miércoles, 9 de diciembre de 2015

UN TIEMPO PARA RECORDAR

                  UN TIEMPO PARA RECORDAR






                                                 MOISÉS ASTO HINOSTROZA



                            A Chandra por los momentos inolvidables que pase en Iberia



Novela escrita en Managua-Nicaragua 1989


1
Entre al cuarto de Francisco sin tocar la puerta,  estaba estudiando para su último examen de griego. Me miro sin decir nada, siguió leyendo el material que estaba sobre la mesa. Le tire una palmada en la espalda – ¿nos vamos para Madre de Dios? o  ¿piensas postergar el viaje? – le dije sonriendo, como animándolo a su decisión.
-       Si iremos, ya está planificado todo el viaje
-       Bueno solo quería saber si vamos a la selva, porque llego una invitación para dos personas, el viaje es para Nicaragua
-       ¡a Nicaragua! y ¿con quién iras? Me dijo mirándome a los ojos
-       Es José quiere que le acompañe a una conferencia sobre la violencia omnipotente desde el lado eclesial
-       ¿Y qué le dijiste tú?
-       Tu sabes que ya estuve ahí, viví en Managua un año
-       Pero ese país está lleno de problemas, ten cuidado, te estaré esperando para viajar del aeropuerto Jorge Chávez, allí nos encontraremos
Este viaje era un espacio para reflexionar con el grupo de trabajo, de mirar la situación de ese país y recordaba cuando estuve la vez primera en 1984, la dictadura de la familia Somoza, apoyados militarmente por Estados Unidos, gobernaron el país durante varias décadas, hasta el triunfo de la Revolución Popular Sandinista.
Pese a la corta duración que tuvo el conflicto armado, los continuos bombardeos en las ciudades provocaron la muerte de más de 50 000 personas. El pueblo nicaragüense con la vanguardia de «los Muchachos» del FSLN logra derrocar a Somoza el 19 de julio de 1979. El FSLN, apoyado por México, Cuba, la Unión Soviética y los países del Bloque Socialista , realizó cambios sociales, expropiando propiedades de la clase alta del país en general en una clara visión para instaurar el socialismo. Hacia el año 1981, gracias al apoyo de la URSS, el Ejército Popular Sandinista se había convertido en la fuerza militar más poderosa en la historia de Centroamérica.
Sin embargo, la etapa sandinista se tradujo en la continuación del conflicto Este Oeste entre las dos superpotencias de la Guerra Fría. Se formaron los contras armados y financiados por el Gobierno de Estados Unidos, incluso tras la victoria electoral del sandinismo en 1984. Muchos nicaragüenses emigraron a Estados Unidos, Canadá, México, Guatemala, Honduras, Costa Rica, países occidentales de Europa y Australia durante la guerra civil; escapando de la persecución política, el Servicio Militar Patriótico y el estado económico del país.
Ese viaje me fue al pesado, solo al ingresar al Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino que originalmente se llama Aeropuerto Las Mercedes, los sandinistas le cambiaron el nombre. Se acercaron dos policías y me llevaron sin explicaciones a una habitación del lado norte de la salida, me interrogaron con cientos de preguntas que yo no entendía, claro había llegado en plena revolución se conoce como Revolución Popular Sandinista o Revolución Nicaragüense al proceso abierto en Nicaragua entre julio de 1979 hasta febrero de 1990, protagonizado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional llamado así en memoria de Augusto César Sandino que puso fin a la dictadura de la familia Somoza, derrocando al tercero de los Somoza, Anastasio Somoza Debayle, sustituyéndola por un gobierno democrático de perfil progresista de izquierda.
La lucha contra la dictadura de los Somoza, que ya había comenzado a finales de los años 50 del siglo XX se intensifica significativamente en 1978. En marzo de 1979 se firma el acuerdo de unidad por parte de los representantes de las tres fracciones sandinistas y se decide impulsar la lucha. En junio se hace el llamamiento a la "Ofensiva Final" y a la huelga general y el 19 de julio de1979 las columnas guerrilleras del FSLN entran en Managua, con un amplio respaldo popular, consumando la derrota de Anastasio Somoza Debayle.
El nuevo gobierno, formado por un amplio espectro ideológico con presencia socialdemócrata, socialista, Marxista-leninista y con una influencia muy grande de la teología de la liberación, trató de introducir reformas en los aspectos socioeconómicos y políticos del Estado nicaragüense, tratando además los problemas relativos a la sanidad, la educación y reparto de la tierra que el país sufría. Dichas reformas lograron avances significativos y reconocidos internacionalmente. Desde 1936 a 1979, Nicaragua vive una era marcada por la sucesión en el poder de distintos dictadores, pertenecientes a la familia Somoza.
Desde su Independencia, hasta la Revolución de 1979 Nicaragua estuvo muy influenciada por tres poderosas familias: Sacasa, Chamorro y Somoza.
Esa detención me costó dos días a pan y agua en un calabozo sucio y mal oliente y alguien aviso a un sacerdote para que me sacaran de la prisión, estaba tan absorto  de los que dialogaban enfrente mío.
Al tercer día,  a las 10 de la mañana se acercó un hombre de cabellos blancos, de tez clara con una boina negra.
-       ¿Eres estudiante en teología? – me dijo sereno y pausado
-       Si señor – le conteste débilmente
-       Bueno hoy te vas conmigo a mi casa
Ordeno que me soltaran y me dio un abrazo caluroso, bienvenido a mi país me dijo sonriendo. En el camino le pregunte su nombre
-       Soy Ernesto, Ernesto Cardenal
No tenía idea en ese entonces quien era ese señor, quien le habría dado mi nombre, mis datos, para que pudiera interesarse en mí. Más adelante me entere quien era realmente. Ernesto Cardenal fue ordenado sacerdote en Managua en 1965 y luego fundó una comunidad cristiana, casi monástica, en una de las islas del archipiélago de Solentiname en el lago Cocibolca. Ahí escribió el famoso libro El Evangelio de Solentiname.
Partidario de una "revolución desprovista de venganza", Cardenal colaboró estrechamente con el Frente Sandinista de Liberación Nacional en la lucha contra el régimen de Somoza y fue nombrado ministro de Cultura el mismo día de la victoria de la Revolución Nicaragüense, el 19 de julio de 1979. Ocupó este cargo hasta 1987, año en el que el ministerio se cerró por razones económicas. Cardenal recibe en 1980 el Premio de la Paz del Comercio Librero Alemán.
-       Yo nací el 20 de enero, un día como hoy – dijo mirando el cielo, siempre quise ver este país libre, prospero, lleno de justicia estrechándonos las manos trabajadores, campesinos, obreros y autoridades flameando esa bandera blanca en los cielos de Managua, desde el rio San Juan, hasta Raan, hasta Chinandega y Jinotega.
Este viaje fue diferente son tres días de trabajo y buscare a Ernesto cardenal me decía.
Llegue cuando Daniel Ortega era presidente de Nicaragua y se anunciaba nuevas elecciones y se vislumbraba a Violeta Chamorro como la presidente de ese país. Ernesto Cardenal terminaba el cargo que le habían dado de Ministro de Cultura. Apenas pudimos estar una tarde soleada y triste, pero estaba tan alegre por mi regreso
-       Te preparare un rico plato, se llama Baho, es de cecina, me sale rico ya verás cuando lo pruebes
-       Entonces comeremos celebrando nuestro encuentro
-       Quizá sea la última vez que te vea amigo – lo dijo con tristeza – no me mires así, ya soy viejo, el tiempo no perdona y este país se resiste a salir de este estado en que se encuentra, después del terremoto de 1972 Managua se convirtió en una urbe de escombros, empobrecida ya casi no invierten algunos países. La Managua de hoy en día se construyó en la década de 1850.Su propósito original era servir como un pueblo de pescadores rurales. En 1819, por un Decreto Real del Rey Fernando VII de España, fue elevada a villa con el título de “Leal Villa de Santiago de Managua” por haberse mantenido leal al gobierno español durante los brotes independentistas de 1811 en Nicaragua. El 24 de julio de 1846 fue elevada a ciudad con el nombre de Santiago de Managua.
Esa tarde de sol moribundo hablamos de viejas historias, el frio viento acariciaba mi rostro. Tome el jugo de papaya lamentando de como el tiempo no perdona.
Me despedí esa tarde de sol abrasador, un abrazo casi moribundo, en silencio, yo lo sentía más porque aprendí a valorar el significado de amigo incondicional.




Managua


2


Estaba listo para embarcarme con Francisco en el aeropuerto Jorge Chávez de Lima. La ciudad no era la misma había cambios en todo, se anunciaba la candidatura de un chinito llamado Alberto Fujimori.
Estaba consternado un poco con Francisco respecto al vuelo, no iríamos en un vuelo clásico, comercial; lo nuestro era un avión del ejército, del grupo 8 de la fuerza área que realizaba vuelos de acción cívica a zonas de emergencia, era un fokker que llevaba  víveres, algunos pasajeros haciendo escala en varios lugares.
Alzamos vuelo rumbo para Puerto Maldonado, la selva  Omagua, de la serpiente de oro, el rio Madre de Dios.



Aeropuerto Jorge Chávez Lima

Hicimos una breve parada en Cusco, bajaron algunos pasajeros, pero subieron muchos más para la siguiente escala en Puerto Maldonado. El frio en esta ciudad es fuerte y golpea, el piloto muy sonriente se nos acercó diciendo:
-       ¿A que parte están yendo muchachos?
-       Nos vamos a Iberia Señor, pero haremos una parada en Puerto Maldonado
-       ¿y a que están yendo a Iberia?
-       Mi familia vive allí señor – dijo con soltura Francisco
-       Qué bueno amigos, un lugar distante pero llegaremos sin novedad y el tiempo está perfecto
-       Gracias por traernos, le estaremos muy agradecidos siempre
-       No se preocupen, solo hago mi trabajo

Y comenzó a llamar a todos los pasajeros que salimos a tomar un poco de sol, dentro del avión el frio es intenso. Algunos sacaron sus termos para tomar café y otros compartieron pasteles. La familiaridad es intensa cuando uno viaja en esas circunstancias. El cambio es notorio cuando volábamos por los cielos de la selva Baja, desde al avión podía ver al río Madre de Dios, era una serpiente que cruzaba todo el valle.




Rio Madre de Dios


El avión aterrizo al Aeropuerto Internacional "padre Aldamiz" de Puerto Maldonado  perfectamente, el piloto con la sonrisa de siempre se dirigió a nosotros: - amigos hemos llegado, gracias por volar con nosotros, estamos a sus servicios, hasta pronto -  todos nos abrazamos despidiéndonos si alguna vez nos volvamos a encontrarnos por este mismo camino
Nos despedimos con un fuerte abrazo con el piloto y su personal- Adiós amigos ya saben dónde encontrarme, cuídense – nos dijo con tristeza. Ese fue el último viaje que hice con el piloto,  su avión se estrelló en el cerro de Huasahuasi en Tarma.

Entramos a un restaurant por el mercado viendo posibilidades de tomar un carro que nos lleve a Iberia. Nos dijeron que el carro salía la otra semana, están arreglando un puente que se cayó por la lluvia.
-       Una semana, te imaginas Francisco, ¿qué hacemos mientras en esta ciudad?
-       No sé, la verdad no tenía planeado esto, algo haremos mientras disfrutemos nuestro almuerzo
Comíamos el pollo asado servido en bandeja para cada uno, con yucas y plátano, cuando alguien detrás de nosotros nos interrumpió saludándonos con una sonrisa de oreja a oreja
-       Hola amigos, hola Gabriel,  me puso la mano en el hombro
-       Perdona ¿Quién eres amigo? – dijo Francisco
-       ¿No me digan que no se acuerdan de mí?
-       La verdad no amigo – dije extrañado tratando de recordar su imagen
-       Soy José Peña, se acuerdan que jugábamos futbol en la playa todas las tardes de verano, y tu Gabriel siempre jugabas de arquero y tu Francisco de delantero, luego nos íbamos a pescar en lancha tirando la red y sacábamos muchos peces para comer, además tu Gabriel me pusiste un apodo y era Gaty ¿te acuerdas?
-       Si, si amigo, pero tú eras gordo, fornido, mira nomas como estas, ¿Qué te paso?
-       Si la verdad es que estas muy mal amigo, con barba crecida, mira tu ropa pareces un orate y llevas cargado una bolsa de yute ¿Cómo te íbamos a reconocer? Si tu tenías mucho dinero, una linda casa, sacaste mucho oro del río ¿cuéntanos que te paso amigo?- le dije tomándole los hombros
-       Tengo tuberculosis y me estoy muriendo
-       No digas eso amigo – le dije sin mirar su rostro
-       Solo vine a comprar mi almuerzo, nadie me trae, nadie se me acerca, es comprensible todo esto, termino con esto me iré ahora mismo
-       ¡espera José! – le toque el hombro – ya no estás solo, ahora nos tienes a nosotros, vamos a tu casa amigo, te pondrás bien

Caminamos en silencio sin decir nada, pero la mirada de José había una luz de esperanza, sus ojos brillaban de esa alegría efímera, su rostro cadavérico gemía en silencio.
¡Llegamos! Dijo sonriente pero con dificultad al hablar, se cansaba de dar pasos largos, iba a paso de procesión. Era un edificio de cuatro pisos. Imagine entonces que vivía en un buen lugar; subíamos lento, escalón por escalón todos los pisos pero en ninguno se detuvo cuando llegamos a la azotea dijo aquí vivo. Era una enramada echa de plásticos con pedazos de cartones que le cubrían del sol y la lluvia, todo ese lugar olía a humedad pestilente.
Esa tarde francisco le bañaba, le cortaba su cabello y lo rasuraba. Hice mi parte limpiando todo el lugar, cambiamos de lugar al lado opuesto del sol, tire todos los cartones húmedos, los plásticos viejos, agujereados. Salimos con Francisco a la calle a comprar un colchón, sabana y una frazada. Nos preguntamos cómo cubrimos el techo, la lluvia destruirá todo lo que está debajo. Caminamos toda la avenida dos de Mayo, la avenida León Velarde, buscando algo prefabricado para darle calidad de vida a un amigo que nos ayudó en época de estudios.




Puerto Maldonado


Le compramos ropa, utensilios para sus alimentos. Un vendedor tenía una pieza prefabricada con puerta y ventana, allí dormirá José decíamos.
Agradecimos al dueño del edificio que nos permitió traer todo para armar su pieza. No es nada nos dijo, ese hombre me ayudo cuando recién llegue y no tenía nada, lo menos que puedo hacer es esto.

