COMUNICANDO
DESDE LAS ESCRITURAS
MOISÉS ASTO HINOSTROZA
Material
escrito en Sao Paulo Brasil 2006
INDICE
PARTE
1: EL PROCESO DE LA INTERPRETACIÓN
1. La interpretación
2. El proceso Hermenéutico
3. Procedimiento de la exegesis
4. El creyente frente al texto
5. Orientaciones prácticas para hacer hermenéutica
PARTE
2: SEMIOTICA Y COMUNICACIÓN
1. Modelo lineal de la comunicación
2. La semiótica
3. El uso de los signos en el pasado
4. El inicio de la semiótica contemporánea
5. La relación entre semiótica y comunicación
6. El proceso cognitivo
7. Métodos de Estudio
8. El estudio bíblico según sus temas
9. La Mayéutica
PARTE
3: LA SEMIOTICA
1. ¿Qué es la semiótica?
2. Signos y significado
3. La semiótica y el significado
4. Códigos
5. Sistemas de signos en la comunicación visual
PARTE 4: EXEGESIS BÍBLICA
1. Una constante y una variante
2. Un libro igual y diverso
3. Exegesis y Hermenéutica
4. El itinerario exegético
5. Critica textual
6. Análisis Literario
7. Critica Histórica
8. Exegesis y fe
PARTE 5: EXEGESIS DEL NUEVO TESTAMENTO
1. Critica Contextual (CT)
2. Crítica literaria del NT (CL)
3. Funciones del CL del Nuevo testamento
4. Critica de los géneros y formas del NT
5. Géneros y formas en la literatura bíblica
6. Los grandes géneros literarios del NT
7. ¿Cómo trabajar la crítica de las formas?
8. Tabla de géneros, formas y formulas del NT
9. Critica de la tradición
10. Critica de la redacción
11. Procedimientos de la CR de los evangelios
12. Elementos teológicos de los cuatro evangelios
13. La importancia de la Crítica de la redacción
14. Pasos para el desarrollo de una exegesis
PARTE 6: MÉTODO DE EXÉGESIS
1. Exegesis Bíblica
2. La investigación exegética
3. Sentido de las sagradas escrituras
4. Hermenéutica
5. Retorica sagrada
6. Historia de las exegesis
PARTE 7: LA PREDICACIÓN
1. ¿Qué es la predicación?
2. La predicación expositiva
3. La construcción del sermón
4. El contexto
PARTE 8: HOMILETICA, HERMENÉUTICA Y EXÉGESIS
1. Interpretación Bíblica o Hermenéutica
2. Exégesis del Nuevo Testamento
3. El Jesús histórico
PARTE 9: BREVE HISTORIA DE LA
HOMILETICA Y LA PREDICACIÓN
1. La predicación en el nuevo testamento
2. La predicación en la iglesia primitiva y el periodo patrístico
3. En la edad media
4. El periodo del renacimiento y la reforma
5. La Homilética y la predicación en la modernidad
6. La predicación en América Latina
7. Etapa de la transculturación
8. Etapa de la enculturación
9. Etapa de la contextualización
10. La predicación actual en América Latina
COMENTARIO FINAL
BIBLIOGRAFIA
INTRODUCCIÓN
Los ochenta marco mi quehacer teológico
y mi labor pastoral al integrarme a una comunidad de fe quebrada. Venia de ser
atrapada, perseguida por Sendero Luminoso y a esto se sumaba una falta de
directriz con postura propia de una reflexión teológica, un análisis
hermenéutico a partir de nuestra realidad propia.
Quizá no encontramos nuestro propio espacio
de hacerlo, pero como olvidar a monseñor Oscar Arnulfo Romero cuando estuve
en San Salvador había muerto dos años
antes que llegara, comenzó a aproximarse a la difícil situación política de su
país, donde desde hacía décadas gobernaba el Ejército. Se implicó de lleno en
la cuestión una vez nombrado arzobispo de El Salvador en 1977. Sus reiteradas
denuncias de la violencia militar y revolucionaria, que llegaba hasta el
asesinato de sacerdotes, le dieron un importante prestigio internacional. Ello
no impidió que, al día siguiente de pronunciar una homilía en que pedía a los
soldados no matar, fuese asesinado a tiros en el altar de su catedral.
Gustavo Gutiérrez me
hizo mirar la realidad social donde se movía mi congregación, era pastor en San Borja, Lima. En primer lugar, en el
pensamiento de Gutiérrez se observa la realidad latinoamericana, fundamento y
motor de la teología de la liberación, tal y como la entiende él. Sin lugar a
dudas su vida marcó de forma definitiva en su pensamiento teológico. El mundo
que conoció en su juventud era un mundo de injusticia y opresión en contra de
los menesterosos. Como él mismo dice:
Vengo de un continente en el cuál más
del 60% de la población vive en situación de pobreza y el 82% de esta se
encuentra en pobreza extrema.
Iba recogiendo el trabajo e itinerario
del pensamiento teológico desde nuestro contexto que vine realizando desde las
últimas décadas entre los muchos profesores e investigadores que unimos y
vinculamos nuestros esfuerzos desde el comienzo de los Años 90 hasta la
actualidad. Lo hemos convocado entre todos/as con una voluntad pluralista,
abierta, y crítica contra los fundamentalismos dogmáticos y ciertos
relativismos neoliberales hoy hegemónicos. Desde tal perspectiva se pretende en
asumir la responsabilidad de pensar y de crear cuáles son hoy los modos y las
condiciones prácticas y teóricas necesarias para hacer que nuestro mundo sea
tan social y fraternalmente digno como menos violento. Esto exige tornarlo en tan habitable, respetuoso y
sensible como demandan nuestras culturas diferenciales interpretativas,
artísticas y tecnológicas.
Tuve el privilegio de arrancarle un
tiempo especial a José Míguez Bonino en CLADE III Quito Ecuador el año 1992;
dialogar con el pastor metodista fue abrir espacios a mi reflexión pastoral y
comunicadora a mi comunidad de fe. Él estaba convencido de que “el aporte ético
del evangelio a la crisis moral – la del primer siglo y la nuestra – no
consiste tanto, ni fundamentalmente en principios, instituciones o leyes
nuevas, como un hombre nuevo. Lo que Jesucristo pone en este mundo es una nueva
humanidad, una nueva forma de ser hombre”.
Las teologías
contextuales se han beneficiado del desarrollo de la filosofía hermenéutica y,
al hacerlo, han obligado a toda teología a explicitar para qué se interpreta,
quién interpreta, qué se interpreta y cómo se interpreta.
¿Para qué
interpretar?
En estas teologías pueden parecer obscenas sus declaraciones de intenciones.
Suponen que toda teología, como toda idea, es "interesada", cumple
una función respecto de la realidad histórica. Dice Jon Sobrino: "Todo
pensamiento está ubicado en algún lugar y surge de algún interés; tiene una
perspectiva, un desde dónde y un hacia dónde, un para qué y un para quién. Pues
bien, el desde dónde de este libro (Fe en Jesucristo) es una perspectiva
parcial, concreta e interesada: las víctimas de este mundo". Nuestra
pastoral está inmersa en todo esto que procura "cambiar por completo las
estructuras de alienación, explotación y exclusión.
¿Qué se
interpreta?
Otro punto de ruptura con la hermenéutica teológica tradicional de las
teologías contextuales de liberación atañe al objeto de interpretación. Estas
teologías pretenden interpretar una praxis determinada de liberación. Este es
su objeto específico.
"Hoy
nos encontramos en una nueva fase de la humanidad. Todos estamos regresando a
nuestra casa común, la Tierra: los pueblos, las sociedades, las culturas y las
religiones. Intercambiando experiencias y valores, todos nos enriquecemos y nos
completamos mutuamente.
Vamos
a reír, a llorar y a aprender. Aprender especialmente cómo casar Cielo y
Tierra, es decir, cómo combinar lo cotidiano con lo sorprendente, la inmanencia
opaca de los días con la trascendencia radiante del espíritu, la vida en plena
libertad con la muerte simbolizada como un unirse a los antepasados, la
felicidad discreta de este mundo con la gran promesa de la eternidad. Y al
final habremos descubierto mil razones para vivir más y mejor, todos juntos,
como una gran familia, en la misma Aldea Común, bella y generosa, el planeta
Tierra." Esto lo había dicho Leonardo Boff cuando fui a Acre Brasil para
realizar mi labor pastoral. Necesitaba considerar muchas cosas, redireccionar
el pensamiento hermenéutico más contextual con nuestra realidad peruana.
Abrace
en mi época de seminarista el pensamiento de Dietrich Bonhoeffer: “se hace
necesario tomar una decisión, pues nuestra opiniones difieren, venid, vosotros
los que habéis sido abandonados, los que habéis perdido la iglesia, queremos
volver a las Santas escrituras, queremos buscar juntos la iglesia, se fiel a
tus principios, se fiel a tus creencias. Hoy hacen falta pastores capacitados
íntegros en su quehacer pastoral, que lejos estamos de esta realidad pastoral.
Quiero
concluir con una frase de Karl Barth: “¿Buena fe? Nunca me la permitiría.
Cuando sea llamado ante mi Dios y señor, no me voy a presentar con una cesta a
la espalda llena con mis obras completas; todos los ángeles se echarían a reír. Ni tampoco diría para mi
justificación: siempre tuve buena intención, buena fe. No, me presentaré allí
con las manos vacías y solo me parecerá oportuno decir: Dios, ten misericordia
de este pobre pecador”.
Parte 1
EL PROCESO DE LA INTERPRETACIÓN
1. La
Interpretación
1.1
¿Qué
significa la palabra hermenéutica?
La palabra “hermenéutica” pertenece a ese grupo de palabras misteriosas que se
usan mucho y sin embargo no están del
todo claras. De manera que para referirse a ella con sentido, es necesario restituirle
su propio sentido. Para ellos hemos escogido el camino histórico.
Desde la época de Aristóteles, el arte de traducir e
interpretar las manifestaciones de la vida fijadas por escrito, el acto
comunicativo de una cultura o las prácticas, recibía el nombre griego de
HERMENEUTICA.
Originalmente
se asoció a la palabra hermenéutica el término:
Griego:
TECHNE - Técnica, arte, disciplina
Cuyo
equivalente Latino era: ARS
Así: “ars hermenéutica”
(técnica hermenéutica) designaba tanto el conjunto de caminos por los
que se llega a traducir una realidad cualquiera como la reflexión sobre estos
caminos. La hermenéutica era entonces tanto “Arte” como “ciencia” de la Interpretación.
La palabra hermenéutica hunde sus raíces en la mitología
griega. Según la leyenda, el dios HERMES era el mensajero divino encargado de
traducir o interpretar el pensamiento de los dioses para los hombres,
especialmente el del dios ZEUS.
HERMES era considerado por ellos, el inventor del
lenguaje, la escritura y el comercio, dado que por estos medios se lograban
algunos niveles de comunicación.
En la Biblia (Hechos 14:11,12) encontramos una referencia
a esta leyenda cuando Pablo y Bernabé recorrían el mundo predicando el
evangelio.
En este contexto es fácil comprender porque HERMENEUTICA
de HERMES significa: expresar, comunicar, traducir o interpretar.
1.2
¿Cuándo
es necesaria la Interpretación?
Cuando una persona está familiarizada con lo que leen,
oyen o ven en un lenguaje común, el proceso de comunicación y comprensión se da
sin más. Pero cuando se toma una literatura desconocida en un lenguaje distinta al suyo o ve una obra de arte de la antigüedad, se hace
necesaria la ayuda de un intérprete para interpretar la obra y poder
comprenderla.
Con la Biblia sucede más o menos lo mismo. Como fue
escrita inicialmente en los idiomas Hebreo (Arameo) y Griego. Fue necesario
traducirla al idioma de los lectores. Es así como nosotros la tenemos traducida
(interpretada en cierto modo) al español.
Para ello un grupo de hombres consagrados a la tarea traducir el texto bíblico, comprendieron
primero el lenguaje en que venía escrita la Biblia, conocieron las reglas del
idioma en cada caso (hebreo y griego)
los modos de hablar de la época bíblica, sus costumbres y tradiciones.
Esto suponía que el Traductor-Interprete debía conocer
tanto el lenguaje antiguo que quería traducir y el mundo en que tuvo lugar
ese lenguaje, como el lenguaje actual al
que habría de ser traducido y el mundo receptor.
1.3
Propósito
de la hermenéutica
Toda
interpretación supone un para qué, un propósito, una finalidad.
¿Con que propósito interpretamos la Sagrada
Escritura?
. Para conocer a Dios
. Para entender su voluntad
. Para escuchar su palabra
. Para entender los acontecimientos actuales
. Para comunicar su mensaje a los hombres
Esto es claro. Vamos a la Biblia con la finalidad de
recoger el mensaje de la voluntad de Dios para los hombres.
¿Pero
porque vamos a Ella? ¿Por qué recurrir a
la Biblia?
. Porque somos creyentes y creemos que Dios tiene
algo que decirnos
. Porque creemos que ella es el registro de la
Revelación de Dios y de su voluntad
. Porque creemos que es la Palabra de Dios
actual y pertinente
. Porque la Sagrada Escritura ilumina los
acontecimientos actuales
¿Y cómo es que llegamos
a la Biblia y a que parte de ella vamos?
.
Cuando tenemos necesidad de Dios
.
Cuando alguna situación específica demanda una palabra como respuesta
.
Buscamos en ella el mensaje apropiado a nuestra situación
¿Qué
debemos interpretar entonces?
DIOS
Y SU PALABRA:
. ¿A Jesucristo?
. ¿A
Dios?
. ¿Los
escritos Bíblicos?
. ¿Los
evangelios?
.
Profecías?
¿PARA QUE?
Los
acontecimientos y sus interpretaciones:
. ¿Los acontecimientos?
. ¿Las interpretaciones de esos
acontecimientos?
. ¿Del pasado o del presente?
¿POR QUE?
Nuestra
realidad, nuestra cultura:
. ¿Y nuestra realidad, nuestra
cultura?
. ¿Nuestra iglesia?
. ¿Esta situación?
¿POR QUE?
¿Por
qué esto último?
. Porque Dios HABLA HOY
. Por
medio del HIJO- Jesucristo, el Logos
(palabra) de Dios
. Por
los acontecimientos, señales, signos del reino de Dios
. Para saber que parte de la Biblia interpretar
. Porque entendiendo nuestro contexto podemos
entender mejor el contexto antiguo
. Porque entendiendo nuestro contexto podemos
comunicar mejor la palabra interpretada.
¿Por
dónde Empezar? ¿Por la Biblia o por
nuestra situación?
Generalmente partimos de una situación concreta: Se da el
caso, por ejemplo, de una situación de infidelidad (primer momento). Buscamos
en la Biblia que nos dice Dios respecto, encontramos el pasaje de 2 Timoteo 2:
11-13 lo interpretamos (segundo momento) y lo comunicamos (tercer momento)
En el ejemplo, hemos interpretado primero la realidad
(¿cómo hemos llegado a la conclusión que es una situación de infidelidad?) Y ella nos ha sugerido que buscar en la
Biblia: ¿Qué dice Dios sobre la infidelidad?
1.4
Niveles
de interpretación
Como
habremos notado, la interpretación tiene
que ver directamente con el lenguaje. Este puede ser hablado, escrito o de
imágenes (visualizado). Se hace
necesario distinguir por lo menos tres niveles de interpretación:
- La Interpretación
Literaria (lenguaje escrito)
Lo que interesa es comprender la literatura. Aquí la
interpretación busca un análisis formal de la obra literaria, de su estructura
y de su estilo. Tiene que analizar la composición de la obra literaria y para
ellos se vale de las reglas de la gramática y del estilo.
A. La Interpretación Oral
(lenguaje hablado)
Juegan además del lenguaje oral, otros factores que son
fundamentalmente psicológicos, sociales, culturales, etc. Del momento.
Aquí la interpretación está al servicio del acto
comunicativo inmediato del hablante y del oyente. No es lo mismo interpretar lo
que nos está diciendo José en este momento y estando presente, que interpretar
lo que nos dejó (incluso indirectamente) San Pablo en 1º a los Tesalonicenses 2
B. La interpretación simbólica
(lenguaje de imágenes)
Intervienen factores de toda índole. No solo se pondrá
atención a los hechos (monumentos, obras de arte, retratos) sino también a la
interpretación de estos hechos que le imprimió una determinada cultura, los
elementos sociales, económicos, políticos y religiosos, etc. que nos permitan
una cabal comprensión de los mismos.
Una cosa es interpretar los evangelios de Mateo, Marcos,
Lucas y Juan en tanto como obra literaria. Otra cosa es interpretar al interior
de los evangelios la conversación entre Jesús en la cruz y el malhechor. Otra
cosa muy diferente es procurar comprender lo que esta conversación significo
para la iglesia primitiva del nuevo testamento, anterior a la redacción de los
evangelios. Y otra cosa más diferente todavía es interpretar lo que significa
para nosotros hoy todo este proceso.
1.1
Interpretación
de la Literatura bíblica
A.
Los
escritos bíblicos
La
palabra “Biblia” del griego “biblos” significa: Libros.
Como
libro, es una colección de antiguos escritos sobre Dios y por consiguiente es
el libro de referencia de nuestra fe cristiana.
El Antiguo Testamento relata la historia de una esperanza
y el Nuevo testamento es el cumplimiento de una Promesa.
El Antiguo testamento, colección de 39 libros contiene la
historia del Pacto o Alianza de amor
entre Dios y su Pueblo.
El Nuevo testamento colección de 27 libros, transmite la
vida de Jesús, sus enseñanzas y la historia de la Primera Iglesia que procura
comprender quien es Jesús. Es la nueva y definitiva Alianza entre Dios y toda
la humanidad que cree en EL le acepta y
le sigue.
Estos libros fueron escritos por varios autores, la
mayoría hebreos, algunos desconocidos, pero todos ellos inspirados por Dios con
su Espíritu Santo. Fueron escritos en tiempos diferentes: durante unos mil años
aproximadamente (900 años antes de Cristo y 100 años después de Cristo).
Estos libros fueron escritos en lugares diferentes
(Palestina, Babilonia, Egipto, Roma, Éfeso, etc.) y con propósitos y
destinatarios también diferentes: para anunciar al Mesías, para normar la
conducta de los cristianos, para dar consejos pastorales a creyentes de
diferentes lugares, y como interpretación de quién es Jesús.
Los manuscritos esenios
permitieron completar algunos pasajes poco claros de las Sagradas Escrituras,
pero no descubrieron nada realmente fascinante, a pesar de que se trató de uno
de los hallazgos arqueológicos más importantes del siglo XX.-
Luego se vio que su contenido eran en parte textos bíblicos, pero solo del Antiguo Testamento, y en parte textos religiosos pero no bíblicos, de diverso signo, como ser reglas morales y legales. Unos 200 manuscritos son textos bíblicos, entre los que se encuentran 32 copias del Libro de los Salmos, 28 copias del Deuteronomio, 21 copias del Libro de Isaías, citas ínfimas (los teffilim, o pequeñas tiras de cuero) del Éxodo y del Deuteronomio, tiras que se ponían en un estuche y que se llevaban en el brazo o sobre la cabeza.- www.cronicadelnoa.com.
Luego se vio que su contenido eran en parte textos bíblicos, pero solo del Antiguo Testamento, y en parte textos religiosos pero no bíblicos, de diverso signo, como ser reglas morales y legales. Unos 200 manuscritos son textos bíblicos, entre los que se encuentran 32 copias del Libro de los Salmos, 28 copias del Deuteronomio, 21 copias del Libro de Isaías, citas ínfimas (los teffilim, o pequeñas tiras de cuero) del Éxodo y del Deuteronomio, tiras que se ponían en un estuche y que se llevaban en el brazo o sobre la cabeza.- www.cronicadelnoa.com.
A.
Unidad
y diversidad de la Biblia
Aun cuando la Biblia revela una diversidad en cuanto a
forma, contenido y lenguaje ella
constituye una unidad orgánica por tres razones:
1. Tienen un autor primordial
Aquellos que escribieron los libros fueron todos
inspirados por el Espíritu Santo de Dios. Cada uno escribió en la libertad de su estilo y reflejando su
idiosincrasia cultural, pero investidos del Espíritu del Señor que les
inspiraba y les cuidaba que no cometieran errores en el contenido de su
mensaje.
2. Unidad de contenido
fundamental
A pesar de su variedad en contenidos, los libros de la
Biblia tienen a Cristo como centro de su mensaje. Ponen atención a la obra
redentora del Cristo, a la llegada y
establecimiento del Reino de Dios sobre la tierra.
Además de ello concuerdan en los principios básicos de
ética y práctica de la fe cristiana. La unidad de la Escritura no se da
inmediatamente sino que debe ser el objeto de una búsqueda. Piénsese por ejemplo
en quienes organizaron el canon de las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo
Pacto, como producto de su fe y evidentemente de su teología de la Historia.
Esa unidad de la Biblia lo revelan también las citas colectivas entre los
escritores.
3. Carácter progresivo de la
Revelación divina
Al dar una lectura corrida e histórica, por el Antiguo y
Nuevo Testamento, uno encuentra que Dios se va dando a conocer de una manera
progresiva. Se ve cómo Dios muestra su plan de Redención para el hombre caído y
como Jesucristo se da el cumplimiento de la promesa de salvación.
A.
LOS
GÉNEROS LITERARIOS DE LA BIBLIA
Considerando que la Biblia es tanto como una unidad
cuanto una diversidad de libros con marcadas diferencias de tiempo, lugares,
personas, propósitos, lenguaje y contenido, esta debe ser interpretada
atendiendo a la variedad de su composición.
La Biblia en tanto obra literaria, está revestida por
diversos géneros literarios.
Así tenemos:
Género histórico
|
Profético
|
Poético
|
Hímnico
|
Legislativo
|
Sapiencial
|
Apologético
|
Apocalíptico
|
Cronístico
|
Epistolar
|
Numeral
|
Cada uno de estos géneros merece una atención especial.
Un GENERO
LITERARIO es el modo de expresar por
escrito un pensamiento, cuya fisonomía personal tiene la forma singular que la
distingue de otra.
Así por ejemplo, no es lo mismo interpretar una poesía a
la madre, que interpretar la historia de una madre, aun cuando en ambos casos
se tenga en común a la misma persona. El uno pertenece al género poético, y su
interpretación exige el auxilio de ciertas técnicas de la investigación
poética. El otro pertenece al género histórico y las consideraciones obedecen a
las reglas de la interpretación histórica.
PRINCIPALES GENEROS LITERARIOS
EN LA BIBLIA
. Historia Religiosa (Crónicas)
. Narración etiológica (Gén. 11:1-9; 9:18-27)
. Narración ficticia (Tobías, Judith)
. Narración folklórica (Jueces 13:16)
. Narración mítica (Gén. 2:4b-3:24)
. Fábula (Jueces 9:7-15)
. Parábola
(Jonás)
. Milagros
(Mt 9:1-8)
. Apocalíptica
(Is 13 y 34:9-11; Dn 7; Apoc 4)
. Epistolar
(corpus paulino, Tim 1:1-2)
. Profético
(profetas, Os 1; Amós 3:9-12)
. Legal (Lv,
Ex 20:1-17; Dt 5:6-21)
. Sabiduría
(Proverbios, Mt 6:19-34)
. Poesía
(Salmos, Cantares, coplas proféticas)
. Himnos
(Col 1:12-20; Ef. 1:3-10; Lc 1:46-55)
. Genealogías
(Mt1:1-16, Gén. 5)
1. EL
PROCESO HERMENÉUTICO
A. Naturaleza del proceso
hermenéutico
La interpretación es un proceso que se inscribe en la
misma estructura de la comunicación. Como tal es un proceso que involucra una serie de elementos
espirituales, sociales, culturales y prácticos orientados a modificar o influir
sobre la conducta de los demás.
Desde el punto de vista de la fe cristiana, la
hermenéutica es aquel proceso de comprensión y actualización del mensaje de
Dios a los hombres EN, DESDE y PARA una
situación específica.
El pueblo de Dios ha experimentado este proceso durante
miles de años, oyendo y viviendo la palabra de Dios en el tiempo y el espacio
con la finalidad de conformarse a la Voluntad de Dios. En el transcurso de los
siglos este pueblo se ha valido de diversos caminos y modos operativos de
interpretación. Pero ha mantenido inalterable
un propósito último; la obediencia al Señor de la historia.
La interpretación, como obediencia de la fe, ha tomado
múltiples formas según la ubicación socio-cultural de los intérpretes, sus modalidades
aproximativas a la Escritura, los condicionamientos a los que están sometidos
consciente o inconscientemente, sus modos de comunicar el evangelio en una
cultura determinada y en definitiva, según su disposición a dejar que el texto
dé de si todo lo que tiene que dar.
B. Dos fases de la Interpretación
bíblica:
B.1 La exégesis
Es aquel momento de la interpretación que procura
entender o dilucidar el acto comunicativo en la historia de una cultura
referente a:
.
¿QUIEN HABLO?
.
¿A QUIENES?
.
¿SOBRE QUE?
.
¿CON QUE PROPÓSITO?
.
¿BAJO QUE CIRCUNSTANCIAS?
Aplicada a la literatura, la exégesis se hace técnica de
la comprensión del sentido de un texto
B.2 La
Hermenéutica
Un acontecimiento arquetípico es considerado tal cuando a
partir de una nueva situación (acontecimiento ectípico o de cumplimiento) este
último encuentra sentido sólo en el primero. Es decir, se descubre un
acontecimiento que permanecía oculto, sin sentido, a partir de un
acontecimiento nuevo.
Así por ejemplo, en América Latina dada las condiciones
sociales, económicas y religiosas calificadas como una situación de pecado
(opresión, muerte, pobreza) de pronto encontraremos que el EXODO tiene un
significado especial para nosotros. Pues aquella situación (con sus necesarias
diferencias y distancias teológicas de fondo: Pueblo de Israel diferente del
pueblo latinoamericano) ofrece para nosotros un modelo de vida, esto es la
Nueva Vida en Cristo, pues en Jesús se da el cumplimiento del NUEVO EXODO (Jer
23:7-8; Lc 9:31) y el arranque de un Nuevo Éxodo hasta la Nueva Tierra prometida (1 Pedro
2:9-16; Apoc 21)
B.3 Pasos en el
proceso hermenéutico
Los
pasos a seguir durante todo el proceso de la Interpretación son:
. Análisis
de situación
. Organización
de la idea del Mensaje
. Selección de una base bíblica
. Interpretación de la base bíblica
. Bosquejo
– síntesis de contenidos
. Actualización
del mensaje bíblico
Para
el momento de la interpretación de la base bíblica considera los siguientes
pasos:
- Lectura del texto-
Versiones (texto original)
- Estudio del Contexto
histórico
- Estudio del texto
literario:
. Delimitación del
contexto estructural
. Análisis de los
géneros
. Análisis
gramatical
. Análisis
retórico – figuras literarias
. Análisis del
léxico
. Análisis
teológico – teología bíblica
- Presentación esquemática
del texto
Preguntémonos si el pasaje elegido fue bien seleccionado.
Si no lo ha sido, buscar otra porque podemos tener limitaciones.
Releer la situación ahora desde otro punto de vista. Ver
sino hemos omitido algún aspecto de la realidad y preguntarnos porque.
Preguntarnos si hay realmente una base bíblica para esta
situación. ¿Todos los problemas o situaciones en el mundo tienen que tener una
base bíblica? Si descubrimos que no, busquemos principios bíblicos que nos den
luz a nuestro trabajo de investigación
A. La actualización del mensaje
bíblico
No se trata de una actualización del texto como texto.
Esto sería una traducción, un trabajo lingüístico. Se trata de buscar por
diferentes medios, modos o formas que ese mensaje interpretado se haga carne,
cobre actualidad en nuestra cultura.
Esta actualización a la que hacemos referencia la podemos
llamar también RELECTURA. Pero no se
trata de un acto académico, sino de una experiencia, es interpretar cada nueva
situación a la luz de la Biblia, es confrontarse ante el texto bíblico y
entender desde él; es buscar el sentido salvífico de nuestras prácticas
humanas.
Releer así la Escritura y nuestra situación es actualizar
hoy en nosotros la acción de Dios.
1. PROCEDIMIENTO
DE LA EXEGESIS
- La
exégesis como método
El
método exegético vive tres etapas:
- Etapa de Investigación:
Comprende el análisis del texto desde su estructura
interna y desde su contexto histórico. Desde su estructura interna: el
ejercicio de los métodos históricos- críticos (crítica textual, crítica
literaria, historia de las formas, historia de la redacción).
Desde su contexto histórico la explicación del sentido
intratextual en su relación con la época y circunstancias sociales, económicas,
políticas y religiosas, etc.
- Etapa de sistematización
Compara, sintetiza y ordena cada una de las instancias
del proceso de investigación en forma de un bosquejo analítico.
Esto no es otra cosa que la reproducción exacta de la
secuencia, estructura y sentido que el mismo texto arroja.
- Etapa de exposición
Presentada la secuencialidad del texto y su lógica
interna sigue la explicación teológica o exposición de tallada de cada parte
del bosquejo analítico. No es todavía una interpretación del sentido del texto para la comunidad a
quien originalmente fue dirigido y desde la cual tuvo origen. Es presentar una exposición contextualizada
al contexto de hoy.
4.
Elementos del proceso hermenéutico
En el proceso hermenéutico entran en juego una serie de
elementos que condicionan y a veces determinan la interpretación. Ellos están presentes en cada proceso de
interpretación y el intérprete avisado deberá estar atento y saber en qué
medida está orientado su interpretación, iluminado el texto bíblico o
impidiéndole recibir la riqueza de su mensaje.
Algunos
elementos del proceso para considerar:
- El contexto socio – cultural
Con esto nos referimos a la situación
histórica de los intérpretes, su cultura, su lengua materna, sus patrones de
pensamiento, sus patrones de conducta, sus métodos de aprendizaje, sus
reacciones emocionales, sus valores, sus intereses, todo esto condiciona su
interpretación. Ejemplo: 1 Cor 11 sobre el atavío de las mujeres; 1 Cor 8 lo
sacrificado a ídolos, etc.
- La comunidad hermenéutica
Toda interpretación es comunitaria. En
el afán de descubrirla presencia de Dios, el sentido de la vida. Entran en
juego acciones colectivas, experiencias conjuntas. En este mismo afán,
indirectamente dos comunidades entran en diálogo: la comunidad actual y la
comunidad antigua.
¿Qué significa 1 Cor 1:10? ¿Qué
implicaciones tiene la unidad de la iglesia para la hermenéutica?
- Los métodos, teorías y
técnicas
El término “methodeia” aparece solamente dos veces en la
Biblia y en ambas oportunidades se refiere a los métodos del demonio (Efesios
4:14 y 6:11) su sentido semántico hace referencia a la búsqueda de las mejores
formas de estrategia para alcanzar un
objetivo. Hay varias clases de métodos como:
. El
método intuitivo.- la escritura esta para las gentes de la comunidad sin
acepción, la palabra de Dios está dada en palabras humanas y que se necesita
una sumisión a la palabra de Dios para entender lo que nos dice hoy.
. El
método científico.- en el afán de llegar hasta la situación y a las
palabras de Jesús el intérprete tropieza con el problema de la Objetividad y la
Historicidad de los relatos bíblicos más bien que de nuestra situación.
. El
método contextual.- La meta es que el horizonte de la cultura receptora
(los intérpretes) se fusionen con el horizonte del texto, de manera tal que el
mensaje proclamado en la cultura receptora sea un equivalente dinámico del
mensaje proclamado en el contexto original.
- Pre-comprensión e interés
particular
Es aquel momento previo a la comprensión realizada, en la
que se da una relación con situación a interpretar que constituye un primer
acercamiento necesario, todos tenemos una postura de algo, nos acercamos a la
Biblia siempre desde una situación determinada.
- La sagrada Escritura
La
sagrada escritura es norma final (autoridad)
en toda interpretación. No es posible leer los acontecimientos actuales
y ver en ellos la acción de Dios si no es por el don de la fe iluminado por las
Sagradas Escrituras. En la escritura la que en definitiva da sentido a nuestra
vida pues a partir de ella escuchamos la palabra de Dios hablándonos HOY y
AQUÍ.
4.
EL CREYENTE FRENTE AL TEXTO
- El intérprete como
persona en el contexto.
El intérprete no sólo acepta la Biblia como palabra de
Dios sino que la estudia y la vive a partir de su encuentro con el Señor.
. La tarea de interpretación establece una relación
estrecha de juicio recíproco o crítica entre el intérprete y el texto bíblico.
. El texto bíblico nos habla, se comunica con nosotros,
de acuerdo a las preguntas que hacemos.
. La observación
es el aspecto más útil para ver el texto. En todo método de estudio bíblico
tenemos siempre que echar mano de esta habilidad sino cometemos el error de
hacer hablar al texto lo que no es.
- La selección del texto
Cuando el estudiante va a las escrituras se encuentra con
su vida personal de ver a su manera la
Biblia.
Debemos tener cuidado cuando vemos una situación concreta
en el entorno de nuestra vivencia, pues frente a una circunstancia que pasaje
debemos tomar para predicar el domingo que ayude a la congregación a animarlos,
a seguir adelante, para ser una sola comunidad que se ayude ante los problemas
sociales, económicos, políticos, etc.
¿Qué preguntas podemos hacer para entender un texto? ¿Hasta
qué punto estas preguntas las suscita también la realidad presente?
- La demarcación del texto
Cuando
seleccionemos un texto debemos tener en cuenta lo siguiente:
B.1 cuando
indiquemos un pasaje debemos ver con mucho cuidado donde empieza el Pasaje y
donde termina.
B.2 Luego que
detectamos el inicio y término del
pasaje al que llamaremos sus FRONTERAS
Inicial y Frontera Final.
B.3 Esto es muy
importante porque nos ubica primeramente en el contexto del mismo Pasaje y no tomar otras citas que no
correspondan.
B-4 Luego desde
sus fronteras podemos extraer una palabra que mueve todo el texto y así tendremos un pensamiento uniforme de
que habla nuestro pasaje.
B.5 A partir de
esto podemos trabajar el contexto con que se mueve nuestro pasaje: ¿Cuál es el
tema principal que trata nuestro
pasaje?
- Interrogando al texto
Son
preguntas comunes y útiles como:
¿Quién habla en el pasaje? ¿Por qué? ¿Dónde? ¿Cuándo?
