
se toma el papel con la mano izquierda y se acciona con la derecha.
EL MAESTRO DE CEREMONIAS.
Si va a participar en un evento social como Maestro de Ceremonias, entre en
contacto con los participantes antes de la presentación. Debe saber el nombre
de las personas que va a presentar, su curriculum, su actuación y el tema que
van a tratar. Tome el tiempo de todo el acto y de cada acto por separado, es
importante cronometrar el evento y llevarlo a cabo según lo esperado. Sea
ameno, utilice, siempre que la circunstancia lo permita, un comentario
informal. Prepare de antemano todo lo que sea posible, debe ser ingenioso,
capaz de improvisar con un instante de aviso, no deje espacios en blanco ni deje
asomar al público una eventual desorganización.
LA IMPROVISACIÓN.
Improvisar es hacer una cosa de pronto, sin estudio previo ni preparación
alguna; en oratoria es: RECORDAR, ORDENAR Y EXPONER.
Haga de inmediato una sencilla y rápida estructuración mental del asunto, a fin
de dejar en la mente tres puntos básicos de apoyo y expresar así el mensaje en
forma lógica. Utilice la fórmula:
Pasado Antecedentes
Presente Hechos
Futuro Consecuencias
Limítese a lo estrictamente indispensable, no se alargue, no sea tedioso.
SI ES INVITADO CON ANTICIPACIÓN:
Prepare el tema elegido.
Sepa de cuánto tiempo dispone.
Conozca el número de oradores.
Si siente que el auditorio está cansado, acorte su discurso, sin perder la
esencia del mismo.
Hable en condiciones naturales, sin ingerir pastillas ni bebidas alcohólicas,
hable con el estómago ligeramente vacío.
No de importancia a las personas que llegan tarde.
Si algunas personas le molestan e interfieren con su exposición, baje la voz
hasta quedarse callado y mantenga su mirada en los conversadores. Reinicie
utilizando la última frase.
3. Elaboración de discursos
Es el conjunto de palabras ordenadas y
estructuradas en torno a una idea con el fin de comunicar un mensaje o ideas a
un determinado grupo humano. El discurso es el mensaje que transmite el orador
cuando está en contacto con el público y puede ser disertado hasta de 04
maneras:
Leído:
Cuando el orador trae el texto escrito y procede a
su lectura delante del auditorio. Se usa en ceremonias y actos protocolares,
donde lo que se tiene que decir no admite errores ni improvisaciones. En el
campo social (cumpleaños, aniversarios, etc.) su uso esta vedado.
EL DISCURSO LEÍDO:
George Bush (padre), presidente de los Estados
Unidos aparece aquí (1992) leyendo un discurso al pueblo norteamericano.
Biblioteca de Consulta Microsoft ® 2005.
Memorizado:
Llamado también discurso recitado pues el orador lo
aprende de memoria -párrafo por párrafo- y luego lo recita ante el público. Con
esta modalidad corremos el riesgo de olvidarnos todo el discurso o parte de él,
lo cual resultaría bochornoso, no lo recomendamos.
Espontáneo:
Implica exponer un tema de forma “improvisada”,
vívida y con palabras propias del léxico del expositor. Es un discurso
“natural” pues el orador no se sujeta a un libreto establecido sino a un
esquema genérico del discurso para no perder la ilación de sus pensamientos.
Mixto:
Es una combinación de la modalidad espontánea y
memorizada; consiste en aprenderse de memoria la parte inicial del discurso y
el resto hacerlo en forma “improvisada” y amena. Es una forma efectiva de
brindar un mensaje, recomendable para los aprendices.
4. Métodos para exponer un discurso
De acuerdo al tipo de discurso, el fin perseguido y
el estado del auditorio, puede utilizarse una serie de métodos de eficacia
comprobada en la construcción y exposición del discurso:
El Método Inductivo:
La inducción consiste en elaborar un discurso
partiendo de lo particular hasta arribar a lo general; el conocimiento de
hechos unitarios o segmentarios hacia el conocimiento de la regla general, es
decir hacia la generalización. Si por ejemplo, quiero hablar acerca de “El
cultivo de mangos”-aspecto general-, debo iniciar mi discurso hablando de la
fruta del mango –aspecto especifico-, para de ahí extenderme hasta el árbol, la
siembra, el cuidado, el abono, etc. hasta llegar al cultivo.