Esa noche a solas con José le pregunte porque estaba en estas condiciones, porque siendo un hombre con gran fuerza termine así, en miseria
-       José amigo, perdona la pregunta ¿Por qué estas así? ¿Qué paso con todo el oro que tenías?
-       Estuve ocho años en el rio sacando oro, me compre mi casa, tenía una moto y todo lo que un hombre podía tener en sus manos
-       Entonces, no entiendo que paso
-       Me case con una muchacha, perdí la cabeza, tenía ojos celestes, de tez blanca, a comienzo todo era excelente, era un tipo muy orgulloso, llevaba a mi mujer por todos lados exhibiéndola en bares, restaurantes, en la plaza, en fin ese error estoy pagando ahora
-       Error has dicho ¿Qué error?
-       Yo iba a trabajar al rio y ella se quedaba en la ciudad, fue entonces que conoció un muchacho siete años menor que ella y se fue con él, no sabes yo le rogué mil veces que no lo hiciera, le di mi casa, mi moto, todo, lo único que quería era estar al lado de ella.
-       Y… ¿Qué paso José?
-       A pesar de todo ella se fue y me dejo, deje de trabajar, mi vida se derrumbó, comencé literalmente a vivir en las cantinas, mi dinero se esfumaba, los amigos comenzaron a irse de mi lado, me quede solo y esto no vino solo, como no comía la tuberculosis me capturo y aquí estoy como me ves, muriendo en vida, me queda poco tiempo Gabriel, me moriré

Esa noche desde la terraza pude observar el rio Madre de Dios, en una semana o más estaremos del otro lado rumbo a Iberia.
Desde que llegamos había pasado dos semanas, la enfermedad de José era irreversible, escupía sangre cuando tosía, ya no quería comer y esto empeoraba su situación cada día.
-       Gabrielito por favor ven a mi lado
-       ¿Deseas algo José?
-       ¿puedes buscar a mi Rosa?
-       ¿a Rosa has dicho? ¿para qué amigo? Déjala ir, solo piensa en ti 
-       Dame ese último favor en vida, quiero verla, solo eso, que ella este bien y que no le falte nada, entonces moriré en paz
-       Bien amigo ¿Dónde vive ella?
-       Por el mercado, hay una tienda grande donde venden motos, al lado hay una casa de tres pisos, no te perderás, es fácil llegar

Cuando llegue por la zona pregunte por ella, y recibí muchos desaires, indiferencias y apatía
Ah, esa ramera – era la frase común que me decían todos, pero no entendía, quizá se equivocan. Seguiré preguntando por Rosa. Cuando llegue a la dirección quise tocar la puerta verde, escuche gritos, llantos de una mujer. Estuve parado breve tiempo, cuando se abrió la puerta un individuo sacaba a una mujer tirándole de los cabellos hacia la calle. Cayo al suelo llorando. Y ya sabes si no te acuestas con quien yo digo, no te daré de comer y todo lo demás. Tiro la puerta con fuerza extravagante. Trate de acercarme a la mujer y le extendí mi mano. Me miro con desconfianza, no te preocupes, no te hare daño, ¿eres Rosa? Sonrió ante mi pregunta, ¿deseas estar conmigo? No Rosa, podemos sentarnos en algún lugar a tomar café y charlar, solo quiero eso. Bueno, si es así vamos a comer que tengo hambre. Caminamos no quería ir con moto taxi.
En el restaurante comía con desesperación, disculpa no comí desde ayer, tranquila mujer, come como apetezcas.
-       ¿Rosa como estas?
-       ¿Mal no me has visto como me trata ese idiota?
-       Como así Rosa, ¿Por qué?
-       Estuve casada con José y el me dejaba sola aquí días, fue entonces que me enamore de este muchacho, caí en sus redes y termine dejando a mi esposo, lloraba para que no me fuera con él. No sabes, estoy pagando con creces todo esto, como viste me hizo prostituir, estoy con sida, me moriré algún día, solo es cuestión de tiempo. Bien ya me voy, gracias por el almuerzo, Dios te lo pague amigo.
La vi caminar con dificultad, estaba como drogada, posiblemente su enfermedad le pasaría factura. Era como me dijo José ojos azules, tez blanca, cabello castaño, debió ser muy hermosa tiempo atrás.  José me conto esa noche de luna llena que Rosa vivía cómodamente rodeada de lujos, tenía el mundo a sus pies, y que eso le era suficiente, que este bien, lo demás no importaba. Pero como decirle a un moribundo que su Rosa, el amor de su vida vivía en una miseria de vida que no es vida, que este hombre quien le arrebato su único amor le había prostituido, que le golpeaba, que no le daba de comer, en fin cada uno toma su propia elección y ella escogió lo suyo.
-       ¿Gabrielito viniste con Rosa? ¿la encontraste?
-       No, no la encontré, busque en varios lugares y una señora respetable me dijo que ella se fue a vivir al Cusco, que allá tenia negocios que atender
-       ¿pero te dijeron como esta ella?
-       Claro amigo, ella está bien, así como la dejaste, muy hermosa
-       Bien, eso está mejor, no pido más – suspiro y cerró los ojos
En la noche me acerque para darle de comer, le toque el hombro diciéndole que llego su caldo de gallina. Levemente dio la vuelta y me  tomo de la mano queriendo decir algo, le pregunte que si deseaba algo para traerle, movió la cabeza asintiendo que no. Entonces abrió la boca con dificultad para hablar, trate de que no se moviera, me miro tan triste y a la vez lleno de esa esperanza cuando lo vi en el mercado esa tarde que llegue a Puerto Maldonado. ¡Gracias Gabriel! Gracias a los dos, me han regalado el cielo estos días, mis horas fueron esa eternidad que tanto espere, soy feliz, no pido más. Me abrazo en silencio y sentí su último aliento y su cuerpo se desvaneció allí mismo sin vida, había muerto feliz pensando que su Rosa era feliz y no le importaba que su vida se quebraba en esa miseria tan patética como el de Rosa en un mundo que no es vida. Le cubrí con sabana todo el rostro, y espere que llegara Francisco. Comunique al dueño de la casa, me dijo que me iba a ayudar para el entierro, que se merecía esto y más.
Don Augusto comenzó a llorar en silencio, sin decir palabra alguna. Iré a la beneficencia para pedir un nicho en el cementerio, será esta tarde el entierro, para que más, diciendo se fue.
Esa tarde solo estuvimos con la familia de don Augusto, el silencio nos embargaba presionando nuestra emoción de llorar o reír porque esto era lo mejor para José, ese descanso esperado para no seguir sufriendo sus miserias.






    Cementerio general “San Martín de Porres” allí está enterrado José



3
Llego el día que teníamos que partir a Iberia, bajamos hasta la ribera del rio donde estaban las lanchas que nos llevarían al otro lado, cruzamos el rio Madre de Dios, al otro lado buscamos alguna movilidad que nos lleve hasta Iberia, cerca de una tienda estaba una camioneta, la gente subía con todas sus compras. ¿Amigo nos puede llevar a Iberia?- si suban nomas- son las 9 de la mañana, ¿a qué hora estaremos en Iberia? eso depende mucho de cómo esta la carretera.
Comenzamos a surcar nuestro viaje, una selva inhóspita, cargado de vegetación agreste. Se podía ver el cielo abierto  volando cientos de aves de toda especie. Sobre todo animales cruzando la carretera, jabalíes, venados, tarántulas de gran tamaño, tan común para los pobladores de estas zonas.
Francisco me decía que Madre de Dios tiene solo tres provincias y once distritos, salimos de Tambopata y nos dirigíamos al Tahuamanu y que su familia vivía en Iberia, allí estaríamos solo una semana para luego ir a Iñapari, frontera con Acre Brasil.
Nos detuvimos en Mavila para almorzar, todos bajamos cansados de este viaje y con un sol abrasador. ¿Quieres comer carne de monte? – Me dijo Francisco sonriente -  ¿Cómo carne de monte? Le replique, mira Gabriel de aquí hacia dentro solo se come ese tipo de carne, lo que cazan lo venden y eso comen los habitantes. Entendí el mensaje. No te preocupes por mi viejo, yo estoy preparado para todo, no tengo ningún problema en cuanto a esto, comeré lo que dan, pues para donde vamos es el alto manu y allí no hay comida criolla como en nuestra costa limeña. Eso me gusta de ti Gabriel, caminaremos sin problemas en nuestro viaje pues como soy oriundo de esta zona no me hago problemas, te enseñare a pescar en el rio, a nadar en su corriente, a navegar en sus lanchas, conocerás a la selva de mis padres.



Mavila


Francisco me narraba la historia de Puerto Maldonado escrita por un joven llamado Pavel Martiarena lo decía con gran entusiasmo. Hace miles de años el hombre llegó a nuestra amazonia y nunca más se fue, sobrevivió al gran diluvio gracias a la Semilla del legendario árbol Huanamei (cosmovisión Harakmbut). Supo vivir en armonía con la naturaleza, multiplicarse en familias y grupos que con el pasar del tiempo tomaron diferentes caminos, pero siempre hubieron de recordar a sus antepasados, de esa forma dejaron en las selvas testimonios vivientes de su mítica cultura, el más famoso y enigmático de ellos: Los Petroglifos de Pusharo, situado en el Manu, según estiman a entradas del famoso Paititi. Hasta que conocieron a los hombres que habitaban los andes quizás sus parientes lejanos con los que llegaron a respetarse y realizar trueques; pieles, plumas, madera, granos subían a la sierra, y de ella bajaban, sobre todo, los metales y tejidos de algodón. Pronto estos forasteros serían incluidos al nuevo Imperio dominante, los Incas, que encantados y ambicionando la enorme riqueza de los territorios que conocían como “Antisuyo”, decidieron ir a su conquista. Pero la valentía y rebeldía de los bravos “chunchos”, como los llamaban despectivamente, fue siempre el talón de Aquiles del Tahuantinsuyo; entre los más antiguos pobladores de nuestras selvas están los Harakmbut, Machigengas y Esse Ejas.

Cuando los españoles llegaron a estas tierras devastando y apuñalando el corazón del Imperio más grande de Sudamérica, no dudaron tampoco en ir al Antisuyo y apoderarse de sus riquezas, pero esta vez fue la Leyenda del Paititi lo que alimentó con fervor su avaricia. Se le reconoce a Pedro de Candía, uno de los Trece de la Isla del Gallo, como el primer explorador del Antisuyo (1538), inaugurando la fila interminable de expediciones que regresaron con las manos vacías, fortaleciendo la Leyenda de este territorio indomable. Pero tuvo que ser alguien quien descubriese el camino al río más grande y nombrado de la época, su nombre fue Juan Álvarez Maldonado, considerado el primer explorador en navegar el río Amarumayo (hoy Madre de Dios) dejando mapas y descripciones del hasta entonces (1567) desconocido río de la Serpiente. Aun así, también esta expedición resulto siendo un fracaso, la hostilidad del nativo y lo difícil que se hace dominar los ríos de esta región hicieron que pasaran largos años hasta recordar otra notable expedición (1861), curiosamente al mando de otro Maldonado, su nombre: Faustino. Considerado el primero en recorrer completamente Madre de Dios, que para ese entonces ya era conocido así. Tuvo que pasar tres siglos de diferencia, y mientras el propósito de Juan Álvarez era encontrar el Paititi, Faustino emprendió su viaje por explorar las posibilidades del lucrativo negocio de la Cascarilla. El primero dio a conocer las nacientes del afamado río, el otro terminaría afirmando su recorrido completo.
Para ese entonces lo inevitable estaba por empezar, la Época del Caucho iba llegando con mayor fuerza a las selvas Sudamericanas y la recién descubierta hoya hidrográfica del Madre de Dios, se perfilaba como la gran oportunidad para nuevos caucheros. En 1879 el precio del Látex en mención, alteró completamente la economía mundial y se hizo necesario buscar la ruta más corta y con menos gastos para transportar la materia prima de Madre de Dios. Pero acceder a nuestros árboles seguía siendo una hazaña, y es entonces que comenzamos a hablar de Carlos Fermín Fitzcarrald, un personaje que cambiaría por completo el panorama de nuestra región, descubriendo un nuevo camino, entrando desde un afluente del Río Urubamba a otro pequeño tributario del Madre de Dios mediante un Istmo que hoy lleva su nombre. Desde ese momento se establecerían los primeros caucheros peruanos en nuestra región (la mayoría de regiones nor orientales como Loreto, Moyobamba, entre otros), entablando disputas y alianzas con empresarios bolivianos y brasileros que ya se encontraban trabajando en nuestros bosques. Pero también fueron años durísimos para el amazónico, que fiel a lo que escribía la historia de ellos, no dejaron de enfrentarse al extraño venido de lejos, exponiéndose a la desventaja en cuanto a armamentos y sufriendo no solo el casi exterminio de varias familias etno lingüísticas, si no al castigo y sucesiva explotación que fueron obligados a pasar ya que por ese entonces el sonido de la carabina Winchester 44 o también conocido como "Articulo 44 de 11 incisos" por las 11 balas que cargaba, era el árbitro supremo de la selva. De esta oscura época también nos podemos referir a los sobrenombres despectivos que los caucheros dieron a los amazónicos (usados hasta nuestros días), apodos o vituperios como "huarayos" a los Esse Ejas o "mashcos" a los Harakmbut, con quienes precisamente tuvieron las más cruentas y sangrientas batallas. Era finales de 1800 y nuestra Soberanía Territorial también se encontraba en riesgo, a merced de brasileros y bolivianos, más aun cuando fallece Fitzcarrald en 1897. Bajo esas circunstancias llega a estas selvas el industrial limeño Ernesto L. Rivero Mellans, y al encontrarse con tal situación y vulnerabilidad territorial, remite inmediatamente un informe a la Prefectura de Iquitos, detallando las bondades de esta desconocida parte del País. Dicho informe sería tomado en cuenta por el Gobierno de ese entonces (Presd. López de Romaña)  que procedería a crear la Junta de Vías Fluviales y tuvo como misión establecer la Comisaria de Puerto Maldonado (10 de Julio de 1902) primera dependencia del Estado en esas zonas, siendo su Comisario el Sr. Juan Villalta, olvidado personaje del cual actualmente dos pequeños pasajes llevan su nombre, en realidad, en casos como éste se ve reflejada toda la indiferencia heredada por décadas. Luego de varios enfrentamientos como la Batalla de Illampu (1910), y el peligro latente de perderlo todo, el Gobierno de Billlinghurts crea el departamento de Madre de Dios (26 de Diciembre del 1912) y de esta forma se frustra la arremetida expansionista de gobiernos y capitales extranjeros, aunque vale mencionar un detalle que nos hincha el pecho, cientos de familias peruanas establecidas desde antes en Acre y Pando eligieron abandonar estos territorios y trasladarse con todo lo que podían al nuevo suelo patrio, en el recién creado Madre de Dios, ejemplo de patriotismo e identificación tan raro de encontrar hoy en día.
Ya para eso la fiebre del Caucho estaba por terminar, los árboles plantados por los ingleses en Asia con nuestras propias semillas pasaron a producir más y mejor látex; pero nada volvería a ser igual para los restos de la población nativa, muchos grupos desde ese entonces eligieron el aislamiento voluntario u otros con peor suerte, desaparecieron sin dejar el menor rastro (el caso más conocido: Los Iñaparis), eso está comprobado según publicaciones de los Misioneros Dominicos, que fueron los primeros en conocer sus diferentes etnias, tradiciones y formas de vivir, aunque claro, todo ello con un objetivo evangelizador, allí viene otro debate.
Con ellos, solo quedarían en el nuevo departamento, aquellos designados a hacer patria, aquellos pioneros y valientes familias a quienes se incluirían la gran colonia Japonesa y extranjeros de diversas nacionalidades (Brasileros, Españoles, Bolivianos, Italianos, Franceses, Rusos, Estadounidenses, Polacos, entre otros) que forjarían el desarrollo de un territorio del que voluntariamente decidieron ser parte, ya que sin las divisas del Caucho ni la presencia real del Gobierno, debió ser en su momento, más que admirable o desatinada la opción de quedarse en el nuevo departamento.
Pronto el pequeño pueblo, capital del departamento, debido a las constantes inundaciones es trasladada a la parte de arriba siendo ésta su actual ubicación (desde 1925), labor que fue emprendida por el Prefecto de entonces, Carlos León Velarde, quien también afirmaría el camino hasta Iñapari en el Tahuamanu y los primeros kilómetros hacía el Cusco, entre otros importantes logros que lo llevarían a ser una de las autoridades más recordadas del departamento.
Más adelante llegaría el esplendor de Iberia, gracias a su notable producción de Shiringa, del Fundo del mismo nombre del cual era dueño el español Sr. Máximo Rodríguez, gran artífice del desarrollo de Madre de Dios y baluarte en la defensa de nuestro territorio. También vendría el apogeo de la Castaña que hasta nuestros días es fuente de trabajo de numerosas familias, que al igual que la Shiringa en Iberia, es un recurso que genera mínimos daños ambientales.
No tardaría mucho tiempo hasta que regresen los booms o fiebres, siendo las actuales la Minería Informal y la Tala indiscriminada, con mayor y menor grado de problemática respectivamente, generando una superpoblación migratoria y la actual convulsión socio ambiental que sigue manteniéndonos preocupados.
¿Qué etnias viven por aquí Francisco? - En la región viven tribus nativas que se mantienen apartadas de la civilización, como los grupos de los huarayos, los mashcos, piros, amahuacas, machiguengas, amaracaes y los yamanahuas.
-       Que interesante esta historia Francisco, me gusta cómo se forman los pueblos, pero a costas de vidas, sobre todo de los nativos, y te aseguro que para el dos mil, Puerto Maldonado cambiara abruptamente, con la llegada de nuevas tecnologías, pistas amplias, entonces la selva de tu padre se convertirá en un monstruo que destruye su selva y los animales morirán envenenados por esos mineros informales que echa desechos tóxicos , sin mencionar los que talan árboles y nadie dice nada
-       Eres un poco exagerado en esta apreciación Gabriel, esta selva no cambiara, te lo aseguro
-       Francisco ya se habla de la globalización, no entiendo mucho de esto, vivimos en 1985, dicen que Europa se unirá y formaran el mercado común europeo y tendrán sus propias monedas ¿te imaginas todo esto? ¿Qué sucederá el año 2000? ¿cómo viviremos con esos cambios? ¿Se acerca el siglo XXI que innovaciones habrá en el mundo?
-       Pero Gabriel son los ochentas, es nuestro mundo y vivamos un día a la vez, recuerda que vinimos por una misión.
-       Si, quizá todo lo que habla CNN no sea cierto, mucha hipérbole, eso es
El chofer anunciaba que todos deberíamos de subir al carro, que nos esperaba todo el día de camino a Iberia. Solo que esos caminos no tenían puente solo tenían arboles cortados y prefabricados como puentes y había que bajar del carro para que cruzara sin problemas.