¿Cómo? ¿Para qué? ¿Cómo nos afecta el pasaje? Vale aclarar que en el diálogo
con el texto, las preguntas deben hacerse con el fin de provocar y motivar
aquellas preguntas que el texto no plantea ni puede responder.
- EL
TEXTO EN SU CONTEXTO
En muchos estudios no se toma en cuenta seriamente la
conexión de una oración con otra, de un verso con otro o de párrafos entre sí.
Hay
un Contexto Literario
Hay
un contexto histórico
Contexto
social
Contexto
Político
Contexto
Religioso
Todo
esto es muy importante para nuestro
estudio ya que no podemos sacar al pasaje fuera de su contexto con que fue
escrito.
5. Los principios de la hermenéutica
La historia de la hermenéutica fue decantando algunos
principios interpretativos que conviene sintetizar, pues constituyen el
trasfondo del círculo hermenéutico en cuanto método de interpretación:
1.
El todo explica la parte y la parte explica el
todo.
2.
Es preciso comprender los prejuicios que tenía el
autor del texto, lo que parecía obvio en la mentalidad de su tiempo (horizonte
del autor).
3.
Siempre interpretamos un texto desde nuestros
propios prejuicios (horizonte del lector).
4.
Para interpretar se debe poner en diálogo los
prejuicios del autor y los del lector (fusión de horizontes).
5.
El texto “forma” al lector (Wirkungsgeschichte) y
el lector “reforma” el texto.
6.
Comprender un texto es también comprenderse a sí
mismo.
7.
La comprensión de un texto nunca se termina.
Supongo
que ustedes conocen los elementos principales del triángulo hermenéutico de Carlos
Mesters: Texto, Con-Texto y Pre-Texto. Vamos a mirar primero el triángulo como
ilustración del proceso de la formación del texto bíblico. Partimos del Pre-Texto. Con este término se designa todo que ya existe en
los lectores antes de una lectura: la vida o sea la realidad histórica y la
cultura. Como cristianos tenemos la fe de que Dios está presente en esta
realidad. Él es el creador de todo, a través de su Palabra creadora actúa en la
creación. Por tener el don de la razón los hombres deberían poder descubrir la
presencia de Dios dentro de la vida. Sin embargo por causa de su egoísmo que se
convierte en una “aversio a Deo” y una “conversio ad creaturam” los hombres ya
no son capaces de percibir la presencia de Dios en la creación. Con sus
acciones impiden que la creación y la historia se desarrollen según el plan de
Dios. Por eso Dios se revela en la historia humana a través de su Palabra salvadora.
El escuchar y transmitir de la Palabra salvadora se hace en el Con-Texto. La aceptación de la revelación de Dios da origen a
una fe; la misma fe une a personas y tribus aisladas y da origen a la formación
de un Pueblo. Este Pueblo con su fe en Dios es el Con-Texto. Con su fe, los hombres pueden descifrar el texto
de la vida, es decir el Pre-Texto, percibir la presencia de Dios y actuar según
su voluntad. Aunque la fe es un don sobrenatural de Dios, para poder ser una fe
humana debe ser expresada en formas humanas, es decir en formas condicionadas
por el tiempo y el espacio. Estas formas se crean en relación al Pre-Texto. El Pre-Texto sin embargo no es una cosa estática. La historia
humana nunca para y las culturas son dinámicas. Por eso el Pre-Texto sufre cambios constantes. Las formas de expresión y
transmisión de la fe que fueron establecidas en otras circunstancias históricas
y culturales ya no sirven para descifrar un Pre-Texto distinto. Por eso hay que adaptar los medios de
expresión y transmisión de la fe a la nueva realidad. Así se hacía durante
mucho tiempo en el pueblo de Israel. Los medios de comunicación de la fe como
son las fiestas y ceremonias, leyes y tradiciones, dichos sapienciales, poesía
y arte y también las personas con oficio religioso como reyes, sacerdotes y
profetas sufrieron cambios enormes durante el tiempo. El criterio para juzgar
la validez de estos cambios fue la efectividad: La nueva forma de un medio de
comunicación de la fe tenía valor si ayudaba en la tarea de descifrar la
realidad en búsqueda de la voluntad de Dios. Debido a la destrucción del templo
y la deportación de la alta sociedad en el año 587 a.C. el pueblo de Israel
perdió casi todos sus medios de comunicación de la fe. Justamente en este
tiempo comenzó una intensiva producción literaria. En los textos escritos se
hacía una objetivación de los medios perdidos; los textos se convirtieron en un
santuario portátil. En el acto de la lectura de los textos los medios perdidos
renacieron en la imaginación del lector; así los textos ayudaron a descifrar
nuevamente la realidad. En cuanto se experimentaba la efectividad de los textos
se les conservaba. Con el tiempo creció su autoridad y después de muchos siglos
se designaba a estos textos como “textos sagrados” (1 Mac 12,9) o textos
inspirados por Dios (cf. 2 Tim 3,16). Para los textos vale lo mismo que he
dicho por lo que toca a los medios de comunicación de la fe representados en
los textos. Ellos están impregnados por las condiciones históricas y culturales
de su producción. Para mantener su efectividad se tenían que adaptar los textos
a los cambios históricos y culturales. Estas adaptaciones se hacían a través de
la relectura de los textos. En los textos canónicos encontramos rasgos de
varias relecturas. Las relecturas bíblicas se caracterizaban por una gran
libertad en el cambio de las palabras y al mismo tiempo por una gran fidelidad.
No se quería ser fiel a las palabras; se quería ser fiel a la pragmática de los
textos. Una relectura fue válida si ayudaba a leer nuevamente el texto de la
vida. Se expresaba la valoración de la relectura mediante su conservación como
texto con autoridad.
Mediante estas dos
distinciones se construye el cuadrilátero hermenéutico de la exégesis
socio-histórica
6. Orientaciones prácticas para hacer
hermenéutica: el círculo hermenéutico
Gadamer insistía en que la
hermenéutica no se puede reducir al seguimiento mecánico de unos pasos, sino
que es más bien un arte, una capacidad vamos desarrollando cuando seguimos el
ejemplo de otros intérpretes y cuando los principios arriba mencionados permean
nuestra sensibilidad de lectores. Sin embargo, sí es posible indicar un modo de
proceder que nos ayude a familiarizar con esta práctica. El siguiente esquema
puede servir:
1. Pre-comprensión:
1. Pre-comprensión:
Antes de leer un texto tenemos ya alguna idea o sentimiento sobre él, que actúa como “proyecto de interpretación”; luego, una primera lectura del texto nos deja una comprensión inicial y nos lleva a replantear el proyecto y cada nueva relectura modificará la comprensión previa. Es necesario preguntar: ¿Qué idea tenemos del texto antes de leerlo? ¿Qué entendimos del texto en la primera lectura? Al volver a leer, ¿qué nuevas ideas tenemos del texto? Cada pre-comprensión que se haga debe escribirse.
2. Reconocer prejuicios:
En este paso debemos “tener un ojo agudo” y esforzarnos por identificar los prejuicios que surgen en la lectura que hacemos del texto. A medida que vamos identificando los prejuicios, estos nos van revelando algo significativo de nuestras vidas. Pero también es necesario reconocer los prejuicios (o presupuestos) que tuvo el autor al producir el texto. Se trata de aquellas ideas que eran obvias para el autor, pero no para nosotros y que, por eso, hacen que ciertos pasajes del texto nos resulten oscuros. A este respecto es importante responder ¿Cuáles son los prejuicios, nuestros y del autor, que identificamos en el texto? Cada prejuicio que se identifique debe escribirse.
3. Fusión de horizontes y contextos:
Existe una distancia entre el tiempo en que fue escrito el texto y nosotros. En primer lugar, debemos remitirnos a la situación histórica pasada (contexto) en que brotó el texto: ¿Qué datos biográficos puedes investigar del autor? ¿En qué época fue escrito el texto? ¿Cuál es el contexto histórico e ideológico del texto? En segundo lugar, no debemos olvidar nuestro tiempo ni nuestra propia situación histórica y socio-cultural ni el horizonte de significados en el que vivimos, debemos integrar el texto a nuestra época y preguntarnos ¿Qué relación tiene dicho contexto histórico del autor con el nuestro? ¿Qué diferencias hay entre el contexto del texto y el nuestro? Integrar estos dos contextos hace posible un horizonte común más amplio. Cada una de las respuestas a estas preguntas debe escribirse.
4. Oír el texto:
En el cuarto paso debemos experimentar o sentir ese texto en su verdadera alteridad, es decir, tenemos que oírlo con atención para dejarnos decir algo de él. Al oírlo aprendemos algo que no sabíamos y enriquece el horizonte de significados de nuestra existencia. ¿Cuáles son esas nuevas ideas que aprendí del texto? ¿Cuál es la idea más significativa del texto? Cada idea debe escribirse.
5. Aplicar el sentido:
El quinto paso que debemos dar para alcanzar una comprensión correcta es el de aplicar en un caso concreto presente de nuestra existencia el sentido que hemos alcanzado del texto. Pues al aplicar ese sentido a una situación particular para hacerla comprensible logramos una prueba de la validez de ese sentido que asegura su vigencia histórica. Es en el acto de aplicar el sentido de un texto donde se logra confirmar su continuidad en el tiempo. Pero además logramos enriquecer ese sentido general del texto en la medida en que la situación concreta en la que lo aplicamos nos revela algo nuevo y diferente que no estaba contenido en el texto. ¿Hay ideas del texto que tengan semejanza con alguna situación vital que yo esté viviendo? ¿Algunas ideas del texto se relacionan con mi modo de ser, de actuar, de pensar? ¿Por qué? Cada idea que surja debe escribirse.
6. Interrogarse:
Finalmente, la comprensión del texto nos debe llevar a cuestionarnos. ¿Qué pregunta tengo para hacerme a partir del texto? ¿Qué respuesta le doy a esa pregunta con base en el texto mismo? Cada pregunta y respuesta debe escribirse. (Lenguajeyfilosofia.wikispaces.com/Guía+El+círculo+hermenéutico)
Un acontecimiento arquetípico es considerado tal cuando a
partir de una nueva situación (acontecimiento ectípico o de cumplimiento) este
último encuentra sentido sólo en el primero. Es decir, se descubre un
acontecimiento que permanecía oculto, sin sentido, a partir de un
acontecimiento nuevo.
Parte 2
SEMIÓTICA Y COMUNICACIÓN
1.
Modelo lineal de la comunicación
Comunicarse implica una interacción con alguien. Sin embargo, esta
interacción posee cualidades y consecuencias distintas según el punto de vista
con el que analicemos la comunicación. El punto de vista más clásico en la
teoría de la comunicación es aquel en el que se tiene en cuenta un aspecto de
la interacción: la transmisión de información. Este punto de vista ha surgido
desde el modelo lineal de la comunicación.
Desde la Teoría de la Comunicación, Shannon elaboró una teoría
matemática de la comunicación. Esta teoría describía la comunicación como un
proceso lineal. En el contexto de la comunicación humana a este proceso de
comunicación se le etiquetó como modelo lineal de la comunicación. El modelo
tuvo gran influencia en las ciencias sociales de la época, hasta el punto de
que posteriores modelos, que han intentado describir el proceso de la comunicación
desde la psicología, han mantenido el esquema básico del modelo de Shannon.
El estudio de la comunicación desde este modelo se apoya en la
descripción del proceso que sigue el acto comunicativo. Un primer aspecto a
tener en cuenta desde este proceso es que sólo hay comunicación cuando aquello
que se comunica tiene un significado común para los dos elementos de la
interacción. Antes de atribuir significado a una idea es necesario codificarla
en términos comprensibles, y a partir de ahí realizar el acto de la
comunicación. Un segundo aspecto consiste en que no se puede transmitir una
idea sin disponer de un medio o soporte. Aquí es necesario referirse a dos
conceptos que suelen confundirse: información y comunicación. Para el modelo
lineal de la comunicación, el primer concepto (información) hace referencia a
la acción de informar, es decir, al contenido de una comunicación (mensaje); el
segundo (comunicación) se refiere a cómo el proceso pone en contacto dos o más
polos (emisores y receptores) que intercambian información.
La comunicación desde el modelo lineal se concibe como un proceso de
transmisión de información, realizado con un acto lingüístico, consciente y
voluntario. En este proceso los dos elementos más importantes para el éxito de
la comunicación son el emisor y el receptor, considerados individualmente.
Este modelo ha sido pensado para sistemas técnicos. Cuando se intentó
aplicarlo a la comunicación entre personas se vio que era insuficiente.
Posteriores modificaciones del modelo desde la psicología, siguen manteniendo
una concepción de la comunicación entre dos personas como transmisión de un
mensaje sucesivamente codificado y después descodificado. Sin embargo, ha sido
necesario incorporar al modelo el concepto aplicado por Wienner de retorno. El
retorno proviene del modelo cibernético de Wienner, y rompe el esquema lineal
al hacerlo circular. Es la única forma de que la base del modelo pueda tener
una aplicación en la comunicación humana, puesto que las personas no son
elementos estáticos en el proceso de comunicación, como lo puedan ser dos
terminales telegráficos.
De esta forma la estructura del acto comunicativo sigue manteniendo la
misma concepción de comunicación como proceso de transmisión de información,
pero desarrollando un modelo circular, más próximo al modelo cibernético de
Wiener. Un modelo humano basado en el modelo lineal de la comunicación quedaría
así:
Vemos, pues, la relevancia que tienen los procedimientos simétricos de
codificación y descodificación en todo proceso comunicativo. Estos
procedimientos se llevan a cabo mediante signos y por ello ha irrumpido la
semiótica (la ciencia de los signos) en el campo de la Teoría de la
Comunicación.
1. La
semiótica
Es difícil dar una definición unánime de lo que es la semiótica. Sin
embargo, puede haber acuerdo acerca de "doctrina de los signos" o
"teoría de los signos". Esta definición presenta el inconveniente de
transferir al término "signo" la mayor parte de los interrogantes.
Para algunos el signo es, en principio, un objeto construido; para otros, es,
en principio, un objeto observable; otros sólo toman en cuenta sistemas de
signos previamente establecidos, que pueden alcanzar desde sistemas de
señalización concretos hasta los sistemas de significación implícitos en toda
práctica social (ritos, mitos, costumbres). Existen, pues, concepciones
opuestas de la disciplina, que van desde el estudio de un sistema concreto de
señales hasta una concepción "absolutista" que hace depender la
propia cultura del fenómeno comunicativo. Un breve sumario de estas
concepciones sería el siguiente:
1.
Una concepción limitada a
los sistemas de signos instituidos en la práctica social y no-lingüísticos:
carteles de señalización, escudos, uniformes, etc... En todo caso, podría
hablarse de "signalética" para calificar esta concepción. (cuadro de
matamua)
1.
La concepción que puede
llamarse "saussuro-hjelmsleviana" que considera con Saussure, que la
lingüística es una parte de la semiología, "ciencia que estudia la vida de
los signos en el seno de la vida social". Extendiendo el modelo
lingüístico a todos los sistemas de signos humanos, la misma podría calificarse
como "semiolinguística" aun cuando sus sostenedores recusan este
apelativo. Sin embargo, construye sus objetos sobre el "patrón" de
los objetos de la lengua.
2.
La concepción peirceana
que combina, en el estudio de los signos un análisis de los fenómenos de
significación como la cooperación de tres instancias que implican al
representante (el signo propiamente dicho), al representado (aquello de lo que
el signo da cuenta) y a un intérprete genérico considerado como un muestrario
representativo portador de los hábitos interpretativos de la comunidad a la que
pertenece.
3.
Concepciones
etnoculturales que ven en la cultura una combinación de sistemas "modelizadores"
de lo real (Yuri Lotman, Escuela de Tartú).
4.
Concepciones que tienden
a abolir la separación entre ciencias humanas y ciencias de la naturaleza, a
partir de una zoosemiótica, de una fitosemiótica, reagrupadas con la teoría de
la información y las neurociencias, para constituir una especie de
"perspectiva semiótica" (Círculo de Toronto).
5.
Concepciones
"regionales" del objeto semiótico limitadas a campos como el visual,
las prácticas culturales y artísticas (danza, literatura, poesía, urbanismo y
arquitectura, cine, teatro, circo, pintura, presentación de la persona,
etc...), los "discursos" de carácter social (jurídico, religioso,
político, etc...). Aunque pretendidamente independientes, dada la especificidad
de su objeto, no dejan de vincularse, más o menos explícitamente, con alguna de
las concepciones enunciadas anteriormente.
Las concepciones 2) y 3) son las más comúnmente
aceptadas y no han dejado de existir intentos de proceder a síntesis de ambas,
de los que el más reputado ha sido el de umberto Eco(1). Sin
embargo, dicha síntesis se presenta problemática, ya que, como veremos, sus
metodologías de trabajo se presentan casi como irreconciliables, apoyándose la
concepción saussureana en una base binaria (significado / significante)
mientras que la pierceana se apoya en una base triádica (objeto / signo /
interpretante).
1. El
uso de los signos en el pasado
Los hombres primitivos se contentaban con un uso puramente instrumental
de los signos, ligado a sus condiciones de subsistencia (lugar donde encontrar
la caza, avisar de peligros inminentes, etc.), lo que no implicaba
problemáticas específicas que resolver. Pero, a medida que la realidad social
se va haciendo más compleja, el uso de los signos deviene más estricto: el
signo debe reproducir de forma unívoca las realidades del mundo material con el
fin de preservar la integridad y la identidad del grupo humano. Los primeros
pensadores que reflexionaron sobre los signos fueron Aristóteles y los
estoicos, quienes buscan las relaciones entre la configuración de los términos
en el silogismo y la configuración del orden real, así como los motivos de la
transferencia de valores de verdad de una a otra. La primera ampliación del
campo de estudio se la debemos a Leibniz, quien con su Mathesis Universalis,
extenderá las nuevas funciones matemáticas a nuevos campos significantes. Sin
embargo, el proyecto quedará inconcluso al enfrentarse con los numerosos
problemas de polisemia que requerirán el regreso al estudio específico de la
lengua humana. Locke y los filósofos ilustrados (especialmente Condillac)
fundamentarán la semiótica en la gramática.
2. El
inicio de la semiótica contemporánea
Pese a que todos los grandes pensadores, aunque no lo hayan hecho
explícitamente, se hayan interrogado acerca del problema de la significación,
generalmente se coincide en distinguir dos fuentes de la semiótica
contemporánea: F. de Saussure y Ch. S. Peirce. Para completar conviene acercar
al nombre del primero el del lingüista danés L. Hjelmslev.
Ferdinand de Saussure (1857-1913) tenía como objetivo estudiar la lengua
considerada en sí misma, retomando de esta forma el proyecto estoico sobre la
base de la materialidad del lenguaje mismo. Naturalmente, ubica a la
lingüística como una parte de la semiología, ciencia que estudia la vida de los
signos en el seno de la vida social y que nos enseñaría en qué consisten los
signos y qué leyes los rigen. Para Saussure el signo es una unidad psíquica de
dos caras: la imagen acústica (el significante) y el concepto (el significado);
la unión que existe entre ambos es totalmente arbitraria. El signo es, pues,
fruto de un contrato concertado entre los miembros de la sociedad, que actúa
como fuerza externa sobre la lengua modificándola pero sin alterar sus
características formales.
Louis Hjelmslev (1899-1963) era un lingüista danés cuya obra es un
eslabón indispensable para comprender la evolución de la lingüística moderna
surgida de las intuiciones de Saussure. Hjelmslev añade dos caras más a cada
una de las caras de Saussure: tanto el contenido (significado) como la
expresión (significante) tienen forma y substancia. La función semiótica se
establece entre la forma del contenido y la forma de la expresión; mientras que
la substancia del contenido (el pensamiento) y la substancia de la expresión
(la cadena fónica) dependen exclusivamente de la forma y no tienen existencia
independiente. Este homomorfismo entre el plano de la expresión y el plano del
contenido abre las puertas a una semántica estructural.
Charles Sanders Peirce (1839-1914) se interesó, entre otras cosas, en la
semiótica a la que consideraba ante todo como una lógica, lo que no deja de
evocar el proyecto estoico. Sin embargo, su propósito apunta a aprehender la
totalidad de los procesos comprometidos en el establecimiento de las
significaciones, por ello su concepto de signo es general y pragmático. En la
significación cooperan tres instancias: el objeto (que se pretende
representar), el signo (que lo representa) y el interpretante (que lo
interpreta). El interpretante es, a la vez, una norma social o un hábito
colectivo institucionalizado y la determinación aquí y ahora de una mente que
interioriza esta norma.
1. La
relación entre semiótica y comunicación
Todo acto de comunicación puede describirse como un par constituido por
un signo producido por un emisor, interpretado luego por un receptor. Su
estudio combinará producción e interpretación de un mismo signo. Tomando el
modelo peirceano podríamos representar los procesos de producción e
interpretación con un gráfico como el siguiente, en el que O representa el
objeto, S representa el signo, I representa el interpretante y las flechas
muestran las relaciones de dependencia:
La mayor parte de los autores
se han interesado casi exclusivamente en el problema de la interpretación de
los signos, partiendo de la opinión, ampliamente extendida, de que la
producción y la interpretación son procesos absolutamente reversibles. De esto
se desprendería que describir la interpretación es describir también, como en
un espejo, la producción.
Contra esta afirmación se puede observar que, si el productor es dueño
del objeto que elige para comunicar su mensaje (elección de palabras, de
grafismos, de gestos, de configuraciones múltiples de unos y de otros), el
intérprete está obligado a efectuar un trabajo de reconstrucción de ese objeto
(una semiosis inferencial) que no tiene por qué llegar necesariamente a
reencontrar el mensaje original. En efecto, las relaciones singulares que
productor e intérprete mantienen con las instituciones de la significación son
las que regulan su comunicación. Hay, entonces, una disimetría a priori, puesto
que el primero pone en marcha algo ya presente en él, mientras que el segundo
debe descubrir precisamente lo que el primero actualizó.
Lo que hay que remarcar antes que nada es que toda producción es, en
alguna medida, una interpretación a priori. Dicho en otras palabras, la
producción es un proceso de incorporación de un pensamiento en una
configuración que se ubica bajo la dependencia de una interpretación
anticipada, respecto de la que el productor se vuelve un intérprete más. En
este sentido participa en este proceso colectivo de interpretación que
describimos como una institución social. Por parte del intérprete hay un
proceso que va de lo particular a lo universal, de lo individual a lo
colectivo, mientras que, de parte del productor, se va de lo universal a lo
particular y de lo colectivo a lo individual. Más que de reversibilidad, que no
diferencia los dos procesos, debemos hablar de dualidad. Algo pasa de la mente
del productor a la del intérprete. Más formalmente, puede considerarse que en
todo fenómeno semiótico hay un traspaso, a través de un signo, de una cierta
forma de relaciones que está en la mente de un productor hacia la mente de un
intérprete. El signo se transforma en un medio para la comunicación de una
figura. Hay que destacar que en el acto de comunicación, definido como un par
(signo producido / signo interpretado), tanto el productor como el intérprete
hacen referencia a la misma relación de naturaleza institucional que liga al
signo con su objeto. El productor lo utiliza como algo ya institucionalizado
que le permite elegir una cosa (el signo) y presentarla como el sustituto de
otra cosa ausente (el objeto), con la garantía (en el interior de su comunidad)
de que un intérprete eventual que comparta su cultura tendrá la posibilidad de
poner en funcionamiento la relación empleada en el otro sentido. La
comunicación sólo se logra cuando el objeto del que habla el productor es el
mismo que imagina el intérprete. Es precisamente en este sentido donde la
concepción peirceana del signo se muestra más potente que sus rivales binarias.
La noción de interpretante nos remite a las normas sociales compartidas que
hacen posible la simetría en el proceso de producción y en el de
interpretación; mientras que, en las concepciones binarias[2], nada nos remite a una
intersubjetividad indispensable para cerrar felizmente el proceso comunicativo.
2. El
proceso cognitivo
Para que exista esta intersubjetividad que permite la comunicación, es
necesario postular que existen rasgos comunes en los procesos cognitivos de
todos los seres humanos. Tanto si se cree que el proceso de conocimiento es
categorial (como dirían Aristóteles o Kant) como si se cree que es puramente
perceptivo (como defenderían Locke o Hume), el producto de este conocimiento
individual establece un área de consenso con el resto de los miembros de la
comunidad
[1] .En la primera página de su
artículo "La vida social como un sistema de signos". [VSSS] (VV.AA.
"Introducción al estructuralismo". Alianza. Madrid, 1976. Pág. 89),
facilitado con los apuntes, cita precisamente a Saussure y a Pierce, aceptando
sus definiciones de signo "como punto de partida indiscutible". El
propio Eco lo reconoce en una obra reciente (Eco, Umberto. "Kant y el
ornitorrinco". [KO] Lumen. Barcelona, 1999. Pág. 290): "Durante mucho
tiempo he temido que el enfoque semiótico del Tratado adoleciera de
sincretismo. ¿Qué quería decir intentar, como hice, juntar la perspectiva
estructuralista de Hjelmslev y la semiótica cognitivo-interpretativa de
Peirce?".
[2] .Umberto Eco en VSSS Pág. 96-97
reprocha que "muchos lingüistas han supuesto que el extenso campo de la
Forma del Contenido (Hjelmslev) caía fuera de la jurisdicción de la lingüística
y lo concebían como materia propia y privativa de la antropología cultural, de
la ciencia física, de la filosofía
7. MÉTODOS DE
ESTUDIO BÍBLICO
a. EL MÉTODO INDUCTIVO
La palabra
"inductivo" viene del verbo inducir, y éste del latín inducere, que
es un antónimo de deducir o concluir. La inducción, nos dice el diccionario, es
"un modo de razonar que consiste en sacar de los hechos particulares una
conclusión general". Por tanto, denominamos método inductivo aquel
mediante el cual se somete un pasaje bíblico a investigación, con el fin de
obtener conclusiones generales sobre su contenido. El método opuesto es el
"deductivo" que partiendo de una premisa predeterminada, procede a
establecer una base bíblica en su apoyo, empleando varios pasajes. Ambos
métodos se pueden ilustrar así:
Método inductivo
Método Deductivo
El método inductivo no se
emplea únicamente para el estudio de las Escrituras; es también muy usado en la
investigación de las ciencias experimentales, y se basa en tres principios de
operación:
1.- La
Observación Descubrir lo existente.
2.- La
Interpretación ………Determinar su significado.
3.- La
Aplicación
Apropiar los resultados.
Por observación
entendemos el acto de considerar con atención el estudio intenso de algún
objeto, asunto o relato; la práctica de la observación es indispensable, porque
nos permite saturarnos del contenido del pasaje. Por eso debemos formarnos este
hábito de tal manera que nunca leamos una frase o pasaje bíblico sin observarlo
cuidadosamente. Consta de cuatro partes principales:
1.- La Observación de
palabras o términos. La Biblia contiene miles de palabras con significado
oscuro o desconocido. Otras veces las palabras se usan en sentido figurado, y
no quieren decir en el pasaje lo que significan en el uso común.
2.- La observación de
las relaciones entre las palabras se les llama estructuras. Las estructuras se
relacionan entre sí por medio de palabras que adoptan la función de
"eslabones".
3.- La observación de
formas literarias generales. El pasaje que estudiamos puede ser prosa, poesía,
drama, parábola, literatura apocalíptica, etc.
4.- La observación de
la atmósfera, puede ser de compasión, tristeza, dolor, amor, alegría, humildad,
ternura o alguna otra.
El segundo principio de
este método es la interpretación. El propósito aquí es determinar el
significado de lo que el autor escribió. En este caso la imaginación se
convierte en una valiosa herramienta que nos ayuda a transformarnos a los
tiempos bíblicos, y sentir, pensar y actuar, como lo hicieron los escritores.
El resumen de la
interpretación, apoyado en la evaluación anterior, este paso consiste en
adaptar las enseñanzas del pasaje a nuestras circunstancias particulares, y en
apropiar lo que sea de utilidad a nuestra vida personal.
b. EL MÉTODO ANALÍTICO
La palabra analítico
tiene su origen en el término griego análisis que significa
"Descomposición". En el estudio de la Biblia quiere decir separar o
desmenuzar las partes de un pasaje con el fin de arribar a la médula de su
contenido. El método opuesto es el sintético, en el cual se realiza la labor
contraria, esto es, se resume y compendian las enseñanzas para poseer un cuadro
general y completo de una determinada porción bíblica.
El análisis de que
hablamos principia con una porción entera, que en este caso invariablemente
debe ser un párrafo, y nos lleva hasta la frase o pensamiento que nos interesa
en particular.
La gran utilidad de este
método reside en que el estudiante se ve forzado a analizar el texto bíblico, y
no los comentarios sobre la Biblia; tres son los pasos principales del proceso
analítico.
1.- El examen estructural
|
Reorganización del texto
|
Bíblico.
|
|
2.- El bosquejo del contenido
|
Presentación sistemática
|
de los pensamientos del
|
|
Escritor.
|
|
3.- Las observaciones
|
Búsqueda de enseñanzas
|
Pertinentes.
|
El primer paso consiste
entonces, en colocar en orden lógico las declaraciones del escritor, de tal
manera que a simple vista podamos tener todo el desarrollo de su pensamiento en
forma bien organizada. De Juan 5:1-5.
El segundo paso del
análisis consiste en formular un bosquejo. Este bosquejo debe apegarse al texto
lo más posible, de manera que podamos presentar en forma sistemática del
pensamiento del escritor. He aquí un bosquejo del párrafo citado arriba: La
victoria del creyente.
Estamos listos para
proceder al tercer paso. La observación deberá girar en torno a siete preguntas
fundamentales. Las respuestas a éstas constituirán el verdadero fruto del
estudio analítico. Las preguntas son:
¿Qué?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿cómo?, ¿por qué?,
¿quién?, ¿para qué?
c. EL MÉTODO SINTÉTICO
A este sistema de estudio
bíblico también se le conoce como "el método del Dr. Gray", debido a
que este célebre siervo de Dios, por muchos años decano del Instituto Bíblico
Moody en Chicago, escribió un libro entero cubriendo de Génesis a Apocalipsis,
basándose en tan singular método. El estudio sintético es la labor de
compendiar o resumir lo más posible, un pasaje, para obtener un cuadro general,
pero completo.
La piedra angular de este
método es la lectura repetida de un libro de la Biblia a la vez. Durante las
repetidas lecturas de un libro, se recomienda tener en mente tres distintos
aspectos:
A.- El tema central del
autor.
B.- El
desenvolvimiento.
C.- El bosquejo del
contenido.
1.- Trabajemos en el
libro de Job aplicando los pasos anteriores, y observaremos la forma como se
puede arribar a la comprensión fundamental de su contenido. Las primeras
ocasiones que lo leamos, buscaremos su tema central. Tal vez nos parezca que
ese tema pueda ser el significado de la lucha entre el bien y el mal, y sus
resultados, bajo el gobierno de un Dios sabio y todo poderoso.
2.- El siguiente paso
consiste en leer Job nuevamente, ahora con el tema central en mente, observando
cómo el autor desenvuelve su argumento.
3.- Con el material
anterior cuidadosamente anotado, estamos listos para formular un bosquejo. Como
se ha podido ver hasta aquí, la organización del material bíblico es siempre un
proceso fundamental e imprescindible para el estudio provechoso. El Dr. Gray
bosqueja el libro Job en esta forma:
I.- El prólogo.
II.- El diálogo.
III.- Las palabras de
Eliú.
IV.- Las Palabras del
Todopoderoso.
V.- La respuesta de
Job.
VI.- El epílogo.
Para elaborar el bosquejo
resulta ser de gran ayuda tomar en cuenta la división de capítulos, párrafos y
versículos ya que el estudiante necesita encontrar las unidades de pensamiento
para irlos acomodando en forma organizada. Sugerencias generales para facilitar
el trabajo con este método.
1.- Cada vez que se lea
el libro, léase completo y de una sola vez, a fin de mantener frescos todos los
detalles de su contenido.
2.- No haga uso de
libros de consulta. Satúrese solo del texto bíblico, y luche porque su mente
trabaje con diligencia en los descubrimientos necesarios.
3.- Cada vez que lea el
libro, procure enfocar la mente en un aspecto distinto de la narración puede
ser el histórico, doctrinal, geográfico o biográfico.
4.- Al leer,
transpórtese mentalmente a la época, las circunstancias y el trasfondo del
escritor. (
http://www.seminarioabierto.com) Seminario
Reina Valera.
d. EL MÉTODO CRÍTICO.
La palabra crítico
proviene del término griego (krino) krino, que quiere decir juzgar. Así
entonces, se llama Crítica Bíblica a la ciencia que busca por medio de una
detallada y cuidadosa encuesta, establecer las palabras exactas de los
manuscritos, versiones y citas, y determinar la composición, fecha paternidad
literaria, y valor histórico, según se encuentra juzgado por la evidencia
interna. Se divide en dos clases o dramas principales: La Critica Baja, y La
Critica Alta. Estas también reciben los nombres de Histórica y Textual,
respectivamente como su nombre lo indica, la Crítica Textual es la que se
encarga de verificar la exactitud del texto bíblico.
Hoy en día existen
alrededor de 5,338 copias completas o en parte,
copiadas a mano, más cientos de copias de algunas de las primeras traducciones
hechas, más la evidencia de las citas bíblicas en los escritos de los padres de
las iglesia primitiva. Sin embargo no existen dos copias que sean exactamente
iguales, y mientras más grande sea el número de copias, mayor será el número de
diferencias (o variantes) entre ellas.
Por lo que toca a la
crítica histórica, se ocupa de trabajar empleando los resultados de la crítica
textual aceptando como un hecho que se posee el texto correcto, procede a
confirmar las afirmaciones que el texto hace en relación con su paternidad
literaria, a la fecha en que se escribió, la veracidad de su mensaje, la unidad
de su estructura literaria, y declaraciones similares. Para tal efecto es
preciso elegir primeramente un libro que constituya la unidad básica de
estudio. Luego realizaremos el estudio investigando las siguientes áreas.
1.- Paternidad
Literaria
¿Quién fue el autor del libro?
2.- Destinatario
¿A quién se escribió?
3.- Lugar
¿En dónde se escribió?
4.- Fecha
¿Cuándo se escribió?
5.- Propósito
¿Cuál era el objetivo del autor?