Método Deductivo:
Llamamos deducción a aquella forma de exposición en
la que el orador empieza por el aspecto general de las cosas para llegar luego,
a lo particular; también, de los planteamientos y leyes generales hasta los
planteamientos y leyes específicas. Utilizamos este método cuando, por ejemplo,
hablamos del cultivo de mangos –general-, para luego llegar a la fruta del
mango –específico-. Se inicia un discurso sobre un planteamiento que ya
conocíamos para arribar a conclusiones específicas que aún no conocíamos.
Método Analógico:
La analogía es la relación de semejanza entre cosas
distintas. Es un razonamiento basado en la existencia de atributos semejantes
en seres o cosas diferentes. Con este método ayudamos al público a realizar el
siguiente razonamiento; “si dos fenómenos son similares, en uno o más sentidos,
factiblemente serán similares también en otros sentidos”. Si quiero hablar de
“la vida humana” puedo hablar, por analogía, de “la vida de una flor”,
compararla y explicar sus coincidencias, para hacer más didáctica y amena mi
disertación.
Capitulo VI. LA ORATORIA INDIVIDUAL
1. La oratoria
Individual
Cuando una persona sola hace uso de la palabra, sin
la participación de otra u otras, se dice que esta utilizando la oratoria
individual. Ésta es quizá una de las formas elocutivas de más arraigo en el
ámbito social pues es de uso obligatorio en todas las esferas donde el hombre
desenvuelve su vida física, afectiva y laboral.
Los principales tipos de oratoria individual
utilizados en nuestro medio son: La conferencia, el discurso conmemorativo, el
inaugural, el de presentación, el de bienvenida, el de ofrecimiento, el de
aceptación o de agradecimiento, el de despedida, el de augurio, el de
sobremesa, el brindis y el discurso fúnebre. Tipos que a continuación
detallaremos:
LA CONFERENCIA
La conferencia es una forma típica de oratoria
individual y quien la realiza, el conferencista, es en general un experto en la
materia o tema que trata de comunicar a sus oyentes. Las exigencias
fundamentales de la conferencia son: conocimiento profundo del asunto,
necesidad y oportunidad de la difusión de ese asunto, claridad de comunicación
y adecuación al público y al ambiente.
Involucra las siguientes etapas:
a) Introducción.
b) Desarrollo del tema.
c) Recomendaciones.
d) Conclusión.
La duración ideal es de 45 minutos (una hora
académica) o dos jornadas de 45 minutos (90 minutos) con quince minutos de
intermedio. Si al término de la exposición el público puede formular preguntas
y expresar sus opiniones, se le denomina “conferencia abierta al público
2.
Discursos conmemorativos, inaugural y de presentación
Espontaneidad
o planificación
Cuando
las situaciones comunicativas surgen espontáneamente, sin planificación,
se dice que son no estructuradas; entre ellas, se pueden mencionar: las conversaciones
y las discusiones.
Cuando
se requiere una organización previa, se trata de situaciones comunicativas
estructuradas. Dentro de esta últimas tenemos las siguientes: panel,
foro, mesa redonda, seminario, debate, entrevista y simposio,
entre otras.
Situaciones
comunicativas no estructuradas
Como
ya dijimos, las situaciones comunicativas no estructuradas son espontáneas y no
requieren planificación previa.
|
Conversar, acto de
comunicación humana por excelencia.
|
La
conversación
Gran
parte de nuestra existencia la pasamos hablando, solicitando y dando
informaciones, opinando, discutiendo, comentado, conversando. Hablar es
expresar el pensamiento por medio de la palabra y constituye el acto de
comunicación humana por excelencia.