Llegamos a Iberia a las cinco de la tarde, el viaje fue muy duro, el sol nos golpeaba fuerte, pero al fin,  estábamos a la mitad del camino.
La familia de Francisco nos dio un cálido recibimiento hubo algarabía porque Francisco, el último de los hijos había vuelto después de cinco años al terruño, los abrazos se confundían entre ellos. La madre de Francisco lloraba de emoción, en cambio el padre era un tipo alto, delgado, de tez blanca y los bigotes le daba un aire imponente, pero de buen temple, cariñoso y amable. Así era don Alberto
-       ¿con quién viniste Pancho? – grito su hermana Flora
-       él es mi mejor amigo familia, se llama Gabriel, estudiamos juntos
Doña Gertrudis la madre de Francisco se acercó diciéndome que todos estaban muy agradecidos por lo que hacía con su hijo ayudándole con las materias de estudio. En fin esa tarde todos festejaron la llegada esperada de Francisco, pusieron canciones, trajeron bebidas frías, frutas, la mesa estaba llena de manjares exquisitos.
Esa noche doña Gertrudis puso en la mesa un mantel de color rojo, un candelabro al medio con una vela roja grande, esto atraía a las mariposas nocturnas y las más pequeñas volaban por encima de la lámpara.
Cuando llego don Alberto traía con Ángela la carne asada, el ambiente se impregno de ese olor apetecible que todos gritaron al unísono que rico. Pusieron la carne en medio de la mesa, era carne de venado. Doña Gertrudis dijo que esa noche era más especial que nunca – esta noche están dos hijos más – todos se miraron – no se hagan dijo con voz ronca – cualquiera que ayude a mis hijos, que se ponga al lado de ellos, que proteja su integridad, tendrá siempre de mi todo, y como Gabriel dio eso a mi hijo, te digo Gabriel que esta es tu casa, esta es tu familia, todo lo que tenemos te damos como si fueras de nuestra sangre – no sabía que decir, un nudo en mi garganta impidió que yo hablase, solo baje el rostro y mis ojos se humedecieron, no podía creer estaba llorando porque esa inmensa emoción me embargaba. Entonces sentí el abrazo familiar, todos me abrazaban y me decían gracias por ser de nosotros.

Al día siguiente fuimos con Roy hermano de francisco a la cocha, no sabía exactamente que era una cocha, Roy solo me dijo ya veras, entonces podrás decir lo que es una cocha. Caminamos un cierto trecho al monte, lleno de vegetación, al llegar a cierto trecho había muchos juncos, cientos de aves comenzaron a volar al ver nuestra presencia, entonces Roy abrió un grueso del junco con las demás yerbas silvestres del monte, había un pequeño bote. ¿De quién es? Es de un amigo me presto para pescar, es a eso lo que vinimos aquí, y nos iremos con muchos peces ya verás.
Empujamos el bote unos metros hacia una laguna no era tan grande pero Roy lo llamaba a eso una cocha. Gabriel tu iras de tras mío y yo remare hasta cierta distancia, avanzamos casi hasta la mitad, mire a los bordes del lago había muchos lagartos, estaban tan quietos y me preguntaba si nos estaban observando, Roy me dijo que si, esperaban algún movimiento inesperado de parte de nosotros, como cual le dije, bueno si ambos nos caemos ellos sin pensarlo vendrían hacia nosotros, así que tranquilo eso no pasara conmigo, cogí el remo y trataba de mover lo más fuerte para ambos lados para que la corriente no nos llevara y Roy se paró en la punta y cogió la red, tomo de una punta y lanzo expandiéndolo en el lago, espero unos minutos quizá uno, luego estiro y jalo hacia la proa donde él estaba y dio un giro hacia la mitad del bote y tiro la red, ayúdame suavemente pues pesa la red, cuando extendimos la red cayo muchos peces, dando saltos en el bote, luego hizo la misma operación, lanzo la red, otra vez salió muchos peces, en la tercera vez casi se cae al rio por tirar con fuerza a un lado, casi, grito en esa tarde semi oscura, el sol se ocultaba, vámonos le dije, ya tenemos lo suficiente, si vámonos por ambiciosos nos puede pasar algo.
Llegamos a casa cerca de las siete de la noche, toda la familia salió para ayudarnos con la carga, hubo mucho movimiento en la cocina, las hermanas de Roy comenzaron a limpiar los pescados. Esa noche comimos hasta saciarnos.




Plaza homenaje a los shiringueros


Visite una tarde la plaza me gusto el busto que hicieron, pregunte a un poblano que significaba un siringuero, este hombre me narro que hay un viejito llamado Eduardo Escompani Viñas hace rondas cada día. Antes del alba, sale a caminar una ruta específica de árbol a árbol, deteniéndose en cada uno para hacer un corte diagonal en su corteza. El látex blanco lechoso instantáneamente sale a la superficie y fluye hacia abajo por el nuevo canal hacia la lata oxidada acuñada en la corteza. Si nos distanciamos un poco de la lata, el árbol se ve como si tuviera un parche corrugado; agrega un nuevo corte cada día. ¿Ellos cortan los arboles cuando trabajan? No amigo los shiringueros nunca cortan sus árboles. Somos defensores del bosque. Uno empieza a cortar y todo el bosque se degrada. Nosotros siempre hemos vivido aquí con los animales en un balance natural. Si cortamos los árboles, perdemos los animales y todo el conocimiento del mundo natural. En verdad esto si me gusto, el cuidado único de la tala de árboles.
Iberia me envuelve mágicamente, mi alma gime esa libertad de ser parte con ese mundo verde, con el canto de sus aves, el sonido especial de los insectos cada atardecer, de ver nacer y morir el sol cada día, además ese embrujo que tiene el rio Tahuamanu, deseo ser parte de ese mundo, no quiero volver a ese otro mundo construido con cemento, bullicio, contaminación, olor a muerte.
  


                                                         Rio Tahuamanu


Todos se movían en la casa de un lugar a otro, eran las cinco de la mañana, recordé que llego la hora de partir a Iñapari, nuestra siguiente parada. Tomamos desayuno tan especial, como siempre la mamá de Francisco nos hacia un rico chicharon de pescado con yucas. Coman todo el desayuno muchachos de seguro llegaran a Iñapari al atardecer, la camioneta sale a las 8 de la mañana, es nuestro vecino Rodrigo ya hable con él para que los lleve, solo por favor cuídense mucho, la selva no es como ustedes piensan, tiene sus encantos, pero también es tramposa y celosa.
Nos despedimos de toda la familia, las lágrimas, los encargos, los abrazos, los besos, las palmadas en la espalda forman parte de esa integración familiar. Nos acompañaron a la casa del chofer, de ahí saldría seguro. Subimos al carro y con nosotros cuatro personas más que se sentaron en  la parte posterior del carro.
El viaje era similar cuando venimos de Puerto Maldonado a Iberia, solo que este viaje era el inicio de una larga travesía hacia el alto Tahuamanu. Nos encontraríamos con un amigo que nos indicaría el lugar donde iríamos llevando encargos de esperanza, a esos centros poblados muy alejados de toda civilización.
Iñapari era nuestra base de trabajo para viajar al este de Iñapari cercanías del parque nacional Alto Purús, cruzaremos hasta la reserva territorial Murunahua, no conocemos esta zona, pero tenemos un mapa que nos guiaremos en el transcurso de entrevistarnos con nuestro amigo Coahila.
Nos indicaron que fuéramos por camino estrecho, tipo trocha, no se perderán nos dijeron, toda la población conoce a Goliat. Camine pensando porque le decían la mayoría de personas a nuestro amigo Goliat, en fin seguimos la ruta que nos indicaron por el monte, hasta que llegamos a un fundo, salió un muchacho de entre la maleza y con una sonrisa nos dijo a quién buscábamos, le dijimos a Coahila, tenemos una cita en su casa, venimos de Lima, pasen les daré agua fresca, el señor ya llegara, no tarda, debe estar en camino ya. Mientras pueden ir al rio a bañarse solo tengan cuidado de las anguilas. Necesitábamos un buen baño después de todo ese viaje de un día. Bajamos hacia el rio cuando el sol se ocultaba entre los montes. Francisco mira le dije sorprendido nunca había visto un sapo de 25 centímetros de alto. Estas solo en las puertas de la selva, ya verás cosas que nunca viste Gabriel.
De regreso esta nuestro amigo esperándonos con la cena. Muchachos les estaba esperando, ¿cómo les fue en su viaje?, sonriendo le dije que era inolvidable todo. Siéntense dijo y a comer que se enfría la cena, el solo estaba comiendo un pollo entero, tenía papas sancochadas, ensaladas, mucha agua y todo eso era poco para el porqué media casi dos metros y 20 de altura. Ahora entiendo porque le decían Goliat, su cabeza era ancha redondeada, ojos grandes, solo sus manos podía superar a tres hombres en grosor, pero tenía un corazón sensible para los animales los protegía a cualquier costo, quería su selva intacta, no quería que nada ni nadie la destruyese.
-       Gabriel se quedaran dos días en mi casa, Lucho es un buen guía instructor, les acompañara solo hasta los linderos del parque, luego seguirán ustedes solos, les dirá lo que tienen que llevar, y todo sobre cómo sobrevivir en una selva tupida como esta, allá en ese poblado les están esperando, solo una cosa por nada del mundo digan a nadie como ese llama el lugar, queremos conservarlos fuera de cazadores furtivos y de otros que solo vienen a destruir
-       No se preocupe, de nosotros nada saldrá, lo prometo
Lucho era exigente en su capacitación para con nosotros. El lugar donde irán muchachos no es nada fácil, roguemos que Dios los acompañe en todo, les daré una pequeña brújula, les enseñare como se usa, los chafles, los mosquiteros es importante en las noches o serán devorados por cientos de mosquitos, comida seca para el camino, y agua, pero sabrán tomar agua y de las grandes hojas es bueno porque de los ríos tiene muchos huevos de zancudos y no olviden esto jamás orinen en los ríos cuando se están bañando y es mejor que sea con trusa deportiva apretada para que no entren ningún bicho.
Estaba preocupado por la responsabilidad e este viaje, lo haríamos en lancha, caminando por trechos, no dormir en el suelo sino en los árboles, en fin he pensado si algo me pasara. No pienses esas cosas me dijo Francisco tenemos que cuidarnos ambos, si tu duermes yo vigilo, tenemos sogas, cuchillos, chafles, y me darán una escopeta por si acaso, en fin vamos protegidos, lucho nos llevara hasta el parque y de ahí seguimos nosotros. Insistí si algo me pasara, siempre he querido ser enterrado donde mi cuerpo ya no de mas, allí me entierras, no pido más, y sé que lo harás amigo.
Esa mañana nos alistamos cuando el sol era adolescente todavía. Nos despedimos de nuestro amigo, nos abrazó a ambos y sin dificultad nos alzó a ambos. Cuídense muchachos, los quiero de vuelta aquí en tres meses a inicio del invierno, de vuelta les indicaran la ruta, darán una vuelta y les traerán no se preocupen de nada, solo protéjanse de este camino, nadie les ayudara estarán solos mis amigos.
Una camioneta nos llevó hasta cierto lugar y de ahí teníamos que caminar hasta alto Purús, fue muy cansado este viaje, a pesar de estar bajo los árboles, casi poco ingresa el sol, el camino está lleno de miles de moquitos de toda especie, el camino de trocha hay que abrirlos a puro machetazos. En el camino Lucho nos advertía cosas, preguntándonos que hacer en esos casos, que no hacer cuando se presenta ciertas circunstancias, íbamos aprendiendo a conocer la selva. Cuando llego la noche Lucho busco el árbol correcto, nos dijo como enlazar las hamacas, de tal manera que no tengamos problemas con serpientes, o animales carnívoros, pero aquí nos turnaremos, Gabriel tu empiezas, luego Francisco de doce a tres de la mañana, yo termino y les despierto.
Esa noche oscura solo podía escuchar el aullido de los monos, ciertas aves, pero si los miles de insectos, era una sinfonía y no me sentía solo. Recordaba a los murciélagos eran enormes y volaban eso de las cinco de la tarde. Se rieron cuando pregunte que aves negras están volando, Lucho me dijo que eran murciélagos, yo conozco los pequeños en la selva del Rupa Rupa y esas tarántulas enormes, que fácilmente los cogía sin miedo. Toma agarra este me decía, no Lucho, me hice a un lado, Gabriel no tienes que mostrar tu miedo los animales huelen ese líquido por eso atacan, tienes que dominar tus temores. También recordé esos árboles enormes que fácilmente podían abrazar de diez a quince personas. En algunos lugares estas raíces son tan grandes que dentro de ellos viven los nativos que todavía no alcanzaron su civilización. Fueron tres días de duro camino. Lucho nos dijo que los principales ríos como el Purús, Curanja, Cujar y Curiuja bordeaban el parque.
Al fin nos encontramos con cinco hombres en la ribera del rio Purús, dos de ellos eran los guardines del parque. Comimos arroz con pollo con yuca y mucho líquido que tanta falta nos hacía. Lucho nos dijo hasta aquí llego yo, de aquí ustedes seguirán por este rio y llegaran a un codo es visible, navegarán dos días, allí hay hombres que venden algo de comida como aquí, dejaran las lancha y caminaran hacia el norte, la brújula los guiara y llegaran dependiendo de cómo caminen en una semana a la reserva de Murunahua.
Francisco dijo podemos quedarnos a dormir hasta mañana, Lucho dijo que si porque veo a Gabriel exhausto, si le dije pero con gozo, es una experiencia para mí de tener esa armonía con la naturaleza.  Nos quedamos después de un baño toda esa tarde y en la noche en el pequeño campamento nos reunimos bajo los chillidos de las chicharras, los grillos, y todo animales de monte contándonos leyendas de estos parajes.
Muchos de estos nativos que viven en esta zona están en un distanciamiento voluntario y no tienen contacto con la civilización y son itinerantes, son cazadores y recolectores viven de esa forma, no son sedentarios, no realizan ninguna otra actividad, ojala no se topen con ellos.
La brigada de protección, siguiendo reportes de posible actividad maderera ilegal en la Reserva Territorial, encontró una trocha que se internaba en el bosque desde la orilla del rio y que podría haber sido de madereros ilegales. Al seguirla desde la orilla, a unos 10 metros aproximadamente, encontraron más de ocho “masapotes” (refugios construidos con hojas de palmeras por los indígenas aislados), restos de tortugas usadas para alimentación, cenizas y “capillejos” (canastos tejidos de hojas de palmeras), pertenecientes a un grupo de indígenas aislados, que al parecer habrían estado acampando en el área días atrás. Ante este hallazgo, los miembros de la brigada se retiraron inmediatamente.