Para establecer la
paternidad literaria de un libro de la Biblia, es necesario depender de las
evidencias que encontraremos dentro y fuera de él.
En ocasiones es fácil
determinar el destinatario, es decir, la persona o personas a quienes se
escribió el libro.
Pocos libros de la Biblia
mencionan dónde fueron escritos.
Las fechas en que se
escribieron los libros de la Biblia si son de importancia estratégica, ya que
con frecuencia se encuentra íntimamente ligadas al problema de la paternidad
literaria.
Por último, nos interesa
descubrir el propósito que el autor haya tenido al escribir su libro.
e. EL MÉTODO TIPOLÓGICO.
Este no es para los
aprendices. No recomendamos su uso cuando, apenas se comienza a conocer el
contenido de la Biblia. Más bien, para ponerlo en prácticas se exige un
conocimiento completa de las Escrituras.
La palabra tipológico,
proviene del verbo griego tupo que significa golpear, y del
término tupco V, que quiere decir la marca de un golpe, una
impresión, forma o tipo. Por lo que toca a las diversas clases de tipos,
debemos mencionar seis: de Personas, de instituciones, de oficios, de
acontecimientos, de acciones y de cosas.
Algunas recomendaciones
fundamentales que se deben tener en cuenta para este estudio son:
1.- Estúdiense las
reglas de la Hermenéutica sobre la tipología.
2.- Princípiese con los
tipos más sencillos. Por ejemplo los que se hallan en Éxodo 12 y 1
Corintios 5:7,8.
3.- Conserve discreción
y sentido común.
4.- Recúrrase a todas
las referencias bíblicas que sea posible para respaldar la interpretación de un
tipo dado.
Para aquella persona que
desee lanzarse de inmediato a poner en práctica este método, le podemos sugerir
los siguientes temas donde encontrará abundante material de esta naturaleza:
Adán como tipo de Cristo; Abraham como tipo de Dios; el sacrificio de Isaac y
el sacrificio expiatorio de Cristo; José y la vida de Jesucristo.
8.
EL ESTUDIO DE LA BIBLIA SEGÚN SUS TEMAS
El estudio de la Biblia
encierra tres graves peligros. El primero consiste
en el empeño de conocer su contenido, apoyados solamente en la inteligencia, y
dependiendo del esfuerzo propio.
Un segundo peligro reside
en estudiar la Biblia por un sentimiento de deber religioso. Hay quienes la
estudian creyendo almacenar méritos, y en esa forma agradar a Dios. Otros lo
hacen movidos por la creencia de que es su deber destilar toda la información
posible contenida en sus páginas. El autor del Eclesiastés escribió: "El
mucho estudio es fatiga de la carne", (Eclesiastés 12:12), y Pablo
agregó: "La letra mata...." (2 Corintios 3:6). La Biblia no se
debe estudiar como un fin en sí misma, sino como un medio para un fin. No es un
libro que tan solo se tenga que leer y aprender, sino más bien, uno que se
tiene que vivir. Los métodos de estudio bíblico pretenden enseñar al estudiante
la manera de adentrarse en la Escritura, con el propósito de que aprenda a
vivirla y no solamente a recitarla.
Y el tercer peligro grave
consiste en estudiar la Biblia olvidando que fue escrita con cierto propósito
primordial revelarnos a Jesucristo como salvador del hombre. El apóstol Pablo
declara que el evangelio de Dios es "Acercar de su hijo" (Romanos
1:1,3), y especialmente el ministerio del Espíritu Santo se
encuentra enfocado a este mismo fin.
Cristo declaro: "El
me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber" (Juan
16:14).
a.
EL TEMA
BIOGRÁFICO
Este puede resultar un
estudio altamente provechoso e inspirador. Se ha calculado que la Biblia
menciona cerca de tres mil personajes diferentes, cada uno de ellos con sus
características específicas.
Quizá una de las razones
por que resulte tan fructífero este sistema, se ha debido a la verdad variedad
de los personajes bíblicos. Se habla tanto de hombres como de mujeres y niños;
los hay valientes y cobardes, perversos y santos; algunos alcanzaron gran
renombre, otros permanecieron en la oscuridad; de algunos se narran extensas e
interesantes biografías, mientras que otros prácticamente se pierden en el
anonimato. Pero lo de ellos se narra, constituye una rica fuente de
conocimientos en relación con el plan de Dios para la humanidad.
1.- El nombre, lo
primero que nos interesa es el nombre.
2.- Los rasgos físicos,
no hay que abrigar esperanzas de encontrar mucha información a este respecto.
3.- Antepasados y
descendientes, en esta sección la búsqueda tiene que ver con las
características de los antepasados y los descendientes del personaje.
4.- Su niñez y
juventud, aquí se estudia ya directamente la vida del individuo, buscando
acontecimientos o influencias que en una forma u otra moldearon su carácter e
influyeron decisivamente en la trayectoria posterior de su vida.
5.- Su ocupación
Estudiemos ahora su trabajo. Encontraremos que éste encierra buen número de
facetas diferentes; por ejemplo. Los lugares donde trabajo.
6.- Carácter. Lo que
más importa de un hombre no es lo que hace, sino lo que es; por tanto, su
carácter es un aspecto clave del estudio.
7.- Su vida espiritual.
En gran parte elegimos a un personaje para estudio por las lecciones que su
vida espiritual nos pueda ofrecer.
8.- Influencia en su
vida. Aquí dedicaremos tiempo a la consideración de todas aquellas influencias
ejercidas sobre la vida de nuestro personaje por individuos, circunstancias y
fuerzas que modelaron su vida y al final jugaron un papel definitivo en sus
decisiones.
9.- Su influencia sobre
los demás. Los hombres no son sólo receptores pasivos de los efectos de
circunstancias, fuerzas o personas, sino que voluntaria o involuntariamente
también una influencia definida sobre quienes los rodean.
10.- El pecado en su
vida. Parte de la experiencia espiritual del individuo es, claro está, sus
luchas con el pecado.
11.- Conclusiones. Al
estudiar los puntos anteriores, habremos acumulado considerablemente
información sobre el personaje bajo estudio.
b. EL TEMA HISTÓRICO.
La Biblia se ha
constituido en un infalible libro de historia para esos estudiosos. No fue
escrita con ese fin, pero sus narraciones se han verificado a través de los
siglos, encontrándoseles siempre veraces.
Para el progreso en la
aplicación de este método, se recomienda un procedimiento similar al sugerido
para el sintético; esto es, principiar con lo general, y avanzar paulatinamente
hacia lo detallado y minucioso, en este caso, la primera área de estudio será
la Biblia entera. Con esto queremos decir que debemos primero ubicarnos
históricamente en relación con todo el período bíblico, antes de concentrar
nuestra atención en el pasaje que específicamente nos interesa.
Una vez que contemos con
el cuadro histórico general, podremos realizar un estudio más detallado. Este
se puede efectuar de tres maneras principales.
Primera, dedicándonos al
estudio de un periodo especifico de la historia bíblica. Por ejemplo, el tiempo
de los jueces aquí es posible adentrarse en los detalles y circunstancias de
este lapso de la historia de Israel. El reino de Salomón sería otra época rica
en enseñanzas.
La segunda forma es estudiar
la perspectiva histórica de un solo libro. La comprensión exacta de algunos de
ellos, en gran parte depende de los antecedentes que poseamos sobre los eventos
que allí se narran.
Por último se puede someter un
solo capítulo al análisis histórico. Cuántos emocionantes descubrimientos nos
esperan al estudiar en esta forma, por ejemplo, el capítulo 6 de
la profecía de Isaías. Llegaremos a comprender por qué el profeta principia el
capítulo aclarando: "En el año que murió el rey Uzías..."
c.EL TEMA PROFÉTICO
Para muchos cristianos,
hablar de profecía significa perder tiempo. Es importante y aun urgente, que
nos entreguemos a un estudio serio de la profecía bíblica. Además, no menos que
una tercera parte de la Biblia está dedicada a asuntos proféticos, de tal manera
que si en verdad nos interesa llegar a conocer la Palabra de Dios,
irremisiblemente nos veremos obligados a dedicar una buena parte de nuestro
tiempo a ellos.
Profecía es la
proclamación de la voluntad de Dios para los hombres, y en ocasiones incluye el
anuncio de algún evento futuro como parte del cumplimiento de esa voluntad. La
profecía no es la bola de cristal de Dios dada a los hombres para saciar su
curiosidad. Es la proclamación de la voluntad de Dios para los hombres, y en
ocasiones incluye el anciano de algún evento futuro como parte del cumplimiento
de esa voluntad. La profecía no es la bola de cristal de Dios dada a los
hombres para saciar su curiosidad. Es la proclamación de su voluntad soberana y
amorosa para toda la creación, y su llamamiento a un pacto de fidelidad con el
pueblo que es llamado por su nombre, y el cual está listo para seguirlo son el
conocimiento previo de hacia dónde le lleva. La esperanza que se ve, no es
esperanza. Romanos 8:24. Hoy día, la iglesia necesita la profecía
más que nunca, no para condenar a los paganos, ni para satisfacer una
curiosidad necia, sino para despertar un sentimiento de insatisfacción con
nuestra propia situación, y para encender los corazones tibios con una
esperanza vital en el glorioso mundo futuro de Dios, el cual será dado a
conocer en la aparición de nuestro Señor Cristo Jesús.
Estudiar la Biblia
siguiendo este método significa la lectura repetida del libro o porción
deseada. Aun cuando en la primera lectura parezca un confuso laberinto de
ideas, personajes, lugares, etc., no debemos desmayar, sino seguir leyendo
hasta lograr organizar su contenido.
1.- Es de gran
importancia ubicarnos en el medio ambiente del profeta.
2.- Se busca también
los temas principales del pasaje.
3.- La descripción de
la personalidad y las características del mensajero también interesan.
4.- Durante lecturas
subsecuentes anotaremos lo más posible, la cronología del pasaje profético.
5.- Ahora enfocaremos
la atención sobre los individuos a quienes se dirigió el mensaje de Dios por
boca del profeta.
6.- Se debe buscar
también los propósitos que Dios haya tenido para enviar a su mensajero.
7.- Enseguida se debe
trabajar exclusivamente en los mensajes proféticos.
8.- El siguiente paso
será comparar cada mensaje con pasajes similares o paralelos en otras partes de
las Escrituras.
9.- Por fin arribamos a
la delicada tarea de clasificar el contenido de los distintos segmentos de la
porción bajo estudio.
A.- Los pasajes
proféticos y los didácticos.
B.- Los mensajes que ya
se hayan cumplido, o los que aún están por cumplirse.
10.- Una vez formado un
criterio sobre el mensaje de la profecía, resta solamente elaborar las
conclusiones y aplicaciones personales.
d. EL TEMA TEOLÓGICO
La teología no es más que
el estudio de las enseñanzas contenidas en la Biblia. Frecuentemente se le
denomina también como la ciencia que estudia a Dios.
Se denomina ciencia a la
teología porque consiste en hechos o verdades relacionadas con Dios y las cosas
divinas, presentadas en forma lógica y ordenada. El vocablo religión se deriva
de una palabra latina que significa ligar; en otras palabras, la religión
representa aquellas actividades que ligan al hombre a Dios en cierta relación.
La religión es una práctica, mientras que la teología es conocimiento. La religión
y la teología deben marchar unidas de la mano en la experiencia bien
equilibrada; empero en la práctica son separadas a veces, de manera que no
puede ser teólogo sin ser verdaderamente religioso, y por otra parte, uno puede
ser verdaderamente religioso sin poseer un conocimiento sistemático de las
verdades doctrinales.
El material con el cual
trabaja la teología es la Escritura. Es la Biblia la cantera de donde se
desprenden las verdades gloriosas utilizadas en la construcción del edificio de
la doctrina cristiana.
Si como hemos dicho
antes, la Biblia es la base de la doctrina del cristianismo, es imprescindible
que el cristiano, además de otros métodos practique el teológico, buscando
cimentar debidamente su fe, y a fin de presentarle un fundamento sólido a sus
creencias. Especialmente el pastor, el predicador, el maestro o el misionero,
deben familiarizarse con esta forma de estudio, pues de ello dependerá en mucho
la solidez de su predicación y enseñanza. Para estudiar la Biblia de acuerdo
con este sistema, se ponen en práctica cuatro pasos definidos. Cada uno de
ellos, a la vez que es progresivo, pretende llevar al estudiante a la médula
doctrinal de la porción elegida.
1.- El descubrimiento.
No es raro que leamos muchas veces algún pasaje bíblico sin percatarnos de que
contiene profundas enseñanzas doctrinales.
2.- La comparación. La
lista de enseñanzas doctrinales que hayamos compilado en el proceso anterior,
servirá para iniciar la labor de confrontación entre las diferentes
declaraciones del texto.
3.- La organización.
Reunidas ya todas las enseñanzas doctrinales de un segmento bíblico, el
siguiente paso consistirá en su organización.
4.- La interpretación.
El último paso en el método teológico, consistirá en encontrar el significado
de las palabras del escrito.
La manera de obtener el
significado de las palabras en el pasaje, es por medio del contexto.
e. EL TEMA
DEVOCIONAL
Se conoce este método con
el nombre de "devocional", porque acentúa el estudio con el fin de
producir la edificación de la vida espiritual del cristiano, llevándole a una
experiencia más real de su conocimiento de Dios y de su entrega personal a él.
Este tipo de estudio lo
podemos practicar cuando menos de cuatro diferentes maneras:
1.- Progresivo. Para un
gran número de cristianos, estudiar la Biblia significa únicamente leerla
progresivamente de Génesis a Apocalipsis.
2.- Práctico. Una
segunda forma de realizar el estudio devocional, consiste en analizar pasajes
que sean adecuados a nuestro interés o a nuestra necesidad espiritual.
3.- Pastoral. La vida
cristiana no es una emoción momentánea; es un proceso que dura toda la vida.
4.- Personal. Las
Escrituras serán a nuestro corazón dulces como la miel, sólo en la medida en
que logremos localizar entre sus páginas a Jesucristo, el Hijo muy amado del
Padre, en el cual él tiene su contentamiento.
Una vez elegida la
porción que deseamos estudiar, la cual puede ser un libro, un capítulo, un
párrafo o un versículo, procedemos a establecer primero la similitud entre las
circunstancias en que vivían los personajes del pasaje, y las de los tiempos de
Cristo.
f. EL MÉTODO
Gustavo Gutiérrez en su comentario sobre Tillich
menciona lo siguiente:
Así a la teología le corresponde una tarea constructiva muy peculiar desde el momento en que la revelación es un evento que se sitúa en las coordenadas de cada tiempo y lugar. La revelación es conjunción de milagro y éxtasis, de lo fáctico y la recepción subjetiva. Ahora bien, la palabra reveladora sólo hace contacto con la situación humana en su situación concreta de preocupación (ultimate concern). Identificar esta preocupación dará un cariz peculiar a la manera como se presenta el hecho revelador. Tillich lo encara desde la temática ontológica-existencial, aplicando categorías universales. Muchos critican esta visión de Tillich, pero no debe escaparse la tremenda reserva de sentido, la profundidad, y la riqueza de las formulaciones que aparecen en su obra –como también era el caso de Bultmann. No debemos despreciar estas claves, a pesar de la “aridez” de ciertas categorías filosóficas. Las preocupaciones ontológicas y existenciales están implícitas en el testimonio bíblico, y constituyen una dimensión de profundidad presentes en las categorías sociales, políticas, ecológicas o de género.
Ahora bien, sigue presente el tema de la situación concreta de “preocupación” que compone nuestro escenario tardo-moderno. Este es el desafío que plantea la metodología de Tillich y que también se le plantea a ella. Para comenzar, debemos recordar una cosa: esta preocupación, según Tillich, es más latente que manifiesta. Plantearlo como preocupación ya es una interpretación de una interpretación que le cabe al teólogo. Un sociólogo hablará sobre demandas sociales, un antropólogo sobre símbolos culturales, la psicología sobre patologías, pero todo esto remite a interpretaciones sobre cuestiones que tiene que ver con el conjunto de realidades humanas, con la estructura y la significación de la vida. Hay una latencia en estas interpretaciones, lo mismo que en las manifestaciones estéticas, artísticas y lúdicas (populares o no). ¡Esto es lo que inspira a una Facultad de Teología a tener un departamento de correlación
Pero el problema al que nos enfrentamos en el escenario globalizado y tardo-moderno es doble: por un lado hay una explosión, un desenfrenado pluralismo de interpretaciones que ante la socavación del referente occidental de racionalidad parece legitimar todo tipo de posturas. Acá habrá que discernir, sin abandonar del todo un mínimo concepto de racionalidad (tal vez apelando a una racionalidad post-fundacional que dé cuenta de las buenas razones que existen para mantener ciertas creencias, juicios e ideas). Por el otro lado tenemos la misma realidad cultural que genera el capitalismo tardío (siguiendo las hipótesis de los teóricos Frederick Jameson, David Harvey y Zygmut Bauman): una realidad plástica, que fluye, simulada de 1000 maneras, más la dificultad de establecer mapas cognitivos con anclajes profundos, hace difícil la tarea de establecer preocupaciones que puedan denominarse últimas en el sentido universal. Siempre existirán, pero es como si nuestra atmósfera cultural los rociara de un bálsamo simulador que los mantienen camuflados, a raya, o directamente no permitiendo que se comuniquen entre ellas para cuestionar la banalidad de un sistema.
Esto último también tiene que ver con la otra “pata” de su sistema, la autoridad de la revelación bíblica, su supuesta “objetividad.” Hay una tendencia a desestimar el hecho de que toda tradición es formada por una lectura que constantemente la reconstruye desde un marco histórico-lingüístico particular (confesión), asumiendo ciertas experiencias, contextos y teorías consideradas como normativas. Por supuesto el método tillichiano invita a explorar estas dimensiones, pero es necesario explicitar aún más el rol que jugaría las perspectivas derivadas de las teorías semióticas, cognitiva-lingüísticas, la psicología analítica, la sociología del conocimiento y la misma realidad del pluralismo religioso. (Métodos Teológicos, I.U. ISEDET, Buenos Aires, Argentina, 2008)
9. Mayéutica
La mayéutica que
proviene del griego μαιευτικη que significa "dar a
luz". Se le da este nombre pues la madre de Sócrates era partera y él
tenía la ideología que el saber era dar a luz un nuevo conocimiento. Es el
conocimiento a través del cuestionamiento. Es una técnica que
consiste en interrogar a una persona para hacer que llegue al conocimiento a
través de sus propias conclusiones y no a través de un conocimiento aprendido
y concepto pre conceptualizado.
La mayéutica se basa en la capacidad intrínseca de cada individuo, la cual
supone la idea de que la verdad está
oculta en el interior de uno mismo.
La
técnica consiste en preguntar al interlocutor acerca de algo (un problema,
por ejemplo) y luego se procede a debatir la respuesta dada por medio del
establecimiento de conceptos generales.
El debate lleva
al interlocutor a un concepto nuevo desarrollado a partir del anterior. Por lo
general la mayéutica suele confundirse con la ironía o método socrático y se atribuye a Sócrates.
La
invención de este método del conocimiento se remonta al siglo IV
a.C. y se atribuye por lo general a Sócrates histórico
en referencia a la obra Teeteto de Platón.
Pero el Sócrates histórico empleó la llamada ironía socrática para
hacer comprender al interlocutor que lo que se cree saber no está en lo que se
pensaba como creencia y que su conocimiento estaba basado en prejuicios.
La mayéutica, contrariamente a la ironía, se apoya sobre una teoría de la
reminiscencia. Es decir, si la ironía parte de la idea que el conocimiento del
interlocutor se basa en prejuicios, la mayéutica cree que el conocimiento se
encuentra latente de manera natural en el alma y que es necesario descubrirlo.
Este proceso de descubrimiento del propio conocimiento se conoce como dialéctica y
es de carácter inductivo.
«Mayéutica»
es una simple palabra griega (μαιευτικη) dicha "maieutik" y
que traduce obstetricia,
es decir de manera inversa, la que se ocupa del parto o embarazo. La
madre de Sócrates, Fainarate,
era comadrona.
Sócrates
modificó el significado médico que tenía mayéutica y lo reorientó al ámbito
filosófico. Mientras el significado real de mayéutica es «El arte de hacer
nacer (bebés)» Sócrates lo focalizó en «El arte de hacer nacer o arte de dar a
luz (al humano pensador)». El estilo socrático es que a base de preguntas, el
receptor de ellas medite y encuentre la respuesta él mismo.
Posible origen
Los
únicos documentos que atribuyen la invención de la mayéutica a Sócrates son los
diálogos de Platón El banquete y
Teeteto. Por lo tanto, no está históricamente demostrado que Sócrates haya sido
su inventor. Pero en la filosofía actual se cree que él es el autor de este
método y esto se encuentra en libros acerca de Sócrates escritos por su
discípulo Platón.
Su
tema fundamental es la pregunta: ¿Qué es el conocimiento? Teeteto,
un joven estudiante de matemática y ciencias afines, propone tres definiciones
que son rechazadas por Sócrates. El saber no puede ser definido ni como
percepción, ni como opinión verdadera, ni tampoco como una explicación
acompañada de opinión verdadera. Sócrates rebate estos argumentos desde un
punto de vista crítico, es decir sólo cuestiona lo que propone Teeteto a través
de preguntas y no formula un concepto de lo que es conocimiento.
De
este diálogo proviene una definición tradicional del conocimiento, la que lo
considera como creencia verdadera justificada.
Técnicas: mayéutica e ironía socrática
Esta
técnica, es una evolución de los conocimientos técnicos del orfismo los
cuales se basan en la creencia de la Teoría de la reminiscencia y la
práctica de la catarsis,
especialmente desarrollada en Pitágoras.
La
mayéutica consiste en la creencia de que existe un conocimiento que
se acumula en la conciencia por la tradición y
la experiencia de generaciones pasadas. Por lo tanto, en la mayéutica el
individuo es invitado a descubrir la verdad que se encuentra en él latente sin
haberla hecho consciente, mientras que la ironía, históricamente creada por
Sócrates, combate en el individuo lo erróneo de lo que cree saber y tiene como verdad,
siendo falso.
La
ironía se dirige a aquellas personas que pretenden saber, pero que en realidad
son ignorantes,
mientras que la mayéutica se dirige al que se cree un ignorante sin serlo.
Presentada por Sócrates
El
primer texto de Platón (en orden cronológico) que relaciona la mayéutica al
personaje Sócrates es El banquete.
Sócrates, que repite las palabras de la sacerdotisa Diotima, dice que el alma
de cada hombre está embarazada y que quiere dar a luz. Sin embargo, este parto
no puede llevarse a cabo, dice la hermosa Diotima. Es precisamente el papel del
filósofo el de ayudar dar a luz al alma (el "partero") y esta luz es
la Belleza que
se define como el λóγος. De este
parto viene la palabra "mayéutica, que traduce "la
partera".
El
segundo diálogo platónico para comprender la mayéutica puesta en el
personaje de Sócrates es el Teéteto. Le recuerda al personaje de este nombre
que su madre, Fernareta, era partera, y le advierte que él mismo también se
ocupa del arte obstétrico; sólo que su arte se aplica a los hombres y no a las
mujeres, y se relaciona con sus almas y no con sus cuerpos. Porque así como la
comadrona ayuda a dar de luz, pero ella misma no da a luz, del mismo modo el arte de Sócrates
consiste, no en proporcionar el mismo conocimiento, sino en ayudar al alma de
los interrogados a dar a luz los conocimientos de que están grávidas.
En
una definición simple y coherente, mayéutica es responder preguntas con más
preguntas; de este modo llegamos a un final, final en que la respuesta la dimos
nosotros mismos.
En la educación
La
mayéutica como método del
conocimiento, ha sido especialmente importante en educación,
pues compara al filósofo con
el educador como
el de una partera que porta a la luz al niño. La mayéutica
emplea el diálogo como
instrumento dialéctico para llegar al conocimiento.
La
idea básica del método socrático de enseñanza consiste en que el maestro no
inculca al alumno el conocimiento, pues rechaza que su mente sea un receptáculo
o cajón vacío en el que se puedan introducir las distintas verdades. En
la escuela socrática
el discípulo busca el conocimiento a través del diálogo con
el maestro.
Otras
disciplinas y ciencias se han inspirado en el método mayéutico. En el siglo XX Jacques
Lacan ha entendido el psicoanálisis principalmente
como un método mayéutico mediante en el cual el analista (psicoanalista)
favorece que el analizante (paciente) encuentre su propio proceso, pues este es
considerado como quien es en verdad el que tiene (inconscientemente)
el saber de lo que le afecta. En tal caso el analista estimula al analizante
para que pueda hacer consciente lo
que es inconsciente.
Así
mismo, Paulo Freire, educador brasileño e influyente teórico de la educación,
le otorga un gran valor a la palabra. En su obra Pedagogía del oprimido,
nos ofrece la búsqueda de una educación liberadora, y desde luego, neosocrática,
puesto que la comunicación concientizadora que nos expone es
eminentemente mayéutica. Según este pedagogo el diálogo es un encuentro de los
hombres mediatizado por el mundo, para pronunciarlo, no agotándose, por lo
tanto, en la mera relación yo-tú. Como exigencia existencial, comprometerse a
pronunciar al mundo por medio de la dialogicidad, no implica la
imposición de una verdad; sino que se trata de un acto creador. De ahí que para
concebir este acto dentro de la educación como práctica liberadora no es
permisible la presencia del “educador bancario”, “antidialógico”, puesto que
insiste en la promoción de respuestas a preguntas que no se han hecho y
posiblemente esas respuestas sean dominantes, impositoras, de aparentes
verdades no sometidas a juicio. Para el educador-educando, el diálogo promueve
la devolución constante (no el depósito) de elementos organizados,
sistematizados y acrecentados. Solamente el diálogo implica el pensar crítico,
potencializando con ello la capacidad de trascendencia y creatividad del hombre
al educar dentro de un contexto de libertad y no de imposición. Contempla al
hombre como un sujeto y ente pensante que puede aportar al educador, quien no
cuenta con la verdad absoluta, y de esta forma crear una sociedad educada más
no domesticada, sólo con ello, considera, podremos romper con modelos
establecidos y llevar a cabo una transformación total. Por eso, para Freire, la
verdadera educación es diálogo.
Método mayéutico
La
mayéutica se integra necesariamente a la ironía socrática, la cual es la primera fase de depuración del
pensamiento de prejuicios.
Los
elementos básicos del diálogo socrático son la pregunta,
la respuesta, el debate y la
conclusión. Entre estos elementos está la idea inicial que puede
ser errática o ignorada y
la idea final que es a la cual se llega por medio del discernimiento intelectual.
·
La ironía socrática: En esta, el estudiante
responde sin pensar mucho en lo que dice. Por lo general, el estudiante o discípulo piensa
que lo que cree es cierto, pero en realidad no ha tenido tiempo de desarrollar
un pensamiento objetivo acerca de lo que cree. Esto corresponde a lo que se
conoce en filosofía como el prejuicio.
El filósofo debate la idea que tiene el discípulo por medio de preguntas, hasta
que el discípulo descubra que lo que pensaba era errado o incompleto.
·
La mayéutica: Esta se
pone en el segundo nivel del proceso socrático. Libre del prejuicio, el
discípulo es invitado a continuar el diálogo para descubrir de manera profunda
la coherencia de la verdad. Se parte
de la idea que el conocimiento se encuentra latente en la conciencia humana y
que es necesario hacerlo nacer, parirlo (partera = mayéutica).
·
Alétheia:
transcripción de la palabra del idioma griego ἀλήθεια,
palabra que se traduce como "la verdad" o lo
verdadero, es la fase de conclusión en la cual el estudiante se hace dueño de
la verdad que ha descubierto. la palabra griega alétheia se traduce
literalmente como "sin velo" (ἀ-λήθεια), tomando también los
significados de "el no estar oculto", "lo que es evidente"
POSTURA EMPÍRICO-ANÁLITICA
|
POSTURA HERMENÉUTICA
|
·
Es uno de los dos métodos más
usados en el campo de las Ciencias Sociales y
en las Ciencias Descriptivas
·
Empírico se relaciona con el término experiencias
que es la aproximación más cercana a su definición; por tanto los datos empíricos
son sacados de las pruebas acertadas
y los errores, es decir de la experiencia.
·
Estos métodos posibilitan revelar las relaciones
esenciales y las características fundamentales del objeto de estudio.
·
Son accesibles a la detección sensoperceptual a
través de procedimientos prácticos
con el objeto y diversos medios de
estudio.
·
Su utilidad destaca
en la entrada en campos inexplorados o en aquellos en los que destaca el
estudio descriptivo.
·
La lógica empírica representa la base del
razonamiento empírico y por consecuencia del método empírico
·
Su origen se deduce a través de la observación de
las relaciones entre los objetos la convierte en la base ideal para las leyes del conocimiento.
·
Provoca el descubrimiento de la lógica experimental.
·
Es un método fáctico que se ocupa de hechos
reales
·
Se vale de la verificación empírica, es decir,
pone a prueba las hipótesis mediante
una cuidadosa contrastación por medio de la percepción.
·
Es autocorrectivo y progresivo, es decir,
construye ciencia a
partir de la superación gradual de sus errores
·
No considera sus conclusiones infalibles o
finales.
·
El método está abierto a la incorporación de
nuevos conocimientos y procedimientos con el fin de asegurar un mejor
acercamiento a la verdad
·
El muestreo es
un parte importante del método analítico ya que si se toma mal la muestra los
resultados serían erróneos o inservibles
·
Entre los Métodos Empíricos se encuentran:
·
Método experimental: que es el más complejo y
eficaz de los métodos empíricos, por lo que a veces se utiliza erróneamente
como sinónimo de método empírico.
·
Método de la observación científica: Fue el
primer método utilizado por los científicos y en la actualidad continua
siendo su instrumento universal. Permite conocer la realidad mediante
la sensopercepción directa de entes y procesos,
para lo cual debe poseer algunas cualidades que le dan un carácter distintivo.
·
Método de la medición:
Es el método empírico que se desarrolla con el objetivo de
obtener información numérica
acerca de una propiedad o
cualidad del objeto, proceso o
fenómeno, donde se comparan magnitudes medibles conocidas. Se apoya en
métodos estadísticos, todas las ciencias experimentales son ciencias
empíricas, pero no todas las ciencias empíricas son experimentales ya que
pueden utilizar algún método de verificación distinto al experimental, como
el observacional y el correlacional; por ejemplo, la psicología diferencial
y otras áreas principales de la psicología científica.
·
Entre las ciencias empíricas se distinguen:
·
Las ciencias naturales:
que se ocupan del mundo físico y suelen ofrecer leyes de gran universalidad y
exactitud, presentando una idea determinista de la realidad: entre ellas;
la física,
la química y
la biología.
Por ejemplo.
·
Las Ciencias Sociales: estas estudian el más
complejo de los objetos de investigación: El ser humano. Se ocupan del mundo
social, de los individuos y de las colectividades. Se destacan: Economía,
psicología, sociología, antropología,
etc.
|
·
Se clasifica en:
·
Hermenéutica bíblica: se ha utilizado desde el
siglo XVII para una correcta, objetiva y comprensible interpretación de
la biblia; con el fin de indagar en el contexto bíblico y su connotación, su
pertinencia y relevancia.
·
Hermenéutica filosófica: busca determinar las
condiciones trascendentales de toda interpretación.
·
Hermenéutica jurídica: es un método de
interpretación de textos legales.
·
Hermenéutica en su aproximación conceptual
puede traducirse así: que alguna cosa se ha vuelto comprensible o es llevada
a la comprensión.
·
Cuando se habla de comprensión se hace referencia
a:
·
Estructura de
horizonte: y se refiere al contenido singular y aprendido en la totalidad de
un contexto de sentido, que es pre-aprendido y co-aprendido.
·
Estructura circular: se refiere a la comprensión
dialéctica entre la pre- comprensión y la comprensión de la cosa.
·
Estructura de mediación: se presenta y se
manifiesta en todos los contenidos, y se interpreta como la comprensión en
nuestro mundo y en nuestra historia.
·
La temporalidad en la hermenéutica hace
referencia a la presencia del sujeto pedagógico en la historia.
·
En torno a
la pedagogía hermenéutica
existe un círculo hermenéutico que consta de: preguntas iniciales,
investigación de textos y autores, lectura y
diálogo con textos y autores, interpretación y comprensión de los discursos
·
La pedagogía hermenéutica entiende la educación como
un proceso íntimo de formación del hombre desde
una perspectiva holística
·
La pedagogía hermenéutica no propone un modelo pedagógico
canónico, sino que lo propone abierto, a la misma vivencia y comprensión de
los sujetos
·
Reubica el sujeto en el centro de la pedagogía, y
al mismo tiempo de la investigación pedagógica,
más allá de la insistencia en la búsqueda de objetividad
·
Parte de la propia experiencia, del
reconocimiento del sujeto como actor, que como sujeto histórico busca el
diálogo.
·
La hermenéutica nos ofrece la posibilidad de
situar al sujeto de la investigación en otras posiciones (más allá de la
búsqueda irracional de objetividad) que le pueden permitir partir de su
experiencia y de la experiencia de los otros.
·
La hermenéutica nos permite: la concepción
textual de muchas de las dimensiones del sujeto de la educación (corporal,
emocional, intelectual, experiencial, etc.) nos abre nuevos caminos hacia una
pedagogía menos restrictiva monolítica, que en definitiva nos permite
explorar "otras facetas" de la pedagogía.
|
Filosofía educativa (IRMA ELVIRA TAMEZ GARCÍA)
Desde una
concepción personal, a la manera más adecuada de generar conocimiento, le
podemos llamar constructivismo, aprendizaje significativo, desarrollo de competencias,
educación holista, hermenéutica, científica, etc. existe una infinidad de
metodologías, teorías de
E y A, corrientes filosóficas, sociológicas, epistemológicas, teorías psicológicas,
pedagógicas, etc. y entre tanta información nos hemos llegado a perder y a
crear eclecticismos para "enseñar".
Sin
embargo, en 28 años como profesora de primaria, preescolar,
y educación superior he
llegado a la conclusión que; el aprendizaje por
descubrimiento y con una perspectiva holista, es más sólido, pues es pertinente
permitirles a los alumnos realizar sus construcciones cognitivas en interacción con
el medio que les rodea, enfrentarlos a situaciones problemáticas,
proporcionarles información básica referencial como punto de partida para
indagaciones e investigaciones;
conocer al sujeto que aprende y aprehende desde la multidisciplinariedad,
la interdisciplinariedad y
la intradisciplinariedad.