El
término conversar lo relacionamos con el ejercicio de la plática entre dos o
más personas, caracterizado por la espontaneidad del flujo de la información,
la sencillez, la naturalidad, el uso de expresiones del lenguaje coloquial y la
atmósfera amena en que se desarrolla, lo cual no significa vulgaridad ya que en
ella se ponen de manifiesto los rasgos de la personalidad de los
interlocutores, sus conocimientos, su educación formal, sus convicciones, su
formación cultural, en fin, su competencia comunicativa.
La
conversación puede surgir entre personas que se encuentran por primera vez en
cualquier sitio público donde se pasa cierto tiempo y se establece comunicación
con una o varias personas de manera informal e improvisada.
Puede
darse también entre personas en las que ya existen lazos de amistad a las que
une determinado grado de afecto y se encuentran vinculadas generalmente por
intereses comunes que provocan indagaciones y comentarios.
En
la conversación, tal como se manifiesta en la vida cotidiana por las
necesidades apremiantes de la comunicación, se dan las características del
lenguaje coloquial entre las que pueden citarse las siguientes:
•
Carácter improvisado, espontáneo. Interesa más el contenido que la forma.
Predomina lo afectivo
|
Contacto y comunicación simultánea en la
conversación.
|
•
Contacto directo y comunicación simultánea. Se incluye la comunicación no
verbal
•
Predomina la forma oral del habla. Algunas incorrecciones gramaticales que
pueden pasar inadvertidas. Abundan las pausas, las omisiones y las
interrupciones
•
Predominan las valoraciones subjetivas sobre las objetivas.
Para
sostener una conversación, se hace necesaria la práctica dirigida y consciente
con el objetivo de desarrollar esta capacidad y adquirir ciertas habilidades
conocidas como “normas de la conversación”:
•
Saber escuchar.
•
Ordenar adecuadamente las ideas.
•
Emplear acertadamente el vocabulario.
•
Saber cómo iniciar una conversación.
•
Saber cómo mantener una conversación.
•
Saber cómo derivar de un tema a otro.
•
Saber cómo imprimir belleza y energía a su conversación.
Formar
buenos conversadores es uno de los propósitos a lograr en los niños,
adolescentes y jóvenes; de ahí la importancia de prestar suma atención a este
tema y propiciar las situaciones que permitan el desarrollo de esta habilidad
en el marco no solo de la escuela, también en el marco familiar y en cualquier
lugar que sea posible.
La
discusión
Consiste en el intercambio
mutuo de ideas y de opiniones entre los integrantes de un grupo relativamente
pequeño. Esta técnica permite el máximo de acción y de estimulación recíproca
entre los integrantes,
en donde se otorga responsabilidad para que todos participen en las diversas
actividades.
Mediante
este método se brinda la oportunidad a cada participante de ampliar sus puntos
de vista, así como de obtener comprensión y cristalizar sus pensamientos. Para
lograrlo es necesario que todos los miembros escuchen atentamente, razonen,
reflexionen y participen.
Situaciones
comunicativas estructuradas
Las
situaciones comunicativas estructuradas cumplen con ciertas condiciones
metodológicas y estructurales. No se dan en forma espontánea.
Panel
En
esta situación comunicativa un equipo de expertos discute un tema en forma de
diálogo o conversación ante el grupo.
Los
integrantes del panel (de 4 a 6 personas) debaten entre sí el tema propuesto,
desde sus particulares puntos de vista y especialización, pues cada uno es
experto en una parte del tema general.
En
el panel, la conversación es básicamente informal, pero con todo, debe
seguir un desarrollo coherente, razonado, objetivo, sin derivar en
disquisiciones ajenas o alejadas del tema, ni en apreciaciones demasiado
personales. Los panelistas tratan de desarrollar a través de la conversación
todos los aspectos posibles del tema, para que el auditorio obtenga así una
visión relativamente completa acerca del mismo.
Un coordinador o moderador
cumple la función de presentar a los miembros del Panel ante el auditorio,
ordenar la conversación, intercalar algunas preguntas aclaratorias, controlar
el tiempo,
etc.
|
Panel de expertos en un tema.
|
Una
vez finalizado el panel (cuya duración puede ser de alrededor de una hora,
según el caso) la conversación o debate del tema puede pasar al auditorio, sin
que sea requisito la presencia de los miembros del panel.