Refugios o masapotes dispersas Alto Río Yurúa



4
Gabriel mira bien por donde pisas, no toques yerbas raras, cuando estés frente a algún animal solo aíslate, no provoques a la naturaleza, ella solo te guiara.
Vi cuando Lucho se quedaba parado en ese puerto y nosotros avanzamos por rio Purús hacia el norte.



                                                                                            Rio Purús


-       Gabriel esta zona abarca desde Iñapari, toda la provincia de Tahuamanu y Tambopata
-       Es inmenso en su recorrido Francisco, ojala que esta zona el gobierno lo declare intangible y pueda ser protegido, no debe ingresar esos miserables taladores de árboles, los mineros informales, como vimos en Puerto Maldonado, se está destruyendo la naturaleza su impacto es fuerte
En todo el trayecto hacíamos cambio para remar esa pequeña lancha que nos dieron. Veía surcar los cielos los guacamayos, loros y otras aves que no identifico. Esa tarde del tercer día Francisco me dijo no remos Gabriel, quédate quieto, porque le respondí, en frente de nosotros está cruzando una anaconda, mira qué largo es, debe ser de doce a quince metros. Su nado era más rápido que el de nuestra lancha, su grosor era el de dos hombres. Francisco esta pálido yo no sabía que emoción demostrar, simplemente me quede mudo, ese miedo me embargaba. Cuando llego a la orilla subió rápidamente y se perdió entre la maleza. Gabriel me dijo pausado y sereno, cuando era niño escuche muchas historias de anacondas, mi padre con sus amigos contaban las historias de sus padres que habían visto esos monstruos que para matarlos había que dispararles muchas balas. Y este animal es muy grande amigo, tranquilamente nos hubiera embestido, volteando la lancha y presa fácil nosotros, ya paso tuve tanto miedo, no te imaginas, me quede paralizado, sigamos nuestra ruta.
El sol moría en ese ocaso. Francisco me dijo ojala lleguemos a un pequeño puerto esos que están de paso, nos quedaremos allí y dormiremos, tengo miedo y de noche no se ve nada por el rio, parece que la luna no estará hoy. Avanzamos remando casi hasta las siete de la noche y no encontramos nada, que hacemos decía una y otra vez y esto me estresaba por la imagen que tenía aun de la anaconda y no quería encontrarme con otra y de noche.
De pronto a lo lejos se divisaba una pequeña luz en la ribera del rio. Mira, gritaba con alegría francisco, allí pediremos posada y alimentos. Paramos la lancha, un niño salió para recibirnos y le dijimos que si había alguien que nos diera de comer, si vengan salió corriendo hacia una pequeña choza echa de madera improvisada. Hola, estamos de paso, ¿tiene algo de comer?, nos miró con asombro y nos dijo que ¿ustedes no son del lugar, de donde son ustedes? Somos de Lima le dijimos, venimos a proteger el medio ambiente, que bueno amigos si es así pasen son bienvenidos a nuestra casa.  Francisco le conto de la anaconda, el señor solo escuchaba con asombro el relato. Les admiro por esto, sin duda alguien arriba los quiere mucho, esa suerte estaba echada, normalmente abecés atacan para comer algo, son animales impredecibles no sabes cuándo atacaran y como. Por estos lares siempre vienen personas con desagracias echadas que han tenido que matarlas para vivir, son las dueñas de estas tierras, les mostrare una foto que me regalaron esta en blanco y negro, lo han pasado de mano en mano, miren aquí esta. En realidad era muy grande, quizá haya muchos de gran tamaño andando por su selva.





Esa noche a la luz del mechero encendido pensé que la selva sobrevive quien camina sin maldad, sin dañar ese espíritu selvático, un mundo aparte, mundo con un sistema abierto de vivir con armonía cada día.
En el camino hemos observado nativos que están viviendo una vida sedentaria, comen lo que pescan en el rio, comen lo que pueden cazar.
-       Soy de los shipibo-Konibo, pero he vivido veinte años por estos lugares, me escape porque en mi clan uno que aprende la lengua de los blancos, dicen que mataran nuestras costumbres, que vendrán a destruirnos con sus dioses, me instruyo un blanco sin destruir mis costumbres, soy yo simplemente solo que tengo en mi cabeza mucho de esos conocimientos que me encargaron compartir y enseñar.
-       Estoy orgulloso que te hayas preparado para compartir con otros
-       Si y hoy les diré algo que aprendí, sé que es difícil los nombres, sus lenguas, sus costumbres. El nombre de Purus deriva de la voz indígena “Puru”, que en lengua antigua significa “pintado” o gente pintada, así con esa denominación se conocía la tribu de la Panarys. Hay otra teoría del origen del nombre de esta provincia, estaría en el nombre de la tribu de los “Purus Purus” originarios de los antiguos indios Panarys y Juuverys, en tiempos antiguos habitaban el Alto Ucayali. La tribu cashinahua se divide en dos partes. Los hombres pertenecen a la mitad que perteneció su padre, mientras que las mujeres pertenecen a la mitad que pertenecía la hermana de su padre. Estas mitades se llaman para los hombres inubake y duabake, mientras que para las mujeres se llaman banbake e inanibake. La sociedad cashinahua presenta mitades divididas a su vez en cuatro grupos de característica de generaciones compuesta por individuos alternados (hombres y mujeres) que llevan el mismo nombre awabakebu, yawabakebu, kanbakebu y dunabakebu. Partiendo de esta división la regla matrimonial es que los miembros de awabakebu se casan con los miembros de yawabakebu, y los miembros de kanbakebu se casan con los de dunabakebu. Los cashinahua denominan a su aldea como mae y deben cumplir los principios de organización. El núcleo de cada familia cashinahua lo componen familias de convivencia después del matrimonio dirigidas por dos hombres, cada uno pertenece a una patrimitad diferente (lo que los convierte en primos cruzados). Estos han intercambiado hermanas como esposas, además intercambiarán al menos un hijo varón con la hija del otro, de tal manera que cada mae es un microcosmos autónomo y autosuficiente. Los ritos los comparten cada uno de los hombres dominantes, esto quiere decir que mientras uno cumplirá la función de shamán (hunimakaya) el otro cumplirá la función de herborista (hunidauya).
-       Todo esto es un mundo diferente al de nosotros, debe ser igual pero lo que nos hace difícil es su lengua.
-       Pero hay más todavía para que se vayan a dormir
-       Las lenguas de la familia pano reciben sus nombres de los pueblos que las hablan. Por lo general, el nombre del pueblo es un sustantivo y un sufijo. El sustantivo alude al animal totémico del pueblo. Así, la palabra pano significa ‘armadillo’ y -bo el sufijo de plural. De esta manera, panobo significa ‘[el pueblo de los] armadillos’. Igualmente, los shipibo son ‘[el pueblo de los] monos’; los cashibo ‘[el pueblo de los] murciélagos’, los sharabo ‘[el pueblo de las] abejas’; los chacobo ‘los del Chaco’. Otras veces se usa el sufijo –nahua o -nawa, que significa 'gente'. Con esta regla es posible componer nombres de pueblos como sharanahua (shara, que significa 'abeja'),cashinahua, isconahua(isco, que significa 'oropéndola') y otros similares. Este detalle ayuda a entender parcialmente la nomenclatura de estos pueblos.
Una diferencia notable en el uso de los sufijos -nawa y -bo, es que el primero se emplea para aludir particularmente a los extranjeros. Si usted, que está leyendo este artículo, llega a una comunidad shipibo del alto Ucayali, será tomado por Nawa, empleado como sustantivo en una connotación no necesariamente negativa. De esta manera, -nawa es un clasificador exclusor. En rigor, los sharanahua son los 'hombres abeja que no somos nosotros'; mientras que el plural -bo puede usarse indistintamente para las nociones de inclusión o neutralidad étnica. Ahora se puede entender por qué se habla de los 'cashibo' y los 'cashinahua'; no tienen lenguas comunes;
Con toda esa clase que nos dio nuestro amigo, creo que este lado del mundo es tan grande, rico en cultura amazónica, pero eso a los gobiernos de nuestra nación no les importa en absoluto.



                                                  Nativos del alto Purús- Mashco Pirus


Los shipibos se autoconsideran joni-kon, o sea "la gente verdadera o por excelencia", su lengua es llamada joi-kon, la "lengua verdadera o por excelencia". Los "mestizos" (monolingües hispano-hablantes) son llamados nawa "foráneo" y el idioma castellano es conocido como nawa-n joi "lengua de los forasteros". Estaba tan orgullo José por todo lo que había aprendido de los mestizos o blancos como el los llamaba. Cuando dialogábamos su esposa se acercó a la mesa donde estábamos tomando masato, él se hizo un lado para darle espacio y le tomo de la mano, algo que nunca había visto en ninguna tribu. Y ella dijo sonriente estas palabras: E-a-beno iki (nokon papa yokat-i jo-a) joni vetan que significa: me case con el hombre que vino a pedir (mi mano) a mi padre. Fue una noche de risas, historias, lagrimas. José de la tribu shipibo dijo abrazándome, Gabriel este es un tiempo para recordar y se fue caminando con su mechero al lado de su mujer.
Esa noche tuve pesadillas de ver la serranía siendo aplastada por una serpiente gigante, la sangre de niños, mujeres corría por las calles. Todos se escondían, lloraban escapándose de esta serpiente, pero morían en todas las calles. Me desperté a las tres de la mañana con ese sueño. Alan García era nuestro presidente, recién había tomado el gobierno, pero sendero luminoso arrasaba con muertes y la economía del país se deterioraba.
José nos levantó a las cinco de la mañana para comer y luego partir. Amigos llegaran a la una de la tarde cuando el sol esta fuerte, dejan su lancha con el guardabosque, él les guiara cual es el camino que deberán seguir. Gracias por brindarme su amistad, los llevare siempre en mi corazón. Abrazamos a José, que el honor era nuestro, de habernos hospedado en su casa y comer de sus alimentos.
Íbamos alejándonos pero José estaba parado con su esposa en la ribera del rio mirándonos como nos alejábamos, cada vez que dábamos vuelta para verlos ellos levantaban ambas manos despidiéndonos de su selva, que hasta que los perdimos en esa espesura de montes y helechos.



En el trayecto nos topamos con un grupo de niños Purús, nunca entendimos lo que nos dijeron pero esas sonrisas nunca olvidare.
Llegamos a las doce y media de la tarde, había un pequeño caserío, hablamos con algún responsable para que nos indicara qué camino tomar, un joven se acercó a nosotros con avidez y hablaba nuestro lenguaje. ¿De dónde vienen ustedes? ¿A dónde van? ¿Van solos? En fin nos dijo muchas preguntas. Francisco le comento todo sobre nuestro viaje y por qué viajamos solos los dos, el muchacho tenía un rostro sorprendido, y a la vez estaba sonriente. Vengan nos dijo, nos llevó a una pequeña cabaña echa de caña y chapaja, el lugar era fresco, nos trajo agua de coco, se sentó enfrente de nosotros cuéntenme ¿cómo es Lima? ¿Cómo son las ciudades grandes? ¿Verdad hay carros que te llevan a cualquier parte? En fin nos hizo tantas preguntas, que le dije ¿quién te dijo todas esas cosas amigo?- fue un mestizo que vino el año pasado, nos contó todas esas cosas y yo quiero ir a lo que llaman escuela, comer en los restaurantes, en fin todas esas cosas que hay en ese mundo.
Entro un hombre armado a nuestra cabaña con voz fuerte pero muy alegre ¿son ustedes los que están viajando para el alto Purús? Si señor le dijimos, necesitamos que nos ayude a seguir nuestro camino, indicarnos cual camino seguir para no ir por otra dirección. Tranquilo muchachos yo mismo les llevare hasta una zona donde irán solos los dos sin doblar a ningún lado, el camino no es fácil, pero si llegaron hasta aquí y ya les queda poco, son solo tres días o cuatro al paso en que van lento sin prisa. No tienen idea de donde están ahora. La verdad no amigo, le respondí. Están en el Ucayali Parque del Alto Purús se encuentra en la región amazónica central oriental del Perú, colindante con la frontera de Brasil. Ocupa territorios de la provincia de Purús, departamento de Ucayali, y provincia de Tahuamanu, departamento de Madre de Dios.