Independientemente
del método que proponga el currículo,
los docente debemos de tener una clara concepción de lo que es nuestro papel
como guía y orientador de procesos de aprendizaje,
un "análisis multirreferencial"
de los propósitos educativos del nivel escolar en cuestión para que se tengan
muy bien establecida la metas, saber qué constructos se desean y se promueven
en cada área del conocimiento, promover la empatía con el grupo,
saber sus conocimientos previos, ser competente con todo lo que ello significa
para poder llevar
a los alumnos a constructos propios desde un marco referencial científico,
llevados a cabo en la acción y
el auto análisis. Esto sin importar si son de preescolar o de posgrado.
Una
situación que nos lleva a repensar la reforma curricular y plantear otra filosofía que
sustente a la educación, es lo que en estos tiempos de "guerra"
cultural, social, política,
educativa, y por qué no, armada estamos viviendo; por lo que se torna
inminentemente necesario promover una educación, además, humanista, con alto
contenido axiológico que contrarreste los efectos de "la cultura híbrida"
en que transitamos y que nos ha dejado movimientos belicosos, la pérdida de
la identidad nacional,
aspiraciones indefinidas, metas endebles, objetivos difuminados,
una política del más ínfimo nivel, una sociedad perdida
en el desánimo y el confort, en fin. Un cúmulo de aspectos a considerar que nos
dan la pauta para la valoración de la actual situación y el replanteamiento
educativo.
Un método
por demás eficaz, es la mayéutica; muy utilizado en preescolar, no importa el
enfoque del currículo del momento, esto nos ha permitido lograr que los alumnos
razonen y estructuren de manera lógica su pensamiento a
través de la expresión verbal, y se autocorrijan y se autorregulen en la acción
propiamente dicho. La interacción entre pares les permite generar más ideas,
profundizar en sus conocimientos, comprender más y mejor y por lo tanto
construir su lógica de pensamiento y sus competencias desde su propio actuar.
Esto es, en vías del desarrollo de un pensamiento complejo y epistemológico.
Una
filosofía que sustente la educación no podría estar completa si no se considera
esa dialéctica educativa, o binomio educativo disociable, profesor-alumno;
mismo que representa un círculo complejo donde el uno depende del otro y
viceversa, donde el docente como profesional competente de la educación, debe
estar perfectamente informado de las actualidades educativas, trabajar en su
propio desarrollo personal y
profesional pues estas dos también conforman un binomio importante en el ser
humano que tiene como responsabilidad la construcción de
personalidades, de conocimientos en otras personas, de competencias para que
enfrenten la vida con su multifacética apariencia.
Pues es una
gran responsabilidad el tener en tus manos la vida de otras personas, ya que un
buen maestro puede hacer la diferencia en el destino de un individuo y del
entorno circundante. y en extremo, también la suma de buenos maestros hace la
diferencia en los rumbos y destino de un país. Es de esta magnitud, que tal vez
se perciba como potenciada, la responsabilidad del magisterio nacional, aunque,
por lo regular, no lo hemos visto de esta manera.
Un aspecto que en Educación Pública no se ha considerado como parte importante del desarrollo de la población es la inteligencia emocional, y las inteligencias múltiples de Gardner, el desarrollo de la ciencia como parte de la curricula y no como programa alterno optativo. Con ello, entonces, podríamos decir que realmente todas las áreas a desarrollar en el ser humano están cubiertas. Otro aspecto no contemplado o al menos no operado es una formación docente inicial, la actualización y capacitación permanente; estas acciones impactan a los procesos de Enseñanza y por consecuencia a los constructos logrados en los alumnos.
"Un docente competente en la más amplia acepción del término dará
como resultado, seguramente, alumnos competentes."
La técnica consiste en preguntar al interlocutor acerca de algo
(un problema, por ejemplo) y luego se procede a debatir la respuesta dada por
medio del establecimiento de conceptos generales. El debate lleva al
interlocutor a un concepto nuevo desarrollado a partir del anterior. Por lo
general la mayéutica suele confundirse con la ironía o método socrático y se
atribuye a Sócrates.
La invención de este método del conocimiento se remonta al
siglo IV a.C. y se atribuye por lo general a Sócrates histórico en referencia a
la obra Teeteto de Platón. Pero el Sócrates histórico empleó la llamada ironía
socrática para hacer comprender al interlocutor que lo que se cree saber no
está en lo que se pensaba como creencia y que su conocimiento estaba basado en
prejuicios. La mayéutica, contrariamente a la ironía, se apoya sobre una teoría
de la reminiscencia. Es decir, si la ironía parte de la idea que el
conocimiento del interlocutor se basa en prejuicios, la mayéutica cree que el
conocimiento se encuentra latente de manera natural en la conciencia y que es
necesario descubrirlo. Este proceso de descubrimiento del propio conocimiento
se conoce como dialéctica y es de carácter inductivo.
Parte 3
LA SEMIÓTICA
El proceso de la comunicación es la transferencia
de un mensaje de A y B y sus principales intereses están en el medio, el canal,
el transmisor, el receptor, la interferencia y la retroalimentación.
Para que la comunicación ocurra, y la persona a
quien se dirige comprenda lo que significa nuestro mensaje, es necesario crear
el mensaje con signos. Este mensaje le estimula a crear para sí mismo un
significado que se relacione de alguna manera con el significado que yo generé
primeramente en mi mensaje. Surge entonces un nuevo conjunto de términos:
signo, significación, íconos, denotar, connotar. Todos son términos que se
refieren a las varias maneras de crear significados.
1.
¿Qué es la semiótica?
Es el estudio de los signos y su funcionamiento.
Tiene tres áreas de estudio principales:
1.1.- El
signo mismo: porque los signos son creaciones humanas, y sólo pueden ser
comprendidos en función del uso que la gente haga de ellos.
1.2.- Los
códigos o sistemas de organización de los signos: aquí se estudia cómo se
ha desarrollado una variedad de códigos para satisfacer las necesidades de una
sociedad o una cultura, o para explotar los canales de comunicación disponibles
para su transmisión.
1.3.- La
cultura dentro de la cual operan estos códigos y signos: ésta, a su vez,
depende para su propia existencia y forma, del uso de estos códigos y signos.
La semiótica centra su atención primordialmente en
el texto. Se busca el status del receptor. Y es que aquí el receptor tiene un
papel muy activo y ayuda a crear el significado del texto al aportarle su
experiencia, sus actitudes y sus emociones.
2. SIGNOS Y SIGNIFICADO
Todos los modelos de significado comparten, como
rasgos generales, tres elementos que deben aparecer al analizarlos:
1) El signo
2) Aquello a lo cual se refiere el signo.
3) Los usuarios del signo.
Un signo es algo físico, perceptible por
nuestros sentidos; se refiere a algo diferente de sí mismo; y debe ser
reconocido por sus usuarios como signo (el alfabeto de sordomudos, por
ejemplo).
El signo se relaciona con la realidad solamente a
través de los conceptos de la gente que lo utiliza.
El filósofo y lógico C.S. Peirce, identifica una
relación triangular entre el signo, el usuario y la realidad exterior. En su
modelo vemos:
Que un signo es algo que de alguna manera
representa algo para alguien. Se dirige a alguien y crea en la mente de esa
persona un signo equivalente, o tal vez un signo más desarrollado. Llamaremos interpretante
del primer signo a este signo creado. El signo representa algo, su objeto.
Un signo se refiere a algo diferente de sí mismo
-el objeto- y es comprendido por alguien: es decir, tiene un efecto en la mente
del usuario, el interpretante. Decodificar es un proceso tan creativo como
codificar.
Otros teóricos de la Semiología, Ogden y Richards,
derivaron un modelo triangular del significado muy similar al de Peirce. En su
modelo hay conexión directa entre referente-referencia, y entre
símbolo-referencia.
Aquí los símbolos dirigen y organizan nuestros
pensamientos y nuestra percepción de la realidad. Símbolo y referencia para
Ogden y Richards son conceptos similares a significado y significante para
Saussure (importante lingüista francés).
El signo, para Saussure, consiste de un
significante y un significado:
El significante es la imagen del signo tal como lo
percibimos, las marcas en el papel o los sonidos en el aire; el significado es
el concepto mental al cual se refiere. Este concepto mental es por lo general
común a todos los miembros de la misma cultura que comparten el mismo lenguaje.
Los significados son hechos por el hombre,
determinados por la cultura o subcultura a la cual pertenece.
3. LA SEMIÓTICA Y EL SIGNIFICADO
Para la semiótica, la comunicación es la generación
de significados en los mensajes, ya sea por parte del codificador o del
decodificador.
El significado no es un concepto absoluto, estático.
Al contrario, el significado es un proceso activo para el cual los semiólogos
usan términos como crear, generar o negociar.
A. CATEGORÍA Y CLASIFICACIÓN DE SIGNOS
Peirce definió tres categorías de signos, cada una
de las cuales muestra una relación diferente entre el signo y su objeto, o
aquello a lo cual se refiere:
En un ícono, el signo se parece de alguna
manera a su objeto, se ve o se oye parecido.
En un índice hay un lazo directo entre el
signo y su objeto, tienen una conexión real. Un estornudo es indicio de
resfriado.
En un símbolo no hay conexión o parecido
entre el signo y el objeto: un símbolo comunica solamente porque la gente se ha
puesto de acuerdo en que va a representar algo. Una fotografía es un ícono, el
humo es indicio de fuego, y una palabra es un símbolo. Las palabras en general
son símbolos, los números son igualmente símbolos.
El signo es tema central para cualquier comprensión
de la semiótica.
B. LA
ORGANIZACIÓN DE LOS SIGNOS
Los signos se organizan en códigos de dos maneras:
1.- Por Paradigmas (un paradigma es un conjunto de
signos de entre los cuales se escoge el que se va a usar). Por ejemplo, el
conjunto de formas para las señales de carretera (cuadrada, redonda o rectangular).
2.- Por la Sintagmática (un sintagma es el mensaje
dentro del cual se combinan los signos escogidos). Por ejemplo, una señal de
carretera es un sintagma, una combinación de la forma con el símbolo
seleccionado.
En el lenguaje podemos decir que el vocabulario es
el paradigma, y una frase es el sintagma. Así todos los mensajes incluyen
selección (tomada de un paradigma) y combinación (en un sintagma).
C. DENOTACIÓN Y CONNOTACIONES
La Denotación está constituida por el significado
concebido objetivamente
La Connotación expresa valores subjetivos
atribuidos al signo debido a su forma y a su función. Por ejemplo, un uniforme
denota un grado y una función y connota el prestigio, la autoridad que le son
atribuidos.
D. LA COMUNICACIÓN NO VERBAL: CODIFICACIÓN
La comunicación no verbal se realiza por medio de
códigos presenciales tales como gestos, movimientos de los ojos o calidades de
la voz. Estos códigos pueden transmitir mensajes solamente sobre el aquí y
ahora, se limitan a la comunicación cara a cara.
El lenguaje verbal o la fotografía son ejemplos de
códigos representativos; los representativos son los únicos que pueden cumplir
la función referencial; los presenciales son los más eficientes en las
funciones connotativas y emotivas; ambos actúan con la función estética y la
fática y la metalingüística se limita en general a los representativos.
El cuerpo humano es el principal transmisor de
códigos presenciales. Según el autor Argyle (1972) se definen diez códigos
presenciales:
1.- Contacto físico
2.- Proximidad
3.- Orientación
4.- Apariencia
5.- Inclinaciones de cabeza
6.- Expresión facial
7.- Gestos (Kinésica)
8.- Postura
9.- Movimiento de ojos y contacto visual
10.- Aspectos no verbales de la palabra hablada.
Estos códigos tienen relativamente, en su dimensión
paradigmática, pocas unidades para escoger. Y en la sintagmática, reglas de combinación
muy sencilla.
4. CÓDIGOS
Los códigos son los sistemas de organización de los
signos y están gobernados por reglas que son aceptadas por todos los miembros de
la comunidad que los utiliza. Esto quiere decir que el estudio de los códigos
da mayor énfasis a la dimensión social de la comunicación.
Distinguimos códigos de comportamiento y códigos
de significación. Los primeros se ocupan de gobernar nuestra vida social, y
los segundos son sistemas de signos.
Los códigos de significación, tienen ciertos rasgos
comunes:
1.- Tienen varias unidades de las cuales se hace la
selección, y pueden ser combinadas según sus reglas.
2.- Todos los códigos expresan un significado: sus
unidades son signos que se refieren, de alguna manera, a algo diferente de
ellos mismos.
3.- Los códigos y la cultura se interrelacionan
dinámicamente.
4.- Todos los códigos cumplen una función social.
5.- Todos los códigos pueden ser transmitidos a través
de los medios o canales de comunicación apropiados.
A. CÓDIGOS PARALINGÜÍSTICOS
Entendemos por Códigos Paralingüísticos los
relevos, sustitutos y auxiliares de la lengua articulada.
Relevos, es la clasificación donde se ubican los
diferentes alfabetos.
Sustitutos, dependen del lenguaje articulado; son
simples transcripciones de los diferentes sonidos, cambian sustancia según el
país, pero su forma es la misma. La letra A y la misma letra en clave Morse.
Auxiliares son las entonaciones, la mímica, los
gestos que acompañan al discurso. Su función es más expresiva que técnica.
B. CÓDIGO PROSÓDICO
Utiliza las variaciones de elevación, de cantidad y
de intensidad del habla articulada. Desempeña un papel importante en la
comunicación afectiva.
C. CÓDIGO KINÉSICO
Utiliza los gestos y las mímicas. Es también un
código paralelo estrechamente asociado con el habla, y con los signos
prosódicos.
D. CÓDIGO PROXÉMICO
Utiliza el espacio entre el emisor y el receptor.
Son signos de nuestro status social y constituyen un código elaborado que varía
según las culturas.
E. CÓDIGO PRÁCTICO
Formado por señales y programas; tiene por función
coordinar la acción por medio de invitaciones, instrucciones, avisos o llamadas
de atención. Las primeras permiten dirigir la circulación o movimientos de
conjunto. Los segundos son sistemas de instrucción para efectuar un trabajo.
F. CÓDIGO EPISTEMOLÓGICO
Las insignias y las señales son signos de
comunicación. Su función explícita consiste en informarnos sobre la identidad
de los individuos (o de los grupos) y en transmitir informaciones aproximadas
para coordinar la acción. Por ejemplo, algunos códigos científicos, que
constituyen las formas más típicas de un saber sistemático.
G. CÓDIGOS SOCIALES
El hombre, como individuo, se inserta en la
sociedad. Los códigos sociales son una organización y una significación de la
sociedad. La vida social es un juego en el cual el individuo interpreta su
propio papel.
Sus signos son: de identidad (insignias y carteles)
y de cortesía (modales).
Sus códigos: el protocolo, los ritos, las modas y
los juegos.
H. CÓDIGOS ESTÉTICOS
Los códigos estéticos son más difíciles de definir,
sencillamente porque son más variados, están menos definidos y cambian con
mucha rapidez. Se ven muy afectados por su contexto cultural.
Los códigos estéticos convencionales logran el
acuerdo entre sus usuarios por la experiencia cultural compartida. El arte
masivo y el arte folklórico usan códigos estéticos convencionales. A veces,
cuanto más convencionales o redundantes son, más se les llama incultos y llenos
de clichés.
El artista que rompe los convencionalismos de su
tiempo espera que la sociedad aprenda los nuevos códigos, a partir de su obra y
gradualmente llegue a “apreciarla”.
En una sociedad, con producción industrial y
consumo masivo, la obra de arte única adquiere status adicional
simplemente por el hecho de ser única.
5. SISTEMAS DE SIGNOS EN LA COMUNICACIÓN VISUAL
En nuestro tiempo, junto al lenguaje hablado y
escrito, los símbolos visuales y especialmente los símbolos gráficos se han
convertido en medios de entendimiento indispensables.
El desarrollo acelerado de la humanidad va
sustituyendo la comunicación escrita por símbolos.
A lo largo de la historia, la ciencia y la técnica
han desarrollado su propio sistema de símbolos. Carreteras, estaciones de
ferrocarril, aeropuertos, ferias, hoteles, instalaciones deportivas, locales
comerciales, así como instalaciones públicas resultan ya inimaginables sin
símbolos gráficos para la orientación e información de los usuarios.
A. CLASIFICACIONES SEMIÓTICAS
Existen diez clases de signos:
1.- Ícono que representa cualidad material con
interpretación abierta. Ejemplo: un color.
2.- Ícono que representa forma individual con
interpretación abierta. Ejemplo: dibujo de una flor.
3.- Ícono que representa forma arquetípica con
interpretación abierta. Ejemplo: pictograma de un peatón en una señal de
tráfico.
4.- Índice de formación individualizada con
interpretación abierta. Ejemplo: mancha en la pared cuya causa podría ser la
presencia de humedad en el lugar.
5.- Índice de formación arquetípica con
interpretación abierta. Ejemplo: determinada señal en un punto concreto de una
red de carreteras.
6.- Índice de forma arquetípica con interpretación
abierta. Ejemplo: flecha indicadora de dirección en una pared.
7.- Índice de forma arquetípica con interpretación
concluible. Ejemplo: alarma de incendios.
8.- Símbolo de forma arquetípica con interpretación
abierta. Ejemplo: triángulo para “peligro”; círculo para “prohibición”,
“orden”; cuadrado para “indicación”.
9.- Símbolo de forma arquetípica con interpretación
concluible. Ejemplo: distintivo rojo en la llave de agua caliente.
10.- Símbolo de forma arquetípica con interpretación
completa y sistemática. Ejemplo: sistema de signos alfabéticos.
B. CAMPOS DE LA DISCIPLINA
El conjunto de todos los sistemas de signos humanos
(códigos) se puede dividir en tres grupos diferenciados atendiendo a sus
funciones:
1.- Sistemas
de signos estéticos que posibilitan la expresión subjetiva, las reacciones
emotivas sobre el mundo, la naturaleza y los hombres. Conciernen a la
disciplina de la semiología del arte. Estos sistemas de signos, son
“simbolizaciones” casi individuales, y por lo tanto, afectan a un grupo
reducido, “el círculo íntimo” del autor. Aportan muy poco al entendimiento
internacional.
2.- Sistemas
de signos que se utilizan como fórmulas de comportamiento en el marco de
las relaciones sociales. Son generalmente muy limitados en su radio de acción.
Están ligados a grupos, clases o naciones, entorpeciendo el entendimiento
internacional. Se manifiestan con frecuencia como modelos de comportamiento.
3.- Sistemas
de signos lógicos que deben proporcionar una descripción, explicación y
pronóstico (racionales) del entorno y una efectiva regularización de los
modelos de comportamiento y operaciones, así como un aumento de la función
lingüística. Por regla general, este sistema está ligado fuertemente a la
lengua de cada nación. También están orientados hacia alguna ciencia, son
competentes en ambientes concretos muy especializados.
4.- Sistemas
de signos prácticos, sirven para la regulación del comportamiento
humano, del flujo de masas o del tráfico, en la esfera pública así como en los edificios,
para el manejo de máquinas o artículos y para la realización de operaciones
complejas.
C. ALFABETO VISUAL
La primera experiencia de aprendizaje en un niño se
realiza a través de la conciencia táctil. Además de este conocimiento “manual”,
el reconocimiento incluye el olfato, el oído y el gusto en un rico contacto con
el entorno. Lo icónico supera rápidamente estos sentidos.
La visión es una experiencia directa y el uso de
datos visuales para suministrar información constituye la máxima aproximación
que podemos conseguir a la naturaleza auténtica de la realidad.
El modo visual constituye todo un cuerpo de datos
que, como el lenguaje, puede utilizarse para componer y comprender mensajes
situados a niveles muy distintos de utilidad, desde la puramente funcional a
las elevadas regiones de la expresión artística.
La preocupación última de la alfabetidad visual es
la forma entera, el efecto acumulativo de la combinación de elementos
seleccionados, la manipulación de las unidades básicas mediante las técnicas y
su relación compositiva formal con el significado pretendido.
La experiencia visual humana es fundamental en el
aprendizaje para comprender el entorno y reaccionar ante él; la información
visual es el registro más antiguo de la historia humana.
D. CONOCIMIENTO VISUAL Y LENGUAJE VERBAL
Visualizar es la capacidad de formar imágenes
mentales. “El pensamiento en conceptos emergió del pensamiento en imágenes a
través del lento desarrollo de los poderes de abstracción y simbolización, de
la misma manera que la escritura fonética emergió, por procesos similares, de
los símbolos pictóricos y los jeroglíficos”.
La evolución del lenguaje comenzó con imágenes,
progresó a los pictógrafos, pasó a las unidades fonéticas y finalmente al
alfabeto. Cada nuevo paso adelante fue un progreso hacia una comunicación más
eficiente.
El lenguaje ha ocupado una posición única en el
aprendizaje humano. Ha funcionado como medio de almacenamiento y transmisión de
la información, como vehículo para el intercambio de ideas y como medio para
que la mente humana pueda conceptualizar.
En el lenguaje, la sintaxis significa la
disposición ordenada de palabras en una forma y una ordenación apropiadas. Se
definen unas reglas y lo único que hemos de hacer es aprenderlas y usarlas
inteligentemente.
En el contexto de la alfabetidad visual, sintaxis
sólo puede significar la disposición ordenada de partes. No existen reglas
absolutas sino cierto grado de comprensión de lo que ocurrirá en términos de
significado si disponemos las partes de determinadas maneras para obtener una
organización de los medios visuales.
Captamos la información visual de muchas maneras.
El cómo vemos el mundo afecta casi siempre a lo que vemos. Después de todo, el
proceso es muy individual en cada uno de nosotros. El control de la mente viene
programado por las costumbres sociales.
La alfabetidad visual nunca podrá ser un sistema
lógico tan neto como el del lenguaje. Los lenguajes son sistemas construidos
por el hombre para codificar, almacenar y decodificar informaciones. Por tanto,
su estructura tiene una lógica que la alfabetidad visual no es posible de
alcanzar.
F. CARACTERÍSTICAS DE LOS MENSAJES VISUALES
Los mensajes visuales presentan tres niveles
distintivos e individuales:
1.- El input visual que consiste en una
miríada de sistemas de símbolos.
2.- El material visual representacional que
reconocemos en el entorno y que es posible reproducir por el dibujo, la
pintura, la escultura y el cine.
3.- La infraestructura abstracta, o forma de
todo lo que vemos, ya sea natural o esté compuesto por efectos intencionados.
G. TÉCNICAS DE COMUNICACIÓN VISUAL
Son las que manipulan los elementos visuales con un
énfasis cambiante, como respuesta directa al carácter de lo que se diseña y de
la finalidad del mensaje.
La técnica visual más dinámica es el contraste, que
se contrapone a la técnica opuesta, la armonía.
Son muy numerosas las técnicas aplicables para la
obtención de soluciones visuales. Enumeramos las más usadas, disponiéndolas en
pares de opuestos:
Contraste Armonía
|
Exageración Reticencia
|
Espontaneidad
Predictibilidad
|
Acento Neutralidad
|
Asimetría Simetría
|
Inestabilidad Equilibrio
|
Economía Profusión
|
Audacia Sutileza
|
Variación Coherencia
|
Complejidad Sencillez
|
Distorsión Realismo
Inestabilidad Equilibrio
|
Profundo Plano
Fragmentación Unidad
|
Agudeza Difusión
|
Actividad Pasividad
|
Aleatoriedad Secuencialidad
|
Irregularidad Regularidad
|
Yuxtaposición Singularidad
|
Angularidad Redondez
|
Representación Abstracción
|
Las técnicas son los agentes del proceso de
comunicación visual; el carácter de una solución visual adquiere forma mediante
su energía.
H. ELEMENTOS BÁSICOS DE LA COMUNICACIÓN VISUAL
En la Comunicación Visual distinguimos elementos
visuales y materiales:
Son elementos visuales aquellos que constituyen la
sustancia básica de lo que vemos y su número es reducido: punto, línea,
contorno, dirección, tono, color, textura, dimensión, escala y movimiento. Son
la materia prima de toda la información visual.
Son materiales, los elementos que sustentan
físicamente a los elementos visuales: papel, madera, yeso, pintura, etc.
El diseñador, debe decidir qué hacer con ellos, y
analizar las múltiples opciones.
El conocimiento en profundidad de la construcción
elemental de las formas visuales permite una mayor libertad y un mayor número
de opciones en la composición; esas opciones son esenciales para la
comunicación visual.
I. EL ESTILO VISUAL
Es la síntesis de los elementos, las técnicas, la
sintaxis, la expresión y la finalidad básica.
El estilo influye sobre la expresión artística. La
historia da nombre a cada estilo. Cada nombre conjura una serie de claves
visuales reconocibles que, en conjunto, abarcan la obra de muchos artistas,
además de un período y un lugar.
Dar nombre a un estilo o una escuela de expresión
visual presenta grandes ventajas históricas pues facilita la identificación y
las referencias.
En las artes visuales, el estilo es la síntesis
última de todas las fuerzas y factores, la unificación, la integración de
numerosas decisiones y grados.
Casi todos los productos de las artes y los oficios
visuales pueden relacionarse a lo largo de la historia del hombre con cinco
categorías amplias de estilo visual:
1.- Primitivo
2.- Expresionista
3.- Clásico
4.- Embellecido
5.- Funcional.
Los estilos y las escuelas menores se relacionan
por su carácter con una o varias de estas categorías generales. Las creencias,
la religión y la filosofía forman las percepciones; lo que uno cree ejerce un
control tremendo sobre lo que uno ve. Los factores políticos y los económicos,
influyen en la percepción y conforman la expresión. La política, la economía,
el entorno, y los esquemas sociales crean juntos una psicología de grupo. Estas
mismas fuerzas, que dan lugar a lenguajes individuales en el uso verbal, se combinan
en el modo visual para crear un estilo común de expresión.
J. ALFABETIDAD VISUAL: CÓMO Y POR QUÉ
La alfabetidad visual debe suministrar un cuerpo de
información y experiencia compartida, así como su comprensión. Significa una
mayor inteligencia visual que incrementa el efecto de la inteligencia humana,
ensanchando el espíritu creativo y enriqueciendo al ser humano. Porque a fin de
cuentas el diseño gráfico busca ordenar las imágenes creadas por el hombre para
el hombre.
Parte 4
EXÉGESIS BÍBLICA
"Exégesis"
es una palabra de origen griego (exégesis) que significa relato,
exposición, explicación, comentario, interpretación. Hacer exégesis significa
interpretar el texto sacando fuera (es lo que significa el verbo griego exégeomai)
su significado.
I.
UNA CONSTANTE Y UNA VARIANTE
El esfuerzo por explicar la Biblia es
un hecho constante, ya presente dentro mismo de la Biblia, en donde los autores
más recientes recogen e interpretan los escritos anteriores. Pero los métodos y
las técnicas interpretativas varían. Una rápida mirada a la historia de la
exégesis descubre que son dos los elementos en juego: uno teológico y el otro
cultural. Podemos considerar el elemento teológico como una constante, a pesar
de que es fácil descubrir que también aquí hay un coeficiente de variabilidad
no indiferente: el modo de concebir la inspiración y la verdad de la
/Escritura, la relación Escritura/ tradición, son susceptibles de clarificación
y de profundización, y todo esto no deja de influir en la elaboración del
método exegético.
Pero el hecho es que el convencimiento
de que la Biblia es palabra de Dios es el dato constante y fundamental de la fe
de la Iglesia. Podemos, por el contrario, considerar el horizonte cultural,
dentro del cual actúa como variante la lectura bíblica. Las primeras
comunidades cristianas leyeron el AT a la luz de su fe en Cristo, pero también
sirviéndose de las técnicas exegéticas y rabínicas, lo mismo que más tarde la
exégesis sacó sus procedimientos del alegorismo alejandrino o de la retórica
latina. El horizonte cultural no ofrece solamente nuevos instrumentos de
investigación, sino también intereses, provocaciones, mentalidades, cuestiones
nuevas.
El horizonte cultural dentro del cual
se realiza desde hace un siglo la lectura de la Biblia está caracterizado por
un sentido vivo de la historia y por el despertar del espíritu crítico y
científico. Esto explica la aparición y la imposición del llamado método histórico-crítico,
un conjunto de métodos de análisis literario e histórico que se
caracterizan por su exigencia de rigor científico. Este método pretende (con
toda justicia) corresponder tanto a la estructura histórica de la Biblia como a
la comprensión moderna del hombre. Pero no puede pretender ser el único método.
Precisamente por estar ligada a la variable cultural, la exégesis no es nunca
un itinerario ya concluido, y ningún método puede juzgarse definitivo; y esto
bien porque la "palabra" es inagotable, bien porque los instrumentos
de investigación se están continuamente perfeccionando y pueden aparecer
siempre nuevos datos y nuevas aportaciones. De hecho, en estos últimos años se
están asomando a la escena nuevos métodos, todavía en parte experimentales. No
hay ninguna objeción apriorista sobre ellos. La única atención que se precisa
(para el creyente) es verificar que no partan de presupuestos contrarios a la
naturaleza de la Biblia, tal como la concibe la fe cristiana.
II.
UN LIBRO IGUAL Y DIVERSO
Tratándose de la interpretación de la
Biblia se plantea enseguida un problema. En efecto, la Biblia es un texto
literario al mismo tiempo parecido y distinto de cualquier otro texto
literario. Parecido, en cuanto que está escrito por manos de hombres, que han
utilizado métodos, instrumentos y categorías propias del tiempo en que vivían.
Distinto, en cuanto que, según la fe de la Iglesia, transmite una palabra de
Dios. La Biblia es palabra de Dios y palabra del hombre. Esto permite
comprender que su interpretación ha de seguir caminos en parte comunes y en
parte singulares respecto a la interpretación de cualquier otro texto literario
de la antigüedad [/Cultura/ Aculturación].
De las dos dimensiones de la Escritura
se derivan dos órdenes de principios interpretativos. Del hecho de tener a Dios
por autor se deducen la unidad de todas sus partes, su orientación hacia
Cristo, la concordancia de cada una de las verdades particulares con la
totalidad de la revelación, su relación con el magisterio de la Iglesia.
Fácilmente se comprende que estas convicciones están cargadas de influencia en
la interpretación en sentido global, pero no igualmente en todas las etapas de
su itinerario. Del hecho de que la Biblia es palabra del hombre se deducen la
posibilidad y la necesidad de interpretarla, recurriendo a todos aquellos
métodos de análisis literario e histórico que acostumbramos a utilizar al
interpretar un texto literario de la antigüedad. Por eso la Biblia está sujeta
a una interpretación científica que aplica al texto las leyes del discurso
normal, lo cual significa que ha de leerse dentro del entramado cultural que la
vio nacer.
Es oportuno decir una palabra más para
justificar la exégesis científica contra la aparición en nuestros días de
ciertas tendencias que intentan más bien marginarla, por considerarla inútil,
si no nociva, para una lectura que quiera ser espiritual y fructuosa. La fe en
la inspiración no quita nada al carácter histórico y humano de la Escritura,
puesto que Dios utilizó a los hagiógrafos respetando plenamente su personalidad
literaria. Dios y el hombre no actuaron como dos autores uno junto al otro,
sino más bien como uno dentro del otro, cooperando a la producción de un único
texto con un solo significado. Por ello, si se quiere comprender lo que
quiso Dios comunicar, hay que buscar con atención "lo que los hagiógrafos
intentaron significar". Saltarse la exégesis científica significa meterse
en peligrosos vericuetos. No pasar a través del espesor humano e histórico de
la Escritura es olvidar el misterio de la encarnación. La fidelidad a la
historia no impide alcanzar la fuerza espiritual y actual de la
"palabra", sino que más bien la libera y es su premisa indispensable.
"Hoy se critica al exegeta que se refiere a la crítica histórica. Es
verdad que no hay que refugiarse en el pasado desde el momento en que la
`palabra' tiene que ser vivida hoy. La crítica histórica no debe constituir una
excusa para evadirse del presente. Pero el hecho es que este pasado tiene una
gran fuerza de apertura al porvenir que ha de dar sentido a nuestro presente...
Las técnicas más precisas, los métodos más rigurosos sirven para encontrar la
fuente de juventud que tanto necesita nuestro mundo" (J. Dupont).
I.
EXÉGESIS Y HERMENÉUTICA
Son tres las preguntas principales que
hay que plantear al texto bíblico: ¿Cómo se presenta el texto en su objetividad
y qué cosa dice exactamente? ¿Es verdad lo que refiere? ¿Qué mensaje me revela
a mí hoy? Para el creyente la pregunta a la que todo se orienta es la tercera.
Pero no se llega correctamente al tercer interrogante sin pasar por los otros
dos. Vislumbramos toda la complejidad del itinerario interpretativo, si
observamos que las tres preguntas pertenecen a planos distintos, y que
requieren por tanto metodologías diversas. En las dos primeras se estudia el
texto como un objeto y nos colocamos fuera de él, mientras que en la tercera
nos ponemos dentro del mismo texto. Pero, además, es grande la diferencia entre
la primera pregunta y la segunda: en la primera nos ponemos a nivel de la literalidad
del texto (y por tanto se exige un método de crítica literaria); en la segunda
nos ponemos más bien a nivel del acontecimiento narrado (y por tanto se exige
un método de crítica histórica). Para algunos autores la exégesis debe
limitarse rigurosamente a comprender lo que el texto dice y repetirlo luego en
términos actuales. Para otros el itinerario exegético se prolonga hasta la
actualización del texto. Personalmente, somos de la segunda opinión. Las dos
partes —comprensión del texto y actualización— constituyen un único proceso
interpretativo, sin solución de continuidad. En este artículo, sin embargo, nos
fijaremos sobre todo en la primera parte, dejando la segunda para la voz Hermenéutica
I.
EL ITINERARIO EXEGÉTICO
En concreto, el itinerario exegético
consiste en ir del texto a su ambiente y a su origen para volver luego al
texto: una sucesión de lectura sincrónica-diacrónica-sincrónica.
La primera aproximación —todavía
genérica y, en cierto sentido, previa al auténtico trabajo exegético consiste
en colocar el texto en su ambiente general, lingüístico, histórico y religioso.