El
coordinador puede seguir conduciendo esta segunda parte de la actividad grupal,
que se habrá convertido en un "foro". La informalidad, la
espontaneidad y el dinamismo son características de esta técnica de grupo,
rasgos por cierto bien aceptados generalmente por todos los auditorios.
Foro
El
foro consiste en una técnica grupal, donde todo el auditorio o salón discute de
manera informal un problema, un suceso o un tema. Cada persona opina libremente
y su origen se remonta al latín Phorum, reunión de los antiguos romanos para
discutir los asuntos públicos. La finalidad del foro es establecer diferentes
puntos de vista sobre un determinado tema.
Mesa
redonda
Esta
técnica consiste en que un grupo de expertos sostienen puntos de vista
divergentes o contradictorios sobre un mismo tema el cual exponen ante el grupo
en forma sucesiva. Se utiliza esta técnica cuando se desea dar a conocer a un
auditorio los puntos de vista divergentes o contradictorios de varios
especialistas sobre un determinado tema o cuestión.
La
mesa redonda ha sido difundida ampliamente por la televisión, donde, por
ejemplo, políticos de diversos partidos exponen sus puntos de vista
contradictorios acerca de un hecho o medida de gobierno.
Los
integrantes de la mesa redonda (que pueden ser de 3 a 6 personas, aunque
generalmente son 4) deber ser elegidos, pues, sabiendo que han de sostener
posiciones divergentes u opuestas sobre el tema a tratarse; ya sea
individualmente o por parejas o bandos. Además, han de ser expertos o buenos
conocedores de la materia, y hábiles para exponer y defender con argumentos
sólidos su posición.
La
confrontación de enfoques y puntos de vista permitirá al auditorio obtener una
información variada y ecuánime sobre el asunto que se trate, evitándose así los
enfoques parciales, unilaterales o tendenciosos, posibles en toda conferencia
unipersonal.
En
cuanto a la duración, es conveniente que no se extienda más allá de los 60
minutos, para permitir luego las preguntas que desee formular el auditorio
durante el lapso que se considere prudente.
La
mesa redonda tiene un director o coordinador que debe ser imparcial
y objetivo en sus intervenciones, resúmenes y conclusiones. Tendrá agilidad
mental y capacidad de síntesis, y será muy prudente en el tiempo que tome para
su participación (lo importante en la mesa redonda es conocer las ideas
de los miembros invitados).
Además,
el coordinador debe ser capaz de desalentar cordialmente las intenciones
polémicas de algún integrante del auditorio. De la mejor manera posible
insistirá en aclarar que las preguntas del público no deben convertirse a su
vez en "exposiciones" sobre el tema, y que una vez contestadas no
deben llevar a la discusión.
Capitulo VIII. LAS AYUDAS AUDIOVISUALES
Conceptos e importancia
Los medios
audiovisuales son un conjunto de técnicas visuales y auditivas que
apoyan la enseñanza, facilitando una mayor y más rápida comprensión e
interpretación de las ideas. La eficiencia de los medios audiovisuales en la
enseñanza se basa en la percepción a través de los sentidos.Los medios
audiovisuales, de acuerdo a la forma que son utilizados se pueden considerar
como apoyos directos de proyección.
Asimismo, los medios
audiovisuales directos incluyen todos los medios que pueden usarse en
demostraciones de forma directa, y son entre otros: el pizarrón magnético, el
franelógrafo, el retroproyector y el rotafolio. Llamamos material didáctico aquellos
medios o recursos concretos que auxilian la labor de instrucción y sirven para
facilitar la comprensión de conceptos durante el proceso de enseñanza-
aprendizaje.
Permiten:
Presentar los
temas o conceptos de un tema de una manera objetiva, clara y accesible.
Proporcionar al
aprendiz medios variados de aprendizaje.
Estimulan el
interés y la motivación del grupo.
Acercan a los
participantes a la realidad y a darle significado a lo aprendido.
Permiten facilitar
la comunicación. Complementan las técnicas didácticas y economizan tiempo.
Los
materiales didácticos se dividen en:
1. Materiales para
el instructor.
