jueves, 16 de mayo de 2019


Cómo crear tu marca personal

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Cada vez más, las empresas son conscientes de la importancia de estar presentes en la red, y de usar todas las herramientas que ésta pone a su disposición para definir y potenciar su marca. Esta lógica puede aplicarse también a las personas, y en especial a los profesionales y autónomos. Es a lo que se dedica el personal branding o desarrollo de marca personal, un concepto que persigue la diferenciación del individuo para conseguir el éxito profesional, de la misma manera que lo haría una marca comercial.


El concepto de marca personal surgió a finales de los noventa en el artículo de Tom Peters ,“The Brand called you”. Sin embargo, durante los últimos años, la marca personal ha ido creciendo en importancia y haciéndose cada vez más accesible gracias al mundo 2.0. Hoy en día, con una buena planificación y el desarrollo de una estrategia, cualquier persona puede construir su marca personal.
¿Por qué es importante desarrollar tu marca personal?

Vivimos en un mundo muy competitivo, y sin duda con la crisis económica, esa competencia se ha vuelto voraz. Es imprescindible que los profesionales consigan, por un lado visibilidad en la red, y por otro lado, diferenciarse de la competencia.

Desarrollar una marca personal consiste en gestionar la imagen del individuo para comunicar características y valores diferenciados.  


Construir nuestra marca personal nos ayudará en la búsqueda de empleo, y sobre todo si trabajamos por nuestra cuenta, pues nos posicionará como experto en el sector lo cual, a la larga, se verá reflejado en un aumento de los clientes.

Cómo construir tu marca personal

Como ya hemos apuntado, el personal branding está basado en la comunicación y en la gestión de las percepciones. Pero además, se trata de una estrategia, y como tal requiere planificación y constancia. Veamos los principales puntos que se deberán definir antes de comenzar a comunicar nuestra marca personal:

Los objetivos:

La motivación para desarrollar una marca personal suele girar entorno a dos polos, o bien encontrar trabajo o bien conseguir clientes. Tener claros esos objetivos, y llevar un seguimiento de los resultados, nos ayudará a valorar la efectividad de nuestra estrategia de personal branding, y de esta manera ir realizando los cambios que consideremos necesarios.

El mensaje:

Debes preguntarte ¿qué quieres comunicar? ¿qué es aquello que te diferencia y con lo que puedes aportar valor a tu trabajo? En este sentido resulta claro definir por un lado, nuestros valores diferenciadores, y por otro lado, los productos o servicios que ofrecemos y asociamos a esos valores.



El tono:

Quizá este sea el punto que más descuidan los profesionales, y sin embargo es algo que no debería dejarse a la improvisación. De igual modo que el mensaje, el tono de la comunicación debe estar definido de antemano y mantenerse en todo aquello que hagamos (aunque puede, y debe, sufrir ligeras variaciones según el medio que usemos). En función de nuestro sector, de nuestra propia personalidad y de los objetivos que hayamos definido, será mejor un tono comunicativo u otro: cercano, emocional, informativo, formal etcétera.

Los canales de comunicación:

De igual modo que una empresa debe definir unos canales de comunicación en su estrategia, el profesional deberá seleccionar aquellos medios que mejor se adecuen a sus objetivos y le acerquen al público al que quiere llegar. Las redes sociales son unas buenas aliadas, y sobretodo LinkedIn y Twitterpueden ser unas grandes herramientas de comunicación de la marca personal. Sin embargo, existen muchas otras redes sociales y foros de expertos, algunos de ellos especializados en ciertos sectores que podemos usar. En este punto, cabe recordar que la planificación y la constancia es fundamental, y de nada sirve registrarnos en mil y una redes sociales si después no vamos a llenarlas de un contenido.
En lo que respecta a la presencia en redes sociales es mejor estar en pocas, pero de manera constante y coherente con nuestro tono y mensaje, que en muchas que no se ajusten a la imagen que queremos comunicar y que además, tengamos desactualizadas.
Las acciones:
Finalmente, la marca personal que hasta ahora podía parecernos una idea un poco abstracta, debe materializarse en acciones en las que aplicaremos todos los puntos anteriores. Es lo que llamaríamos el contenido: si por ejemplo, el blog fuese el canal de comunicación que hemos decidido emplear, lo que contaremos en el blog y la calendarización de esto serán las acciones. Crear un buen contenido es esencial para posicionarnos como expertos. Pueden ser ebooks, presentaciones en Slidehsare, entradas en el blog o acciones offline como clases o ponencias en congresos.
De hecho, es muy recomendable unir el mundo online y el offline.
Si damos una charla, no debemos olvidar por ejemplo, publicar las fotos en Flickr, el vídeo en Youtube o escribir una entrada de resumen en nuestro blog. Y a su vez, si tenemos tarjetas físicas, debemos poner nuestra web personal, blog o quizá un código QR que nos lleve a ese contenido.
La marca personal y la imagen profesional

Por supuesto, una marca comercial está compuesta por un nombre y por una identidad corporativa, y de igual modo debe estar definida nuestra marca personal. La manera en que diseñemos nuestra marca personal definirá la imagen profesional que vamos a transmitir.
·         Nombre:
¿Usaremos nuestro nombre real, un pseudónimo o quizá una variación de nuestro nombre? En este punto es muy importante ser conscientes de la competencia: si nos llamamos Juan García Henarejos, quizá sea más conveniente optar por usar nuestro segundo apellido, pues Juanes García habrá muchos en la red. Además, no debemos olvidar que el nombre debe encajar en las redes sociales, por lo que no debería superar los 15 caracteres.
·         Palabras clave:
¿Cuáles son las palabras clave que nos definen y por las que queremos posicionarnos? Recordemos que nuestra marca personal se desarrollará tanto en el mundo offline como en el online. En el entorno digital, usaremos las palabras clave en nuestras comunicaciones para intentar mejorar nuestro posicionamiento web. Además, seleccionar estos conceptos también nos ayudará a ser recordados de forma sencilla y diferenciada: por ejemplo, Juan Henarejos, repostería creativa; o Ruth Lledó, tatuaje vintage.
·         Identidad visual:
La imagen vende, y es una gran aliada para trasmitir los valores de los que tanto hemos hablado. Por eso, no se debe descuidar el diseño visual de la marca personal, escogiendo la gama cromática y las tipografías que se van a usar en nuestras comunicaciones, que nos ayudarán a trasmitir aquello que queremos. En ocasiones puede ser conveniente diseñar un logotipo.
Finalmente, es necesario ser conscientes de la construcción de una marca personal es un un proceso lento, y que requiere constancia y paciencia. Sin embargo, considero que es un trabajo muy gratificante, pues al fin y al cabo estamos vendiéndonos a nosotros mismos.