Esto nos hace de algún modo contemporáneos de la obra que leemos, al mismo
tiempo que nos hace conscientes de la distancia que nos separa de ella. Además,
nos permite comprender que la Biblia no es un libro aislado dentro de un mundo
extraño, sino un libro profundamente encarnado en su tiempo y en su ambiente a
pesar de tener una originalidad innegable. El exegeta riguroso se mostrará
igualmente atento a las semejanzas y a las diferencias.
La segunda aproximación se centra más
bien en la individualidad del texto: ya no se pregunta por su ambiente general,
sino cuándo, dónde, por quién y para qué destinatarios se escribió, en qué
circunstancias y sirviéndose de qué fuentes, qué ediciones y reformas sufrió.
Ordinariamente la respuesta a estos interrogantes no la ofrece directamente el
texto, sino que ha de buscarse en su interior mediante detenidos análisis de su
contenido y de su forma. De aquí la aparición de diversas metodologías de
investigación, que tienen la finalidad de reconstruir un texto seguro (crítica
textual), estudiar los criterios lingüísticos, la forma, la composición, las
dependencias, el ambiente cultural y religioso (crítica literaria) y valorar,
finalmente, su valor histórico (crítica histórica). Crítica textual, análisis
literarios y crítica histórica son los tres momentos clave a los que todo
exegeta tiene que referirse. Nos bastará con indicar sumariamente sus etapas,
según un esquema que repite a grandes rasgos el itinerario de un exegeta en su
trabajo.
I.
CRITICA TEXTUAL
El objetivo de la crítica textual es
reconstruir lo más fielmente posible el texto original de una obra literaria,
realizando su edición crítica. Esto se lleva a cabo reconstruyendo ante todo la
historia de la transmisión del texto: la crítica textual busca todos los
manuscritos, los fecha y establece su mutua dependencia. Luego enumera todas
las variantes, confrontándolas y valorándolas, de manera que pueda decidirse la
lección más probable, eliminando los elementos parasitarios que se han ido
introduciendo sucesivamente: interpolaciones, glosas, deformaciones, incidentes
de copia. Se trata de una tarea compleja que siempre puede perfeccionarse.
La determinación de las variantes
procede sobre la base de criterios externos e internos. Criterios externos son
los códices más autorizados, las versiones más antiguas, las citas. Criterios
internos son algunas reglas ya codificadas desde el siglo XVIII por J.J.
Griesbach. Las principales son tres: la lección más difícil es a menudo la más
originaria (el que transcribe el texto se siente inclinado a allanar más bien
las dificultades); la lección más breve es generalmente preferible a la más
larga, especialmente en el caso de que esta segunda parezca como una
explicitación de la primera o como su armonización con pasajes paralelos; la
lección más probable es aquélla de la que puede deducirse la explicación de las
otras.
La crítica textual nos asegura que el
texto bíblico fue especialmente respetado en cuanto texto sagrado. En
comparación con los clásicos de la antigüedad puede gloriarse de tener un
número mucho más elevado de manuscritos: solamente para los evangelios se
cuentan unos cinco mil documentos entre códices, papiros, leccionarios y
fragmentos variados. Y todos estos manuscritos son idénticos sustancialmente.
Como es lógico, son muchísimas las variantes, pero no sustanciales.
"Podemos reconstruir el NT con la convergencia de millares de manuscritos,
llegando a un texto prácticamente único. No existe ningún texto tan seguro como
el texto del NT; no hay ningún texto tan ampliamente documentado, en donde la
sustancia del texto esté tan idénticamente presente en todos los códices"
(C.M. Martini). Aunque sea con un cierto margen de diferencia, lo mismo puede
decirse del AT.
II.
ANÁLISIS LITERARIO
Por análisis literario entendemos una
vasta gama de operaciones que comprenden tanto la lectura sincrónica del texto
(traducción, estudio de la composición, determinación de los géneros
literarios, reconstrucción del ambiente vital), como la lectura diacrónica
(búsqueda de las fuentes, historia de las formas e historia de la redacción).
El primer paso en el trabajo exegético
consiste en identificar con exactitud el comienzo y el fin de la perícopa bíblica
que se pretende examinar. No se puede tomar para su examen una porción del
texto cortada arbitrariamente. Además, como los libros bíblicos no son
generalmente una antología de unidades separadas, reunidas arbitrariamente, es
importante el estudio del contexto que sirve de marco. La colocación de
un pasaje dentro de la sección o del libro al que pertenece no está exenta de
significado.
El primer encuentro con el texto no
tiene la finalidad de traducirlo, y por tanto de considerarlo ya
comprendido, sino más bien de escribirlo y de problematizarlo, acumulando
interrogantes, problemas y dificultades y poniendo de relieve las diversas
posibilidades de sentido que encierran los vocablos y las frases. Traducir es
ya interpretar, y por tanto encerrar el sentido de un texto. Así, sin embargo,
lo que se quiere es mantenerlo abierto. La traducción no es el primer paso,
sino el último. La opción entre los diversos significados posibles sólo tendrá
lugar al final, después de haber observado el texto desde múltiples ángulos.
El análisis literario se esfuerza,
ante todo, en poner de manifiesto la unidad o el carácter elaborado del
texto examinado. Los criterios para esta operación son múltiples y de diverso
valor, que es preciso apreciar atentamente; por ejemplo, la presencia de
duplicados o de repeticiones, tensiones y contradicciones; la presencia o
ausencia, en las diversas secciones del pasaje, de los mismos caracteres
estilísticos. Se comprende fácilmente cómo esta operación encierra una gran
importancia para pasar luego a la búsqueda de eventuales fuentes, tradiciones y
unidades preexistentes.
Hace ya varios años que los exegetas
se aplican a destacar las estructuras de los textos. No nos referimos
aquí a la propia y verdadera lectura estructuralista, sino más simplemente a un
análisis atento de las estructuras de superficie, como, por ejemplo, las
palabras-gancho, las repeticiones, las correlaciones internas, el movimiento de
las escenas. Este análisis se emprendió primero casi exclusivamente para
descubrir la unidad o el carácter elaborado de un texto, pero ahora se le
utiliza también positivamente para descubrir el sentido de la composición: las
correlaciones, las conexiones, lo mismo que las interrupciones, revelan
precisamente un sentido. El presupuesto es que un texto manifiesta su
significado no sólo mediante sus contenidos, sino también mediante sus
entramados internos. El texto bíblico es siempre una respuesta a preguntas que
han nacido de situaciones concretas: preguntas que normalmente imponían
replanteamientos, exámenes en profundidad y actualización del patrimonio
tradicional. Por eso es importante determinar el ambiente vital —pastoral
y cultural— en el cual y para el cual cobró vida el texto.
De importancia capital para señalar la
intención de un texto y su verdad es la determinación del género literario. Se
adivina hasta qué punto es distinto el género poético del género histórico, el
género epistolar del género apocalíptico, etc. Por poner un breve ejemplo,
tomemos el caso de los evangelios. Podemos situar el género
"evangelio" en el género histórico, pero hay que decir que se trata
de una historia distinta de aquella a la que estamos habituados; en efecto, su
objetivo no es hacer revivir el pasado en su carácter fáctico, sino contarlo de
tal manera que suelte toda su carga religiosa y salvífica para alimentar la fe
de los creyentes. Además, dentro de los evangelios encontramos diversos
géneros: parábolas, relatos de milagros, frases del Señor encuadradas dentro de
un relato, trozos apocalípticos, etc. Cada uno de estos géneros no sólo se
distingue por determinadas características de forma y de estilo —el género está
determinado precisamente por sus características formales—, sino que tiene su
propia intención y su verdad. Así, por ejemplo, las / parábolas son un relato
ficticio en donde todo el peso de la narración recae en un solo punto
(generalmente sorprendente y paradójico, no habitual), que encamina hacia la
comprensión de una verdad superior (la presencia del reino de Dios en la acción
de Jesús). Los relatos de / milagros están estructurados de manera que pongan
de relieve el poder de Jesús. Los dichos enmarcados dentro de un relato, por el
contrario, no llaman la atención sobre el hecho que acontece ni sobre el poder
de Jesús que lo realiza, sino sobre la palabra del Señor. No hay por qué
alargarse. Estas breves alusiones bastan para demostrar hasta qué punto es
esencial para comprender un texto el conocimiento de su género literario.
a)
Búsqueda
de las fuentes
Después de la lectura sincrónica que
hemos descrito en sus aspectos principales, se pasa a una lectura diacrónica,
que tiene la finalidad de ir más allá del texto actual para estudiar su
formación. La primera etapa es la búsqueda de las fuentes. Por
"fuentes" entendemos tanto los conjuntos eventuales ya literariamente
fijados que están en el origen de un texto como aquellas tradiciones —en todo o
en parte aún a nivel oral, pero de todos modos ordenadas ya en conjuntos
estructurados y con su propia fisonomía concreta— que luego confluyeron en un
texto literario. Se definen los contornos de esas fuentes y se estudia su
origen, su ambiente, su pensamiento y su historia.
Es muy conocido el caso de los
/evangelios sinópticos: sus semejanzas extraordinarias, así como sus
diferencias igualmente extraordinarias, plantean inevitablemente el problema de
las dependencias, es decir, de las fuentes: problema que sigue todavía abierto.
También es conocido el caso del /Pentateuco, en el que confluyeron diversas
tradiciones (yahvista, Elohista, sacerdotal, deuteronómica). Lógicamente, este
problema se plantea además para otros muchos libros; actualmente, por ejemplo,
es muy viva la investigación de las fuentes del libro de los Hechos y del evangelio de /Juan.
A nadie se le escapa la fascinación y
la importancia de estas investigaciones. Pero tampoco faltan los riesgos; por
ejemplo, el de proceder por hipótesis no suficientemente fundadas, o el de
pasar ingenuamente de un análisis literario a una valoración histórica, como si
el contenido de la fuente —por el mero hecho de ser más arcaico— fuera también
necesariamente más histórico. La antigüedad literaria no equivale de suyo a
historicidad. En efecto, por una parte la fuente puede ser ya una
interpretación del dato histórico; por otra, los elementos que confluyeron en
un segundo tiempo en la fuente pueden tener un mayor grado de probabilidad
histórica.
b)
Historia
de las formas
Con la búsqueda de las fuentes se va
más allá del texto en su redacción actual, pero se sigue estando dentro de una
tradición ya desarrollada. Por eso los críticos han elaborado un método para
poder dar un nuevo paso y llegar hasta la prehistoria del texto, es
decir, aquella etapa preliteraria en que se formaron y circularon de forma
dispersa cada una de las unidades que confluirían más tarde en la composición
final del texto. Es el método conocido con el nombre de "historia de las
formas" (Formgeschichte), denominación que creemos se deriva de la
obra de M. Dibelius (Die Formgeschichte des Evangeliums). Los fundadores
de este método aplicado a los evangelios fueron M. Dibelius con la obra citada
(Tübingen 1919), K.L. Schmidt (Der Rahmen der Geschichte Jesu, Berlín
1919) y R. Bultmann (Die Geschichte der synoptischen Tradition, Góttingen
1921). Este método no sólo es aplicable a los evangelios, sino también —en
mayor o menor medida— a todos aquellos textos que están compuestos de unidades
literarias que tuvieron una vida preliteraria.
Hoy este método se ha liberado ya casi
totalmente de algunos presupuestos ideológicos que lo condicionaban
pesadamente. Así, por ejemplo, el presupuesto de la comunidad creadora: hoy se
reconoce cada vez más que la comunidad elaboró las formas a partir de sus
propias exigencias, pero que no creó los contenidos. O el presupuesto de que en
las comunidades estaba ausente todo interés histórico; en realidad, este
presupuesto no tiene fundamento alguno: es verdad que la comunidad transmitió
los hechos por una finalidad de fe, pero la fe no elimina el interés por la
realidad de lo que se cree, sino que lo exige. El mismo principio de crítica
literaria que está todavía en la base del método (o sea, que los evangelios
están compuestos de pequeñas unidades literarias que circularon al principio
dispersas unas de otras) tiene que matizarse ulteriormente: los evangelios no
son una antología de textos separados, las unidades literarias no se reunieron
al azar y los evangelistas no son unos simples recopiladores.
El procedimiento del método de la
historia de las formas se articula sustancialmente en cuatro operaciones.
Primera:
se
separan las unidades del cuadro evangélico redaccional, para catalogarlas luego
sobre la base de su forma literaria. Estas unidades representan la etapa de la
tradición oral y atestiguan la fe y la vida de las comunidades cristianas en
aquel nivel de la tradición.
Segunda: se determina el "ambiente
vital" (Sitz im Leben) de cada uno de los géneros en los que se
catalogó cada una de las unidades, es decir, el ambiente y los intereses en los
cuales y para los cuales cobraron vida dichas unidades: el anuncio misionero,
la catequesis, el culto, la polémica.
Tercera:
se prosigue
el camino que recorrieron esas unidades, desde su ambiente de origen hasta los
evangelios, poniendo de relieve los cambios que tuvieron lugar en su
transmisión; se trata de un trabajo delicado e incierto, que raramente va más
allá del valor de una simple hipótesis.
Cuarta:
al final
de este procedimiento, el exegeta se siente muchas veces movido a emitir un
juicio sobre la historicidad de las unidades examinadas. Con esto se pasa del
análisis literario a la crítica histórica, paso éste que requiere mucha
atención y el recurso a criterios que no son ya literarios, sino históricos. La
valoración se efectúa sobre la base de elementos que han surgido dentro del
proceso de tradición de las unidades estudiadas (ambiente de origen, intereses,
influencias), o bien sobre la base de analogías con las literaturas
contemporáneas (la judía y la helenista).
El método de historia de las formas
que hemos descrito sumariamente tiene en su favor los grandes méritos
conseguidos, a pesar de los excesos en que ha caído y sigue cayendo. Colocado
en un itinerario más amplio, sigue siendo insustituible. Ha despertado el
interés por la tradición preliteraria, haciéndonos conocer mejor tanto la
formación de los evangelios como la vida y la fe de las comunidades en la etapa
precedente a la redacción de los textos literarios. Pero esto no se realiza sin
algunos riesgos por ejemplo, el de conceder demasiada importancia a la
prehistoria de los textos, olvidando la composición final que de allí resultó.
c)
Historia
de la redacción
Reaccionando contra las limitaciones
de la historia de las formas —que analiza las diversas unidades, pero
descuidando el conjunto—, surgió por el año 1950 una nueva corriente, que se
interesaba no ya por las fuentes y por la prehistoria del texto, sino por su composición
final, por su redacción; de ahí la denominación de Redaktiongeschichte (historia
de la redacción). También aquí el campo privilegiado de la investigación han
sido los evangelios; pero lógicamente este método puede aplicarse también a
todos los demás textos en que han desempeñado una función la tradición y la
redacción.
El presupuesto de partida es que la
composición de un texto (p.ej., de un evangelio) no es una mera colección de
materiales preexistentes, sino una operación inteligente, que busca un proyecto
teológico. Es este proyecto el que intenta poner de manifiesto la historia de
la redacción. Y lo hace recogiendo y valorando todos aquellos indicios que
muestran el trabajo realizado por el redactor sobre el material tradicional: la
selección hecha en el material tradicional, las inserciones y las omisiones
practicadas, los enlaces que ligan a los materiales de diverso origen, los
sumarios, los cambios de vocabulario.
El gran mérito de este método es la
justa valoración del proyecto teológico del último autor bíblico. Pero ni
siquiera aquí está ausente cierta unilateralidad. A menudo estos exegetas no se
interesan por el libro en todas sus partes, sino únicamente por lo que en él
hay de típico, de particular respecto a las fuentes usadas o las redacciones
precedentes. Nosotros creemos, sin embargo, que hay que interrogar a los textos
tal como son, con todo lo que contienen, atentos tanto a los elementos
redaccionales como a los tradicionales. La exégesis va orientada al texto en su
objetividad, no simplemente a la intención de su redactor.
I.
CRÍTICA HISTÓRICA
Después de la reconstrucción del texto
y del análisis literario (tanto sincrónico como diacrónico), el itinerario
exegético llega a la crítica histórica. Esta expresión tiene diversas acepciones:
para algunos autores entra también en la crítica histórica el estudio de la
formación del texto (etapa preliteraria, composición, sucesivas redacciones);
para otros también la determinación de su ambiente vital; otros, finalmente,
reservan esta expresión para la valoración de la verdad histórica de lo que
narra el texto. Nosotros la utilizaremos en este último sentido restringido. En
efecto, los dos primeros intereses entran sustancialmente en las metodologías
literarias, mientras que el tercero se aparta claramente de ellas y exige su
propio método.
La Biblia es el relato de la
"historia de la salvación"; y, por consiguiente, la realidad o no
realidad de lo que en ella se narra no es indiferente a su comprensión. De
todas formas, es de la mayor importancia para el creyente. Pensemos, por
ejemplo, en la importancia que tienen para la fe los hechos de la historia de
Jesús. La exégesis, que quiere comprender los evangelios, no puede sustraerse
de la tarea de valorarlos históricamente. La cuestión básica es determinar
algunos criterios que permitan distinguir lo que es histórico de lo que no lo
es. Pongamos una vez más como ejemplo los evangelios: ¿cómo distinguir los
hechos y las palabras que se remontan al mismo Jesús de lo que es más bien
fruto de la fe de la comunidad? Los autores han elaborado principalmente tres
criterios: el criterio del testimonio múltiple, en virtud del cual se considera
probable un dato atestiguado por fuentes múltiples e independientes; el
criterio de la discontinuidad, en virtud del cual se considera auténtico un
dato que no se explica ni como derivación del ambiente judío ni como producto
de la comunidad cristiana; el criterio de la conformidad, en virtud del cual se
considera digno de fe lo que está en conformidad con las situaciones concretas
de la vida de Jesús y con sus características de estilo y de lenguaje.
a)
Insuficiencia
de la exégesis histórico-crítica
Recientemente y desde diversas partes
se han hecho críticas contra la exégesis histórico-crítica que acabamos de
describir. Se le ha reprochado que es un saber reservado (posible para pocos),
arqueológico y cerrado. Precisamente porque subraya (y es ése su mérito) la
historicidad de la palabra, su individualidad, su vínculo con un tiempo
determinado y con un ambiente determinado, acaba aumentando la distancia que
hay entre el texto y el lector (y es ésa la otra cara de la medalla). Abre un
foso. De este modo la exégesis corre el peligro de encerrarse en el pasado y,
en la medida en que así ocurre, la protesta contra esa exégesis está plenamente
justificada. En efecto, la exégesis tiene que ayudarnos a encontrar en el texto
un sentido abierto, no cerrado. Después de todo, la Biblia no es un texto
cerrado en el pasado, muerto; es más bien un libro que se mantiene perennemente
vivo dentro de una comunidad que lo lee continuamente. Ciertamente, el momento
original, es decir, el contexto histórico concreto en que nació el texto,
encierra una especial importancia; pero no es el único contexto ni el único
factor que contribuye a su significado (C. Buzzetti). La exégesis crítica,
además, identifica demasiado el sentido del libro con la intención del autor
que lo ha escrito. Reconocer la intención del autor es sin duda un principio de
gran validez, a pesar de ciertas afirmaciones esgrimidas en contra. Sobre todo
si se tiene en cuenta que la Biblia no es simplemente una obra de arte, una
novela, una poesía; en estos casos el sentido sería más abierto, más
disponible: una obra de arte, en cierto sentido, tiene tantas caras cuantos son
los ecos que suscita en quien la contempla. La Biblia es más bien un mensaje;
proviene de alguien que quiere decirnos algo. En este caso es capital la
intención. Sin embargo, es igualmente verdad que el texto no se reduce
simplemente a la intención del autor que lo ha escrito. El texto, una vez
escrito, es un hecho objetivo y tiene su propia vida. De todas formas, la
finalidad de la exégesis no es reconstruir la intención del autor, sino
descubrir el sentido de su escrito; su escrito es la carta que Dios nos dirige
a nosotros. Por ejemplo, hay que comprender el sentido del escrito dentro de un
canon y dentro de una tradición viva: dos cosas que encierran consecuencias y
resonancias que no necesariamente pretendió su autor. Pero esto está en su
origen. En resumen, hay una cierta autonomía del texto en relación con su
autor, y hay que tenerla en cuenta. Finalmente, se le reprocha al método
histórico-crítico una ilusión de objetividad; tiene la ilusión de poder llegar
a la intención del autor, al texto en sí, cuando en realidad ningún
conocimiento histórico puede separarse del sujeto, de su presente, de su
cultura: nunca es posible alcanzar el pasado en sí mismo, sino tener siempre nuestro
conocimiento del pasado.
Todas estas críticas son válidas y
oportunas en la medida en que la exégesis histórico-crítica tiende a
absolutizarse. Pero no anulan su importancia y su validez; simplemente, lo que
hacen es declarar su insuficiencia. Estas críticas pueden explicar —pero no
justificar— la intolerancia que se manifiesta en algunas partes contra la
exégesis científica en provecho de lecturas pretendidamente teológicas y
espirituales. Creemos que ambas perspectivas se completan entre sí y que no
conviene oponerlas.
b)
Aportaciones y límites de
la lectura estructuralista
La reacción contra el método
histórico-crítico no se produce solamente en el ámbito de aquellas lecturas que
buscan directamente un objetivo espiritual, sino también en el ámbito de
lecturas científicas que parten, sin embargo, de otros presupuestos y enfocan
el texto desde ángulos diferentes. Las metodologías histórico-críticas destacan
exclusivamente, o casi exclusivamente, la perspectiva histórica, a costa del
texto captado en su conjunto y en su materialidad. El deseo de superar estos
límites mueve actualmente a numerosos exegetas (sobre todo franceses) a aplicar
a la Biblia los métodos de la lectura estructuralista. Estos métodos están ya
hoy debidamente comprobados. No es éste el lugar para describir los
presupuestos y las técnicas de procedimiento del estructuralismo
[/Hermenéutica]. Nos basta con indicar su intención.
No se trata de investigar las
estructuras de superficie (operación ésta que hemos encuadrado en el análisis
literario), sino de investigar las estructuras profundas que presiden, mediante
su lógica interna, la producción de los textos sin que intervenga la intención
de los autores. Se comprende enseguida que el análisis estructuralista se
distingue claramente de la exégesis histórico-crítica por un claro cambio de
perspectiva; en efecto, pone entre paréntesis precisamente lo que la exégesis
histórica sitúa en primer plano, es decir, la intención del autor, la historia
de la formación del texto, su ambiente histórico. El punto de partida es que un
texto es siempre un conjunto de elementos organizados, estructurados, capaces
de manifestar un sentido no sólo en virtud de su contenido, sino también por el
juego de sus relaciones, por el funcionamiento de su estructura.
Nuestra conclusión es que la lectura
estructuralista ofrece ventajas distintas de las que ofrece el método
histórico-crítico, pero que resulta igualmente limitada y unilateral. Por eso
no se trata de una lectura alternativa a la histórico-crítica. Más bien la
integra, observando el texto desde otra perspectiva. En este sentido puede
representar una etapa ulterior en el itinerario exegético [/ Biblia y cultura:
I; Biblia y arte, II].
II.
EXÉGESIS Y FE
Un problema de gran importancia es la
relación entre la exégesis hecha científicamente y la fe. Estamos convencidos
de que esta relación, antes de ser un problema teórico que analizar, es una
experiencia concreta que hay que vivir. Muchos exegetas son al mismo tiempo
fieles a su ciencia y a su fe. Pero es también un problema.
En línea de principio no debería
existir conflicto entre la lectura científica y la fe, pero de hecho los ha
habido incluso en un pasado reciente: la historia de las formas, por ejemplo,
ha parecido por mucho tiempo una lectura incompatible con la visión de los
evangelios que proponía la fe. Pero cuando esto sucede no es por culpa de los
métodos en sí mismos, sino por los presupuestos ideológicos de que son
prisioneros. Esto puede ocurrir también debido a teología y a una visión
incorrecta de fe. Algunas de las conclusiones que se han presentado como fruto
de investigaciones rigurosas y científicas pueden estar realmente contaminadas
por presupuestos ideológicos. En este sentido, la ciencia y la fe están
llamadas a purificarse mutuamente: la exégesis científica puede ayudar a la
teología a purificar algunos de sus contenidos considerados como de fe, pero
que en realidad sólo son culturales; y la fe puede ayudar a la exégesis a
aceptar sus propios límites y a romper con presupuestos ideológicos indebidos
(y a veces ocultos).
A primera vista se diría que el método
es simplemente un hecho técnico: el método es método, se dice, y no hay
diferencia alguna en que lo emplee un creyente o un no creyente. Pero no es
así. La investigación exegética en su globalidad no es neutral, especialmente
en algunos momentos de su itinerario (una cosa es ciertamente la crítica
textual, otra cosa el análisis literario y otra la valoración histórica).
"El método histórico-crítico no se apoya en sí mismo, sino que supone a su
vez una visión más amplia de la realidad" (N. Lohfink). Por ejemplo, si un
exegeta trabaja con una visión de la realidad en la que por principio no se
admite a Dios ni los milagros, frente a los datos evangélicos se comportará,
aun usando el mismo método, de una forma bastante distinta que otro exegeta
para el que Dios y los milagros son nociones reales. La exégesis es una
ciencia, pero tiene que ser responsablemente asumida en la fe. El exegeta
creyente se mueve manteniendo unidas las dos extremidadades de la cuerda: el
rigor y la paciencia del trabajo científico y la vida de fe que proyecta su luz
sobre todo.
La fe no dicta los resultados de forma
apriorista. Si así fuese, se vendría abajo la autonomía y el rigor de la
investigación científica. La fe es más bien una luz que ilumina el sentido de
la Biblia en su globalidad. La Biblia es un discurso unitario, madurado
progresivamente; de aquí se sigue la necesidad de una lectura sintética,
global, a partir de su centro. Podríamos hablar, de manera general, de /
teología bíblica. Es sobre todo en este nivel donde la fe puede iluminar al
investigador. Un artesano, para trabajar, no sólo tiene necesidad de sus
instrumentos técnicos, sino también de la luz para poder ver.
Leer un texto en la fe no significa
proyectar en el texto significados que éste no tiene, sino penetrar a fondo,
como por con naturalidad, la experiencia que intenta comunicar: significa
leerlo a partir de su centro. Leer la Biblia en la fe quiere decir leerla a
partir de una experiencia que le es congénita.
La exégesis científica llega a la
"letra" del texto, y en este sentido es indispensable; pero es
solamente una lectura global, y por tanto de fe, la que hace explotar el
"Espíritu". La crítica literaria y la crítica histórica no bastan
para interpretar la Biblia; por sí solas no logran captar entre el follaje de
la letra los frutos del Espíritu (san Gregorio Magno).
La luz de la fe es esencial,
precisamente porque la Escritura narra una experiencia de fe. Nacida en la fe,
no puede ser comprendida plenamente más que en la fe. Es verdad que también el
exegeta no creyente puede decir cosas muy interesantes sobre la Biblia, pero no
se ve cómo va a ser capaz de llegar a su alma más profunda.
Por el contrario, entre el texto y el
exegeta creyente se establece algo así como una relación de con naturalidad: se
da en común entre ellos la misma experiencia de fe. Se trata de una experiencia
de fe que confiere a la Biblia una profunda unidad aun dentro de la variedad de
sus muchas páginas, y que da sentido a todos sus detalles. Sustraerse de la luz
de la fe significa cerrarse a la posibilidad de alcanzar esta experiencia que
constituye la esencia del texto bíblico que se quiere interpretar: su
coherencia interna, su unidad, su actualidad. Es verdad que la fe no es la
única luz. A su vez, ella requiere la luz que le viene de las diversas técnicas
de la investigación. La fe es "una luz polivalente y con globante, que
llega a todo a partir de lo esencial. Respecto a las luces selectivas y
limitadas de cada una de las técnicas en particular, la fe hace pensar en esa
luz blanca que integra todos los elementos del arco iris" (R. Laurentin).
Un problema análogo es el de las
relaciones existentes entre la ciencia exegética desarrollada de forma autónoma
y el reconocimiento del magisterio eclesiástico. No queremos entrar en los detalles
de esta cuestión. Sin embargo, podemos decir que el magisterio está más
comprometido en el sentido global, es decir, en una lectura que va más allá de
la exégesis precisa de cada uno de los textos. La lectura del magisterio
utiliza particularmente aquellos principios (la unidad de la Escritura, la
analogía de la fe, la orientación hacia Cristo) que hemos derivado del origen
divino de la Biblia. Esto significa que el exegeta católico se mueve, por así
decirlo, "globalmente" dentro de la interpretación autoritativa de la
Iglesia, pero no es que él se refiera de forma metódica a esa autoridad en su
trabajo. Por lo demás, es bien sabido que el magisterio se ha comprometido en
muy raras ocasiones sobre el sentido de cada uno de los textos. Así, el exegeta
católico, a pesar de su vinculación con el magisterio, no se ve obstaculizado
en su investigación científica concreta. Por otra parte, también es verdad, al
revés, que la investigación científica precede en cierto sentido a la lectura
del magisterio, desempeñando de esa manera una función crítica importante:
"Es misión de los exegetas... contribuir a la inteligencia y exposición
más profunda del sentido de la Sagrada Escritura, ofreciendo los datos previos
sobre los cuales pueda madurar el juicio de la Iglesia"
Parte 5
EXÉGESIS DEL
NUEVO TESTAMENTO
Los textos literarios, entre ellos la
Biblia, están sujetos a la época en que se escribieron, su lenguaje, su
situación histórica, social, política, etc., y pretenden comunicar un mensaje
específico, con un propósito bien definido. La distancia histórica y la
diferente situación de vida como lectores contemporáneos nos alejan de la
comprensión inmediata del texto bíblico, por lo tanto se hace necesario que
busquemos cómo acceder a una explicación satisfactoria que refleje el sentido
original y que sea acorde con la realidad. Con este propósito se recurre a las
distintas herramientas de la exégesis. (Ausencio
Arroyo)
El abismo temporal-cultural que separa
al mundo contemporáneo del mundo bíblico, nos obliga a construir un puente
entre ambos. La ciencia bíblica nos lleva por el camino correcto, para evitar
especulaciones que surgen de la fantasía humana y que pueden distorsionar el verdadero
sentido del mensaje bíblico; el método histórico-crítico, es el método de
controlar racionalmente el contenido del texto.
Al recurrir a métodos se pretende que
las conclusiones puedan ser controladas por los distintos sistemas de
validación. Implica ser conscientes de la distancia y de los presupuestos que
relativizan la lectura.
El propósito de los métodos exegéticos
es explicar o explicitar el texto según la intención del autor; su función es
descriptiva no dogmática.
Diferencias
fundamentales entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.
a) El Antiguo Testamento fue escrito en hebreo y
algunas partes en arameo.
El Nuevo Testamento fue escrito en griego
koiné.
b)
El
Antiguo Testamento abarca casi un milenio y medio, desde Abraham hasta sus últimos
escritos.
El Nuevo Testamento implica apenas un
siglo.
c)
El
Antiguo Testamento contiene la historia y las experiencias de fe del pueblo de
Israel.
El Nuevo Testamento contiene la
proclamación cristiana con proyección universal.
Puntos de unión
decisiva entre el Antiguo y Nuevo Testamento
a)
Son
el testimonio de la presencia y acción del
mismo Dios en el mundo y con los hombres.
b)
Hay
un mismo concepto antropológico, ambos señalan lo profundo del pecado en el ser
humano, su incapacidad para liberarse a sí mismo. Ven al hombre como imagen de
Dios. Tienen una comprensión integral del ser humano. Le reconocen su papel de
responsable en la creación.
c)
Hay
un ofrecimiento por gracia divina de perdón, reconciliación y vida nueva.
d)
Hay
armonía en la enseñanza escatológica. Mantienen las mismas esperanzas
mesiánicas e igual concepto del Reino de Dios.
Es importante corregir la comprensión sobre la relación
de los dos testamentos. No hay gradación de sentido, el Antiguo no es
provisorio, sino que habla de manera ejemplar. Los dos se aclaran
recíprocamente. Hay que terminar el esquema antitético de AT igual a ley, y NT
igual a gracia. Hay que terminar las visiones parciales de Dios, AT igual a
ira, NT igual a amor. Hay una frase sobre esto: “El que no sabe qué hacer con el
AT, es que ya no sabe qué hacer con el NT”.
Este curso tiene como propósito presentar, de forma
elemental el método histórico-crítico del estudio de la Biblia. De ninguna
manera lo señalamos como el método perfecto, ya que ninguno lo es, pero este
modo de aproximación al libro sagrado nos da la posibilidad de verificar los
resultados y de corregir las intuiciones personales.
La pretensión de todo estudiante de la Biblia, y sobre
todo de todo predicador, es ser fiel al texto. Estamos obligados a decir la
verdad sobre las palabras de Dios registradas en el libro. Ningún esfuerzo en
esta búsqueda será demasiado. Por otro lado, señalamos que, la comprensión del
libro sagrado, no se puede lograr separados del Dios del libro. Confiamos que
todo estudiante emprenderá esta exigente labor en diálogo personal y frecuente
con el Dios eterno, que quiere hacerse cercano y comprensible a todos los
hombres y mujeres de todo el mundo.
LOS PASOS DEL MÉTODO EXEGÉTICO
Crítica Textual.
Crítica Literaria.
Crítica
de los Géneros y Formas.
Crítica
de las Tradiciones.
Crítica
de la Redacción.
Incluimos al final un ejemplo sencillo de exégesis,
esperando que sea orientador para los estudiantes de la Biblia, y que tratemos
respetuosamente los escritos sagrados.
1.
Crítica Contextual (CT)
La exégesis bíblica debe tratar de remontarse al texto
original. Como original se entiende el texto autógrafo, o sea, tal como salió
de la mano del autor.
Lamentablemente no poseemos ningún original de los textos
bíblicos. Hasta el momento sólo se hallaron y conservaron copias posteriores.
Los originales se perdieron, cosa explicable si se toma en cuenta que se
escribieron sobre el frágil papiro. Los manuscritos (así se llaman los textos
copiados a mano, antes de la invención de la imprenta en Europa en el siglo XV)
de libros bíblicos o de partes se produjeron en una época bastante posterior a
la redacción de los originales, en algunos casos hasta siglos. Son por lo
general copias de copias. Algunos manuscritos son anteriores a la canonización
definitiva del Nuevo Testamento en el siglo IV, pero la mayoría son
posteriores. Algunos fragmentos se originan a partir del siglo II en adelante;
pero copias manuscritas enteras del Nuevo Testamento se poseen sólo de la
segunda mitad del siglo IV, cuando se comenzó a emplear un material más
duradero: el pergamino.