      


                                                               Rio del Alto Purús

-       Quieren seguir su viaje después del almuerzo o se van mañana temprano cuando el sol todavía no ha salido
-       Quizá si avanzamos sería bueno para nosotros – le dije mirando a Francisco que asintió la cabeza aceptando el pedido

Almorzamos carne de zamaño con camote y plátano. Se llevaran algo de comer en el camino no hay nada, es cazar, pescar en fin ustedes quizá no estén preparados para esto.

Salimos eso de las tres de la tarde rumbo a nuestro destino, allá en el Alto Purús tenemos un amigo que hicieron un pequeño centro poblado con otras personas que aman los animales, viven protegiendo la fauna y flora del lugar.  Cada temporada llevan al rio cientos de tortugas, al rio para poblarlos, tratan de impedir que ingresen los cazadores furtivos, los tronqueros, en fin todo lo que destruye la selva.

El camino era muy difícil en su acceso para caminar, había que cortar helechos que estaban entretejidos por la maleza. En cada corte que realizábamos alcanzaba ver un tejido grande de telaraña, me quedé asombrado que de esa hilera estaban colgados ocho tarántulas semi negras, quizá dormían, en fin era maravilloso esa experiencia de miedo y adrenalina, como cuando grite pensando que era un tronco sin embargo era un cocodrilo. Caminamos hasta las siete de la noche y nuestro guía Sebastián nos dijo buscaremos donde dormir, tenía el mismo plan que Lucho cuando salimos de Iñapari, dos duermen y uno vigila.
Yo empiezo les dije hasta las nueve de la noche o diez en fin descansen ustedes. Tú también duerme Francisco que yo acompaño a Gabriel hasta cierta hora, yo tengo costumbre de estas caminatas. Gabriel te contare algunas de las leyendas que hay por estos lares, lo cuentan casi igual en todas partes, ¿no tendrás miedo después? – no hombre, como crees, si es leyenda no existe amigo, cuéntame a mi agradan escuchar sus mitos.- bien te contare algunos de ellos. La sachamama (hachamama) es una boa gigantesca y solitaria, que vive en los pantanos de la selva profunda. Llega un momento en su vida, quizá después de mil años, que incrementa su peso; de tal manera, que ya no puede reptar. Entonces busca un lugar para vivir permanentemente. Consigue, con su poderosa cola, un espacio lo suficientemente amplio; donde pone su cabeza y ahí espera. El gran poder de atracción que ejerce, le permite jalar a sus víctimas hacia esa pequeña área de territorio, marcado y vigilado adelante de su cabeza.
Cualquier animal u hombre que por ignorancia o descuido pasa cerca de ella, apenas distingue la cabeza de la alimaña .Pero pobre el incauto ya que correrá una triste peripecia. Más rápido que una centella ocurre lo inesperado. Pues, el infortunado habrá caído en el campo a tractor de la Sachamama. Estará atrapado con su poderosa mandíbula, en un tris-tras lo tritura y se lo tragara. Hartando su hambre, le espera un largo y plácido sueño.
También se escucha mucho del El tunche maligno es un ser que vaga por las noches oscuras de la selva, como alma en pena, unos dicen que es un ave, otros que es un brujo o un espíritu del mal “un diablo” que goza aterrorizando a la gente. Pero nadie lo ha visto, y todos lo reconocen con temor cuando en plena oscuridad lanza al aire un silbido penetrante que por instantes se pierde en el monte a lo lejos, pero vuelve a silbar ya sobre el techo de una casa o a la orilla del río. Todo es tan rápido que la gente solo atina a persignarse o a rezar, porque existe la creencia de que cuando silba con insistencia por los alrededores de un pueblo, anuncia malos presagios, y cuando lo hace sobre una casa, enfermedad o muerte. Burlarse del tunchi o tunche, insultarlo, puede costarle caro al atrevido, ya que lo hará enfurecer y entonces atacará con mayor insistencia, silbando, lo perseguirá tanto que hasta el más valiente terminará entrando en pánico, que puede llevarlo a la locura o a la muerte.
-       Y estas cosas pueden ser, en el camino vimos una anaconda y era muy grande
-       Muchos han visto al tunche, sobre todo los tronqueros, se hablan por todos estos lados y El chullachaqui es un Duende o diablillo de selva, pequeño de estatura, viste siempre una cushma o ponchito colorado cuando va a trabajar a su chacra o anda de paseo. Puede transformarse tomando la forma o figura de cualquier persona o animal, cuando quiere atrapar una nueva y bella doncella y hacerla perder en el monte para siempre. Se cuenta que las personas perdidas en la selva suelen encontrarlo. El Chullachaqui no vuelve aparecer en el mundo real, y su víctima pasa a formar a las legiones de duendes de este diablillo, de las cuales es el jefe absoluto. En lo profundo de la selva posee chacras donde cultiva sus alimentos, que resultan ser plantas venenosas similares a la papa, la yuca y otros vegetales alimenticios. Se dice que si  encontráramos un familiar u otro ser querido casualmente y sin razón alguna. Porque, seguramente, el Chullachaqui toma esa forma para hacernos perder en el monte y solo podemos escapar de su “encantamiento”, si logramos descubrir que su pie izquierdo tiene la forma de una pata de cabra. Es raro pero también se cuenta que pueden tener su pie en forma de patas de otro animal, o incluso un pie humano vuelto hacia atrás.
-       que interesante todo esto amigo, quizá me toque con alguno de estos, debo estar siempre a la ofensiva.
-       Si, uno nunca sabe, ya me voy a dormir, cualquier cosa solo grita amigo
-       Lo hare, descansa y gracias por todo, sin tu ayuda no hubiéramos podido seguir nuestra ruta.

La selva del Alto Purús es muy hermosa, y no podía creerlo que estemos por el Ucayali, ¡tan lejos hemos viajado!, se pierde todo el control respecto al tiempo, allí no existe el tiempo, es mágico sus días y sus noches.
Lejos de toda civilización, lejos del bullicio, lejos de la contaminación que solo destruye la poca vegetación que existe en nuestro lado de población.
Aquí el tiempo se detuvo, no hay comparación con nada, ojala, hombre alguno no viniera por aquí, he visto tortugas de gran tamaño, casi de un metro de alto, sapos de 30 centímetros de alto, aves, insectos, que no he visto en libros, en fin es el paraíso encantado del Alto Purús.






                                                                    Parque nacional Alto Purús

5

Proteger su vida y su salud desarrollando prioritariamente acciones y políticas preventivas. Respectar su decisión en torno a la forma de interrelacionarse con el resto de la sociedad y con el Estado.  Proteger su cultura y sus modos tradicionales de vida, reconociendo la particular relación espiritual de estos pueblos con su hábitat, como elemento constitutivo de su identidad. Reconocer su derecho a poseer las tierras que ocupan, restringiendo el ingreso de foráneos a las mismas; la propiedad de las poblaciones sobre las tierras que poseen se garantiza cuando adoptan el sedentarismo como modo de vida. Garantizar el libre acceso y uso exclusivo de sus tierras y los recursos naturales para sus actividades tradicionales de subsistencia, y Establecer reservas indígenas, las que se determinarán sobre la base de las áreas que ocupan y a las que hayan tenido acceso tradicional, hasta que decidan su titulación en forma voluntaria.
-       ¿Qué te parece este documento Gabriel?
-       He leído en el lado de Brasil, no sé, creo en muchos países, ¿pero realmente se cumple amigo?
-       Como así Gabriel, en varios países has dicho
-       Si Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Bolivia y Paraguay, estuve ahí y se cómo tratan a los nativos, la lectura es igual, pero cada gobierno que gana las elecciones tiene otras formas de trabajo, venden las tierras que con proyectos de ley se protegieron, no quisiera que nunca se hiciera pistas modernas por el madre de Dios, solo con carreteras
-       Y ¿Qué de la modernidad?
-       En el nombre de la modernidad se destruyen todo, no te imaginas que el nivel del impacto de destrucción es más fuerte que la modernidad, jamás se recupera, miles de animales desaparecerán, el hombre vendrá y se llevara como trofeos a los animales gigantes, muchos desaparecerán, se extinguirán, este el último rincón del mundo, es el pulmón del mundo
-       Aquí vienen en nombre de algún diputado o senador y tienen potestad de talar árboles, me han dicho que ya están sacando oro, destruyendo el agua, en todo el ecosistema
-       Te das cuenta amigo, y solo este el inicio de todo, cuando lleguemos al año dos mil, ¿Qué crees que pasara con todo esto? Se acaba este siglo XX, luego viene el tercer milenio amigo, preparémonos.
-       Gabriel te diré algo amigo, estoy muy preocupado por esto, El distrito de Iberia cuenta con una población de 3000 habitantes, el distrito de Iñapari con 800 habitantes y Las Piedras con 2000 habitantes. El 70% de la población es urbana. La región de Iberia, hasta los años 1980 fue el centro más importante para la producción de shiringa en el Perú. Hoy en día la expansión de las actividades forestales, agrícolas y ganaderas amenazan con la destrucción de las antiguas “estradas” de shiringa. En distrito de Iberia es un polo de atracción para migrantes de la Congregación Israelita del Nuevo Pacto que cuentan con dos comunidades: Nueva Alianza y Pacahuara. Esta secta ha solicitado el reconocimiento de 26,000 has. Uno de los riesgos del crecimiento poblacional de este grupo es la deforestación causada para la instalación de monocultivos y su expansión cada vez mayor hacia los bosques del Tahuamanu.
-
-        Entiendo tu indignación Roy, como es posible que el gobierno permita traer gente a vivir, ellos son nuestro primer enemigo cuyo impacto será irreparable.
-       Bueno Gabriel vamos a comer esta carne asada, de aquí en adelante ustedes seguirán solos, ya no hay peligro de desviarse, solo cuando se topen con algunos de los nativos que andan totalmente desnudos, no se acerquen a ellos pueden ser peligrosos, sabemos que no quieren tener contacto con el mundo de afuera, sigan su camino con mucha cautela, solo eso amigos.
Esa mañana otro de nuestros guías nos dejaba a nuestra suerte, en un mundo lleno de misterios de caminar a tientas, es difícil orientarse, los árboles son inmensos, solo vez rayos del sol que se impregnan como estelas en zonas tan inmensas, profundas.
-       Adiós muchachos, que les vaya bien en su viaje, les admiro mucho, dejar la civilización por estar con una aldea por un año es un reto de pasión, de coraje y mucha entrega.
-       Gracias a ti Roy, tu amas la selva y eso nos basta, cuidemos este último lugar del mundo
Nos abrazamos los tres esa mañana sin decir nada  y Roy había caminado unos metros, se dio la vuelta y me dijo:
-       ¿Gabriel es verdad que si murieses en este lugar aquí serias enterrado?
-       Si Roy, así es
-       Pero ¿Por qué?
-       Porque hasta ahí nomás llegue, si Dios dijo hasta ahí, ahí será, no pido más, solo eso, está en mi ese sentir Roy
-       Es cierto Roy – dijo Francisco – siempre ha sido así en el corazón de Gabriel, yo respetaré eso y así será, solo llevare algunas de sus pertenencias para indicar que Gabriel descansa en esa eternidad
-       Entonces que puedo decir, que tú y la naturaleza son uno, tu amas ese espíritu de la selva y ella te respeta y sé que te guardara Gabriel
Diciendo esto dio la vuelta, solo levanto la mano como despidiéndose y se perdió entre la maleza.



6

Comenzamos a caminar hacia el norte como nos indicaron desde Iñapari, caminamos hasta las dos de la tarde sin parar. En el camino angosto muchas veces por toda esa maleza nos habríamos paso para cruzar al otro lado del camino. Francisco usaba los pocos conocimientos que sabía de la selva, me indicaba que ramas no había que tocar porque tenían veneno, algunos animales no había que cogerlos porque podían ser venenosos. Frente a nosotros estaba un lagarto enorme y nos detuvimos un instante a verlo, yo quería verlo de muy cerca, pero pueden correr y de una mordedura atraparnos en ese fango que teníamos que cruzar.