2. Materiales para
el participante.
APOYOS DE
INSTRUCCIÓN
Son los recursos
que el instructor emplea para presentar un tema y que apoyan o ilustran la
exposición de este. Sus requisitos son:
1. Que tenga un
propósito definido.
2. Que realmente
sirva para apoyar este propósito.
TIPOS DE
AYUDAS VISUALES DIRECTAS PIZARRÓN
El pizarrón es un
elemento tradicional de ayuda de la enseñanza. El instructor puede escribir
dibujos, preguntas, síntesis, gráficas y todas aquellas líneas o figuras que
quiera representar.
Ventajas: Es de bajo costo, pues no requiere una gran inversión ni para su
adquisición ni de sus materiales complementarios. Es de fácil uso.
Limitaciones: No obstante, el pizarrón tiene algunas limitaciones, como el limitado
poder visual.
* Es muy
importante tener en cuenta que:
* El borde
inferior debe quedar a la altura de los ojos de los participantes.
* No debe
presentar brillos que reflejen y obstruyan la visibilidad.
* Debe localizarse
a una distancia no menor a dos veces su altura, con relación al alumno más
cercano.
* Obtener todo el
material necesario para su empleo (tiza, borrador y regla).
* Verificar que
haya buena visibilidad.
* El instructor
debe estar seguro de que lo que escriba sea visible para todo el grupo.
* Conservar
limpio: frases anotadas o conceptos que no se relacionen con el tema tratado
presentarán una imagen de desorden y falta de preparación.
* Escribir frases
claras y breves.
* Dibujar y
escribir en forma legible. Se debe escribir siempre con letra de imprenta. La
letra debe ser lo suficientemente grande para que todos los participantes
puedan leerla desde sus asientos (2 pulgadas). Para escribir letras: Negro,
Morado, Azul Marino y Claro, Café (usar a la vez tres, pero bien combinados);
Negro-Morado, Morado- Azul Claro, Café- Morado. Para subrayar: Rojo, Amarillo,
Azul Claro ( este último siempre y cuando no se haya utilizado en las letras.
ROTAFOLIOS: el rotafolios es una superficie de tamaño suficiente para que aquello
que se anote en él pueda ser leído por todo el grupo. Por lo general, es una
especie de caballete portátil, en el que se introducen grandes hojas de
papel o láminas que se suceden.
Ventajas: Su uso representa bajo costo. Si es necesario, permite regresar las
láminas para analizarlas nuevamente. Cuando se usa el rotafolios con hojas
previamente elaboradas, estas deben ser preparadas y ordenadas con cuidado.
Cada una de ellas debe llevar el mensaje en forma precisa, resaltando los
puntos clave. Cuando una lámina no se adapte a la idea que se busca expresar,
debe ser eliminada.
El uso del
rotafolios con hojas en blanco es muy común cuando se busca la participación
del grupo, ya que los comentarios que surjan se irán
anotando para llegar a una conclusión.
ACETATOS: el acetato es un recurso utilizado en forma frecuente en la
presentación de información en cursos, eventos o actividades relacionadas a la
negociación. Es conveniente seguir las siguientes instrucciones en la
elaboración de acetatos:
* No abuse de
ellos, ya que usar demasiados cansará al auditorio. Si maneja información y
estadísticas, es recomendable usar gráficas. Como máximo debe colocar 8 renglones.
* La información
debe presentarse en forma sintetizada. Para su elaboración es recomendable
guardar un margen de seguridad de 3 cm.
* El acetato es un
apoyo y no debe de ser leído íntegramente, sino debe ser explicado por el
expositor.
* Cuando haya
terminado de explicar el acetato apague el retroproyector.
* Debe ser
elaborado en forma vertical, ya que no siempre los retroproyectores pueden
captar una imagen horizontal.
Capitulo IX. ORGANIZACIÓN Y CONDUCCIÓN DE CEREMONIAS
Organización de Ceremonias, el protocolo y la ceremonia
Una de las tareas con las que tendrá que vérselas
el orador es la de Maestría de Ceremonias; deberá organizar y conducir
ceremonias: sociales, protocolares y hasta académicas. En este papel, el orador
tendrá que cumplir los siguientes objetivos: Poner en contacto a los
participantes con el público, entretener y divertir a los asistentes y sobre
todo, controlar el estado emocional del público.