Mientras los textos bíblicos fueron copiados y
multiplicados una y otra vez a mano durante varios siglos, se introdujeron en
ellos cambios de todo tipo, unos involuntarios, otros intencionales. Así es
como los manuscritos que hoy poseemos de un mismo texto original difieren
bastante entre sí.
La investigación ha tratado de acercarse lo más posible
al original de cada libro bíblico, reconstruyendo su texto en base a
comparaciones entre las copias posteriores. La compaginación de estas copias y
la indicación de las diferencias entre ellas constituyen las ediciones críticas
del mejor nivel científico y ampliamente reconocido en todo el mundo, no debe
producir la impresión de que ese texto ya es directamente el original del Nuevo
Testamento. Es la mejor reconstrucción posible en base a los conocimientos
actuales de la redacción y transmisión de cada libro, y en base a los mejores
y/o más antiguos manuscritos. Sus editores se han remontado en el tiempo lo más
que pudieron. Si se incorporan mejores manuscritos o acaso algún original, ese
texto quedará superado y hasta podrá sufrir modificaciones sustanciales. Por
eso siempre conviene tener presente que a pesar de la exactitud y los
esfuerzos, se trata sólo de una reconstrucción.
Los cambios en el texto, omisiones o agregados, errores y
modificaciones intencionales, diferencias entre distintos manuscritos,
constituyen lo que se llama “variantes”. Variante es simplemente una
diferencia. La edición crítica del Nuevo Testamento contiene esas variantes en
el llamado aparato crítico al pie de cada página, debajo del texto, con letras
pequeñas.
El propósito
de la crítica textual del Nuevo Testamento (CT) es un acercamiento, con la
mayor exactitud posible al texto original de cada uno de los libros del Nuevo
Testamento; llegando, como ya se indicó, a una reconstrucción hipotética.
El material de
trabajo de la CT son los “testigos” del texto y su edición compilada con
indicación de las variantes.
El objetivo de
la CT es la reconstrucción del texto, lo más cercana posible al texto original;
eliminando cambios y errores originados en el proceso de copiado.
Los cambios pudieron ser introducidos por error o intencionalmente.
Los errores involuntarios se pudieron deber a: la confusión de renglones
(saltos por comienzos o finales idénticos o similares, saltos transversales),
los efectos de la memoria, influencia de paralelos, errores de
lectura-escritura-dictado, omisiones o adiciones, división errónea.
Los cambios intencionales quizás nos choquen más que los
otros errores, porque hemos desarrollado la concepción del carácter sagrado e
intocable de las Escrituras. Pero en un primer momento no existía esa fijación
por escrito, y lo que se quiso hacer fue mejorarlo. Así se introdujeron
modificaciones estilísticas, asimilación de textos paralelos, cambios de
definiciones históricas y geográficas, integración de cambios anteriores
superpuestos en un mismo manuscrito, identificación de personas mediante el
agregado de un nombre, correcciones de citas del Antiguo Testamento,
correcciones de errores reales o supuestos, modificaciones dogmáticas o
teológicas, modificaciones gramaticales.
Reglas para
establecer el texto original.
Comenzando siempre con los criterios externos y
prosiguiendo luego con los internos. Los externos se refieren a los testigos;
los internos, al contexto, estilo, estadística de términos, mundo teológico del
autor. Si todos coinciden, la decisión será fácil y certera. Los criterios
externos tienen prioridad para la decisión.
Criterios
externos:
1.
La
lección más y mejor apoyada por los mejores testigos pueden ser la original.
Debe tenerse en cuenta la calidad de los testigos, sobre todo su fecha y el
tipo de texto: el mejor es el alejandrino; el más alejado y cambiado es el
Koiné.
2.
Al
tratarse de manuscritos de una misma rama, su peso queda reducido al de uno
solo.
3.
Hay
que confrontar los grupos de testigos entre sí.
4.
Se
debe tener en cuenta el influjo de los paralelos y del texto de la versión
griega del Antiguo Testamento, la llamada Septuaginta (LXX).
5.
Hay
que prestar atención a la relación entre las variantes.
Criterios
internos:
1.
La
lección más difícil suele ser la primitiva. Esto se comprende fácilmente: un
copista es más propenso a aclarar un pasaje difícil u oscuro, y así introduce
una variante más fácil.
Esta regla por supuesto no puede
aplicarse mecánicamente, pues muchas variantes difíciles se deben simplemente a
errores de copiado o dictado, y no a la composición del autor original.
2.
La
lección más corta es la primitiva. Es más probable que alguien haya ampliado y
explicado un texto, y no que lo haya acortado.
3.
La
variante elegida debe armonizar con el contexto. Si una variante entra en
colisión con el versículo o capítulo entero, no puede ser original. Tampoco
puede ser original si es contraria al contenido y estilo del libro entero.
4.
La
variante elegida debe explicar la formación de las demás, con la ayuda de las
fuentes de errores y de los intentos de aclaración, explicación, armonización.
Otros consejos
útiles:
Ø No conviene apoyarse en la
conjetura. Cuando ninguna variante satisface, es mejor dejar constancia del
problema
Ø Conviene tener conocimiento
del estilo de cada autor, su vocabulario, el contexto de sus pasajes, sus
enseñanzas en general.
Ø Conviene tener presente que
las palabras de Jesús en los Evangelios tienen un trasfondo arameo.
2. Crítica Literaria del Nuevo Testamento (CL)
Todo texto escrito, antes de llegar a nosotros, pudo
haber pasado por diversas vicisitudes: relato oral, colección de otros
escritos, citas incorporadas o agregadas, cambios. Se trata pues de la historia
del texto, o mejor dicho, de su prehistoria.
Para estudiar la prehistoria de los textos bíblicos se
desarrollaran cuatro metodologías que pueden subsumirse bajo el concepto de
estudio diacrónico (o sea, a través del tiempo o de la historia) que incluye:
crítica literaria, análisis de géneros y formas literarias, análisis de
tradiciones, y análisis de la composición o redacción. Este análisis también
suelen llamarse críticas, pues examinan crítica o científicamente los géneros,
las fuentes, las tradiciones y el trabajo redaccional; y establecen
comparaciones con otros textos, estadísticas, contenidos y teologías.
La CL estudia el texto tratando de describir las
unidades, verificar particularidades de la historia del texto, identificar
fuentes y autor(es). En el estudio actual de un escrito antiguo el conocimiento
de sus fuentes puede ayudar enormemente en su comprensión e interpretación, y
en la precisión de su grado de veracidad.
La CL siempre comienza su tarea centrándose en aquellos
datos que rompen la unidad normal de un texto y que crean determinadas
tensiones: interrupciones bruscas, duplicaciones, repeticiones, incongruencias,
contradicciones, diferencias de vocabulario y de estilo.
En el campo del NT la CL ha estudiado sobre todo las
fuentes de los Evangelios Sinópticos (EvSin), las etapas de la composición del
EvJn, dependencias entre diversas Epístolas y sus refundiciones.
Muestra sencilla
de CL del NT
Para aclarar el problema sinóptico, que consiste en la
extraña mezcla de coincidencias y diferencias entre los EvSin, Mt, Mc y Lc y
otros problemas de dependencia literaria la CL trabaja básicamente con dos
reglas:
1)
La
relación de dependencia literaria entre dos o más textos se descubre por
aquello en que concuerden literariamente.
2)
Las
diferencias entre dos o más textos dependientes el uno del otro indican cuál es
el texto base.
Hay una serie de cambios constatables y que los autores
introducían sobre sus textos base. Son ellas: mejoras estilísticas,
reducciones, ampliaciones, empalmes o yuxtaposiciones, aclaraciones, cambios de
sentido, ordenamiento de datos.
Veamos el funcionamiento de estas dos reglas básicas con
un ejemplo. Se trata del estudio de la historia sinóptica de la curación de la
suegra de Pedro.
Mt.
8:14-15
Y vino Jesús a casa de Pedro.
Y vio a la suegra de éste postrada en cama, con fiebre.
Y toco su mano,
Y la fiebre le dejó;
Y ella se levantó, y le servía.
|
Mc. 1:29-31
Al salir de la sinagoga.
Vinieron a la casa de Simón y Andrés, con Jacobo y Juan.
Y la suegra de Simón estaba acostada con fiebre;
Y en seguida le hablaron de ella.
Entonces él se acercó,
Y la tomó de la mano y la levantó;
Y le dejó la fiebre
Y ella les servía.
|
Lc. 4:38-39
Entonces se levantó y salió de la sinagoga, y entró en la casa de
Simón.
La suegra de Simón tenía una gran fiebre;
Y le rogaron por ella.
E inclinándose hacia ella, reprendió a la fiebre,
Y ésta la dejó;
Y levantándose ella al instante, les servía.
|
Los tres EvSin
tienen este texto. Las semejanzas permiten suponer dependencia(s) literaria(s);
las diferencias indican que hubo cambios.
Los tres
textos tienen un desarrollo común:
1. La
llegada de Jesús.
2. Presentación
de la enferma y de su enfermedad.
3. La
intervención de Jesús;
4. La
constatación de la curación;
5. la
consecuencia de la curación.
El conjunto de
semejanzas es más complejo:
Mt y Lc
comienzan sus respectivos relatos con una indicación de la procedencia de
Jesús: él sale de la sinagoga.
Luego los tres
mencionan la casa del discípulo.
Los tres
presentan el cuadro clínico de la suegra. Mt y Mc indican que está acostada, y
usan el mismo giro para describir la fiebre.
Mc y Lc
indican que le hablaron a Jesús acerca de ella.
En la
descripción de la curación coinciden Mt y Mc en el detalle de tomarla de la
mano.
Los tres
coinciden luego en la indicación del servicio de la sanada.
Las
coincidencias entre Mt y Mc permiten pensar en dependencia literaria; lo mismo
que las coincidencias entre Mc y Lc. Mt y Lc coinciden en esta historia juntos
con Mc; por lo demás cada cual coincide por separado en varios puntos con Mc.
Mc ocupa pues
un lugar intermedio entre Mt y Lc; o sea, Mt y Lc, respectivamente y cada uno
por su lado, están más cerca de Mc que entre si. Esto permite establecer las
siguientes relaciones literarias: Mt y Mc por su parte, y Lc y Mc por otra. No
se puede hablar de una relación literaria directa entre Mt y Lc.
Considerando
las diferencias, se descubre la prioridad. Entre Mt y Mc: Mt no tiene la
indicación de la procedencia de Jesús de la sinagoga. Mc por su parte no tiene
el nombre de Jesús. Donde Mt tiene simplemente Pedro, Mc tiene más datos: Pedro
y Andrés; y también indica la compañía de Jesús: Santiago y Juan. Aquí puede
deducirse que Mt abrevió el texto de Mc, pues es algo difícil que un
evangelista pueda inventar de la nada una lista de personajes, y es más
coherente imaginarse una abreviación por parte de Mt a los efectos de llevar
toda la historia a un encuentro entre Jesús y la enferma.
Mt no tiene la
referencia a la información que le brindan a Jesús acerca de la mujer enferma.
Aparentemente Jesús no necesita este tipo de indicación: él mismo ve la situación
de la mujer, como lo indica Mt. Esto evidencia una reflexión teológica: Mt
presenta la soberanía de Jesús con más fuerza que Mc, y Jesús toma la
iniciativa. Tenemos pues un indicio más de que Mt usó el texto de Mc,
transformándolo.
La descripción
del proceso curativo también es más sobria que en Mc. La bella frase sobre el
efecto de la curación quedó igual.
El giro la levantó de Mc, omitido por Mt, es
transformado en se levantó, subrayando mejor el efecto del milagro y
confirmándolo.
El cambio de
Simón (Mc) por Pedro (Mt) se explica recordando que Mt ya lo había presentado
así en Mt 4:18.
Como Mt
estructura una escena de pareja (Jesús y la enferma), la lógica pide que la
sanada al final le sirva a Jesús, no a ellos como en Mc.
Mc y Lc: él
entró en casa de Simón de Lc es más pulido que el vinieron de Mc. Nuevamente
hay omisión de Andrés y de la compañía de Jesús.
En la
descripción de la curación toma los colores de una especie de exorcismo: Jesús
conmina u ordena a la fiebre. Con ello Lc adapta la historia a los relatos que
vienen antes y después.
En ambos
casos, Mt y Lc, se notan pues intentos de purificación, elaboración y
transformación de la historia. La de Mc es más directa, hasta popular. En
síntesis, puede deducirse que tanto Mt como Lc se sirvieron de Mc como fuente.
La exégesis
del NT considera como texto original el texto final, fruto de un proceso
complicado de elaboración. Ello amplía la concepción de la autoría: si bien
cada redactor final es a la vez autor original, no es el único creador: hay un
trabajo colectivo previo, llevado por él
a su culminación. Se puede hablar pues de una autoría comunitaria.
3. Funciones de la CL del NT
La CL del NT
delimita unidades temáticas en el texto, actuales y anteriores, prestando
atención a los contextos y fijando el comienzo y el final de una unidad.
La CL estudia
la integridad de un texto a partir de tensiones de contenido, puentes,
diferencias de estilo, duplicación. Un texto con muchos saltos y/o repeticiones
puede evidenciar por ejemplo la incorporación de varias fuentes.
La CL restaura
el orden original cambiado en ocasiones por coleccionistas o transmisores de
los escritos. Para ello analiza el contenido, las contradicciones y los puntos
llamativos.
La CL
determina o cuestiona la autenticidad de textos, preguntándose por la autoría.
Para ello se vale de estadísticas de palabras, análisis de estilo y de la
temática.
La CL verifica
relaciones de dependencia literaria, como lo indicó el ejemplo sinóptico. Para
ello compara los textos, sus formulaciones, contenidos, estructuraciones,
terminología; y determina la prioridad mediante el análisis de las diferencias,
las tendencias teológicas y los objetivos de cada escrito.
La CL busca y
descubre fuentes (generalmente escritas), originalmente independientes y luego
incorporadas a los documentos. Lo hace a partir del análisis de estilo y de
temas, de suturas y de irregularidades en el discurso.
Como el campo
de tareas de la CL es muy amplio, ella se vale de muchos datos y
procedimientos. Entre otros:
1. análisis
de contenido y de contexto de unidades menores y mayores;
2. análisis
terminológico, estilístico y temático;
3. estadística
de palabras;
4. análisis
de duplicaciones, repeticiones, tradiciones paralelas;
5. análisis
de tensiones en el texto, suturas, irregularidades;
6. verificación
de tendencias teológicas (su análisis detenido es materia de la crítica
redaccional);
7. comparación
de textos paralelos en cuanto a contenido, estructuración, terminología, giros,
contexto;
8. verificación
de relaciones de dependencia literaria.
4. Crítica de los Géneros y Formas (CG y F)
Del Nuevo Testamento
Cada persona
tiene su estilo personal de comunicación, ya sea oral o por escrito. El estilo
es una manera de hablar o de escribir peculiar y privativa de una persona; es
como un sello de expresión de su personalidad.
Además del
estilo personal de cada persona también existen formas más o menos típicas para
los grupos. El estilo es personal; pero las formas, los géneros literarios y
las fórmulas no son obra de un solo individuo aislado; son producto de
convenciones, reglas, tradiciones, costumbres, exigencias.
Toda
afirmación o exposición se hace dentro de alguna forma. Con toda la inmensa
libertad que tenemos o creemos tener, nuestras expresiones se rigen en buena
parte por moldes ya formados, que a su vez están en constante evolución y
transformación.
5. GENEROS Y FORMAS EN LA LITERATURA BIBLICA
En el campo
bíblico el análisis de los géneros y las formas es sumamente necesario para no
levantar falsas expectativas ante los textos, para comprender la situación que
dio origen a los mismos y para captar sus mensajes antiguos y actuales.
Se han
cometido graves errores por desconocer las peculiaridades de ciertos moldes
bíblicos. Durante siglos, la iglesia se ha peleado con los científicos por
tomar el primer relato de la creación del Génesis como información científica,
al estilo de una página de un libro de paleontología o biología; en vez de
comprender su mensaje teológico esencial.
Por no
comprender el estilo oriental y la forma literaria de la paradoja que exagera y
hace comparaciones impresionantes, algunas personas incluso se han mutilado al
aplicarse literalmente lo que dice en Mt 5:29-30; Mt 19:12.
Cada tipo de
texto tiene su propia terminología, estilo y molde. El exégeta debe prestar
atención a todo esto en su búsqueda del sentido y del mensaje del texto. Esa
atención es precisamente el análisis de géneros y formas. Juntamente con la
comprensión de los moldes específicos el exégeta también descubrirá elementos
de la situación que los originó. Ningún texto existe en una abstracción del
tiempo y del marco en que ha nacido. Entenderlo como abstracción es entenderlo
mal.
Definiciones de género, forma y fórmula
Género: Evangelios, Hechos, Epístolas y Apocalipsis. Estos
moldes son exclusivamente géneros, ahí no se puede hablar de formas. Son moldes
extensos y abarcadores.
Géneros y/o
formas: a las unidades de las que están compuestos los géneros mayores. Se
trata de parábolas, milagros, dichos, etc.
Fórmulas: a los giros o maneras de hablar breve, expresiva y
fija; unidades breves de tipo confesional y litúrgico; fórmulas de fe y
doxologías.
La tarea y la problemática de la crítica de las formas
El primer
objetivo de la CF del NT consiste en determinar qué géneros y formas se
encuentran en el NT, y cuáles son sus características y leyes.
Se concentra
en el análisis de unidades menores: la parábola, la historia de milagro, la
disputa; o más pequeñas: un dicho de seguimiento, una confesión, una doxología.
La segunda
gran tarea de la CF consiste en la determinación de la situación matriz de
contexto, el “Sitz im Leben”; o sea, debe preguntar acerca de la situación que
dio origen a cada texto y la situación para la que estaba destinado.
Sitz im Leben
(SiL) es una expresión alemana que significa ubicación en la vida. Para el
material evangélico conviene hablar de un triple SiL surgido de los distintos
momentos:
Ø La
vida y proclamación del mismo Jesús.
Ø La
vida de las primeras comunidades que transmitían esas piezas e la misión, la
enseñanza, el culto;
Ø La
misma obra literaria en cuestión o la escuela que la produjo (escuela de
evangelistas, misioneros, predicadores, maestros).
Veamos un
ejemplo de triple Sitz im Leben.
Lea las
palabras de Jesús contra los escribas y fariseos hipócritas en Mt 23:13-32.
Estas 7 maldiciones tuvieron un primer lugar concreto en la vida de Jesús, como
distanciamiento de la hipocresía de sus enemigos.
Las primeras
comunidades cristianas transmitían estas palabras para subrayar su
distanciamiento de los grupos judíos que las atacaban.
Cuando Mt
escribió su Evangelio no debió haber tenido en vista eventuales lectores
judíos, sino cristianos (más exactamente, judeocristianos). Las maldiciones de
escribas y fariseos judíos en realidad se trasladan entonces a los hipócritas
cristianos: no vaya a ser que ese pecado horrible de la falsedad, ocultado
detrás de máscaras piadosas, también contamine las propias filas. La serie de
las maldiciones cumplió pues varias funciones sucesivas. Desconocer este
proceso es mutilar el texto, desembocando por ejemplo fácilmente en una crítica
estéril del judaísmo farisaico.
6. LOS GRANDES GENEROS LITERARIOS DEL NT
El NT contiene
cuatro géneros literarios mayores: Evangelios, Hechos, Cartas y Apocalipsis.
Los Evangelios y Hechos son creaciones auténticamente cristianas; Cartas y
Apocalipsis son géneros que preexistían en el ambiente.
Evangelios
Loe evangelios
se proponen despertar y afirmar la fe en Jesucristo y orientar la vida de los
creyentes. Sus narraciones, parábolas, dichos y reflexiones están al servicio
de la proclamación. Los evangelios predican a Jesucristo por escrito en forma
de exposición histórica. Dan forma a las tradiciones sobre Jesús desde la
perspectiva de la fe en El cómo Señor y Salvador. Proclamando lo que hizo y
dijo Jesús, lo proclaman a él. La historia está puesta al servicio de la proclamación.
El carácter de los hechos y enseñanzas, la pasión y resurrección, evidencia al
mismo tiempo que la fe cristiana no se basa en mitos, sino en la revelación de
Dios ocurrida en la historia concreta de Jesucristo.
Los evangelios
anuncian al Cristo presente y actuante en su comunidad de fe.
Hechos de los Apóstoles
El libro de
los Hechos de los Apóstoles no es ni praxis ni biografía. Su autor Lc presenta
una serie de materiales sobre diversos personajes y eventos para ilustrar un
desarrollo comprensible de la primitiva iglesia y mostrar la expansión de la
misión desde Jerusalén hasta el centro del imperio romano. No se centra en el
interés biográfico, ni en todos los hechos de Pedro y Pablo; sino en el interés
teológico.
Epístolas o Cartas
La Carta
comienza con el nombre del emisor, luego viene el del destinatario y después la
fórmula de saludo. Este encabezamiento se llama prescripto. Después puede ir a
un agradecimiento o una intercesión.
Luego de la
parte principal de la carta, el llamado cuerpo, vienen los saludos; y en el
caso del NT, también hay deseos de bendición y doxologías.
Pablo empleó
esta forma que hizo escuela en la literatura epistolar cristiana.
Como Pablo se
dirige a comunidades en situaciones muy diferentes, suele agregar indicaciones
sobre su apostolado y otros elementos en los prescriptos. Los destinatarios
también reciben diversos atributos, según la situación, tal como después se
evidencia por el contenido del documento.
Si bien las
cartas del NT se dirigen a comunidades o personas concretas, no son escritos
ocasionales, sino que tienen carácter semioficial y características oficiales.
La iglesia comprendió esto de manera cabal y le dio a la colección de estos
escritos validez normativa.
Apocalipsis
El género
apocalíptico es una creación literaria judía. Las obras completas más antiguas
que se conservan son parte de 1 Henoc (siglo III a.C.) y el libro de Daniel,
ubicado entre los “Escritos” en la Biblia judía (Ley – Profetas – Escritos) y
entre los Profetas en la Biblia cristiana.
La
apocalíptica floreció enormemente en la época intertestamentaria y
neotestamentaria.
Los
apocalipsis judíos son pseudoepigráficos; o sea, se basan en la ficción de que
provienen de la mano de personajes célebres del pasado: Daniel, Abrahán, Esdras,
Henoc, Baruc, Moisés, Elías. Pretenden comunicar revelaciones (Apocalipsis
significa revelación) recibidas luego de la extinción de la profecía de Israel.
Esas revelaciones divinas versan sobre la historia presente y futura (hasta el
fin del mundo), y también sobre el mundo futuro.
Para la
correcta comprensión del género apocalíptico debe tenerse en cuenta que este
género es expresión de una determinada comprensión de la historia. El autor
apocalíptico parte de la idea de que toda la historia universal se desarrolla
según un plan previamente trazado por Dios. Este plan puede descubrirse en la
historia pasada, y así es posible verificar en qué momento o etapa uno se
encuentra ahora.
El momento
actual del autor es comprendido como tiempo final, sometido al poder del mal y
en el que los justos, buenos y creyentes padecen creciente persecución. La
confrontación entre ambos poderes, el de Dios y el del mal, culminará con una
batalla final en la que triunfará Dios luego de una intervención espectacular.
Entonces comenzará el nuevo eón. Este tiempo de salvación retribuirá con creces
a los fieles perseguidos.
La meta de los
reveladores consiste en afianzar la fe, la paciencia, la fidelidad y el amor
del pueblo creyente, inculcando el pronto fin del presente eón (o época) con
todas sus angustias.
Los
apocalípticos transmiten su mensaje de fortalecimiento mediante llamados,
aseveraciones y expresiones de confianza en la intervención final de Dios; su
interpretación de la historia se realiza a través de predicciones, imágenes,
visiones, audiciones, simbología, alegorías, mitos, animales, especulaciones
numéricas y astrológicas. Todo vibra en colores, turbulencias, cataclismos y
una meteorología enfurecida, sangre, tormenta, profundidad, espectáculos
cósmicos. Cierra esa literatura una brillante descripción del nuevo eón y de
los castigos de los infieles y malvados.
El Apocalipsis
del NT contiene elementos de los libros del AT y de las tradiciones judías.
Pero en su conjunto es una producción cristiana con un claro centro
cristológico, y con nuevo énfasis en relación a la cuestión de los eones. La
apocalíptica judía está llena de especulaciones sobre los plazos de la historia
y el comienzo del nuevo eón. El Apocalipsis de Jn inculca que el hecho de
Cristo ya inaugura el nuevo eón, que pronto llegará a su manifestación total.
Su meta principal fue consolar y animar a los cristianos de Asia Menor,
oprimidos por angustias y persecuciones por el imperio romano. Les inculca que
Cristo ya ha triunfado, y quienes se mantienen fieles a él incluso hasta el
martirio, participarán de lleno en su gloria.
7. ¿CÓMO TRABAJA LA CRITICA DE LAS FORMAS?
La CF puede
empezar así su tarea de la identificación de unidades originalmente
independientes.
Ø El
análisis define en primer lugar la estructura del texto, sus características,
su forma, los rasgos típicos y los elementos llamativos.
Ø Luego
se compara el texto en estudio con otros, estableciendo diferencias,
coincidencias, similitudes. Las coincidencias permiten englobar los textos en
un mismo género o forma.
Ø Como
cada género y cada forma se relacionan con determinadas circunstancias de los
transmisores y los lectores, y asimismo cada molde quiere transmitir algo
específico, la CF trata de descubrir las circunstancias del origen de las
unidades. Este paso comprende una investigación social y sociológica del texto.
Una vez hecha
la descripción formal del texto, se lo califica según una tipología de géneros,
formas y fórmulas.
Luego se pasa
al SiL, preguntando qué ambiente, esfera o ámbito de la vida de la iglesia
primitiva pudo haber producido este tipo de unidad.
Dentro del
ámbito del NT pueden identificarse tres matrices. Son ellas:
Ø El
culto con la proclamación y la predicación, sus elementos litúrgicos (himnos,
oraciones, confesiones, homologías, alabanzas, doxologías); el fenómeno de la
profecía, la celebración del bautismo y la cena del Señor;
Ø La
actitud misionera con la proclamación conversionista del mensaje; a veces con
defensa de la fe (apología) ante extraños y enemigos;
Ø La
enseñanza, doctrina, instrucción en la fe y en la vida práctica de la
comunidad.
8. TABLA DE GÉNEROS, FORMAS Y FORMULAS DEL NT
EVANGELIOS EPÍSTOLAS
Material verbal Material
litúrgico
Dichos
proféticos Textos
sacramentales
De
salvación relatos de institución de la Cena del Señor
De amenaza textos bautismales
De
advertencia Confesiones
de la fe o credos
Palabras
apocalípticas Himnos
Dichos
sapienciales
Dichos
jurídicos o legislativos Fórmulas
Reglas
para la comunidad Homología
Los
“Yo” Fórmulas de fe
Dichos
de seguimiento Doxología
Comparaciones Elogia
Comparaciones Fórmula de bendición
Imagen Llamado del Señor
Hipérbole
Paradoja Material parenético
Metáfora Catálogo de virtudes y pecados o vicios
Género
parabólico Tablas de deberes domésticos
Comparación
más completa/parábola o cuadro de moral familiar
Parábola Tablas o catálogos de deberes ministeriales
Ejemplarización/narración
de ejemplos
Alegoría
Agrupación
y composición de dichos
Material histórico:
Narraciones cortas (paradigmas)
Diálogos-disputa
Diálogos doctrinales
Historia de milagros
Curaciones
Exorcismos
Revivificaciones
Salvación
de peligro
Donaciones
Castigo
Narraciones cristológicas
La historia de la pasión y resurrección
Otras narraciones históricas.
9. Crítica de la Tradición (Ctrad)
Como
tradición, la exégesis entiende un conjunto claro y cerrado de ideas, símbolos
y representaciones sobre Dios, el mundo, la fe, un acontecimiento, la
esperanza, la antropología, la soteriología, etc.
Las
tradiciones siempre se relacionan con grupos humanos específicos, con lugares y
épocas. Así hubo tradiciones peculiares de los grupos sacerdotales, los
levitas, profetas, los pobres, la realeza, los grupos apocalípticos, el pueblo
en su representación nacional, los seguidores de distintas expectativas
mesiánicas y del mesías concretas, los justos, los fariseos, el Yavista, el Elohista,
los predicadores ambulantes, los carismáticos, los evangelistas y muchos otros
más.
Toda
tradición siempre es interpretación de algo. No es sólo una transmisión de un
hecho o de un concepto, sino la interpretación específica que el grupo en
cuestión tiene, hace y reproduce de ese hecho o concepto.
En
el Éxodo, el cruce del Mar Rojo no se transmite como mero evento del pasado,
sino como interpretación de ese cruce gracias a la intervención de Dios; el
maná no se transmite como mero alimento ocasional encontrado en el desierto,
sino como don de Dios.
Los
desastres históricos como: guerras, destrucciones, exilio no se transmiten como
simples desgracias históricas, sino como castigos, purificación, juicio de
Dios; y a la vez se combinan con promesas y esperanzas.
La
tradición no es pues una crónica o un concepto abstracto, sino una
interpretación de algo, percibido como significante para la vida.
Los
textos bíblicos también evidencian conflictos de tradiciones. Las tradiciones
vinculadas a la realeza de Israel están en conflicto con las expectativas del
pueblo pobre y oprimido por los sectores dominantes; la línea profética tiene
que oponerse frecuentemente a la línea sacerdotal.
Será
importante analizar por cuáles de las tradiciones opta Jesús.
El
análisis de tradiciones en el NT se propone:
Ø Reconocer
que los textos neotestamentarios no se produjeron en un vacío, sino que además
de su creación directa por sus autores, también deben muchísimos elementos al
mundo histórico, religioso, espiritual, cultural, cultico del AT, del judaísmo
y del helenismo.
Ø Identificar
conceptos, motivos y tradiciones provenientes de esos campos; rastrear su
origen y su historia; y a analizarlos para que su comprensión colabore en la
interpretación de los textos del NT.
La
CTrad se basa en la constatación de que toda comunidad estructurada tiene
tradiciones cuya función consiste en expresar la propia concepción del mundo,
la identidad de la comunidad y la interpretación de sus historias y
experiencias.
Los
autores del NT recurrieron a tradiciones del AT, del ambiente judío y del mundo
helenístico (y romano, en menor escala), para ayudarse a expresar sus mensajes
mediante imágenes o motivos conocidos por sus lectores. Así iluminaban sus
contenidos mediante hechos significativos de la historia conceptual y religiosa
de su mundo.
La
historia del concepto y de sus tradiciones complementará la compresión que
brinda el contexto literario inmediato del término.
La
CTrad del NT identifica pues esas tradiciones que aparecen en el NT,
investigando su origen, su historia y su aplicación concreta.
La
CTrad es uno de los pasos más difíciles de la exégesis, no por complicaciones
de método (como quizás la crítica textual y el análisis estructural), sino por
exigir la mayor cantidad de conocimientos previos de los motivos tradicionales
que pueden ocultarse detrás de los conceptos más comunes y caseros como: casa, hoy, tierra, pan, nube, tres.
La
CTrad nos revela la complicada historia de las tradiciones bíblicas; la
intención de los autores y la formación de los escritos. Permite distinguir
entre el origen, el núcleo, los revestimientos y agregados en un texto; y así
brinda ayuda elemental para una mejor comprensión. Al develar el empleo de las
tradiciones y sus cambios nos ayuda a acercarnos al mensaje de cada texto.
Ejemplos
de tradición del AT en el NT:
Diversos
motivos, tradiciones y fórmulas de textos del Deuteroisaías se hallan en muchos
textos del NT. Se los empleó para interpretar el hecho de Cristo.
Varios
elementos de las historias de vocación de profetas ingresaron a las historias
del bautismo de Jesús: visiones, audiciones, aclamación.
Determinadas
figuras fueron empleadas como tipos, calcándose moldes de su actuación sobre
realizaciones de Jesús: Elías, Moisés, Jonás.
10. La Crítica de la Redacción (CR)
El
paso metodológico de la CR sirve para investigar las intenciones del autor que
armó la obra final, su trabajo específico y detallado, sus situaciones
históricas y la de sus lectores, así como su mensaje. De esta manera el
recorrido vuelve a rehacer el camino que anduvo el autor desde el material
crudo hasta el texto actual.
La
CR permite precisar los ensambles que hizo el autor con todos los elementos
previos y propios; los cambios que impuso, los retoques, las omisiones, los
agregados; la estructuración final que imprimió a su obra.
La
CR se dedica a analizar el trabajo de un autor en cuanto redactor: los cambios,
retoques, omisiones, agregados, nuevas estructuraciones y la composición
general de su obra. A partir de estos elementos trata de descubrir las líneas
teológicas fundamentales de la obra y describir su mensaje.
El
análisis redaccional tiene que relacionar constantemente los elementos menores
(cambios estilísticos, el marco geográfico y cronológico dado a unidades
menores) con los elementos generales de la obra (unidades o secciones mayores,
estructura general); y tomar en cuenta el lugar que cada elemento ocupa en el
conjunto del libro entero.
En
este sentido la CR da especial valor a la forma canónica de los textos, pues es
ésta y no la cantidad de fragmentos lo que recibe el lector.
La
CR parte del reconocimiento de un texto como producto final de un proceso más o
menos largo, y en cuya etapa final o composición última tuvo un papel decisivo
el redactor o autor que lo compendió, que ofreció ese texto a sus lectores.
Para la CR el texto final no es una suma de fragmentos y tradiciones, sino un
conjunto ordenado y consecuentemente estructurado. Esto no sólo implica cambios
estilísticos y adaptaciones de materiales sueltos; sino también cambios de formas
y géneros, de contenido y de SiL debido a nuevas funciones de materiales en la
obra final.
La
CR analiza los textos en cuanto producto de sus respectivos autores,
investigando el trabajo de los mismos sobre sus fuentes. La meta final de la CR
es la descripción de la teología y de la situación histórica y eclesiástica de
cada autor.
En
el campo de los EvSin la CR analiza la selección que hizo cada evangelista,
cómo estructuró su obra, cómo ordenó sus diversas fuentes y cómo reelaboró esos
materiales. Si el análisis de los géneros y las formas se dedica a las
características de unidades de textos y a su historia, la CR se dedica a la
conformación global de la obra entera como producto final de un proceso de
formación y redacción.