Pusimos nuestras mochilas en el suelo y tendimos una manta para sentarnos, abrimos las latas de pecanas, el maní salado, las pasas y el líquido, teníamos algo de galletas de agua. Entonces vi un árbol grande, tenía el grosor de doce hombres abrazando, marcando con un lápiz pude ver que era inmenso y de altura ni pensarlo. Por un instante abrace tiernamente al árbol, le dije muchas cosas, quería escuchar en ese silencio decirme cuantas décadas había estado allí, era testigo de muchas cosas, pero allí había estado mudo, sin decir nada a nadie, allí moriría en sus años.
Mientras Francisco preparaba nuestro almuerzo cientos de mariposas se posaron en todo mi cuerpo, el zumbido era increíble estaba literalmente cubierto de mariposas de todos los colores, en especial el de color azul, quizá fue un minuto, para mí fue la eternidad ¿porque se posaron en mí? algo me decía la naturaleza. Francisco miraba sin decir nada, después que empezaron su vuelo un viento fabricado por ellas despeino mis cabellos. Me aleje del árbol diciéndole ¿fuiste tú o quien llamo a las mariposas?
¡Gabriel a comer! Dijo con voz débil Francisco, voy le dije, no puedo creer lo que vi Gabriel, fue todo un espectáculo, desapareciste entre ellas, así nomás no vienen ellas ¿Qué será no? , no sé, pero fue tan hermoso todo. Nos sentamos a comer casi sin decir nada, el hambre apretaba. Cuando escuchamos un ligero ruido de hoja seca, Francisco me hizo una señal con el dedo de silencio, debe ser algún animal me dijo en voz baja. Hice silencio, cuando vi los ojos de Francisco grandes y bien abiertos, que pasa le dije, pensé en milésimas de segundos mil cosas detrás mío, entonces di la vuelta rápidamente, era un grupo de personas y todas ellas estaban totalmente desnudas, se quedaron mirándonos como nosotros a ellos. Entonces recordé que pudieran ser agresivos, no establecer contacto con ellos, en fin tantas cosas que no sabía cómo actuar en estos casos.
Un niño que se acercó a nosotros y me extendió la mano para darle nuestra comida, alce la lata de maní y le di en la mano, sin más se comió engulléndolo y volvió a extenderme otra vez la mano, le di las pasas, y salió corriendo para su grupo y entre ellos hablaban un dialecto que nunca había escuchado, casi indeciso se acercó un hombre, vino mirando hacia todos los lados con desconfianza entera, le di las pasas y los olio un instante y se lo comió de uno en uno, el sabor le agrado que llamo al resto, eran como veinte entre jóvenes y adultos. Francisco me dijo estamos haciendo contacto con un mundo aislado de la civilización, lo sé, le dije con alegría y no son como nos dijeron, agresivos, mira son personas como nosotros, solo que viven del otro lado del mundo.
Nos hablaban muchas cosas, reíamos, nos mirábamos con cercanía pero no entendía nada de lo que hablaban, eso me daba pena no saber lo que decían. Estuvimos quizá un par de horas sentados en círculo, no tenían armas, como flechas, lanzas, algo para defenderse o cazar. Tal vez está en algún lugar de su selva.
Después de comer el patriarca dijo algo a los demás, no entendí nada de lo que hablaban, pero sus gestos, la mirada que tenían para con nosotros nos daba confianza y seguridad. Entonces sucedió lo inesperado nos invitaba a seguirlos, mire a Francisco, ¿Qué hacemos? ¿A dónde nos llevaran? Estaba en esa encrucijada de seguirlo o no, nos desviaríamos de nuestra ruta y como volver a retomar esta senda tan difícil, la selva no tiene algo que diferencie de otra, todos los árboles son iguales, los helechos, en fin hasta los cantos de las aves.
El patriarca me miro y levanto su mano derecha extendiéndome para seguirle, aliste las cosas con Francisco y comenzamos a caminar al lado de ellos. Caminamos en silencio, trataba de dejar un rastro de como volver, pero parecía todo en vano.
Me miro algo triste, con esa nostalgia que me embargaba cada paso que daba, era feliz caminar con ellos, saber sus costumbres, conocer cómo se escogían sus parejas, quien manejaba el clan, que dialecto era, en fin tantas cosas que podía resumir que su comunidad era la más participativa, compartían todo lo que cazaban, desde el más adulto hasta el más pequeño, todos se cuidaba entre sí, no llevaban ningún atuendo, su conciencia era el universo, esa armonía con la naturaleza, no tenían ni vergüenza de mostrar su desnudes, no había malicia, el respeto era un valor grupal, comunitario. Que lejos estaba mi civilización moderna de entender esto, en suma nosotros somos todo lo contrario a ellos, somos destructores, depredadores, que destruye su propio hogar. La naturaleza.
Nos detuvimos en una ladera. Todos se sentaron en troncos tirados o en la maleza. Hicimos igual, estábamos cansados para seguir el ritmo de ellos en esa selva espesa. Se acercó el patriarca, me jalo de mis manos y me llevo a una cuesta y me indico señalando un lugar, él hablaba, hacia todo el esfuerzo posible de entender lo que me explicaba, hacia señas, podía ser todo el lugar que caminamos, lugar donde ellos Vivian, donde es muy peligroso, , en fin deje todo a la suerte, al destino, de caminar siendo guiados por el sonido de un riachuelo, de ciertas aves, todo vale ahora, o me quedaría allí para siempre con ellos.




Esta foto es reciente, solo para que el lector entienda que estas personas viven así, aislados de la civilización en el alto Purús. Y son así exactamente.


No entender un lenguaje dificulta enormemente toda comunicación. Dos hombres fueron rio abajo y regresaron después de dos horas y todos se alegraron, rieron y los niños saltaban de esa alegría compartida. No sabía si por los que regresaron o por la carne de venado que traían. Salte igual que ellos, por instante fui uno entre ellos, entendí que debería sacarme toda la ropa, solo me quede con los pantalones largos para hacer deportes, sin zapato sin polo, sin pantalón, comencé a saltar con ellos, me reí compartiendo lo que hacían ellos, fue allí que uno de ellos dijo algo señalándome, todos comenzaron a mirarme y yo me paralice totalmente, se acercaron lentamente y me rodearon y todos comenzaron a tocarme los hombros y la cabeza. Entonces sentí el espíritu de la selva abrazándome, me habían aceptado ser parte de su mundo.
Esa noche comimos todos un pedazo de carne asada, no me fije quien y como habían preparado el fuego, con la mano arrancaron la piel, y una piedra era como el cuchillo, abrieron la carne y la pusieron en palos para que se asara, algo así había visto en la sierra centro para cocinar el cordero.
Esa noche mágica vi una comunidad tan paternalista, unida entre ellos, pero cuando los jóvenes que estaban a cargo de la preparación de la carne, corto un pedazo y llamo a una mujer y fue ella que me dio la carne con una sonrisa, luego a cada uno. Todos saboreaban la carne a la luz de la luna, con frecuencia se escuchaba el rugir de los otorongos, del chillido de los murciélagos, de miles de insectos que vuelan a la luz de la fogata.
Comenzaron a cantar tarareando una música casi sin ritmo, me uní a ellos, se sentó al lado mío el cacique con una sonrisa hablando algo que jamás entendí pero igual le ponía todo el cuidado y con mucha atención asentía con la cabeza diciendo que estaba bien. Luego hablo algo a toda la comunidad que buscaron un espacio donde dormir y dos hombres velarían los sueños, estaban sentados en la fogata. Al amanecer cuando el sol nacía estaban otros dos muchachos cuidándonos a todos. Cuando el sol se ponía fuerte, vi mi reloj eran las 7 y 30 de la mañana que comenzamos nuestra caminata, nosotros sin rumbo, a donde íbamos lo deje a mi imaginación.
Caminamos cinco horas sin parar, cuando los más jóvenes comenzaron a correr el rio estaba enfrente de nosotros, algunos levantaron hojas como de chapaja, debajo había  flechas, arcos, lanzas, y varios de ellos cogieron palos muy largos como de tres metros  y bajaron al rio, comenzaron a mirar fijamente y tiraban con fuerza esa especie de lanza y lograban insertar peces grandes, logre contar en el suelo eran treinta pescados muy grandes y lo asaron igual en el fuego, cercaron la fogata con piedras y encima de ellos colocaron las piedras, luego las retiraban uno por uno para comerse. Luego todos comenzaron a jugar en la rivera de rio, saltaban de un árbol, otros de la orilla, en fin yo me bañe de la forma tradicional, me eche un poco de champú y jabón y luego a zambullirme todos me miraban y hablaban entre ellos, luego comencé a echarles agua y todos jugamos, hasta Francisco comenzó a nadar, se sumergía y todos susurraban cuando desaparecía y luego salía del agua, fue una tarde inolvidable.
A las cuatro de la tarde comenzamos otra vez a surcar la selva, caminamos con mucho cuidado, el lugar era pantanoso, todos iban armados excepto los más jóvenes y las mujeres, me hacían señas como mostrándome que había otorongos en el lugar, vi muchas aves de diferentes especies, de mil colores cada uno, esto es el edén decía una y otra vez, es un lugar incomparable, mágico, no puedo describir toda esa grandeza. Cada insecto, araña, tarántula, iguanas, tortugas de varias especies, sapos de diferentes colores y tamaños, los guacamayos, las águilas, monos, nutrias, jaguares, otorongos, peces de muchas variedades, en fin hay algunos que nunca vi en álbumes o libros en la escuela.


Habitantes del Alto Purús

En toda esa selva vi unos pequeños montones de cómo especie de chozas, había varias de ellas una cerca de otra, entonces cada uno tomo un lugar, vi que cada hombre tenía su mujer, sus hijos, los jóvenes solteros dormían en un grupo.
El cacique me llamo y señalándome nos dio una choza para nosotros, echado en el suelo vi que estaba tejido para que no ingrese la lluvia y por la paja era fresco al interior. Tendimos al suelo unas sábanas y nos quedamos profundamente dormidos hasta el día siguiente. Me desperté a las siete de la mañana y todos seguían durmiendo, no hay nada como la cama propia me volví a mi choza, Francisco seguía durmiendo.

 Esos  tres días conviviendo con ellos recodaba una parte del camino cuando hicimos un descanso cerca del rio, un niño subió a la parte donde descansábamos, todos se pusieron en círculo. Francisco y yo nos pusimos detrás de varios jóvenes para observar que estaba sucediendo en la orilla del rio, habían conseguido ramas muy oscuras y cuando golpeaban destilaba un olor desagradable. Entonces me acerque más a la orilla, vi una serpiente moverse bajo el agua, pensé porque tanto alboroto si nosotros vimos una anaconda muy grande cruzar el rio. Francisco se acercó a mi lado pero sin mirarme, tenía la mirada de asombro ¿Qué te pasa? Le dije, no ves lo largo que es este animal, mira desde ese tronco grueso y cruza todo el lugar donde estamos y va  hasta ese árbol cuya rama sobresale hasta el rio, si miras bien es más largo que la anaconda que vimos ¿Qué serpiente será Francisco? No sé, cuando salga veremos, solo debemos estar alertas, todos golpeaban con esas ramas oscuras toda la orilla donde estábamos. Habían pasado algunos minutos cuando la serpiente sale del agua y sale a la orilla todos siguen golpeando la rama, el olor era cada vez más nauseabundo, la serpiente levanta la cabeza y es sumamente grande, emite un chirrido y da una vueltas, luego en la orilla se queda quieta un instante e intenta regresar al rio y avanza cerca de un estanque y se queda allí.
Francisco me decía esta anaconda es más grande que hay visto Gabriel, quizá por ese lado tenga sus crías, ¿te diste cuenta de algo importante en todo esto? El trabajo en equipo, creo, todos colaboraron. Puede ser, pero en ningún momento intentaron matarla como lo hubiéramos hecho nosotros, después de todo estas serpientes no les importa matar todo tipo de animal, personas, ellas no diferencian, solo sobreviven, es la ley de la naturaleza.



                   La serpiente en la foto es similar cuando vimos en el rio Purús. (Rivera Travel Internacional)

De alguna forma comprendí que ellos nos protegían de esta serpiente, había observado el grado de paternalismo que tienen para la protección comunitaria.
A pesar que cada uno busca su propia comida en el bosque, lo comparten entre todos. Este instinto de supervivencia se desarrolla porque están solos en medio de toda esa vegetación espesa, llena de animales salvajes donde todos son vulnerables a ser atacados y muertos en la caza o presa de un otorongo, caimán, anaconda, cada uno tienen mil ojos están atentos a cada movimiento de los árboles, las ramas.
Por alguna razón les caímos en gracia y nos aceptaron ser parte de ellos y caminar en su selva, su casa. Salí de mi choza y comencé a caminar sin alejarme del grupo, cerca del lugar había un pequeño riachuelo que cruzaba bordeando al grupo, había miles de mariposas de todo tamaño, colores, me acerque lo más cerca posible y ninguno echo a volar, todos permanecían en esa especie de arcilla, levante a uno con mucha delicadeza por sus alas y la puse en mi mano, frote de esa tierra lodosa en mi mano y ella se quedó quieta chupando algún néctar luego vino otra y otra más, tenía las manos cubierta de mariposas que no había visto en la selva del Rupa Rupa. Perdí la cuenta del tiempo y cuando vi sombras, di la vuelta,  todos me estaban mirando incluyendo a Francisco. Están hablando algo de ti Gabriel, y parece que es bueno, dijo sonriendo y se alejó. Esa mañana abrí mi lata de maní salado y compartí con todos. Le pregunte a Francisco ¿qué hacemos aquí? ¿Cómo  volvemos al lugar donde nos encontraron nuestros amigos? No se me dijo mirando a los niños jugar en los árboles. Pero cuando les repartí los manís note que faltaban tres jóvenes ¿adónde habrían ido? Me aventure a dialogar con un joven y le hice seña que faltaban algunos, quizá el me entendió mas rápido lo que quería decirle, me hablo haciendo una seña de flecha y arcos, y simulo cargar un animal muerto hacia los hombros, era mi primera vez que logre entender y comunicarme, se fueron a cazar y traerán algo para comer.
Era tres de la tarde cuando ingresaron a nuestra comunidad trayendo dos sajinos, cinco jóvenes corrieron para ayudarlos a cargar, las mujeres hace dos horas antes tenían prendido la fogata, pareciera coordinado todo esto. Quería enseñarles a guardar sus alimentos para el otro día, pero les faltaba el único recurso que podía hacer ese milagro, la sal.
Esa tarde cuando el sol se moría en su letargo, toda esa comunidad era feliz con su mundo, nada ni nadie podía invadirlos en ese mundo lejano, tardío, feliz en toda esa dimensión comunitaria.
Termine la noche con una serie de preguntas que Francisco no podía responder a ninguna. ¿Qué pasara con ellos si el hombre ingresa a este santuario? ¿El país sufre el terrorismo de Sendero Luminoso y el Túpac Amaru como crees que termine todo esto? escuche que en Europa están preparándose para unirse y crearan su propia moneda y con esto cerraran sus fronteras. Francisco me miro desconcertado, ¿Cuándo sucederá todo esto? Será para el 1992 y lo llamaran el mercado común Europeo. No quisiera irme de este lugar nunca, aquí moriría, aquí el tiempo no es tiempo, se vive en armonía con la naturaleza, no quiero más, se acaban los ochentas Francisco el mundo evoluciona rápidamente, por eso prometí a Coahila no avisar a nadie lo maravilloso de este mundo, viste cuando me quite la ropa fui aceptado por ellos, no soy el desconocido, no invado su mundo, hasta las aves, las mariposas, todos ellos se acercan sin miedo, porque no conocen al depredador que destruye los árboles, los animales, se llevan como trofeos, se toman fotos y se promueven al mundo de su bestialidad, entonces vienen miles solo para terminar este edén maravilloso.
En esa oscura noche, escuchaba el canto triste de un búho, gemía alguna perdida, tal vez nos despedía, quizá mañana nos dejan irnos para seguir nuestra ruta, llevamos una semana con ellos y no lamento lo vivido, eso me llevare a mi mundo, un lindo sueño que no quisiera despertar.
El sol todavía no salía, mire el reloj era  casi las cinco de la madrugada, nos despertaba el patriarca, con señas nos decía que nos alistáramos para viajar, me alegre mucho, pero con nostalgia mire a todos que ya nos esperaban en el árbol más grande que los protegía como vigía.  Todos se acercaron y se pusieron alrededor nuestro en un círculo perfecto, pusieron sus manos en nuestros hombros y cantaron algo pequeño pero triste, el patriarca hablo algo, me decía daría todo por aprender su lengua y entender lo que está diciendo ahora mismo. Indico a tres jóvenes para acompañarnos en nuestro viaje.
Mire por última vez a cada uno, solo les sonreí, eso era todo, entendí sus tristezas cuando bajaron su rostro al suelo, yo quería abrazarlos, pero su máximo saludos de respeto, amistad era tocarnos el hombro, así que hice lo mismo, camine uno a uno tomándolo de los hombros, entonces vi las lágrimas de las mujeres y profunda tristeza de los jóvenes. No pude más y derrame mis lágrimas huérfanas. Eran solo una semana de vida por vida, de protegernos de esa vulnerabilidad de la naturaleza. Camine sin mirar atrás pero no pude, di la vuelta y levante mi mano y lo agite para despedirme de ellos por última vez.