Para alcanzar la pericia en la organización y
conducción de ceremonias a continuación brindamos una serie de conocimientos
básicos que todo orador y/o maestro de ceremonias tiene que conocer y dominar
para cumplir a cabalidad su tarea. En este contexto tendrá que incursionar en
temas como: protocolo, ceremonia, ceremonial, precedencias y tratamientos
formales.
EL PROTOCOLO:
Es la regla ceremonial diplomática o palatina
establecida por decreto o por costumbre. Otros la definen como “disciplina que
con realismo, técnica y arte determinan las estructuras o formas bajo las
cuales se realiza una actividad humana importante”. Proviene de las voces
latinas: Proto “antes de” y Colum “orden”. Son las reglas que se observan en
ceremonias o actos públicos que regulan aspectos de la vida pública de las
naciones. En síntesis, podemos decir entonces que “son reglas que se observan
en ceremonias o actos públicos y que regulan los aspectos más formales de la
vida social”.
A continuación permítasenos, ahora, consignar
algunos conceptos básicos que nos darán una idea concreta de cómo aplicar el
protocolo en nuestra actividad institucional y profesional. Estos conceptos
tienen que ver principalmente con lo que es la Ceremonia y el Ceremonial.
LA CEREMONIA
La Ceremonia –dicen los especialistas- es el acto
público o privado celebrado con solemnidad y según ciertas normas establecidas
por ley o por la costumbre. Como ejemplos podemos citar: Ceremonia de Izamiento
del Pabellón Nacional, los días domingos de cada semana (público), Ceremonia de
Bautizo de un recién nacido (privado), Ceremonia de Premiación, Ceremonia de
Clausura, Ceremonia de Casamiento, etc.
Cuando una ceremonia es propia del ámbito público o
del Estado se utiliza forzosamente, en su organización y desarrollo, el
Protocolo y cuando las ceremonias son propias del ámbito privado prima la
Etiqueta social. La primera involucra normas de comportamiento establecidos,
principalmente, por decreto o ley y la segunda por el uso o la costumbre. Por
ello, un orador debe saber diferenciar cada una de estas actividades para
conducirlas de la manera más apropiada.
TIPOS DE CEREMONIAS
Según los estudiosos de la materia, existen una
gran variedad de ceremonias, cada una de ellas tiene que ver con el ámbito en
el que el ser humano desenvuelve su vida física, afectiva, laboral y social. A
continuación presentamos una de las clasificaciones más conocidas:
Ceremonias Oficiales.-
Son lo actos cívicos celebrados con solemnidad por
todas las instituciones públicas y privadas de nuestro país. Como ejemplos
tenemos: Ceremonia por la jura de la bandera (7 de junio), y Ceremonia de la
Proclamación de la Independencia (28 de Julio).
Ceremonias Protocolares;
Son los actos solemnes celebrados de acuerdo a lo
establecido en el Manual de Ceremonial y Protocolo del Estado, aquí no es
aceptable la improvisación, todo debe ser planificado con anticipación. Por
ejemplo: Ceremonia de Investidura del Señor Presidente de la República,
Aniversarios, Misas Solemnes, etc.
Ceremonias Sociales;
Son las ceremonias más conocidas en el ámbito
social y a las que asisten el común de las personas pues es parte de la vida
afectiva de nuestros congéneres. Como ejemplos tenemos: Ceremonia de
Matrimonio, Ceremonia de Bautizo, Ceremonia de Fiesta de 15 años, Ceremonia de
Premiación, etc.
Ceremonias Académicas;
Estas ceremonias pertenecen al ámbito académico de
los Centros de Estudios. Son reuniones solemnes en las que se inauguran o
clausuran actividades académicas; en algunos casos éstas están reglamentadas
por cada casa de estudios. Ejemplos: Ceremonia de Graduación, Ceremonia de
Apertura del año académico, etc.