11. Procedimientos de la CR de los evangelios
El
estudio redaccional de un Evangelio debe tener presente que la redacción
escrita de este tipo de libro en sí es el resultado de una historización, sólo
posible en la segunda y tercera generación cristiana. Se debió a la merma de
las expectativas escatológicas, la necesidad de conservar los tesoros de la
proclamación apostólica, la importancia de fijar normas éticas practicables
(diferentes de una ética muy entusiasta que espera el inminente fin del mundo).
También hubo necesidad de introducir instancias ordenadoras y normativas en la
doctrinal. Luego se necesitaban materiales para la enseñanza en general y la
instrucción de maestros y predicadores en especial.
Lo
decisivo de todo esto fue el recurso al Jesús histórico y no a mitos, supuestas
revelaciones angélicas o nuevas teofanías, decisiones jerárquicas de colegios
de líderes, o cosas así. Ello indica que la generación de los evangelistas
comprendió acertadamente que la fe cristiana tiene anclaje en la revelación de
Dios en la historia, y concretamente en la historia de Jesús de Nazaret, el
Mesías.
12. Elementos teológicos de los cuatro evangelios
Marcos
En
el EvMc predomina el llamado secreto mesiánico. Se expresa en mandatos de
silencio dados por Jesús a diversos grupos: no hablar sobre curaciones ni
comentar que él es el Mesías (Mc. 1:34, 44; 3:12; 5:43; 8:30; 9:9); en la
incomprensión de los discípulos; y en la teoría del oscurecimiento del
entendimiento por medio de parábolas, Mc 4:10-12.
Mateo
Mt
dio un carácter doctrinario a su Evangelio mediante la composición de cinco
grandes discursos, agrupando allí la mayor parte del material oral de la
enseñanza de Jesús. Los cinco discursos constituyen una especie de Pentateuco
cristiano, adquiriendo Jesús los rasgos de un nuevo Moisés.
Al
mismo tiempo Mt quiere hacer ver a sus lectores que en Jesús y con él se
cumplen las Escrituras del Antiguo Pacto, siendo los seguidores del Mesías así
los herederos de las promesas divinas. Esto lo presenta mediante una serie de
citas de reflexión: Mt 1:22-23; 2:5-6, 15, 17, 18, 23.
Lucas
Lc
tiene varias líneas peculiares. La acción del Espíritu Santo ocupa un lugar
preponderante en su obra. Temas menores son la relación con Israel, la ciudad
de Jerusalén, Abraham, la oración, los samaritanos. Un tema fundamental es
Jesucristo Hijo de Dios.
La
línea preponderante cosiste en el hecho de que Lc es el portavoz de pobres,
pecadores y despreciados, más que los otros evangelistas.
Al
lado de los materiales provenientes del EvMc y de la fuente de Dichos Lc
incorporó en su Evangelio un cúmulo de material peculiar que le sirvió para
presentar a Jesús en un ministerio dedicado a la solidaridad con pobres,
marginados, menospreciados; y a la vez como juez de ricos y riquezas, y de
despreciadores prestigiosos.
Juan
Jn
tiene varios acentos específicos. Están por ejemplo los malentendidos joánicos:
Nicodemo, la mujer samaritana, los discípulos, los judíos constantemente
malentienden o malinterpretan las palabras de Jesús. Con este recurso el
evangelista puede aclarar dudas sobre la misión de Jesús, inculcar reiteradas
veces un mismo tema, profundizar contenidos difíciles para sus lectores. Las
breves notas redaccionales crean entonces la satisfacción en el lector por el
hecho de que él sí entiende las cosas. Los malentendidos también son
contrarrestados mediante fórmulas de presentación con las cuales el enviado de
Dios se caracteriza a sí mismo y su misión. Se trata de los llamados Yo soy (de
tradición veterotestamentaria): Jn 6:35; 8:12; 10:7, 11; 11:25; 14:6; 15:1-5.
13. LA IMPORTANCIA
DE LA CR DEL NT
La
Critica de las Redacción del NT analiza los medios literarios y las
características del redactor final de una obra, sus tendencias, sus metas,
transformaciones literarias y teológicas
de sus fuentes. Busca describir las líneas teológicas maestras de cada escrito.
Ayuda a comprender los procesos de relecturas, interpretación y
reinterpretación que se produjeron en la época neotestamentaria.
La
CR aclara la fase final de los procesos de formulación de textos. Permite
conocer mejor las intenciones específicas de cada autor.
Gracias
a la CR es posible interpretar una unidad menor de un texto a partir de la
teología de la obra total, y viceversa. Todo ello completa el panorama de las
teologías bíblicas neotestamentarias.
14. PASOS PARA EL DESARROLLO DE UNA EXÉGESIS
INTRODUCCION:
Situación histórica del libro, autor,
destinatarios, personaje histórico, la teología del texto, su época. (René krüger)
PASOS
EXEGÉTICOS
1.
LECTURA DETENIDA. Leer varias veces en voz alta.
2.
CRITICA TEXTUAL.
- Para
el AT empelar la Biblia Hebraica Stuttgartensia.
- Para
el NT emplear el NTG26 con su aparato crítico.
3.
TRADUCCIÓN
- Primero
literal.
- Posteriormente
de ayuda para el lenguaje, definición de términos, la gramática y la sintaxis:
Diccionarios, la clave lingüística, las gramáticas y los interlineales.
- Para
tener el mejor texto, podemos apoyarnos en varias versiones como: RVR, BJ, NVI,
DHH entre otras.
4.
UBICACIÓN HISTÓRICA Y LITERARIA
- Empleo
de Introducciones al AT/NT, Comentarios, artículos de revistas especializadas.
- Identificar:
autor, fecha y lugar de composición, estructuración de la obra, destinatarios.
5.
CRITICA LITERARIA. Verificar la delimitación propia
del texto.
- Delimitar
subunidades internas en base al cambio de personajes, lugares, etc.
6.
CRITICA DE GENEROS Y FORMAS.
- Identificar
el género específico, su forma, el sitz im Leben.
7.
CRITICA DE LA TRADICIÓN.
- Rastreo
de tradiciones a partir de un análisis de conceptos claves.
8.
CONCEPTOS CLAVES.
- Uso
de diccionario teológico y concordancia.
9.
CRITICA DE LA REDACCIÓN. Indicios de intereses
teológicos y prácticos.
10. OTROS
ANÁLISIS: La fenomenología, historia de las religiones, lectura
socio-analítica, análisis feminista, lectura psicoanalítica.
11. ESTRUCTURAS
MANIFIESTAS.
12. HERMENÉUTICA:
Transferir el núcleo del testimonio a la actividad.
EJEMPLO DE UNA EXÉGESIS
EXÉGESIS DE 1ª Pedro 4:1-11.
CRITICA
LITERARIA.
La primera carta de Pedro se
puede entender en estos apartados generales: (Elliot pp. 333-336, arreglado) (Ausencio
Arroyo)
1:1-2 Saludos epistolar.
I. 1:3-2:10 Confirmación de ser el pueblo
elegido y santo de Dios por su sola misericordia.
II. 2:11-4:11 Como extranjeros y forasteros de paso
en la sociedad, por medio de la obediencia a Dios, conserváis el carácter
distintivo y la solidaridad de vuestra casa de la fe, para la gloria de Dios.
III. 4:12-19 El sufrimiento inocente debe ser
motivo de gozo pues esta obediencia los une con Cristo y con los demás
miembros.
IV 5:1-11 Mediante el liderazgo
responsable pueden resistir las fuerzas del mal.
5:12-14 Despedida.
Nuestro
texto 4:1-11 se encuentra al final del segundo apartado como conclusión de una
serie de exhortaciones a la obediencia y a la conservación de la identidad
peculiar.
El pasaje en
cuestión no presenta grandes dificultades de orden literario.
La datación de
la carta varía, según Elliot sería de entre el 73-92 de nuestra era. Best la
ubica entre el 80-100 ad. Probablemente, durante el reinado de Domiciano 95
A.D., pero sin tener claramente una relación con su persecución.
La intención de
la carta es clara: “Yo quería exhortaros y confirmaros que esta es la verdadera
gracia de Dios: apoyaos en ella” (5:12). “La condición de sus destinatarios era
la de desplazamiento geográfico, discriminación y alienación social, cultural y
religiosa, inferioridad política, jurídica, social y psicológica. Su conversión
a la fe cristiana había exacerbado su ya tenue posición social como peregrinos
(paraikai). Las exigencias exclusivistas de su nueva secta religiosa, al chocar
con la ignorancia, la sospecha y el desdén con que la población nativa miraba
tradicionalmente a las religiones exóticas venidas de Oriente.
A causa de las
presiones de la recriminación social, la difamación y el injusto reproche de
ser supuestamente fanáticos e inmorales, los cristianos se hallaban en peligro
de permitir que se erosionara su conciencia interna de grupo, su cohesión y su
espíritu de entrega.
El sufrimiento
estaba conduciendo al temor y a la mengua de la confianza real de que gozaban
ante Dios, al debilitamiento de los lazos que los unían a los unos con los
otros y de la certeza sobre su salvación, corrían el peligro de diluirse en el
conformismo social.
La carta de
Pedro pretende reafirmar la identidad comunitaria distintiva de los convertidos
cristianos, refuerza su cohesión interna y da una interpretación plausible de
cómo eran compatibles su experiencia y sus esperanzas, su condición social y su
vocación divina, constituye así, una respuesta fraternal de aliento y
exhortación, de consuelo y confirmación.
II.
GENERO Y FORMA
La carta tiene
todas las características de una genuina carta, en la que se hace uso de la
tradición litúrgica, catequética y parenética, a pesar de su carácter de misiva
encíclica.
Según Lohse:
Se emplea abundantemente elementos de tradición transmitidos oralmente.
Contiene citas del AT, proverbios judíos y expresiones de la filosofía popular
helenista. La parénesis se ve asociada con formulaciones kerigmáticas de credos
e himnos proto-cristianos. Por las heridas de Cristo se produjo la curación de
los creyentes, el sufrimiento de los cristianos es participar de los
sufrimientos de Cristo. Por eso, el gozo reina en medio de las comunidades
perseguidas.
Para
Kistemaker, es una carta compuesta de una sola vez, tiene encabezamiento y
salutación, va acompañada de una oración, su conclusión se asemeja a las
paulinas – presenta numerosos elementos tradicionales difíciles de determinar,
pero adaptados a las circunstancias en forma de exhortaciones. Esta afirmación
la hace en base a la unidad de vocabulario, de estilo y de las motivaciones.
III. CRITICA
DE LA TRADICION
Es probable
que la carta haya sido compuesta por un grupo petrino de Roma, integrada por
personas nominalmente mencionadas como Silvano y Marcos, y por una hermana
cristiana cuyo nombre no se menciona (5:12-13), y que la carta fuera enviada en
nombre del apóstol Pedro (que ya había sufrido el martirio, y con quien este
grupo había estado íntimamente relacionado) a la casa cristiana –que estaba
sufriendo- de las comunidades del Asia Menor (Elliot).
La carta es
auténticamente petrina en el sentido de que transmite las tradiciones conocidas
por el apóstol Pedro, las ideas, la teología y la perspectiva social que él
habría tenido, y que fueron luego compartidas, conservadas y desarrolladas por
el grupo que lo consideraba como su dirigente espiritual.
Se habla de
grupo, ya que era difícil que una persona llegara a trascender por sus
experiencias, pensamientos, concepciones y acciones por sí sola, las mismas se
hacían eficaces cuando eran compartidas por un grupo o grupos de simpatizantes.
La primera
carta de Pedro sería el primer documento existente del intento de los
cristianos de Roma por extender su influencia y construir un puente entre el
movimiento cristiano en Roma y los movimientos cristianos en Asia Menor.
El movimiento
cristiano consideró la casa y la familia como el fundamento y el modelo
indispensables para su organización social, su lucha ideológica y su mensaje
evangélico. En el mensaje de primera de Pedro, pueden encontrar aliento y consuelo
los extranjeros, los desarraigados, los que carecen de patria y hogar de todos
los tiempos. En la comunidad de los creyentes, el extranjero no se encuentran
ya como un extraño aislado, sino que se siente un hermano o una hermana. Para
los “paraikoi” de la sociedad, hay posibilidad de vida y comunión en el “oíkos
toú theoú” la casa de Dios, un hogar para los que no tienen hogar.
TEXTO 1 Pedro
4:1-11. IV. ANALISIS ESTRUCTURAL
A.
1 ya que Cristo padeció en la
carne, armaos también vosotros de este mismo pensamiento: quien padece en la
carne, ha roto con el pecado, 2 para vivir ya el tiempo que le quede
en la carne, no según las pasiones humanas, sino según la voluntad de Dios.
B. 3 ya es bastante el tiempo que
habéis pasado obrando conforme al querer de los gentiles, viviendo en
desenfrenos, liviandades, crápulas, orgías, embriagueces y en cultos ilícitos a
los ídolos.
C. 4 A este propósito, se extrañan de
que no corráis con ellos hacia ese libertinaje desbordado, y prorrumpen en
injurias.
C1 5
Darán cuenta a quien está pronto para juzgar a vivos y muertos. 6
Por eso hasta a los muertos se ha anunciado la Buena Nueva, para que,
condenados en la carne según los hombres, vivan en espíritu según Dios.
B1 7
El fin de todas las cosas está cercano. Sed, pues, sensatos y sobrios para
daros a la oración. 8 Ante todo, tened entre vosotros intenso amor,
pues el amor cubre multitud de pecados. 9 Sed hospitalarios unos con
otros sin murmurar.
A´ 10
Que cada cual ponga al servicio de los demás la gracia que ha recibido, como
buenos administradores de las diversas gracias de Dios. 11 Si alguno
habla, sean palabras de Dios; si alguno presta un servicio, hágalo en virtud
del poder recibido de Dios, para que Dios sea glorificado en todo por
Jesucristo, a quien corresponden la gloria y el poder por los siglos de los
siglos. Amén.
Los elementos
de esta estructura, aunque son trazos muy gruesos, permiten observar el
contraste entre dos modos de vida, destaca la temporalidad y sentido verdadero
del sufrimiento, reconociendo que la cruz no fue la derrota sino la gloria de
Dios.
1.
El apartado A – A´
(vv. 1-2 y 10-11) plantea la experiencia del dolor de Cristo en su
realidad física, y si Cristo, que es Dios sufrió, entonces, también Dios sufrió
en Cristo; el Jesús terrenal sufriente es el Cristo glorificado a quien
pertenece todo el poder. El sufrimiento de Cristo es el sufrimiento del
inocente (2: 21-22). Si Cristo padeció, entonces, los que le siguen deben estar
dispuestos a lo mismo, a sufrir por hacer el bien (2:20).
El escrito les
hacer ver que la razón de la vida no la deben determinar las condiciones
humanas sino la suprema voluntad de Dios. Ahora tienen un motivo elevado para
enfrentar su existencia. Son receptores de los carismas de Dios y tienen la
facultad de ponerla a disposición de sus congéneres. Deben asumir que ya no son
los mismos, han puesto un alto al pecado.
También hace
ver que a Dios se le glorifica en lo ordinario y en las condiciones en que cada
uno vive; basta que su habla refleje, el nuevo contenido de sus pensamientos.
La nueva identidad produce un nuevo discurso que crea a su vez nuevas
actitudes.
El pasaje
resalta también que lo esencial de un servicio es hacerlo en función del poder
divino con que han sido investidos.
2.
B-B´ (vv. 3 y 7-9).
Esta sección
plantea el código del tiempo al cual está sujeto el convertido. En primer
término, el pasado no se olvida, pero no debe repetirse. Su vida pasada fue
parte del ambiente recibido, entre otros: de sus padres (1:18) y de la sociedad
pagana que conforma sus ciudades.
En segundo
lugar, se anuncia la realidad escatológica a la que están sujetas todas las
cosas, les recuerda la santa expectación de la consumación del Reino que deben
aguardar pacientemente. La cercanía del fin no debiera llevarlos a despreciar
la vid, sino, aún más, a vivirla en profundidad.
Contrastan
aquí dos listas; una de vicios y otra de virtudes. El escrito dice que los
inconversos practican dos tipos de pecados: sexuales y de incontinencia. Como
pecados sexuales señala: desenfreno (aselgeias) o lascivias que denota
indecencia sexual; también, liviandades o concupiscencias (epithumiais), que se
refiere al deseo, y que en el contexto remite a la “pasión sexual”.
Los excesos
sexuales eran frecuentes en la sociedad gentil, el adulterio era tolerado, los
amos podrían usar de sus esclavas para
satisfacer sus deseos sexuales, los prostíbulos funcionaban libremente en las
ciudades.
Los pecados de
incontinencia se refieren a abusos de alcohol en reuniones sociales:
embriagueces o crápulas (oinoflugíais) significa: ratos de borrachera con
licor, probablemente los excesos
ocurrían en las fiestas donde también se entregaban a la glotonería; orgías
(kómois) se refiere a una procesión nocturna y bulliciosa de algún grupo
ruidoso y medio borrachos quienes después de la cena desfilaban a través de las
calles con antorchas y música en honor de Baco o alguna otra deidad, cantaban y
tocaban ante las casas de sus amigos masculinos o femeninos. La disipación
(potois), es la fiesta de borrachera o parranda.
La lista
incluye la idolatría: es un grave error adorar a las criaturas antes que al
Creador.
La lista de
virtudes comienza con la recomendación de ser sobrios (sófronésate) que es: ser
razonable, sensato, serio, con el propósito
de dedicarse a la oración. Los cristianos deben esforzarse en ser de una
mente clara. Deben mostrarse templados en la comida y en la bebida y exhibir
los principios de su conducta moral.
En primer
lugar debe mostrarse un amor constante. La hospitalidad, era muy necesaria,
entre otras cosas por los predicadores itinerantes. Esta acción traía aparejada
algunas incomodidades, pero, recomienda hacerlo sin murmuraciones.
3.
C-C´ (vv 4 y 5-6).
El centro de
esta estructura simétrica aborda el tema del juicio. Los conversos eran objeto
de burla y de difamación de parte de sus antiguos compañeros de parranda. La
“extraña” conducta de los cristianos para el mundo, resultó en una campaña de
insultos y calumnias (3:16).
Esos que
juzgan a los cristianos a su vez serán enjuiciados, los perseguidores deberán
dar cuenta al que juzgará a vivos y a muertos. Nadie escapará, ni vivo ni
muerto, del juicio de Dios.
La expresión
de que la buena nueva ha sido anunciada a los muertos, tiene diferentes
interpretaciones; muy probablemente se refiere a aquellos primeros cristianos
que ya murieron y que fueron rechazados por los hombres, pero que esperan el
día de la reivindicación.
La doxología
final resalta el valor de lo dicho. La vida del cristiano debe ser un canto de
alabanza a Dios. Cualquiera que quiera puede cantar esa canción.
IV. INTERPRETACION
SERMON:
“TU ERES, TU DEBES”
Lectura de 1
Pedro 4:1-11.
Un granjero
mientras recorría una montaña cercana a su casa, encontró un huevo de águila
abandonado entre unas rocas, lo llevó consigo y al llegar a su granja lo puso
junto, en el nido de una gallina que comenzaba a empollar; cumplida la fecha,
nacieron los polluelos y también el aguilucho. Este creció junto con sus
“hermanos” y todo el día caminaba atrás de su “madre”, creció como un ave de
corral. Hasta que, un día el granjero le habló y le explicó quién era, le hizo
ver que él estaba llamado a surcar los cielos ayudado de esas enormes alas que
comenzaban a notarse, de principio se resistía, prefería la vida que conocía y
decía que con gusto permanecería en ese gallinero; el granjero le reprendió y
le dijo que él no había nacido para ser gallina, que era un águila y como tal
debía ocupar su lugar en la vida.
Hay muchos que
hemos sido criados atados a la tierra, fuimos mutilados en la imaginación,
hemos vivido como personas sin nombre; quizá algunos nos alimentamos de
reproches permanentes, se nos ponían apodos que nos humillaban, alguien nos
dijo que nunca seríamos alguien con valor. Crecimos atados a la condición de
vida que nos tocó.
Muchos de los
cristianos de los primeros años de la iglesia, eran personas marginadas en la
sociedad. Pesaba sobre sus mentes la falta de esperanza, para todos ellos, el
mensaje de Jesucristo les cambió la imagen que tenían de sí mismos; adquirieron
una nueva identidad. Aprendieron a ser otros. Pero esto tenía un costo,
convivían con las mismas personas pero dejaron de hacer lo de ellos.
La sociedad no
perdona a los diferentes, pretende que todo siga igual.
Los creyentes
adquirimos una nueva identidad; somos hijos de Dios, por su gracia somos
partícipes de sus dones. Nadie que se sabe amado de Dios debe olvidar quién es.
Fuimos comprados por un precio muy alto, fuimos rescatados de una vida vana y
sin esperanza real. Somos elegidos para ser un pueblo especial, como tales debemos
vivir.
La presión del
entorno es muy fuerte y se nos antoja asimilarnos a esta sociedad superficial
con su hedonismo egocéntrico y su falta de principios éticos. Mantengamos firme
la idea de quienes somos, a quién nos debemos y hacia dónde vamos.
Parte
6
MÉTODO
DE EXÉGESIS
Estos pasos de axiomas pueden
ayudarnos mucho para desarrollar los pasajes, trozos, perícopa, o un capítulo o
todo el contenido del libro.
AXIOMA: Los autores bíblicos
escribieron no en capítulos ni en versículos sino en unidades integradas de
comunicación. Una de estas unidades (que llamaremos trozo), debe ser el objeto
de nuestro estudio, que llevaremos paso por paso).
PRIMER
PASO:
IDENTIFICAR UN PASAJE PARA EL ESTUDIO (o sea, una unidad básica y
coherente, un trozo)
Análisis
Buscar pistas de las fronteras de un
trozo, indicios de su comienzo o su terminación.
¿Hay frases que demarcan el comienzo o
bien el fin de un relato o tema? A menudo tales frases mencionan el tiempo o el
lugar; una obvia frase inicial sería: “Un día, mientras Jesús estaba en el
Templo enseñando a la gente…” (Lc. 20:1).
¿Se alcanza la meta de la
unidad/trozo? ¿Se completa la narración, se resuelva la tensión, o se termina
el tema tratado.
Por ambas fronteras de la
unidad/trozo, ¿Hay un trozo anterior que termina claramente y otro posterior
que comienza?
Como "marcador" de la
división entre trozos, algunos autores introducen comentarios editoriales. Por
ej. Gén. 13:13, "Ahora bien, toda la gente de Sodoma era muy mala y
cometía horribles pecados contra el Señor".
Buscar indicios de transición entre
uno y otro enfoque en la comunicación.
¿Hay cambio de personajes, de
escenario o de tema? Por ej. Lc.7:1, "Cuando Jesús terminó de decir todas
sus enseñanzas a la gente, se fue a Capernaum".
¿Hay una transición abrupta que casi
interrumpe el flujo de ideas? Quizá notamos cierta aspereza gramatical un
cambio de tiempo verbal, o de número del verbo, o de destinatario o de
antecedente de los pronombres. Un ejemplo clásico sería el quiebre entre Gén.
13:18; 14:1 (buscarlo por favor).
¿Hay cambio en el género literario,
por ej. De narración a la cita directa?
Lea Ud. varios capítulos para
familiarizarse con el estilo del autor, el tipo de trozos que prefiero y como
los junta, Este panorama puede ayudarle a dividir el material bajo estudio en
trozos básicos.
Observar si la estructura formal de la
unidad/trozo está completa. Cuando leemos un chiste, aguardamos la “gracia” al
final. Sin esto quedamos frustrados, pero con esta conclusión sabemos que el
trozo llegó a su clímax y que otro puede iniciarse.
Síntesis
Escoger uno de los trozos básicos que
Ud. ha identificado para estudiar a mayor profundidad.
Explicar por qué le parece un trozo
básico.
¿Qué lo aísla de los pasajes
colindantes?
¿Qué unifica el contenido?
¿Qué puede decir Ud., con base en su
análisis hasta aquí, acerca del significado del pasaje su enfoque, tema, o
énfasis por ejemplo?
Advertencia: Puede haber subdivisiones
dentro de una unidad/trozo, no las confundamos con el trozo completo. Por ej.
Sería incorrecto aislar Mr.5:24-34 del contorno (v.21-24 y 35-43), que Marcos
lo ha dado con tanto esmero.
AXIOMA: En la normal transmisión de
cualquier texto, se han introducido a través de los milenios errores de parte
de los copistas. Por tanto es menester reconstituir, hasta donde nos permita la
ciencia moderna, las palabras textuales del autógrafo de nuestro trozo.
PRIMER PASO:
ESTABLECER EL
TEXTO ORIGINAL
Consultar The Greek New Testament (Stuttgart, 1975) u
otra edición crítica.
¿Hay variantes registradas en el texto
impreso del trozo? Lea el aparato crítico (pie de la página), al respecto y
explique cada variante.
Consulte Metzger A Textual Commentary on
the Greek New Testament (London, 1971), para ver si tiene a bien de explicar
las deliberaciones y justificaciones del comité que preparó The Greek New
Testament referentes al trozo bajo estudio.
Consultar cuando menos 3 versiones
recientes (cuya fecha sea entre 1958 y 2012) para ver cómo sus respectivos
comités han resuelto los problemas de crítica textual.
¿Están de acuerdo, las 3 versiones? Sino,
por qué será?
Justifique la elección del texto que a
Ud. le parece originario.
AXIOMA: Es vital hallar, cuando
queremos descubrir el contexto en que se han de comprender las palabras y
oraciones de un pasaje las partes componentes del trozo.
PRIMER PASO:
DETERMINAR LA
ESTRUCTURA LITERARIA DEL TROZO
Análisis
Buscar frases o palabras que puedan
indicar la presencia de sub-secciones.
Palabras como “he aquí”, “pues
entonces” o “por tanto” pueden señalar una transición importante dentro del
trozo.
¿Hay repetición de frases o palabras?
¿Hay binomios?
¿Existen palabras o frases que sirven
de encabezamiento, o preguntas retóricas que inician sub- secciones.
Analizar bien el estilo (la manera en
que se usan las palabras); buscar rupturas o cambios de estilo.
¿Hay cambio de tiempo en los verbos?
¿Cambio de sujeto?
¿Se expresa el pasaje principalmente
en primera, segunda o tercera persona? ¿Cambia el auditorio o la persona de los
pronombres?
¿Dominan ciertas pautas de sintaxis:
oraciones sencillas oraciones complejas? ¿Se usan muchos o pocos modificadores?
¿Hay mucha descripción? ¿Cambia la estructura de las oraciones de sencilla a
compleja, o de voz activa o pasiva?
¿Dominan ciertos tipos de palabras por
ej. Nombres propios, verbos activos, verbos copulativos, clases de sustantivos?
¿Hay cambios de vocabulario?
¿Hay cambios de tonalidad en el
pasaje? ¿Se hallan "comentarios editoriales" que dan información de
trasfondo, o se hacen juicios de valor?
¿El género literario del pasaje es
didáctico? ¿Sería en tal caso útil preparar un análisis métrico de la poesía.
Buscar cambios en el tipo o la función
del contenido. Por ej. Un cambio de cita directa a narración señala a menudo la
presencia de sub-secciones.
Finalmente, observar el contenido del
trozo. Busque los componentes narrativos de un cuento, o los puntos lógicos de
un argumento que son en realidad subdivisiones. Determine también el hilo
conductor del trozo, lo que le dé coherencia. ¿Cuál es el énfasis, el centro? Distinga
bien entre lo esencial y lo que simplemente da trasfondo o comenta
parentéticamente sobre el relato o el argumento.
Síntesis
Después de subdividir el trozo en
segmentos, preparar un bosquejo de la estructura del pasaje. Tal bosquejo puedo
tomar la forma de un diagrama.
Puesto que este bosquejo ha de exhibir
la estructura del trozo, procurar usar etiquetas formales o funcionales para
describir los segmentos. Por ej. Términos como "introducción, discurso,
resolución, ejemplo o ilustración, razones y conclusión" le ayudarán a
definir su comprensión del trozo. A la vez, agrupe los subpuntos en el bosquejo
bajo el punto principal en el que pertenecen. Tenga cuidado de que su etiqueta
(título o subtítulo), se ajuste a todo el contenido; si no, subdivida más el
segmento o cambie la etiqueta.
Indicar cuáles pistas o marcadores lo
han inducido a bosquejar así el pasaje.
¿En qué forma arroja luz este bosquejo
sobre el significado del pasaje?
AXIOMA: Sólo cuando hemos
comprendido el aspecto funcional - la razón detrás de la estructura - podremos
realmente comprender el lenguaje del trozo.
PRIMER PASO:
DETERMINAR LA
LÓGICA QUE UNIFICA LOS SEGMENTOS DEL TROZO
Análisis
Eslabones que desarrollan puntos
anteriores. A veces una sub-sección" simplemente añade, o corre paralela,
a las ideas ya expuestas. Las más de las veces, esto ocurre en pasajes
narrativos. En todo caso, el contenido es independiente.
Eslabones que sustentan o apoyan
puntos anteriores. En estos casos el contenido es dependiente. Puede
clarificar, introducir la idea de "causa y efecto" o ubicar el
material ya expuesto, informándonos del tiempo, lugar y circunstancias de la
acción.
Síntesis
La explicación suya de la estructura
puedo tomar la forma de un bosquejo. Puede repetir el que Ud. elaboró en el
punto arriba agregándolo las relaciones lógicas que eslabonan los segmentos.
Explique cómo esta comprensión de la
estructura del trozo afecta su comprensión del trozo.
AXIOMA: Un trozo puede ser el
producto de la fusión de dos composiciones (o más), o puede contener adiciones.
PRIMER PASO:
AVERIGUAR SI MÁS
DE UNA MANO SE HA METIDO EN LA PRODUCCIÓN DEL TEXTO (múltiple paternidad literaria)
Análisis
¿Hay duplicados, redundancias o
información repetida sin razón?
¿Hay inconsecuencias internas?
¿Hay cambios abruptos de ideas,
vocabulario, estilo, teología o perspectiva en el trozo?
¿Se detecta contenido que
evidentemente presumo una paternidad diferente? ¿Hay comentarios secundarios o
notas explicativas (como en Jn.5:3b, 4)?
¿El presente contenido, unido aquí, se
halla en otra parte en la forma de dos bloques separados?
Existen anacronismos, es decir se
puede probar que parte del texto procede de una época anterior?
Síntesis
Si Ud. halla evidencia fuerte de
paternidad múltiple, debe decidir de qué tipo.
Si el trozo da muestras de haber
recibido varias adiciones se puede
clasificar como expandido.
A veces se percibe la mano de un
editor que une dos documentos en un "trozo compuesto”.
Pero si faltan las señales indicadas
de paternidad mixta, es un trozo simple.
AXIOMA: Cada pasaje de la Escritura
pertenece a un cierto tipo o forma de literatura que tiene sus propias
"convenciones" Una interpretación válida tiene que estar de acuerdo
con estos presupuestos literarios.
SEGUNDO PASO:
DEFINIR EL
GÉNERO LITERARIO DEL TROZO.
Análisis
Estructura convencional (soneto,
acróstico, endecha, adivinanza, etc.)
Lea el resto del libro en que se halla
el trozo para ver si hay otras unidades que tienen la misma estructura.
Lea otros libros de contenido
semejante para ver si se hallan pasajes de estructura parecida. En esto los
comentarios pueden ayudarnos.
Bosqueje los pasajes parecidos; así se
notarán las semejanzas estructurales y las diferencias.
En cuanto a los pasajes similares ¿Son
dependientes el uno del otro? Si uno es copia del otro, o hecho por el mismo
autor, quizá no se trate de un “género" nuevo, sino de un
"estilo" único.
Tema y estilo convencionales (tema =
doxología, parábola, por ej.) estilo = leyes apodícticas, bienaventuranzas, por
ej.)
Ya que en Jue.9:6-15 los árboles
hablan, reconocemos que se trata del género "fábula". Sin embargo en
Nm.22:28-30 habla un animal sin que el género sea fábula (el actor principal en
este caso es Balaán, un ser humano). Hay que prestar atención a la función de
los elementos así dentro del trozo, de otra manera un "paralelo"
puedo resultar otra cosa.
Ciertos rasgos pueden caracterizar un
estilo. Cláusulas que comienzan con "pues/entonces" son típicas de
ciertas leyes y en los argumentos persuasivos recurren mucho las preguntas
retóricas. Por supuesto advertencias pueden enfatizar la palabra clave
"ay” (Mt.23), y la palabra "bienaventurado(s)" señala casi
siempre una bienaventuranza.
Presupuestos
sociales
Ciertos roles sociales se presuponen
en algunos pasajes, que anuncian un género. ¿Quién habla y quien escucha?
Cuando ciertas palabras se dirigen a Dios, es lógico pensar en la
"oración" o ¿Qué efecto se procura lograr? ¿Cuál función social tiene
el trozo? Los chistes buscan una finalidad y los sonetos de amor otra.
Síntesis
Cuando Ud. tiene 3 ó 4 trozos que
quiere comparar, ordénelos en su grado de semejanza:
Más semejante - menos semejante
Estudie detenidamente las diferencias
y las semejanzas. Los rasgos de los pasajes más similares ¿Nos justifican para
hablar de un género literario en común?
En el caso de no hallar pasaje alguno
similar al trozo bajo estudio, haga simplemente una lista de sus
características, "sin" asignarlo un género.
¿Qué significan los resultados de este
paso para entender el trozo? EI lenguaje convencional aquí ¿arroja luz sobre cómo
debemos interpretar el trozo?
AXIOMA: Todos los ejemplares de un
género difieren en mayor o menor grado del modelo, ya que los "tipos"
literarios como todo el resto de nuestro lenguaje, no quedan inmóviles sino que
cambian con el uso individual en situaciones específicas.
SEGUNDO PASO:
AVERIGUAR COMO
EL TROZO SE APARTA DEL MODELO CLÁSICO DEL GÉNERO
Análisis
¿Cómo varía el pasaje bajo estudio,
del modelo del género en cuanto a:
Estructura, Vocabulario, estilo y situación social (los detalles de este
último aspecto se considerarán)
¿Cuáles cambios se han efectuado a
través de los años en el género-cambios de estructura y contenido-? ¿Dónde en
este historial se coloca nuestro pasaje?
