Cómo crear tu marca personal
Cada vez más, las empresas son
conscientes de la importancia de estar presentes en la red, y de usar todas las
herramientas que ésta pone a su disposición para definir y potenciar su
marca. Esta lógica puede aplicarse también a las personas, y en especial a
los profesionales y autónomos. Es a lo que se dedica el personal
branding o desarrollo de marca personal, un concepto que persigue
la diferenciación del individuo para conseguir el éxito profesional, de la
misma manera que lo haría una marca comercial.
El concepto de marca personal surgió a finales de
los noventa en el artículo de Tom Peters ,“The Brand called you”.
Sin embargo, durante los últimos años, la marca personal ha ido creciendo en
importancia y haciéndose cada vez más accesible gracias al mundo 2.0.
Hoy en día, con una buena planificación y el desarrollo de una estrategia,
cualquier persona puede construir su marca personal.
¿Por qué es importante desarrollar tu marca
personal?
Vivimos en un mundo muy competitivo, y sin duda con
la crisis económica, esa competencia se ha vuelto voraz. Es imprescindible que
los profesionales consigan, por un lado visibilidad en la red, y
por otro lado, diferenciarse de la
competencia.
Desarrollar una marca personal consiste en
gestionar la imagen del individuo para comunicar características y valores
diferenciados.
Construir nuestra marca personal nos ayudará en
la búsqueda de empleo, y sobre todo si trabajamos por nuestra
cuenta, pues nos posicionará como experto en el sector lo
cual, a la larga, se verá reflejado en un aumento de los clientes.
Cómo construir tu marca personal
Como ya hemos apuntado, el personal
branding está basado en la comunicación y en la gestión
de las percepciones. Pero además, se trata de una estrategia, y como tal
requiere planificación y constancia. Veamos los principales puntos que se
deberán definir antes de comenzar a comunicar nuestra marca personal:
Los objetivos:
La motivación para desarrollar una marca personal
suele girar entorno a dos polos, o bien encontrar trabajo o bien conseguir
clientes. Tener claros esos objetivos, y llevar un seguimiento de los
resultados, nos ayudará a valorar la efectividad de nuestra estrategia
de personal branding, y de esta manera ir realizando los
cambios que consideremos necesarios.
El mensaje:
Debes preguntarte ¿qué quieres comunicar? ¿qué es
aquello que te diferencia y con lo que puedes aportar valor a tu trabajo? En
este sentido resulta claro definir por un lado, nuestros valores
diferenciadores, y por otro lado, los productos o servicios que
ofrecemos y asociamos a esos valores.
El tono:
Quizá este sea el punto que más descuidan
los profesionales, y sin embargo es algo que no debería dejarse a la
improvisación. De igual modo que el mensaje, el tono de la comunicación debe
estar definido de antemano y mantenerse en todo aquello que hagamos (aunque
puede, y debe, sufrir ligeras variaciones según el medio que usemos). En
función de nuestro sector, de nuestra propia personalidad y de los objetivos
que hayamos definido, será mejor un tono comunicativo u otro: cercano,
emocional, informativo, formal etcétera.
Los canales de
comunicación:
De igual modo que una empresa debe definir unos
canales de comunicación en su estrategia, el profesional deberá seleccionar
aquellos medios que mejor se adecuen a sus objetivos y le acerquen al
público al que quiere llegar. Las redes sociales son unas buenas aliadas,
y sobretodo LinkedIn y Twitterpueden ser unas grandes herramientas
de comunicación de la marca personal. Sin embargo, existen muchas otras redes
sociales y foros de expertos, algunos de ellos especializados en ciertos
sectores que podemos usar. En este punto, cabe recordar que la planificación y
la constancia es fundamental, y de nada sirve registrarnos en mil y una redes
sociales si después no vamos a llenarlas de un contenido.
En lo que respecta a la presencia en redes sociales
es mejor estar en pocas, pero de manera constante y coherente con nuestro tono
y mensaje, que en muchas que no se ajusten a la imagen que queremos comunicar y
que además, tengamos desactualizadas.
Las acciones:
Finalmente, la marca personal que hasta ahora podía
parecernos una idea un poco abstracta, debe materializarse en acciones
en las que aplicaremos todos los puntos anteriores. Es lo que llamaríamos
el contenido: si por ejemplo, el blog fuese el canal de
comunicación que hemos decidido emplear, lo que contaremos en el blog y la
calendarización de esto serán las acciones. Crear un buen contenido es esencial
para posicionarnos como expertos. Pueden ser ebooks, presentaciones
en Slidehsare, entradas en el blog o acciones offline como
clases o ponencias en congresos.
De hecho, es muy recomendable unir el mundo online y el offline.
Si damos
una charla, no debemos olvidar por ejemplo, publicar las fotos en Flickr, el vídeo
en Youtube o escribir una entrada de resumen en nuestro blog. Y a su vez, si
tenemos tarjetas físicas, debemos poner nuestra web personal, blog o quizá un
código QR que nos lleve a ese contenido.
La marca personal y la imagen profesional
Por supuesto, una marca comercial está compuesta
por un nombre y por una identidad corporativa, y de igual modo debe estar
definida nuestra marca personal. La manera en que diseñemos nuestra
marca personal definirá la imagen profesional que vamos a transmitir.
·
Nombre:
¿Usaremos nuestro nombre real, un pseudónimo o
quizá una variación de nuestro nombre? En este punto es muy importante ser
conscientes de la competencia: si nos llamamos Juan García Henarejos, quizá
sea más conveniente optar por usar nuestro segundo apellido, pues Juanes García
habrá muchos en la red. Además, no debemos olvidar que el nombre debe encajar
en las redes sociales, por lo que no debería superar los 15 caracteres.
·
Palabras clave:
¿Cuáles son las palabras clave que nos
definen y por las que queremos posicionarnos? Recordemos que nuestra
marca personal se desarrollará tanto en el mundo offline como
en el online. En el entorno digital, usaremos las palabras clave en nuestras
comunicaciones para intentar mejorar nuestro posicionamiento web.
Además, seleccionar estos conceptos también nos ayudará a ser recordados de
forma sencilla y diferenciada: por ejemplo, Juan Henarejos, repostería
creativa; o Ruth Lledó, tatuaje vintage.
·
Identidad visual:
La imagen vende, y es una gran aliada para
trasmitir los valores de los que tanto hemos hablado. Por eso, no se
debe descuidar el diseño visual de la marca personal, escogiendo
la gama cromática y las tipografías que se van a usar en
nuestras comunicaciones, que nos ayudarán a trasmitir aquello que queremos. En
ocasiones puede ser conveniente diseñar un logotipo.
Finalmente, es necesario ser conscientes de la
construcción de una marca personal es un un proceso lento, y que requiere
constancia y paciencia. Sin embargo, considero que es un trabajo muy
gratificante, pues al fin y al cabo estamos vendiéndonos a nosotros mismos.