7

Caminamos dos días sin parar, solo para dormir y algo de comer, el tiempo apremiaba parecía entender en ellos por haber desviado de nuestro camino. Como no nos entendíamos de vez en cuando nos miramos y sonreíamos, eso era toda nuestra comunicación.  Al tercer  día casi al medio día nos dejaron en un camino de herradura y nos indicaron que deberíamos seguir sin voltear, dibujaron en la arena un camino indicando que ese era el lugar, hicieron trazos de hombres hechos en forma de palitos, entendí el mensaje y lo que querían decirnos, todo estaba claro.
Abrí la mochila y les regale la lata de pasas secas, jamás vi una sonrisa más dibujada que el de ellos, nos tomaron los hombros rápidamente y salieron corriendo del lugar y se perdieron entre toda la maleza.
Los vimos partir y no sabíamos por dónde empezar, seguimos la pista que nos dejaron indicando como deberíamos seguir el camino. Otra vez empezamos nuestra caminata rumbo a nuestro destino, caminamos hasta las seis de la tarde y llegamos al rio Cujar. Nos preguntamos cómo cruzaríamos a estas horas en medio de esta selva inhóspita, nos resignamos a buscar un lugar donde pasar la noche. De alguna manera habíamos aprendido a sobrevivir en medio de la nada y ahora no sería la primera vez, pero claro ahora estábamos solos. Buscamos un árbol donde poner nuestra hamaca y descansar hasta mañana. Hicimos así y le dije a Francisco que iniciaría la vigilia hasta las doce y él lo haría hasta las seis de la mañana.
Esa noche mientras estaba echado en mi hamaca se posó entre mis piernas un búho vi sus ojos grandes amarillos brillosos posiblemente por el reflejo de la luna se quedó un instante quieto mirándome y le hable muchas cosas, estaba contento con su presencia en mi lecho de altura, miraba a todos lados como cuidándome de esa noche lúgubre, no quería moverme para no espantarlo, estaba sobre mis piernas. Estuvo quizá un par de horas cuando echo a volar entre la noche y se posó en un árbol y desde allí comenzó a cantar su típico canto y recordé  todas esas viejas leyendas sobre ellos pues a los búhos y lechuzas se les empareja tradicionalmente con la sabiduría y la diosa Atenea, aunque los cuervos y otras aves comunes son más inteligentes. 
El búho estuvo muy relacionado a la práctica del curanderismo, simbolizando los poderes y fuerzas sobrenaturales que deben ser invocados para descubrir las causas de las enfermedades. En el norte de Perú, el búho es un ser especial que se mueve entre la sabiduría y lo macabro. 
Según los mapuches, el chuncho es un brujo o bruja que ha separado la cabeza del cuerpo y ha hecho crecer las orejas como alas para volar a las cuevas de los brujos y participar en orgías y maleficios. La creencia popular dice que si este pájaro nocturno ríe, habrá muerte cercana y si canta, se producirá un casamiento. Es tanto el temor, que siempre se intenta ahuyentarlo con rezos y conjuros de todo tipo.  Sin embargo en numerosas culturas también se les atribuye aspectos negativos. Ejemplo de ello:  En México al búho se le conoce como Tecolote o Teco derivada de la palabra náhuatl tecolotl y desde la época prehispánica era considerada por los pueblos indígenas como signo de la muerte y de los malos presagios, representando a varios dioses principalmente del inframundo en la mayoría de las culturas del México antiguo, incluso existe en México el refrán "Cuando el tecolote canta, el indio muere"; también en la cultura popular y el folclore de la mayor parte del territorio mexicano, se cree que las brujas por medio del nagualismo tienen la capacidad de transformarse en búhos y lechuzas para "velar el sueño de sus víctimas" durante la noche y potenciar el daño hecho por medio de su magia negra, además de utilizar esta forma para raptar niños los cuales sacrifican en honor a sus dioses o para robarles la energía vital, de esta creencia surge otro dicho popular que dice "se lo chupo la bruja", también se cree que cuando la bruja esta transformada en lechuza o búho emite unos agudos silbidos que si le son contestados con silbidos se le atrae y que puede alejársele gritándole.  En el folclore de Chile y parte de Argentina, los búhos y lechuzas son considerados un tipo de "ave agorera" (ave de mala suerte). 
En la cultura japonesa, los búhos son símbolos de la muerte y ver uno se considera de mala suerte. En la cultura rumana, y escuchar el sonido producido por estas aves es una indicación de que alguien va a morir en el vecindario, debido a que el sonido es parecido a un lamento. Los consideraban aves funerarias, por sus actividades nocturnas y por tener sus nidos en lugares poco accesibles. En fin todos esos mitos no los comparto para nada, para mí fue un compañero amigable que vio mi soledad decidió hacerme compañía algo que no olvidare. Antes que volara le silbe y cante imitando su triste melodía.
Escuche atentamente los cantos de aves nocturnas era una sinfonía de melodías que jamás podría escucharlas en la ciudad, enlazando con el canto de miles de insectos alrededor mío. No necesitaba nada más para esta compañía prestada, ajena en esta selva. He visto volar decenas de murciélagos grandes alrededor mío, mariposas nocturnas. En esa distancia escuche el rugido de un  otorongo fue fantástico sentirlo solo para mí, es un miedo ajeno pero igual su rugido era temible en esa noche que me faltaba poco para que Francisco me reemplazara en la guardia. Fue una noche inolvidable.
Gabriel estoy listo para hacer la guardia, me dijo soñoliento, debes descansar nos espera un largo caminar y haber como cruzamos este rio. Si lo hare ahora mismo, solo disfruta de la compañía de todos estos seres maravillosos y no estarás solo.
Cerca de la seis de la mañana me desperté y vi a Francisco durmiendo con un sueño muy pesado, en fin a las siete le despierto. Empezamos a bajar del árbol cuando iba sacando la hamaca para envolverlo me mordió algo y ese dolor me hizo gritar casi en silencio, Francisco vio que una tarántula cayo de mi brazo izquierdo, entonces lo vi era grande quizá la golpe con el golpe pero de una aturdida caída se repuso y se fue caminando lento entre los arbustos, y ese dolor me hizo sentar en un tronco.
-       ¿Francisco que hago ahora? El dolor es fuerte ¿y que pasara conmigo su veneno me matara?
-       Ni lo uno ni lo otro, ni te matan ni te paralizan. El veneno de la tarántula solo es mortal para los insectos y mamíferos pequeños como ratones ni la más grande del mundo que le llaman Goliat ni la más defensiva Ornamental de Togo pueden matarte, todo depende de una serie de reacciones que tienen lugar en tu cuerpo al momento de que el veneno es inyectado, obviamente es dolorosa una mordida, el área alrededor se te inflama y es un dolor intenso que puede durar desde unas horas a un par de días.
-       ¿un par de días has dicho?
-       Si tu organismo es alérgico a la toxina, si te hará ver tu suerte, pero si no, no pasara del dolor local. Ahora ten en cuenta que no son animales que deben estarse manipulando, ya que en caso de que te muerda, por instinto vas a aventarla y al caer muy seguramente morirá, cuando a ti solo te quedara el dolor. 
-       El veneno de las tarántulas es muy parecido al de la abeja en diferentes grados, si alguna vez te ha picado alguna y no te paso nada más que el dolor local, lo más seguro es que una mordida de tarántula no sea mayor problema, aunque hay algunas especies que tienen el veneno más toxico, como las Poecilotherias. Yo me preocuparía mas por los pelos urticantes, que te pueden causar una gran alergia en la zona donde te tocan o si te caen en la cara y los respiras, tendrás síntomas como los de una gripa muy fuerte o Sinusitis y en el caso del veneno, pues con las viudas negras o la araña del banano tienes. El tamaño no siempre te dice que son inofensivas o peligrosas
-       ¿Bueno como sabes todo eso?
-       No olvides que viví en Iberia toda mi vida, hemos pasado todo esto cuando era niño y adolescente, ya estoy acostumbrado a todo esto Gabriel
-       Bueno amigo, alistemos todo y vámonos de una vez y crucemos el rio
Caminamos rio abajo como buscando espacios para cruzar nadando. ¿Cómo está ese dolor de brazo Gabriel? Parece que ya se me está pasando. Ya vez eres fuerte, no eres alérgico a nada.
Entonces del otro lado divisamos una pequeña canoa surcar el rio, gritamos como pudimos para que nos escuchara en esa distancia, nos miró y nos hizo una seña, nos alegramos cuando dio la vuelta hacia nosotros.
-       Amigo por favor podía ayudarnos solo a cruzar el rio, se lo pagamos
-       No tranquilo, es difícil ver gente por estos lares que hacen por aquí
-       Estamos yendo al Alto Purús a una misión y le contamos el proyecto
-       Si es así merecen todo mi apoyo, yo les acompañare hasta cierto tramo pues no están lejos solo en medio de camino llegaran a su destino
-       ¿de verdad amigo? Le dije con una sonrisa de esas que poco se ven a diario
-       ¿Amigo que como se llama este rio?
-       Es el rio Cújar

                                                          Rio Cújar

Cruzamos al otro lado anclamos la pequeña lancha sosteniéndolo de un árbol y seguimos nuestro camino. Estábamos muy agradecidos a todo por las personas que nos acompañaron, que sin conocernos nos dieron la mano amiga en un mundo sin hombres.
Desde una ladera nos indicó el camino. Muchachos solo sigan sin girar a ningún lado estarán en un par de horas solamente, gusto en conocerlos, me llamo Felipe, nosotros somos Gabriel y Francisco, te estamos muy agradecidos por todo, la verdad no sabemos cómo pagarte.  Solo cumplan con lo que me han dicho que van hacer con eso me estarán pagando mucho. Nos dimos un abrazo y otra vez esa misma figura de siempre ver al que nos sirve de guía se tenga  que ir y perderse entre los montes.
Apretamos el paso entre toda esa maleza cuando alguien nos dio un grito de “deténganse”. Nos detuvimos sin decir nada, estaba armado de un rifle.
-       ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen por aquí? Disculpen la rudeza, pero por aquí pasaron unos cazadores furtivos
-       Somos las personas que venimos a su aldea enviados desde Iñapari por Coahila
-       Qué alegría tenerlos por aquí amigos, estuvimos esperándolos hace dos semanas como dijeron
Le contamos en el trayecto a la aldea todo lo que pasamos, solo escuchaba nuestra travesía. Pero ahora están a salvo, no se preocupen de nada, hace quince días los cazadores furtivos hicieron una trampa abriendo un foso para que cayese cualquier animal grande, escuchamos por varias noches rugir a un otorongo, no sabíamos que le estaba pasando cuando uno de los jóvenes venia de cosechar plátano, vio esa trampa y dentro estaba un pequeño crio de otorongo, lo saco y lo trajo a la aldea tiene herida una de sus patas le estamos cuidando hasta que se sane y le devolvemos a su madre, por eso estamos armados, puede  ingresar a nuestra aldea y eso sería fatal para nosotros.
Fuimos recibidos por todos, la alegría era inmensa en todas esas personas. Los esperábamos con ansias, pensamos que no vendrían, porque por aquí no llegan así nomás los de la ciudad.
Almorzamos un pescado riquísimo llamado la “doncella”, hicieron chicharon con plátano y yuca. Esto era un almuerzo después de varios días de caminar comiendo solo fruta seca. Nos condujeron a nuestra cabaña una cama para cada uno con un mosquitero para que no ingresen en especial los sancudos.
Nos dijeron que mañana empezamos toda la labor a que vinimos a hacer con la aldea y que hoy sería un día de descanso y dialogo. Les pregunte acerca del cachorro y se miraron entre ellos y me dijeron que si yo me podía hacer cargo de ese animal herido. Acepte de inmediato tal labor, pero diciéndome que no me encariñara con el animal, en cuanto sane será devuelto a su selva con su madre que anda por allí, por eso es la guardia y todos tenemos que estar armados para los imprevistos.
Pasaron dos semanas de trabajo misionero, enseñanza, talleres, replicas, sobre la teología bíblica. En fin nos unimos al trabajo cotidiano del día a día, sembrar, limpiar la chacra, ir a pescar, limpiar la aldea, una rutina simple que no fatiga porque estas en contacto con la naturaleza.
Pasaron cerca de quince días al lado del cachorro y todos los días tenía que darle leche de cabra y sungaro, un pescado grande, de eso vivía y se había acostumbrado a comer sin probar carne de algún animal. Nosotros convivíamos ese calor de amistad, jugábamos en la cama, me seguía a todas partes como un perro faldero.
Esa tarde descansábamos todos para empezar nuestra tarea diaria, alguien disparo al aire, todos salieron con sus escopetas, por el camino entraban todos los jóvenes y cuatro cargaban a un otorongo grande.
-       ¿Qué pasó Renzo dijo alguien?
-       Estuvimos cosechando yucas cuando el animal se acercaba muy sigilosamente hacia Charles, grite y todos le disparamos, era Charles o ese animal, nos dio pena porque no somos asesinos de estos animales
-       Tranquilos - dijo el gobernador- lo que me preocupa es ahora este pequeñín, no sabe cazar, será presa de otro animal en el monte, si lo soltamos será como enviarlo a la muerte.
-       Yo me hare cargo, no se preocupen- dije mirándolos a todos
-       En ese caso todo está arreglado, solo habrá un problema
-       ¿Qué problema podría pasar? Dije
-       Cuando te vayas a tu ciudad ¿con quien se quedara el animal?
-       Ya veremos, por el momento tenemos mucha tarea
Los días, meses se iban volando en horas.  Esa noche de luna llena saque al cachorro al patio, le dije: desde ahora tendrás nombre propio y te llamare Chandra, ambos seremos uno en todo, ¿de acuerdo? le pregunte como si el animal me entendiese, solo se subió en mi pecho y me lamio el rostro y le abrace con ternura amigable, fuerte.
Chandra ya tenía ocho meses de vivir conmigo. Francisco decidió vivir en otra cabaña y me hicieron una cama propia, un poco más de dos plazas para ambos. Cuando iba al rio a bañarme o pescar, Chandra siempre estaba conmigo, su herida había sanado perfectamente, jugábamos en el rio todas la tardes después de la faena, todos la querían, era muy noble y cariñosa, jugaba con las gallinas y las lamia como dándoles protección, una tarde le dieron carne de venado la olio y se alejó, todos se quedaron asombrados y decían pero es su naturaleza sin embargo prefería comerse el pescado y la leche de cabra.