¿Cuáles factores históricos o culturales
so reflejan en estos cambios? ¿Cómo se relacionan con el trozo?
Síntesis
Con base en estas huellas, Ud. debe
decidir si las variaciones de lo normal se deben a cambios históricos en la
forma, a la pura suerte o a la intención del autor. ¿Cómo afecta todo entonces
nuestra comprensión del pasaje?
AXIOMA: EI significado de una
palabra se descubre al ver los diferentes contextos en que se usa la palabra y
como estos contextos difieren de los que piden otras palabras afines.
TERCER PASO: DEFINIR CON ESMERO CADA
PALABRA CLAVE DEL TROZO
Análisis
No hay necesidad de dedicarlo estudio
especial a cada palabra del trozo. Es más, algunos pasajes no piden estudio
lexicográfico alguno. Además la profundidad del estudio que debemos hacer
depende del tipo de vocablo, su importancia y las demandas del contexto.
Haga una lista de las palabras que
necesitan aclararse. Divídala en 2 secciones;
a) Palabras que se refieren a
personas, lugares, eventos, costumbres, instituciones u objetos con los que no
estamos familiarizados
b) Las que necesitan estudio fondo por otras
razones.
Para arrojar luz sobre las palabras de
la lista a); se consulta un
Diccionario Bíblico o enciclopedia Bíblica. Por ej. La ciudad "Gaza"
se halla nombrada en Hch.8; un atlas o diccionario bíblico dirá cuanto dista de
Samaría. Para los propósitos del trozo, no hace falta un repaso pormenorizado
de la historia do la ciudad ni una descripción de sus fortificaciones y
sistemas de gobierno.
La lista b); puede dividirse en 2: (1)
Habrán palabras que Ud. querrá tratar con auténtico sentido de las palabras, se
consigue el verdadero sentido de sus textos en la regla de la antigua
instrucción judía, estos verbos sí merecen un estudio esmerado? (2) colocamos
el uso figurado de una palabra, en una expresión como" ¡Qué cochino para
comer!" aplicada a un hombre, novemos necesidad alguna de investigar
científicamente cómo es que comen los puercos.
Para palabras y expresiones que Ud. Piensa
investigar detenidamente, haga una lista de todos los textos bíblicos en que
aparece la palabra. Esto se hace valiéndose de una concordancia (puede sor el
idioma original o en castellano), en este último caso, se recomienda el trabajo
de Carlos Denyer publicado por Ed. Caribe /basado en RV'60, CD27.7, D48,
(1969)/ o el de Santiago García R. publicado por Delachaux y Nestlé /basado en
BJ, CD29.7, G160, (1975)/- Luego haga observaciones así: ¿Con qué términos se
usa la palabra? Para sustantivos, busque adjetivos y verbos; para adjetivos,
busque sustantivos, etc. De esta usanza, construya una pautas ¿Con qué clases
de palabras (cosas animadas, inanimadas, humanas, no-humanas, abstractas,
concretas, etc.), se asocia el término?
Los ejemplos de la palabra ¿Se hallan
distribuidos generalmente o más bien agrupados en ciertos libros o tipos de
literatura? ¿En qué contexto social se halla "en casa" la palabra?
Búsquela en la narración o las leyes bíblicas -que tienden usar concretamente
el léxico y en un contexto sociocultural definido en la poesía, donde el
paralelismo nos da en muchos casos sinónimos o antónimos que nos ayudan a
definir la palabra.
Luego, quizá será necesario ver como
difiere la palabra bajo estudio de otras en su "grupo”. Un ejemplo de
tales relaciones verticales sería "frío, fresco, tibio, cálido, caliente”;
que son graduaciones; otro ejemplo serla un grupo de palabras parcialmente
sinónimos, como: "fuerte, poderoso, potente” y desde luego, habría que ver
los binomios contrarios: "fuerte, débil”. Es importante notar que el
adjetivo "caliente”, por ej. Representa una gama de temperaturas según la
palabra que califique; "horno caliente” "café caliente" y
"día caliente”. Quisiéramos definir en todos estos casos por qué el autor
usó este vocablo y no algún otro que es parecido, y es útil para este fin
observarla pauta de distribución en la Biblia de todos los vocablos afines. En
el caso de expresiones (de más de una palabra), ¿Qué variantes lingüísticas
encontramos y cómo afectan el significado (¿es lo mismo "palabra do
Cristo" (Ro.10:17) que "palabra de Dios)?
Busque la palabra original (en el caso
del N.T.) en Arndt y Gingrich A Greek-English Lexicon of theN.T. (Chicago:
Univ. of Chicago Press, 1979) para ver su traducción (al inglés) en el trozo
bajo consideración. Fíjese en las otras traducciones del mismo vocablo para formarse
un panorama de su significado.
Busque esta misma palabra griega en
Kittel y Friedrich (eds.) The logical Dictionary of
the N.T. (Grand Rapids: Ecrdmans, 1932-1973, 10 tomos). Lea
el trasfondo en el A.T. y el judaísmo, y el uso de la palabra en otros
libros del N.T., pero fíjese en particular en lo que el autor comenta sobre
nuestro trozo.
Síntesis
Defina las palabras o expresiones así
estudiadas según sus rasgos distintivos, tal como ha averiguado de su
distribución en la Biblia.
EN LOS CASOS en que no parece
necesario investigar las otras palabras del grupo (relaciones verticales),
basta definir la palabra bajo estudio en términos de sus relaciones
horizontales (el tipo de contexto inmediato o ambiente en que ocurre la
palabra). ¿Con qué clase de palabras se asocia (en parte "paz" se
define porque se halla a menudo en la fórmula "gracia y paz")?
Clasifique por inferencia las reglas de distribución, usando la concordancia. ¿Qué
acepciones tiene la palabra?
Busque el significado de la palabra más
acorde con el contexto en el pasaje bajo estudio.
Clasifique las expresiones (grupos
estereotipados de palabras) según las siguientes categorías:
Expresiones idiomáticas de uso general
("como venido del cielo”; "gato por liebre")
Expresiones típicas de una subcultura
("como único y suficiente Salvador”, "María, Madre de Dios")
Fórmulas enraizadas en una situación
particular ("os declaro hombre y mujer”; "te bautizo en el nombre del
Padre…”)
No olvide que las palabras pueden
cambiar de acepción a través de los años. La mejor evidencia de lo que
significa viene del mismo autor; un poco
menos vale la evidencia de la misma época o cultura pero de otro autor;
faltando estas, podemos sacar alguna conclusión de la evidencia quo viene de
épocas remotas.
En última instancia -por ej. En el
caso de un hápax legómenon (una sola vez aparece la palabra en toda la Biblia;-
se puede recurrir a la etimología (= estudio de las raíces); o a palabras cognadas
(-afines tomadas de otros, idiomas emparentados con el hebreo o el griego);
pero el resultado queda bastante conjetural.
AXIOMA: El proceso de escribir algo
siempre involucra el uso creativo de materia prima sacada de la herencia
literaria e intelectual del autor. La forma en que el autor relaciona y
reelabora esta herencia para redactar su propia composición señala el
significado de dicha composición.
CUARTO PASO:
ANALIZAR LAS
TRADICIONES USADAS EN EL TROZO POR EL AUTOR
Análisis
Averiguar si el trozo tiene relación
reconocible con otras tradiciones que conocemos; este paso depende mucho de la
comparación.
¿Contiene el trozo frases hechas o
vocabulario típico? ¿Puede Ud. atribuir estos rasgos a cierta
"escuela" de pensamiento? ¿Señalan los rasgos una situación social en
particular (ver también el segando paso, "Análisis del género
literario")? Por ej. ¿Se usan metáforas u otras imágenes que apuntan a un
cierto tipo literario o su contorno social?
¿Se perciben elementos de estilo que
caracterizan una tradición? Por ej. El género "proverbio" pertenece a
la tradición de corte sapiencial.
¿Se observan ideas, conceptos o una
cosmovisión que nos dan la pista para identificar una tradición intelectual? En
Colosenses Pablo parece luchar contra un gnosticismo incipiente en este caso,
"sombra”; "filosofía" y otros términos técnicos de este
movimiento gnóstico tendrían una acepción particular y podríamos identificar el
mundo particular de ideas en que se mueve el autor.
El tema del trozo ¿se halla en otra
parte de la Biblia o en la literatura afín? Para la narración del diluvio universal,
por ej., tenemos paralelos en los escritos de Babilonia y otros países y
mención del dato bíblico en varios pasajes del N.T.
¿Se hallan la trama o argumento
central del trozo (o algunos rasgos del mismo) en otros pasajes? La trama del
diluvio serla la sobrevivencia de las criaturas por medio de la construcción
del arca; rasgos, en cambio, serían el aterrizaje del arca en un monto, el
envío de las aves, las 3 veces que se envían y el arco iris.
Dadas las semejanzas y los paralelos
¿podemos postular el y préstamo directo de parte del autor bíblico? ¿Habrá
usado él autor fuentes o citas directas al componer el trozo?
¿Hay dependencia literaria de un
pasaje bíblico sobre otro? ¿Es tan parecido el uno al otro quo tenemos que
postular una dependencia directa (véase 2da. Pedro y Judas)? ¿Cuál de los dos
pidió prestado del otro? ¿O es que los dos usaron una misma fuente ya
desaparecida? ¿O serán tan significativas las variantes entre uno y otro que
tendríamos que excluir la posibilidad de un eslabón directo?
Faltando tales escritos paralelos, las
pistas para detectar la presencia de una cita pueden surgir del trozo mismo.
Primero, puede haber un cambio brusco del estilo dentro del trozo. Es probable,
por ej. queFil.2:6-11 sea un himno cristológico que Pablo cita y comenta en su
trozo 2:1-11.
Segundo, (aunque esta pista no surge
del trozo mismo) nuestra observación del texto puedo conducir a hipótesis
plausibles quo afectan nuestra lectura. Se supone que ciertos textos por ej. Son
el fruto de una larga tradición oral-o sea, que los autores bíblicos han
elaborado muchos pasajes sobre la base esencial de la tradición oral. Nos
preguntamos en tales casos cuál fue la forma oral del trozo (y algunos
estudiosos hasta conjeturas, reconstruyéndolos pasos de la evolución del trozo,
por cuales etapas circuló la tradición). Por ej. Sabemos bien quo intervino una
etapa oral en la transmisión de las enseñanzas de Jesús; «Si no dejó nada
escrito, y entre su muerte (30. D.C.) Y la publicación del primer evangelio
(digamos, 69 d.C.) la iglesia conservó a viva voz su enseñanza y la narración
de su actividad. Es más, Jesús enseñó en arameo pero los evangelistas
consagraron sus dichos en griego.
Donde hemos detectado, por medio del
análisis estructural, citas en el trozo hechas por el autor, podemos proceder a
definir el trasfondo de estos fragmentos, Pero hasta en el siguiente paso vamos
a estudiar adiciones al texto agregadas posteriormente en un estilo parecido al
del autor.
Síntesis
Diga con qué tradiciones literarias o
intelectuales se relaciona el trozo. Este paso le ayuda a evaluar el trozo en
su contexto más amplio y lo da perspectiva para entender las ideas y los temas
y rasgos del trozo.
Averigüe si el autor recogió o no
materia fija de otra fuente. Trate de reconstruir la forma do osta materia
antes do ser incorporada al trozo.
¿Pertenece el trozo a una fuente? Si
lo parece así, dé las razones de su decisión. Describa la fuente (aquí nos
acercamos un poco al análisis de la redacción, el paso siguiente).
Ahora si puede Ud. describir cómo las
diferentes tradiciones se han combinado. ¿Qué elementos se han utilizado? ¿Cómo
fueron modificados? ¿Cómo funcionan en el nuevo contexto? ¿Dónde se ubica este
trozo en la historia de su tradición (¿es innovador o Simplemente consumidor?)
Conclusiones
¿Qué puede Ud. afirmar a estas alturas
acerca del propósito del autor, ya quo ha visto cómo él usa sus tradiciones?
Este propósito ¿Cómo le ayuda a
comprender el trozo?
¿Cómo le ayuda a Ud. en su
interpretación la perspectiva del trasfondo amplio de tradiciones que se han
incorporado en el trozo?
AXIOMA: Ya que el autor del trozo
puede ser diferente del autor de la obra donde el trozo se halla publicado,
hace falta trazar la historia del trozo desde el momento de composición hasta,
el memento de su inclusión en la obra. Si podemos reconstruir esta historia,
sabremos el significado del trozo cuando el autor final lo incorporó en su obra
canónica.
QUINTO PASO:
RECONSTRUIR LA HISTORIA DEL TROZO(o parte del trozo)
Que el autor incorporara en su obra
definitiva, si este paso viene al caso (OJO: Si el autor final es también autor
do la cita, incorporada, no es posible distinguir entro etapas -por ej.- si
Pablo escribe un himno bautismal en el 49 y lo incorpora en una carta en el 51
y por tanto este paso no os aplicable. Sólo funciona cuando se trata de dos
autores distintos.)
Análisis
¿Es el trozo entero parte de una
fuente o capa de tradición (como por ej.) que el autor final ha recogido en su
obra? Si es así, hay que reconstruir la historia de dicha fuente en toda su
extensión.
Ahora bien, dentro del trozo ¿Hay
tensiones internas que indican la historia de transmisión del trozo porque
señalan etapas de composición? Repase los datos observados en el paso 1.4.
Compare el trozo con otros de la misma
forma las diferencias pueden indicar cómo se usaba el trozo, ya que la forma
del Lenguaje se relaciona directamente al uso y al propósito.
Comparo el trozo con otros cuyo
contenido es semejante. ¿Señalan las diferencias de contenido pueden bien
sugerir las ópticas divergentes de los transmisores (por ej. en Crónicas brilla
por su ausencia el relato acerca de Betsabé).
Síntesis
¿Qué cambios ocurrieron durante el
proceso de transmisión?¿tomaron lugar simultáneamente estos cambios?
Con base en las pistas anteriores,
trate de contestar las siguientes preguntas generales:
¿Cómo logró sobrevivir el trozo -o
sea, ¿por qué se introduje ron cambios?- Las siguientes preguntas específicas
pueden ayudarle a enfocar sus observaciones;
¿Cuáles fuerzas o valores se reflejan
en los cambios? ¿Qué podemos inferir de esto en cuanto a la transmisión del
trozo? ¿Quiénes se hubieran interesado en la conservación del trozo ¿Por qué lo
dan importancia? ¿Cómo lo hubiera usado?
AXIOMA:
Ya que los trozos se nos presentan
como bloques de construcción íntegramente incorporados en una estructura
literaria más extensa, hace falta comprender el diseño del todo y la función de
cada trozo dentro del mismo.
QUINTO PASO:
a)
ANALIZAR LA REDACCION DE LA
OBRA ENTERA Y EL LUGAR PARTICULAR DENTRO DE ESTE MARCO DEL TROZO.
Análisis
Selección. ¿Cómo ha usado el autor sus
fuentes en la construcción de su obra? (Ya en el cuarto paso, análisis de las
tradiciones Ud. puede haber enfocado cómo el autor utilizó fuentes dentro del
trozo; el presente acercamiento extenderá este estudio al libro entero). ¿Qué
asuntos ha omitido? ¿Cuáles principios guiaron al autor en su selección de
materiales? ¿Qué asuntos nuevos ha agregado el redactor/autor a sus fuentes?
Adaptación
¿Cómo ha adaptado el autor los diferentes
tipos literarios para lograr sus propósitos (aquí se construye sobro las
observaciones que Ud. hizo en su análisis do las formas segundo paso)? ¿Cómo
los cambios de forma ajustan el trozo a su contexto actual? ¿Cómo ha ajustado
el autor el estilo lingüístico, para que quepa el trozo en su lugar?
¿Cómo ha tratado el autor el tema del
trozo con miras a lograr su propósito
(aquí se construye sobre el análisis de la tradición, cuarto paso)? ¿Se
relacionan los cambios efectuados en el trozo con su función en su contexto
actual ¿Puede Ud. observar cambios consecuentes que señalan el punto de vista
del autor?
Organización
¿Qué lugar ocupa el trozo en la
estructura de la obra? ¿Cómo se eslabona el trozo con su contexto inmediato
(ver las observaciones que Ud. hizo en el paso 1.1)? ¿Forma parte de un
conjunto, digamos un cielo de relatos o de dichos? Si es así, defina la
estructura de este conjunto.
Óptica
El tema tratado aquí ¿Cómo so trata en
otros pasajes del libro? ¿Qué aprendemos aquí de las ideas -clave del autor?
Síntesis
¿Cómo revela el trabajo de racionar el
autor su punto de vista es decir, su manera de combinar fuentes; de quitar, de añadir
a sus fuentes a juzgar por las pistas anteriores ¿Cuál es el tema principal de
la obra? ¿Cómo es su teología? ¿En qué forma iluminan estos factores el
significado del trozo?
AXIOMA:
Las palabras tienen sentido dentro de
un contexto dado; ya que cuando cambiamos el contexto, el significado puede
variar bastante, una comprensión válida de un texto tiene que basarse en su
contexto originario. Este sentido histórico es normativo.
SEXTO PASO:
RECONSTRUIR EL
AMBIENTE HISTORICO Y CULTURAL QUE DIO ORIGEN A LA OBRA.
Mucho de lo que llamamos introducción
especial –paternidad literaria, destinatarios, proveniencia geográfica, fecha y
Ocasión- se estudian aquí. Logramos dos fines: a) una idea más precisa del por
qué se escribió la obra y b) herramientas para cotejar un pasaje con otro sobre
el mismo asunto; a menudo la Escritura habla con varias voces al respecto, y
nosotros como intérpretes buscamos “anunciar todo el plan de Dios"
(Hch.20:27, VP), que abarca, desde luego, todo el canon.
Análisis
¿Cuál fue el contexto mayor -histórica
y culturalmente hablando— de la obra? Es decir, ¿Cuál fue la situación política
a la época? ¿La situación social? ¿Cuáles corrientes o eventos parecen
reflejarse en la obra? ¿Cuáles ideas teológicas la Informan?
¿Cuáles circunstancias inmediatas
motivaron la composición del libro? Es decir, ¿Cuándo y dónde se escribió?
¿Quién la escribió y bajo qué circunstancias? ¿A quiénes se dirige la obra y
con miras a qué auditorio? ¿En cuál contexto hornos de entender su mensaje?
Síntesis
Con base en el anterior análisis,
¿Cuáles eran las influencias que precipitaron la composición del libro?
¿En qué forma podemos utilizar ésta
información en la interpretación del trozo?
AXIOMA:
Dada la relatividad de las culturas
por una parte, y por otra, el hecho da que el lenguaje del trozo se dirige a un
contexto específico, necesitamos guiarnos en nuestra integración actual del
mensaje por principios que se aplican por analogía.
SEPTIMO PASO:
SACAR DEL TROZO
LAS IMPLICACIONES PARA LA VIDA NUESTRA HOY.
En vez de hablar de un principio
hallado en el texto y "aplicado" a nuestra nueva situación, es
preferible hablar de describir nuestra nueva situación, comparada con la del
texto bíblico, y por vía de la analogía buscar acciones y actitudes consonantes
con las que indica el trozo.
Análisis
Definir el significado. Se puede
afirmar el sentido del trozo de varias maneras:
Comentario:
Una explicación versículo por
versículo, paráfrasis; el sentido del trozo expresado en sus propias palabras.
Resumen» el punto principal o la lección que se enseña; la gente que escuchaba
¿Qué tenía que hacer?
Descubrirlos principios ¿Cuál fue la
intención originaria del pasaje (su función/aplicación)?, Por inferencia ¿hasta
qué punto podríamos generalizar esta intención? ¿Cuáles son los presupuestos
del trozo? ¿Qué principios generales (sí es que los hay) sustentan el pasaje o
lo ilustran?
Compararlo con otros trozos ¿Qué más
hay en la Biblia que debernos recordar en la actualización de trozo, es decir
¿En cuáles otros pasajes se trata este tema, y como afecta el "principio o
proyección" del pasaje bajo estudio?
Hallar la integración actual ¿Cuál es
la relevancia en nuestra situación del trozo? ¿Hay algo tan diferente en
nuestro contexto que tendríamos que aplicar el principio diferentemente? ¿En
qué medida es igual nuestra situación, o sea ¿Cuáles elementos re compartimos
con los primeros lectores? ¿Cuáles áreas de nuestra vida caen (por implicación)
bajo el escrutinio del pasaje?
Síntesis
Formule definiciones activas cuando
Ud. busca las implicaciones del trozo. En las áreas implicadas por el texto
¿Cómo se vería el crecimiento? ¿Qué cara llevaría? ¿Cómo podríamos medir tal
conocimiento?
Tome en cuenta la responsabilidad
hermanable a otros ¿Cómo pueden ayudarle a rendir cuentas del conocimiento suyo
y viceversa? Piense en alguna dinámica del grupo o las ministraciones de un
mentor o confidente} y en actividades como confesión y testimonio, discusión y
el desarrollo del discipulado.
. LA EXEGESIS BIBLICA
El término exégesis corresponde a la palabra
griega exegesis, que significa explicación, interpretación, y deriva del
verbo ex-egeomai, dirigir, sacar fuera; por extensión, explicar, exponer,
narrar. En este sentido se usa en lo 1,18: «Nadie ha visto jamás a Dios. Dios
unigénito, el que está en el seno del Padre, pl lo ha dado a conocer»
(exegesato), lo ha explicado (Lc 24,35; Hechos 10,18; 15,15; 21,19). Muy a
menudo, y por razón de su etimología, el término exégesis se toma como
sinónimo de hermenéutica (INTERPRETACIÓN), del griego hermeneuo, que
significa traducir (lo 1,42; 9,7; Heb 7,2) y exponer (Lc 24,27). El origen
etimológico de hermeneuein y de sus derivados es discutido, pero parece
conducir a raíces que significan hablar, decir.
Algunos autores contemporáneos engloban la exegesis y todo trabajo bíblico en general con la hermenéutica. Sin embargo, la mayoría de los autores distinguen en la práctica entre hermenéutica y exegesis, entendiendo por aquélla la búsqueda de la naturaleza y de los principios de una justa interpretación, cuya significación no tiene evidencia inmediata. Por exegesis se entiende la exposición y declaración de un libro o de un pasaje del mismo. La hermenéutica es la ciencia (episteme) que señala las reglas que el exegeta debe tener en cuenta para interpretar rectamente un libro, la exegesis es el arte (texne) de aplicar las reglas de la hermenéutica, de utilizarla como medio para conseguir su propio fin. Si la hermenéutica y la exegesis tienen por objeto los libros de la Biblia, reciben el calificativo de bíblica 1.1 Finalidad de la exégesis bíblica.
La tarea
suprema de la exegesis bíblica «es la de hallar y exponer el verdadero
sentido de los Libros Sagrados y al hacerlo, deberá tener siempre presente
que lo que más ahincadamente ha de procurar es ver y definir cuál es el
sentido de las palabras de la Biblia, que llaman literal». Pero como los
libros de la Biblia han sido escritos por inspiración del Espíritu Santo, y
Dios en su composición se valió de hombres elegidos, que usaban de todas sus
facultades y talentos, se deduce que estos hombres son también verdaderos
autores de sus respectivos libros, pues, al obrar Dios «en ellos y por ellos,
pusieron por escrito todo y sólo lo que Dios quería». Esta dualidad de
autores no significa que en el texto sagrado haya dualidad o disparidad de
sentidos literales, es decir, un sentido divino, el único infalible, y un
sentido humano, bajo el cual se oculta el sentido divino. Todo lo que afirman
los hagiógrafos, o autores inspirados, lo afirma el Espíritu Santo, y
viceversa. En las Escrituras suelen
distinguirse varios sentidos como consecuencia de la riqueza del texto
bíblico, al que puede y debe acudir el cristiano para encontrar alimento para
su fe, estímulo para su esperanza, impulso para su amor, norma para su
comportamiento. Pero esos sentidos no están en contradicción entre sí ni
forman una dispersión inorgánica, sino que se basan en uno que debe
considerarse primario: el que se llama sentido literal, o expresado por la letra
del texto mismo. La Biblia no es una obra esotérica o ambigua, sino
profundamente verdadera que nos trasmite un claro y definido mensaje de
salvación. Por eso el sentido literal es, como suele decirse, universal (ya
que no hay ningún texto bíblico que carezca de sentido) y único (puesto que
todo texto tiene un sentido básico, sobre el que pueden apoyarse otros, pero
sin contradecirlo). El primer deber del exegeta bíblico es, pues, esforzarse
por determinar y estudiar, con todos los medios a su alcance, el sentido
literal de un pasaje o libro bíblico.
Pero con ello no está del todo precisada la finalidad de la exegesis bíblica. En efecto, ¿qué se entiende exactamente por sentido literal? Exegetas y teólogos discrepan a veces en efecto cuando se trata de definir con precisión el sentido literal. Numerosos exegetas, tanto antiguos como actuales, definen el sentido literal bíblico partiendo de la intención de Dios, autor principal de las Sagradas Escrituras, es decir, da al sentido literal bíblico una extensión amplia y lo extiende a todas las enseñanzas que Dios, autor primero de la Biblia, nos da por la letra de sus textos. No se pregunta si estas enseñanzas entran explícitamente en la intención didáctica de los escritores sagrados, autores instrumentales subordinados a Dios, que hace que formulen su propia palabra. En este supuesto cabe admitir que Dios pudo dar a las palabras del hagiógrafo un sentido más alto, más amplio y pleno, dentro de la misma línea, que el que quiso expresar el autor humano. Éste pudo conocer sólo en parte el sentido literal intentado por Dios, por ser el hombre instrumento deficiente, de comprensión limitada, con relación a Dios que lo sabe todo. «Los antiguos partían de Dios como punto de referencia: Dios habla en las Escrituras. Modernamente se prefiere decir que los autores humanos escribieron bajo la inspiración divina. En ambos procedimientos cabe ver un matiz especial». Esa afirmación podría ser matizada, a fin de evitar toda contraposición radical, que no corresponde por entero a la realidad, pero apunta no obstante hacia un dato objetivo que repercute en la misma definición del sentido literal. De ahí que algunos definan el sentido literal partiendo de la expresión objetiva de las palabras: «Es el que se desprende de las mismas palabras correctamente interpretadas». Por debajo de esas diversas definiciones aflora un problema de fondo, que influye en la comprensión misma de la e., y que conviene poner de manifiesto. Dicho sintéticamente: un énfasis excesivo en la intención del autor, que podría ser legítimo en el caso de un libro meramente humano, podría conducir la exegesis bíblica a cerrarse a las aportaciones que vienen de luces que Dios da en momentos posteriores, es decir, a perder el sentido de la unidad de la sagradas escrituras, etc. Si tenemos presente el designio revelador da Dios y la pedagogía con la que ha procedido en su manifestación, se advierte claramente que no hay dificultad alguna en admitir que el autor humano pudo no tener conciencia clara de la plenitud de la Revelación, a la cual colabora, pero de una manera fragmentaria. Esto es comprensible, sobre todo para los autores de los libros del Antiguo Testamento, los cuales no podían dar una formulación perfecta de la economía de la salvación antes de la entrada de Cristo en el curso de la historia de la humanidad. Pero tenían una conciencia incoativa de estos misterios, y sus escritos contribuyen con un testimonio positivo, que aparecerá en toda su nueva profundidad una vez se lean a la luz de la Palabra de Cristo y del Evangelio anunciado a todo el mundo. «Entonces desaparecerán las ambigüedades, las insuficiencias se llenarán, sus límites crujirán, ya que los aspectos del misterio que ellos intuían a su manera y que no lograron formular de una manera adecuada, quedan ahora patentes en toda su amplitud.
prisionerodecristo.wordpress.com
Todo ello conduce a una conclusión: la exegesis debe prestar un interés
especial al sentido intentado por el hagiógrafo y expresado inmediatamente en
las palabras por él escritas -es, en efecto, verdadero autor, ya que Dios,
con el carisma de la inspiración, no destruye su inteligencia y su libertad,
sino que las eleva, pero sin cerrarse en él, sino estando abierto a un
sentido literal más pleno que Dios pueda haber intentado y clarificado
posteriormente. Así lo ha enseñado el Magisterio reciente. Diversos
documentos declaran que el exegeta debe investigar el sentido que el
hagiógrafo quiso expresar y de hecho expresó con las palabras que emplea, o
como dicen, literal de las palabras que el hagiógrafo intentó y expresó, debe
también investigar y exponer la espiritual, siempre que conste que fue dada
por Dios, pues sólo Dios pudo conocer y revelarnos a nosotros.
1.2 EXÉGESIS BÍBLICA
Los principios, criterios o reglas que deben
seguirse en la exegesis bíblica, se deducen de la naturaleza de los libros
que dicha exegesis aspira a analizar. Un dato fundamental se impone: la Biblia
es una obra singular, única. Mientras todos los demás libros están escritos
por hombres en el ejercicio de sus capacidades humanas, asistidas tal vez por
la gracia, pero mantenidas en su orden propio, de manera que la obra
resultante es una obra exclusivamente humana; los libros de la sagrada
escritura. Se caracterizan por haber sido escritos gracias a un influjo
sobrenatural específico, que llamamos inspiración divina, la cual, incidiendo
en la persona completa de cada uno de los escritores humanos de tales libros,
ha operado la condición peculiar de que la Biblia sea una obra literaria
divino-humana, que tiene a Dios como autor principal y al hombre como
verdadero autor también, pero subordinado e instrumental. Esa acción conjunta
divino-humana, en la que Dios toma la iniciativa hasta la culminación de la
obra, garantiza el auténtico origen divino de los libros de la Biblia y su
verdad inmutable en orden a nuestra salvación. Un segundo dato completa
el anterior: esos libros no han sido inspirados por Dios a personas
singulares desconectadas de todo pueblo o comunidad, sino a personas que
formaban parte del pueblo por Él elegido (Israel, la Iglesia), y para recoger
una Revelación de la que ese pueblo es depositario. No es, pues, lícito
separar las sagradas escrituras de la Iglesia: para interpretar la Biblia,
conocer su sentido, penetrar en lo que quiere decir es necesario leerla en el
ambiente en que fue escrita y para el que fue
destinada. Teniendo en cuenta todos los datos enunciados,
los autores suelen concluir diciendo que en la interpretación de la Biblia
deben tenerse en cuenta dos tipos de criterios: los criterios comunes a toda
obra escrita; los propios de una obra singular como es la Biblia.
a) Criterios literarios comunes.
Siendo los hagiógrafos verdaderos autores, es
legítimo aplicar al estudio de la Biblia todos los recursos de los que se
vale la ciencia humana para intentar conocer con hondura el pensamiento
expresado por un escritor: estudio de las características propias del
lenguaje empleado, consideración del contexto histórico, ambiente o situación
vital en la que está escrito el libro, análisis gramatical, etc., del texto
concreto que se está estudiando; clarificación de esos párrafos a partir del
contexto en que están situados; comparación con lugares paralelos, es decir,
que tienen un parecido con él sea por las palabras empleadas. Todo
ello constituye un proceso que contribuye, y poderosamente, a conocer con más
hondura el sentido de un texto, profundizando -y en ocasiones perfilando o
completando- lo que ya se percibe por la simple lectura directa. Ahora bien
en una obra como la Biblia es insuficiente. Y ello por dos razones. En primer
lugar, porque proceder con ese solo método es privarse de la luz que nos
viene de las otras fuentes de conocimiento que Dios nos ha otorgado, haciendo
así más difícil el trabajo, exponiéndose al error, etc. En segundo lugar -y
más radicalmente- porque con ese método se puede llegar, a lo más a
determinar el sentido captado por el autor humano y querido expresar por él,
pero no el sentido más pleno que Dios pueda querer trasmitir.
b) La unidad de la
Sagrada Escritura.
Los libros que componen la Biblia han sido
escritos a lo largo de un amplio periodo de tiempo, pero son fruto de un plan
unitario de Dios que ha ido revelándose a sí mismo y sus designios según una
disposición o economía ordenada a facilitar su comprensión. Por eso es no
sólo lícito, sino necesario, tener en cuenta al interpretar un libro las
manifestaciones hechas por Dios en momentos posteriores de la historia de la
Revelación, ya que ellos, al darnos a conocer con plenitud lo que Dios quería
decir, nos permiten no sólo comprender la relación que hay entre las
manifestaciones hechas por Dios a lo largo del proceso de la Revelación, sino
captar mejor el sentido de los textos más antiguos (análogamente a como en
una conversación humana, las palabras pronunciadas al final permiten a veces
captar mejor el sentido.
c)
La Tradición y la enseñanza en la iglesia.
Los libros de la Biblia nacen, decíamos antes, en
el interior del pueblo elegido por Dios; en ese sentido cabe decir, en
términos generales, que la tradición oral antecede a los libros escritos; y
ello de tal manera que cuando los libros son escritos no pretenden hacer
inútil dicha tradición o suplantarla, sino que la presuponen y se unen a
ella. La Iglesia «no saca exclusivamente de la Escritura la certeza de todo
lo revelado», sino también de la Tradición. La Tradición completa e
interpreta la Biblia. Todo ello, en ocasiones, decidirá de la interpretación
de un texto (o excluirá, como erróneas, algunas interpretaciones que podrían
presentarse como posibles desde la sola perspectiva literaria), y siempre
dará ese sentido de la Iglesia y de la tradición cristiana que es el ambiente
propio de la exégesis bíblica.
d) Analogía de la fe.
Por analogía de la fe se entiende la armonía o
acuerdo que existe entre todas las verdades reveladas: la doctrina cristiana
es un todo unitario en el que no hay contradicciones sino que las diversas
verdades se iluminan las unas a las otras. Ello obviamente repercute también
sobre la exegesis, en la que la analogía de la fe constituye una guía de
doble manera: negativa, ya que toda interpretación de un texto que implique
sostener algo contrario a la doctrina de la Iglesia debe ser reconocida como
falsa (pensar lo contrario equivaldría a negar o el origen divino de la
Biblia; positiva, en cuanto que la iluminación que supone el conocimiento de
la verdad de fe ayuda a interpretar rectamente el sentido de los textos en
los que esa fe se nos propone, orientando la investigación en una dirección
acertada, poniendo de relieve matices que tal vez de otra forma se
percibirían más difícilmente, etc.
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