Esta imagen es muy parecida a la real, Chandra bañándose en el rio, todas las tardes al lado mío

Cuando íbamos  a trabajar a la chacra, Chandra estaba al lado nuestro, se sentaba contemplando todo lo que hacíamos y nos miraba abecés desde un árbol o entre la maleza, cuando todos volvíamos cantando a la aldea, Chandra iba siempre a mi lado mordiendo mis pantalones, jugando con esa alegría de un cachorro que había esperado tanto que terminara nuestro trabajo y darle todo el tiempo solo para Chandra.

 
                   Siempre sentada esperando que todos terminemos el trabajo, así era Chandra

Chandra se había convertido en mi sombra, no me dejaba por ningún motivo, donde iba siempre estaba al lado mío, compartiendo mis experiencias de vivir en su selva. Abecés la observo mirando el firmamento, ese sol que se muere en el atardecer, el canto de las aves. Todos me dicen ella tiene tu olor, eso representa para ella el único puente, la liga a ti y a nadie más, no te das cuenta que nos sigue, nos respeta, cuida de todo lo que hay aquí como un perro, pero Gabriel es a ti, solo a ti a quien está atada su suerte, solo a ti te lame el rostro, a nadie he visto que lo haga, solo contigo juega, duerme, come solo contigo.
Desde ese día que vino a mis brazos la ame, la cuide de sus heridas, ella solo me miraba con esa tristeza profunda que sin saberlo o tal vez lo presentía que se había quedado sin madre. Pero esa tarde que me dieron a Chandra mi alma se unió a ella y ella a mí. Fuimos uno en esa selva del Alto Purús.



8

Todos se reunieron esa tarde para acordar quien viajaría hasta el rio Curiuja, llegaba unas provisiones y debían de ir cinco personas, el viaje es un poco largo y era necesario ir entre varios.
Acordaron que irían tres jóvenes y dos adultos. Todos querían ir, traerían alimentos para la aldea y abastecerse por un breve tiempo, como el azúcar, la sal, cerillos, ropa ligera, machetes, entre otras cosas que eran muy necesarias para el trabajo y la supervivencia de la aldea.
Debían de volver en cinco días. Y ya habían pasado tres más.  Esperemos un día mas y nos agruparemos para darles alcance, alístense para mañana nos iremos antes que salga el sol, le decía a dos jóvenes. ¿Yo también puedo ir? Dije mirándolos a todos, si claro puedes y con Chandra a tu lado será más fácil. Alegre me fui a mi cabaña. Mañana iremos a darles alcance Chandra, los chicos deben estar muy cansados, vamos a dormir que mañana tenemos que caminar mucho. Francisco dijo yo me quedo. Les estaré esperando.
Nos levantamos a las cinco de la mañana antes que el sol salga para caminar y ganar el día. La caminata en la selva siempre es un descubrir de ese mundo lleno de misterios en cada paso, retos al cruzar charcos, de caminar en el pantano donde hay serpientes, cocodrilos, en fin una serie de sanguijuelas que se te pegan al cuerpo.
Doblamos el codo, un lugar espacioso donde podíamos comer algo y seguir nuestra caminata. Recordé a nuestros amigos los que viven desnudos totalmente aislados del mundo, que nos dieron su amistad, fue un lugar así donde compartimos el alimento que nos dieron por primera vez, estábamos sentados cuando alguien nos trajo unas tarántulas grandes, estaban cocinadas y cada uno tomo una parte y se lo comieron, nos miramos con Francisco si debíamos comer. Cuando participamos del alimento ellos nos estaban mirando y podía ver los rostros de aceptación. Imagine que era un cangrejo y me lo comí no estaba nada mal, así nos daban gusanos, frutos, abecés traían carne de mono, en fin todo lo que podían cazar. Éramos una familia, todos compartíamos lo que se ponía en la mesa, nos cuidábamos de los peligros, caminábamos con esperanzas de un día mejor, de sobrevivir a la selva.
Chandra la note inquieta, quizá por salir de su territorio. Calma amiga le decía una y otra vez, me jalaba el pantalón para no avanzar. ¿Qué le pasa Gabriel me decían? No sé, no la entiendo, quizá sea por lo que nos alejamos de su zona, en fin avancemos amigos nos llega la noche.
Alguien dijo debemos llegar al rio antes de las seis de la tarde, apretemos el paso. Ese día como nunca los zancudos abundaron tanto así que no podíamos pasar por esa zona, tuvimos que cubrirnos el rostro para no ser dañados por las picaduras.
El rugido de Chandra se hizo notar cerca del rio, todos nos detuvimos al ver a nuestros jóvenes tirados en la orilla, no sabíamos que hacer, estábamos mudos de este cuadro, sin hacer y decir nada. Chandra olía los tres cuerpos tirados, dos no estaban. Entonces volví en sí de mi letargo ¿Qué paso aquí? ¿Quiénes pudieron haber sido? ¿Por qué a ellos? Para robarles posiblemente, que explicación podía darme en esas circunstancias.
Chandra miraba hacia el monte una y otra vez. Pusimos los tres cuerpos en la playa y tratamos de buscar, aun gritando por los dos que faltaban. Nadie nos escuchaba, nuestro eco se perdía entre los montes. La noche nos cayó encima pusimos una fogata y tratamos de cubrir los cuerpos con ropa para que las moscas no deterioren los cuerpos y llevarlos a la aldea y sepultarlos.
Podemos buscar mañana, no debemos irnos así nomás, faltan dos más, dijo Anselmo con tristeza pero a la vez con firmeza y autoridad. En realidad no podía dormir. Me daba vueltas y vueltas, Chandra solo me observaba, se acercó y me lamio el rostro, la abrace y me quede dormido.
Tuve mal sueño dijo Chente, soñé que vinieron unos hombres cubiertos el rostro nos disparaban, mataban a los animales, destrozaban los árboles, no tenían piedad de nada. ¿Qué significara ese sueño? Dijo triste mirando a los hermanos que yacían sin vida, en ese suelo frio, húmedo.
Pero todavía son las cuatro de la mañana, nada podemos hacer, descansemos un poco para salir en búsqueda de Javier y Fernando.
Chente me compartió que pocos lugares en Sur América son tan remotos y salvajes como la región Madre de Dios en el Amazonas peruano. Esta región se encuentra donde la Cordillera de los Andes colinda drásticamente con el valle fluvial del Amazonas en el sureste de Perú. El escarpado contraste entre las montañas y las junglas de las tierras bajas producen una comunidad única de plantas y animales, un epicentro de biodiversidad que no es posible encontrar en ningún otro lugar del mundo. 
Sin embargo, este ecosistema está en peligro. Nuevas carreteras atraviesan la selva y han abierto lo que era una impenetrable jungla al consumo humano. Grandes tramos de bosque primario están siendo talados y destruidos ilegalmente para recolectar madera alterando el paisaje. Cazadores furtivos recorren la selva matando en exceso y aun después de 500 años la minería de oro continua contaminando grandes tractos de jungla. Si sigue así Gabriel esto se destruirá, todos debemos luchar para proteger lo último que tenemos para vivir en armonía con la naturaleza.
Todos como aves de rapiña destruyen la selva como los taladores de árboles, los mineros ilegales que extraen el oro, detrás de todas las drogas. Si desde el estado todo está quebrado que se puede hacer, las carreteras son buenas porque ayudan a todo, pero no deben pasar por el parque, se destruye el impacto de la naturaleza, se contamina todo.
Mientras amanecía compartíamos el pan con pedazos de queso. Los quesos son de las vacas que tiene la aldea para compartirlo con todos. No podía comer con esa tranquilidad, me sofocaba estar al lado de mis hermanos sin vida.
Caminaremos juntos, no nos dividiremos, grito Chente, estábamos de acuerdo, así que empezamos a buscar los indicios, rastros de los otros dos. Chandra siempre estaba mirando hacia el monte. Chente, le dije con cautela, Chandra siempre está mirando por ese lado, vez ahí,  justo donde esta ese árbol de coco, podemos caminar por ese lado y ver qué pasa. Bueno no perdemos nada, vamos. Atravesamos la maleza abriéndonos paso con los machetes, quizá caminamos media hora cuando vi una pequeña loma de arbustos que tapaban el camino hacia el oriente, imagine rápidamente que podía ser una de esas chozas que estuvimos con los hombres que viven aislados del mundo. Corrí presuroso para ver de cerca, era una lona que envolvía un cargamento, solo pusieron las hojas encima para despistar, jale uno por uno las palmeras, helechos, cuando termine de sacar las hojas, jale la lona bruscamente y debajo había pieles de cocodrilo, otorongos, y debajo había cajas con animales enjaulados. Grite fuerte para que los demás vengan donde me encontraba, Chandra rugió la parta baja de las pieles, cuando retire las pieles había cajas, jaulas con animales atrapados, tortugas, monos, guacamayos, sajinos, bueno la lista de animales era grande.
Cazadores furtivos, fue la impresión de Chente. Solté rápidamente las jaulas para dar libertad a todos estos animales, lleve las tortugas pequeñas al rio, quizá era como doscientas, uno a uno corría al rio y desaparecían instantáneamente, Chandra estaba al lado mío viendo cómo se iban las charapitas.
Se escuchó un disparo corrimos con Chandra donde estaban los demás, alguien grito no, no vengas Gabriel, huye, fue lo último que escuche, porque sentí un golpe en toda la cabeza y quede inconsciente.
Era un moreno que estaba escondido detrás de un árbol quien golpeo mi cabeza dejándome breves minutos desmayado. Los demás estaban amarrados, logre verlos desde el suelo, no quise moverme, eran solo dos hombres pero tenían una escopeta cada uno y cada uno portaba una pistola Smith wesson calibre 38 cañón corto. Nada podía hacer.
¿Ustedes mataron a nuestros compañeros? Dijo con rabia Chente, era necesario nos había visto con la mercancía, uno de ellos dijo demos aviso para denunciarlos, esas declaraciones fue lo suficiente, no nos quedó otra que matarlos. ¿Faltan dos amigo, que fue de ellos? Fueron lanzados al rio, solo eso. Ahora les toca a ustedes, lo siento así no fue planeado pero esto nos compromete más todavía. Llevaron a Chente y los demás arrastrándolos para darles muerte en la orilla del rio. Cuando uno de ellos saco su arma, me lance encima de él, tratando de impedir que dispare, el tiro salió casi rozando por mis hombros, en el suelo forcejeamos, logre quitarle la escopeta, pero olvide de su pistola. Iba a disparar cuando Chandra rugió fuerte y salió corriendo de entre los árboles, el hombre se asustó sin saber que hacer al ver un animal grande. Chandra se lanzó al cuerpo del moreno, gritaba desesperado, pero Chandra no le haría daño alguno, fue el segundo hombre que sacó su pistola y disparo contra Chandra, ¡no! Grite en toda esa selva, Chandra, Chandra, corrí donde ella, sangraba, levante su cabeza, me miro con ojos llenos de lágrimas. Que dolor sentir que parte de mí se moría entre mis brazos. Esa desesperación de rabia, miedo, venganza, agonía por Chandra me hacía desfallecer, me quede mal, quebrado.
Ambos tomaron una pequeña canoa y se fueron rio abajo, amenazándonos que si le siguiéramos o denunciaríamos volverían y terminarían su trabajo. Chente dijo con tristeza, Gabriel desátanos, ya todo se terminó, nos iremos con este dolor. Levante la cabeza de Chandra una vez más, encima de mis rodillas y llore amargamente su muerte.
Hicimos un hoyo grande y enterramos a Chandra, puse una cruz de madera y escribí su nombre en una piedra. “A Chandra” solo eso. Hicimos hamacas de madera para llevar los cuerpos hasta la aldea.
Fue la caminata más oscura de ese día, creo que todos los animales del monte ese día hicieron silencio absoluto, solo se escuchaba el ruido de la tierra, las hojas secas cuando arrastrábamos la hamaca llevando a nuestros hermanos.
Nuestro desfile era eterno, no podía contener viejas lágrimas que rodaba hacia mi rostro enfermo. El tiempo que pase con Chandra volvió a mí y recordé esa tarde cuando vi a Chandra en una canasta herida de una pata. Ella solo me miro y lamio mis manos, eso me unió a su mundo, la vi crecer todos los días, cuando íbamos a la chacra, al rio todas las tardes para bañarnos, cuando todos íbamos a trabajar, ella permanecía quieta e su lugar esperándonos para volver a casa, cuantas veces la tentamos para que comiese carne y vaya a cazar al monte, se rehusó cientos de veces, prefería su pescado y leche de cabra.
Solo descansamos un instante, seguimos en esa noche de luna llena para no queríamos dormir, llevamos el cuerpo de amigos, hermanos de la aldea con nosotros. Entonces surge muchas preguntas sobre el tema de justicia ¿Qué hacer? La vida ha crecido huérfana, la justicia adoptada al mejor postor, ella no tiene bandera.
Las lágrimas en la aldea fueron en silencio, lamentos prestados. Tuvimos que enterrarlos por el tiempo en descomposición. El silencio también es la respuesta de Dios, mañana entenderemos porque el justo sufre.
Pasaron tres meses. Mi hora ha llegado. Mi partida es inevitable, dejare la aldea para volver a mi terruño, mundo aparte, mundo solo e injusto.
Abrace a todos, las lágrimas se confundían, era mutilado en ese mismo instante de todos mis recuerdos. Me acerque a Chente y le pedí si me pudiera acompañar parte del camino y despedirme de Chandra, si Gabriel, vamos amigo, Chandra también fue parte de la familia como los demás.
Francisco camino en silencio conmigo, sin decir nada. Frente a la tumba de Chandra me arrodille y abrace la cruz, era una herida de ayer. ¿Gabriel tu perdonarías a los que mataron a Chandra y los demás? Hubo silencio en mí, no tenía la respuesta, Chente dijo ¿Qué dice tu voz interior? no sé, no perdono ni olvido, quiero comprender.

Adiós amiga, adiós Chandra, jamás te olvidare, vivirás en mi corazón por siempre. Camine despacio, no quería despedirme, El Alto Purús fue mi hogar, allí conocí que el amor si es real, las personas que nosotros excluimos, olvidamos, son seres más indefensos, vulnerables que existen en este lado de la tierra. Entonces vi el milagro en setiembre, vino para sanar esa herida fabricada por ese mundillo de gentes que solo destruye lo que no es suyo. Escuchamos un rugido parecido al de Chandra, todo ese espacio se paralizo por ese rugido cada vez más fuerte, todos nos vimos. Sentí esa alegría casi desbordante, no sabía si gritar de alegría. Chente grito saltando, Gabriel ella vino a despedirse de ti, y quedarse con nosotros para siempre.

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